INTRODUCCIÓN

 

1. LA ÉPOCA DE CERVANTES

 

Plus Ultra. Este es el lema que Carlos V (1500-1558) incorporó a su escudo y tal vez sea uno de los que mejor muestra el espíritu de su época. Ir más allá de los límites conocidos suponía no solo colonizar territorios de ultramar, sino aspirar a una monarquía universal que traería la armonía y la paz al mundo. El humanismo lograba también traspasar los límites de lo hasta entonces conocido, rescatando libros de la Antigüedad, descubriendo leyes físicas, incluso redescubriendo a Dios. El reinado del primer Habsburgo, pese a los conflictos, fue pregonado y reconocido como una época de esplendor. En él tuvieron cabida influencias de todo tipo, como la apertura religiosa venida de los Países Bajos, sobre todo la corriente erasmista, o los modos artísticos del Renacimiento italiano. Prueba de ello, por un lado, es la gran influencia que tuvieron en la Corte pensadores como Alfonso y Juan de Valdés, o Antonio de Guevara; en lo literario, y por otro, el cultivo de la poesía italianizante, que tuvo su máximo exponente en Garcilaso y que, aun conviviendo con los metros tradicionales (poesía cancioneril, romances, lírica de corte popular, etc.), se convirtió pronto en la de mayor prestigio. En prosa perduraban los libros de caballerías y los de aventuras, y, al final del reinado, aparecieron dos libros que marcaron definitivamente el curso de la producción literaria posterior: el Lazarillo de Tormes (1554) y la Diana de Montemayor (1559).

El año en que nació Cervantes (1547-1616), Carlos V ganó la batalla de Mühlberg contra la Liga de Esmalcalda, formada por príncipes protestantes del Sacro Imperio Germánico, y murió uno de los mayores enemigos del rey, el monarca Francisco I de Francia. Sin embargo, la juventud del escritor, y de hecho la época más agitada de su vida, se desarrolló durante el reinado de Felipe II (1527-1598). Son los años de su viaje a Italia, su incorporación a los tercios, con los que participó en diferentes campañas bélicas, entre las que se cuenta la gloriosa de Lepanto, donde resultó herido, su cautiverio en Argel y su ejercicio como comisario de abastos para aprovisionar la Armada Invencible.

El Rey prudente, erigido en baluarte de la Contrarreforma, lidió con un imperio donde a pesar de no ponerse el sol, o precisamente por ello, se multiplicaban los conflictos. Consiguió ser rey consorte de Inglaterra gracias a su matrimonio con María Tudor, se anexionó Portugal, haciendo valer sus derechos dinásticos a la muerte de don Sebastián en la batalla de Alcazarquivir, y logró, junto a la Santa Liga, frenar la pujanza del Imperio otomano en la referida batalla de Lepanto. Sin embargo, perdió la influencia en Inglaterra tras la derrota de la Armada Invencible; en los Países Bajos, donde no consiguió acallar las revueltas político-religiosas; y el control de las Indias, que si bien aportaba ganancias considerables, suponía una creciente administración poco efectiva.

Con la muerte de Felipe II en 1598 irrumpe el declive del Imperio. La España de Felipe III (1578-1621), la del Cervantes maduro, se desvive por hallar una fórmula que solucione la crisis o que permita evadirse de ella. Es una época de continuidad en la que se agravan conflictos anteriores y donde los remedios pasan por extremar la ortodoxia, expulsar a los moriscos u otorgar poder a los arbitristas. Refleja también un cambio de valores: de los sueños imperiales de Carlos V se ha pasado al tacitismo y el pragmatismo; del Renacimiento al Barroco; del jurista, al político; de la limpieza de sangre al honor del qué dirán...

