Soneto
Mientra[33] del yugo sarracino anduvo
tu cuello preso y tu cerviz domada,
y allí tu alma, al de la fe amarrada,
a más rigor, mayor firmeza tuvo,
gozóse el cielo; mas la tierra estuvo
casi viuda sin ti, y, desamparada
de nuestras musas, la real morada
tristeza, llanto, soledad mantuvo.
Pero después que diste al patrio suelo
tu alma sana y tu garganta suelta
dentre las fuerzas bárbaras confusas,
descubre claro tu valor el cielo,
gózase el mundo en tu felice vuelta
y cobra España las perdidas musas.
DE DON LUIS DE VARGAS MANRIQUE[34]
Soneto
Hicieron muestra en vos de su grandeza,
gran Cervantes, los dioses celestiales,
y, cual primera, dones inmortales
sin tasa os repartió naturaleza.
Jove[35] su rayo os dio, que es la viveza
de palabras que mueven pedernales;
Dïana, en exceder a los mortales
en castidad de estilo con pureza;
Mercurio, las historias marañadas;
Marte, el fuerte vigor que el brazo os mueve;
Cupido y Venus, todos sus amores;
Apolo, las canciones concertadas;
su sciencia, las hermanas todas nueve;[36]
y, al fin, el dios silvestre,[37] sus pastores.
DE LÓPEZ MALDONADO[38]
Soneto
Salen del mar, y vuelven a sus senos,
después de una veloz, larga carrera,
como a su madre universal primera,
los hijos della largo tiempo ajenos.
Con su partida no la hacen menos,
ni con su vuelta más soberbia y fiera,
porque tiene, quedándose ella entera,
de su humor siempre sus estanques llenos.
La mar sois vos, ¡oh Galatea estremada!,
los ríos, los loores, premio y fruto
con que ensalzáis la más ilustre vida.
Por más que deis, jamás seréis menguada,
y menos cuando os den todos tributo,
con él vendréis a veros más crescida.