La luz roja que ilumina el indicador de energía de la nave cuando la reserva de carga es del cien por cien ha cambiado a un color azul verdoso: está solo a un cuarto de su capacidad. Todos los sistemas de soporte vital se apagarán dentro de tres horas y dieciséis minutos. Tu llamada de socorro no ha obtenido respuesta. Ninguna ayuda llegará antes de que fallen los sistemas de soporte vital.
Has decidido emplear la energía que te queda para seguir el mensaje de una luz/isla que brilla en el interior de un agujero negro. Los agujeros negros del espacio se deben a que la masa de una estrella es tan grande que nada puede escapar a su campo gravitatorio (ni la luz, ni el calor ni las ondas de radio). Sin embargo, misteriosamente, del seno de este agujero negro ves emanar una luz/isla —un fenómeno del que ha hablado un grupo poco conocido de pilotos intergalácticos—. Los hay que dicen que se trata de comunicación telepática.
Debes ir. Solo tienes dos opciones: o bien dirigirte al agujero negro e ir tras la luz/isla, o bien vagar por el espacio a la espera de la posible llegada de una nave de rescate.