Lo literario también vive un momento agitado. En poesía, Garcilaso se ha convertido en un clásico que merece ser glosado y anotado; los géneros tradicionales siguen cultivándose, pero con nuevos modos (así los modernos romanceros o las recopilaciones de varias poesías), hasta llegar a los grandes nombres de finales del XVI y principios del XVII: Luis de Góngora, Lope de Vega y Francisco de Quevedo; el teatro sucumbe a la comedia nueva y a su máximo defensor y exponente, Lope; y en prosa, tras el triunfo en un extremo de la picaresca, sobre todo de la mano del Guzmán de Alfarache, y de la novela pastoril en el otro, se ha abierto la puerta al ensayo de nuevos géneros, temas y maneras de contar que culminarán en la creación de la novela moderna, nacimiento en el que Cervantes lleva la mayor parte.

 

 

2. CRONOLOGÍA

 

AÑO

AUTOR-OBRA

HECHOS HISTÓRICOS

HECHOS CULTURALES

 

 

1547

Miguel de Cervantes es bautizado en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor (Alcalá de Henares), el 9 de octubre. Se ha supuesto que debió de nacer el día de San Miguel (29 de septiembre).

Mueren Enrique VIII de Inglaterra y Francisco I de Francia.

Batalla de Mühlberg.

Se imprime en Toledo la traducción de la primera parte del Palmerín de Inglaterra, de Francisco de Moraes, obra salvada de la quema en el escrutinio de la biblioteca de Alonso Quijano (Quijote, I-VI).

 

1550

Nace el cuarto hermano de Cervantes, Rodrigo (quinto hijo de Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas).

Giovanni Maria Ciocchi del Monte es nombrado Papa, y tomará el nombre de Julio III.

Se publica en Zaragoza la segunda parte de la Silva de varios romances de Esteban de Nájera.

Se reimprime la traducción española del Decamerón de Boccaccio en Valladolid, en la imprenta de Juan de Villaquirán, a costa de Juan de Espinosa.

Muere el poeta Cristóbal de Castillejo.

 

1551

La familia de Cervantes se traslada a Valladolid.

También se traslada a Valladolid el futuro Felipe II.

Traición de Mauricio de Sajonia, que ataca a las tropas imperiales de Carlos V en Innsbruck.

La Inquisición española publica el primer Index Librorum Prohibitorum, con un apéndice dedicado a los libros impresos en castellano.

 

1553

La familia vuelve a Alcalá.

 

 

 

1554

 

El príncipe Felipe se casa, en segundas nupcias, con la reina de Inglaterra, María Tudor.

Ediciones del Lazarillo de Tormes.

 

1555-1556

 

Abdicación de Carlos V en favor de su hijo Felipe, cediéndole el poder de los Países Bajos primero, y de los territorios españoles, italianos y americanos después.

 

 

1558

 

Carlos V cede a su hermano Fernando el Imperio alemán.

Muere en el Monasterio de Yuste.

Muere María Tudor, reina de Inglaterra, y esposa de Felipe II.

Se ordena la Pragmática de los impresores, libreros y libros, que centralizaba y endurecía el control de la concesión de licencias para imprimir.

 

1559

 

Isabel I de Inglaterra es coronada reina.

Nace Lupercio Leonardo de Argensola.

 

1561

 

La Corte pasa de Toledo a Madrid.

Nace Luis de Góngora.

 

1562

 

Se abre el Monasterio de San José, en Ávila, primero de la Nueva Orden de las Carmelitas Descalzas impulsada por Santa Teresa de Jesús.

Nacen Lope de Vega y Bartolomé Leonardo de Argensola.

 

1563

 

Conclusión del Concilio de Trento, iniciado en 1545.

Se inicia la construcción del Monasterio de El Escorial.

 

1564

 

 

Nacen Galileo Galilei, Christopher Marlowe y William Shakespeare.

 

1565

 

Comienza el Gran Sitio de Malta.

Muere Lope de Rueda.

 

1566

Cervantes se traslada a Madrid.

Antonio Michele Ghislieri es nombrado Papa y toma el nombre de Pío V.

Muere Bartolomé de las Casas.

 

1567

Cervantes compone su primer poema conservado, para celebrar el nacimiento de la infanta Catalina Micaela.

Felipe II publica una pragmática contra la actitud levantisca de los moriscos en Granada, origen de la guerra de las Alpujarras.

 

 

1568

Discípulo de Juan López de Hoyos.

Rebelión de las Alpujarras.

Sublevación del príncipe Guillermo de Orange.

Muere el príncipe Carlos, hijo de Felipe II y heredero del trono.

Muere Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II.

 

1569

Viaje a Italia al servicio del cardenal Acquaviva.

Publicación de los poemas dedicados a la muerte de la reina Isabel de Valois.

Juan de Austria, nombrado capitán general por Felipe II, dirige la ofensiva contra los moriscos insurrectos de las Alpujarras.

Se publica La Araucana de Alonso de Ercilla.

Nace Guillén de Castro.

 

1570

Cervantes se alista en el ejército.

Cuarto matrimonio de Felipe II, con Ana de Austria.

 

 

1571

Participa en la batalla de Lepanto, donde es herido en el pecho y en la mano izquierda.

Convalecencia en el hospital de Messina.

La Santa Liga, formada por tropas españolas, venecianas y papales derrota a la armada turca el 7 de octubre en la batalla de Lepanto.

Nace Michelangelo Merisi da Caravaggio.

 

1572

Continúa su vida militar en Italia, asignado a la compañía del capitán Manuel Ponce de León.

El cardenal Buoncompagni es elegido Papa con el nombre de Gregorio XIII.

Fray Luis de León es encarcelado.

Se publican Os Lusíadas de Camões.

 

1574

Participa en las expediciones de don Juan de Austria en Túnez y La Goleta.

 

Se publica la Floresta española de Melchor de Santa Cruz.

 

1575

Emprende la vuelta a España, con su hermano Rodrigo, embarcado en la galera Sol, que resulta apresada por corsarios berberiscos. Es llevado a Argel como prisionero.

 

 

 

1576

Primer intento de fuga de Argel.

Don Juan de Austria es nombrado gobernador de los Países Bajos, tras la muerte de su mentor y anterior gobernador, don Luis de Requesens y Zúñiga.

Fray Luis de León es liberado.

Muere Tiziano.

 

1577

Segundo intento de fuga de Argel.

 

Santa Teresa escribe Las Moradas.

 

1578

Tercer intento de fuga de Argel.

Muere don Juan de Austria.

Muere el rey don Sebastián de Portugal, en la batalla de Alcazarquivir.

Nace Felipe III.

 

Se publica la segunda parte de La Araucana de Alonso de Ercilla.

 

1579

Cuarto intento de fuga.

Carta a Antonio Veneciano en octavas.

Caída en desgracia del secretario Antonio Pérez.

Se abre en Madrid en primer teatro permanente.

Nace el dramaturgo Luis Vélez de Guevara.

 

1580

Es rescatado por los padres Trinitarios tras un pago de 500 escudos.

Felipe II es nombrado rey de Portugal.

Felipe II declara proscrito a Guillermo de Orange, y pone precio a su cabeza.

Nacen Francisco de Quevedo y Hortensio Félix Paravicino.

Aparece el Tesoro de varias poesías de Pedro de Padilla.

Se publican los dos primeros libros de Ensayos de Montaigne.

 

1582

Solicita un puesto en la administración de las Indias, sin éxito.

Se libra la batalla de la Isla Terceira, entre franceses y españoles, con victoria de estos últimos.

Se publica El pastor Fílida, de Luis Gálvez de Montalvo.

Muere Santa Teresa.

 

 

1583

Se representan algunas de sus comedias.

Un poema suyo se incluye en los preliminares del Romancero de Padilla.

 

Fray Luis de León, De los nombres de Cristo.

Primera parte de las Comedias y tragedias de Juan de la Cueva.

 

1584

Nace su hija, Isabel de Saavedra, de su relación con Ana Franca de Rojas, pero al poco tiempo se casa con Catalina de Salazar.

Se incluye un poema suyo en los preliminares de La Austríada de Juan Rufo.

Las tropas españolas, al mando de Alejandro Farnesio, inician el asedio de Amberes, que durará hasta agosto de 1585.

Muere Guillermo de Orange.

Se finaliza la construcción de El Escorial.

Publicación de La Austríada, de Juan Rufo.

 

1585

Muere su padre.

Se publica La Galatea.

El cardenal Peretti es elegido Papa y escoge el seudónimo de Sixto V.

Pedro de Padilla, Jardín espiritual, con varios poemas laudatorios de Cervantes.

 

1587

Se traslada a Sevilla, como comisario real de Abastos para la Armada Invencible.

 

Filosofía cortesana moralizada (1587) de Alonso de Barros, con un poema de Cervantes en los preliminares.

Grandezas y excelencias de la Virgen señora nuestra, compuestas en octava rima, de Pedro de Padilla, con un poema de Cervantes en los preliminares.

 

1588

 

Fracaso de la Armada Invencible.

Tratado nuevamente impreso de las enfermedades de los riñones, vejiga, y carnosidades de la verga y urina, de Francisco Díaz, con un poema laudatorio de Cervantes.

 

1590

Vuelve a solicitar una plaza al Consejo de Indias, que le es de nuevo denegada.

 

 

 

1592

Es encarcelado por venta ilegal de trigo.

Muere la princesa de Éboli.

 

 

1593

Muere su madre.

 

Nace Juan Rana, actor cómico.

 

1595

Gana las justas poéticas en honor de San Jacinto que se organizaron en Zaragoza.

 

Muere Torquato Tasso.

 

1596

Soneto satírico sobre el saqueo de Cádiz por parte de los ingleses.

 

Alonso López Pinciano, Filosofía antigua poética.

Juan Rufo, Las seiscientas apotegmas.

 

1597

Es de nuevo encarcelado, esta vez en Sevilla.

Muere la infanta Catalina Micaela, hija de Felipe II e Isabel de Valois.

 

 

1598

Soneto al túmulo de Felipe II.

Muere Felipe II.

Felipe III es coronado rey de España.

Lope de Vega, La Arcadia.

 

1599

 

Boda de Felipe III y Margarita de Austria.

Mateo Alemán, Primera parte del Guzmán de Alfarache.

Lope de Vega, El Isidro.

 

1600

Muere su hermano Rodrigo.

La Corte se traslada a Valladolid.

Nace Pedro Calderón de la Barca.

Romancero general de 1600.

 

1602

Se incluye un soneto suyo en la edición de La hermosura de Angélica, con otras diversas rimas, de Lope de Vega.

 

Mateo Luján de Sayavedra, Segunda parte del Guzmán de Alfarache (apócrifo).

 

1603

Se traslada a Valladolid.

Muere Isabel I de Inglaterra.

Agustín de Rojas Villandrando, El viaje entretenido.

 

1604

El Quijote está componiéndose en la imprenta.

El Tratado de Londres establece la paz entre Inglaterra y España.

Mateo Alemán, Segunda parte del Guzmán de Alfarache.

Lope de Vega, Primera parte de Comedias y El peregrino en su patria.

 

1605

Publicación del Quijote.

Breve encarcelamiento a causa de un homicidio ocurrido a la puerta de su casa en Valladolid.

Nace el futuro Felipe IV.

Francisco López de Úbeda, La pícara Justina.

Pedro de Espinosa, Flores de poetas ilustres.

Se estrena El rey Lear, de Shakespeare.

 

1606

Regresa a Madrid.

La Corte se traslada a Madrid.

Nace Pierre Corneille.

Nace Rembrandt.

 

1609

Ingresa en la Congregación de los Esclavos del Santísimo Sacramento del Olivar.

Su mujer y su hermana Andrea ingresan en la Orden Tercera.

Muere Andrea de Cervantes.

Se decreta la expulsión de los moriscos.

Tregua de los doce años, que cesa temporalmente la guerra de Flandes.

Lope de Vega, Arte nuevo de hacer comedias.

 

1610

Solicitud de Cervantes para acompañar al conde de Lemos a Nápoles, denegada por Lupercio Leonardo de Argensola.

El conde de Lemos es nombrado virrey de Nápoles.

Enrique IV, rey de Francia, es asesinado.

Obras del insigne caballero don Diego de Mendoza, con un poema laudatorio de Cervantes.

 

1611

Muere su hermana Magdalena.

Muere la reina Margarita de Austria.

Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española.

 

1612

Muere su nieta Isabel Sanz del Águila.

 

Diego de Haedo, Topographía e historia general de Argel.

Luis de Góngora, El Polifemo.

 

1613

Publicación de las Novelas ejemplares.

Ingresa en la Orden Tercera de San Francisco, en Alcalá.

 

Luis de Góngora, Soledades.

Muere Lupercio Leonardo de Argensola.

 

1614

Publicación del Viaje del Parnaso.

El príncipe Felipe se casa con Isabel de Borbón.

Alonso Fernández de Avellaneda, Segunda parte del ingenioso hidalgo… Lope de Vega, Rimas sacras.

 

1615

Publicación de la segunda parte del Quijote y Ocho comedias y ocho entremeses.

Luis XIII de Francia se casa con Ana de Austria, hija de Felipe III.

 

 

1616

Muere en Madrid, el 22 de abril.

 

Muere William Shakespeare.

 

1617

Publicación póstuma de Los trabajos de Persiles y Sigismunda.

 

 

 

 

 

3. LA CULTURA DE CERVANTES

 

La cronología de Cervantes da cuenta de lo poco que sabemos en realidad de su vida. Carecemos, por ejemplo, de datos exactos sobre su infancia y juventud, período en que podría haber estado en Sevilla y Córdoba, además de en Alcalá, Valladolid y Madrid, siguiendo la vida errante de su padre, o quedándose con su madre. Así que muchas veces lo único que se ha podido hacer es suponer, colmar esas lagunas con interpretaciones que, en la mayoría de los casos, se fundan en los escritos del autor: posiblemente fiables, ciertamente refutables como argumento; verosímiles, pero no demostrables. Cualquier biografía de Cervantes es, pues, una hipótesis y a día de hoy existen dos que despuntan sobre las demás y que han desbrozado y expuesto todo lo que podemos saber de momento: se trata de la clásica de Jean Cannavaggio y de la reciente y magnífica de Jorge García.

Aunque sepamos poco del hombre, sí podemos intentar caracterizar al autor. El perfil cultural de Cervantes se inicia con sus años de formación. No queda constatado que hubiera cursado las primeras letras en un colegio jesuita, aunque de haber acompañado a su padre en su periplo andaluz sería factible. Sí sabemos que fue alumno del Estudio de la Villa de Madrid, escuela en la que se preparaba a los estudiantes para su entrada en la universidad. No se conserva el plan de estudios de esa institución, pero se suele suponer que no podía variar demasiado del que se impartía en los análogos jesuitas, la ratio studiorum. Su currículum debió concretarse en estudios de Gramática grecolatina, Humanidades y Retórica.[1] Por norma general, el maestro leía una selección de textos, que glosaba ampliando su lectura. Después analizaba cada una de sus partes, explicaba sus propiedades y resaltaba las características más importantes. A continuación citaba ejemplos similares, de estilo o argumento. También podía comentar las fuentes mitológicas, históricas, etc. Y acababa realizando una valoración del conjunto. El alumno, por su parte, memorizaba los textos, los copiaba y realizaba ejercicios de imitación.

Cervantes debió despuntar como alumno. Así lo dice su maestro, Juan López de Hoyos, reputado humanista que en 1568 había sido nombrado rector del Estudio de la Villa de Madrid. Cuando se le recuerda como ingenio lego, simplemente se constata que no cursó estudios universitarios pero, desde luego, se le puede suponer un buen conocimiento del latín y haber leído, al menos en traducciones, los clásicos griegos: la Odisea y las Etiópicas de Heliodoro, el Asno de Oro de Apuleyo y las Fábulas de Esopo, por ejemplo.[2]

Si reunimos las referencias y opiniones esparcidas por sus obras, podemos hacer un recuento de sus lecturas y, a veces, hasta de sus preferencias: la lírica española, desde los cancioneros hasta comienzos del siglo XVII, con Garcilaso de la Vega como predilecto; poetas italianos como Petrarca, Bembo, Ariosto y Tasso; La Celestina, el Lazarillo y las dos partes del Guzmán; el Amadís de Garcí Rodríguez de Montalvo y el Tirant de Joanot Martorell; la novela pastoril con la Diana al frente; los novellieri italianos, sobre todo Boccaccio y Bandello; también de Italia, los Diálogos de amor de León Hebreo; libros didácticos, de varias procedencias, temas y estilos, como el Galateo español de Gracián Dantisco (y posiblemente su inspirador italiano, Il Galateo de Giovanni della Casa), las Epístolas familiares de Antonio de Guevara, la Filosofía antigua poética, del Pinciano, la Silva de varia lección de Pero Mejía, etc.; y, de manera especial, el teatro de su época, sobre todo Lope de Vega.

Cervantes, lo vemos, fue un lector incansable, capaz de asimilar y mezclar fuentes clásicas y modernas, géneros y temas distintos, y, como ha dicho algún investigador, capaz de sintetizar su entorno y su bagaje literario para crear algo nuevo.

 

 

4. CERVANTES, POETA

 

Cervantes no forma parte del canon de poetas de su época. La poesía y sobre todo el teatro eran una fuente de prestigio e incluso de ganancias materiales y por eso mismo resultaba importante destacar en esos géneros. Él trabajó para despuntar tanto con sus poemas como con su teatro, pero su éxito fue mediano. Eso sí, mediano como el de tantos otros. Fue un poeta de segunda fila, como muchos de los recordados en su Canto de Calíope y su Viaje del Parnaso. La crítica es caprichosa y, como la Fortuna, suele subir o bajar a los autores según los tiempos y los gustos. No olvidemos, por ejemplo, que el libro más estimado de Cervantes hasta el siglo XIX fue el Persiles y no el Quijote. Y la crítica ha denostado al Cervantes poeta sobre todo por contraposición a la grandeza del Cervantes prosista. Pero la valoración suele resultar poco productiva, y es mejor intentar colocar al autor en su época.

Suele decirse que Cervantes, por su edad, llega tarde a la segunda generación de petrarquistas, nacidos entre los años veinte y treinta del siglo XVI, como Acuña, Baltasar del Alcázar, Cetina, Gregorio Silvestre o Montemayor, y pronto a la quinta de los años sesenta que traerá los nuevos modos barrocos, con Góngora y Lope a la cabeza. También suele ponerse de manifiesto que nunca pretendió crear un cancionero, ni siquiera reunir sus poesías. Cervantes fue, como muchos, un poeta circunstancial, habitual de las academias literarias y de los certámenes de poesía; de los preliminares de libros y de actos públicos. Sabemos que estrenó con éxito alguna comedia, pero no fue un dramaturgo reconocido, y a duras penas consiguió dar a la imprenta sus Ocho comedias y ocho entremeses.

Entre su repertorio, destacaron la «Epístola a Mateo Vázquez», las canciones a la derrota de la Armada Invencible, y sobre todo su «Romance de los celos» y su soneto al «Túmulo de Felipe II en Sevilla» (desgraciadamente, como era habitual en la época, copiados a menudo sin atribución). Esto apunta a que sus versos tuvieron cierta relevancia, comparable, como queda dicho, a la de tantos poetas de segunda fila.

Cuestión aparte es la teoría sobre la poesía y los poetas, donde Cervantes tiene mucho que decir y dice mucho. El Viaje del Parnaso podría ser, a este propósito, no solo un «ajuste de cuentas», como ha apuntado algún crítico (no sin razón), sino una exposición pormenorizada del horizonte poético de la época; casi un traslado de la picaresca al verso, con su narración en primera persona y su crítica social; la expresión de una «mente lúcida, capaz de juzgar el panorama contemporáneo, su situación en él, y velar tras la ironía y el humor la denuncia por el estado de cosas presente —y causa entre otras de su propia marginación—. A través de un anecdótico andamiaje mitológico —y desmitificador— enhebra Cervantes no el ya consabido panorama crítico de sus contemporáneos poetas, sino más bien un irritado reproche que reparte en tres órdenes muy estrechamente vinculados: el social, el moral y el literario» (Jordi Gracia, 1989, p. 81). Tendríamos, así, en el Viaje, el análisis del mundillo literario madrileño, en el que el éxito dependía más de la adulación y la hipocresía que de la propia valía de las obras. De esta forma, el Viaje se entiende como una reivindicación de la propia obra de Cervantes frente a la injusticia de ese círculo madrileño:

 

«Adiós», dije a la humilde choza mía;

«adiós, Madrid; adiós tu Prado y fuentes,

que manan néctar, llueven ambrosía;

adiós, conversaciones suficientes

a entretener un pecho cuidadoso

y a dos mil desvalidos pretendientes;

adiós, sitio agradable y mentiroso,

do fueron dos gigantes abrasados

con el rayo de Júpiter fogoso;

adiós, teatros públicos, honrados

por la ignorancia, que ensalzada veo

en cien mil disparates recitados;

adiós, de San Felipe el gran paseo,

donde si baja o sube el turco galgo,

como en gaceta de Venecia leo;

adiós, hambre sotil de algún hidalgo,

que por no verme ante tus puertas muerto,

hoy de mi patria y de mí mismo salgo».

 

(I, vv. 115-132)

 

Como es sabido y anunciado por Cervantes en los primeros versos del Viaje, la obra de referencia es el Viaggio in Parnaso (1582) de Cesare Caporali, con quien apenas comparte la idea inicial y algunos detalles. El italiano narra en primera persona cómo el protagonista huye de la Corte y decide viajar a Grecia para ponerse al servicio de Apolo. Una vez allí, halla muchos otros poetas que desean subir al monte. Tras una escena burlesca en la que Pegaso intenta abusar de la mula del poeta, abandona el monte y escribe unos «Avvisi del Parnaso», una serie de noticias recibidas de Apolo sobre una batalla que, capitaneada por Bembo, se había llevado a cabo contra los malos poetas. Sin duda, los puntos en común existen, hasta se puede relacionar la «Adjunta» con esos «Avvisi» finales, pero el yo narrativo tiene una dimensión autobiográfica en Cervantes y, sobre todo, el Viaje está dotado de una teoría poética que lo hace superior.

Ambos se incluyen en una tradición que va desde el libro de Caporali (1582), hasta I ragguagli di Parnaso de Boccalini (1612), el Viaje cervantino (1614), el Viaggio di Parnaso de Giulio Cesare Cortese (1621), las Coronas del Parnaso de Salas Barbadillo (1635) o el Vejamen de Jerónimo de Cáncer (hacia 1640).

En el Viaje del Parnaso se unen varias tradiciones. La epístola satírica, en tercetos, y los capítulos burlescos deben señalarse aquí. Como explica Rivers (1989), los tercetos de la Divina comedia de Dante habían sido emulados en los «capitoli» de los Trionfi de Petrarca y más tarde en la sátira clásica del siglo XVI, en especial en las Satire de Ariosto. Francesco Berni convierte el capítulo en un género plenamente satírico. Caporali supondría el desarrollo final de esa tradición, convirtiendo el capítulo en poema alegórico donde se parodia la cultura literaria de forma global.

En estrecha relación con la anterior, debe señalarse la tradición de la sátira menipea, género que le brindaba los elementos burlescos e imaginarios que necesitaba: desde los dioses transformados en calabazas de Séneca, hasta el viaje de Menipo de Luciano, pasando por la carta en prosa de Aretino a Gianiacopo Leonardi, donde también se narra un viaje imaginario al Parnaso. No deben olvidarse tampoco las ironías de Erasmo ni las «Premáticas del Desengaño contra los poetas güeros» (1600 y 1608) de Quevedo, que influyeron especialmente en la Adjunta.

Desde Cartagena, el poeta peregrino, antes soldado, que siempre trabaja y se desvela por parecer que tiene de poeta la gracia que no quiso darle el cielo (I, vv. 25-28), se embarca con Mercurio en una nave que lo llevará a Parnaso, donde será recibido por Apolo. Allí se desatará una batalla entre los buenos y los malos poetas. Y, tras ella, el protagonista volverá a su tierra de origen. El barco capitaneado por Mercurio, que recoge al protagonista cervantino, formado alegóricamente por elementos poéticos, nos lleva al mundo de los sueños a la vez que nos brinda las primeras reflexiones poéticas: los sonetos son legítimos (I, v. 254), los tercetos, valientes (I, v. 256), las redondillas, ligeras (I, v. 272), las estancias, honestas (I, v. 277), las sextinas, graves (I, v. 287), etc.

En realidad, son poquísimos los poetas que no reciben algún reproche, porque lo que se defiende sobre todo en el Viaje es la Poesía y lo que se critica es a los poetas que no le hacen justicia. Y así lo vemos en el elogio que hallamos en el capítulo IV (vv. 160-225):

 

«Esta, que es la Poesía verdadera,

la grave, la discreta, la elegante»,

dijo Mercurio, «la alta y la sincera,

siempre con vestidura rozagante

se muestra en cualquier acto que se halla,

cuando a su profesión es importante.

Nunca se inclina o sirve a la canalla

trovadora, maligna y trafalmeja,

que en lo que más ignora menos calla.

Hay otra falsa, ansiosa, torpe y vieja,

amiga de sonaja y morteruelo,

que ni tabanco ni taberna deja;

no se alza dos ni aun un coto del suelo,

grande amiga de bodas y bautismos,

larga de manos, corta de cerbelo.

[...]

Pero aquesta que ves es el aseo,

la gala de los cielos y la tierra,

con quien tienen las Musas su bureo;

ella abre los secretos y los cierra,

toca y apunta de cualquiera ciencia

la superficie y lo mejor que encierra.

Mira con más ahínco su presencia:

verás cifrada en ella la abundancia

de lo que en bueno tiene la excelencia;

moran con ella en una misma estancia

la divina y moral filosofía,

el estilo más puro y la elegancia;

[...]

En fin, ella es la cifra do se apura

lo provechoso, honesto y deleitable,

partes con quien se aumenta la ventura.

Es de ingenio tan vivo y admirable,

que a veces toca en puntos que suspenden,

por tener no sé qué de inescrutable.

Alábanse los buenos, y se ofenden

los malos con su voz, y de estos tales

unos la adoran, otros no la entienden.

Son sus obras heroicas inmortales;

las líricas, süaves de manera

que vuelven en divinas las mortales.

Si alguna vez se muestra lisonjera,

es con tanta elegancia y artificio,

que no castigo sino premio espera.

Gloria de la virtud, pena del vicio

son sus acciones, dando al mundo en ellas

de su alto ingenio y su bondad indicio».

 

Para Cervantes la poesía es una ciencia universal, la disciplina superior, que engloba a todas las demás, y así lo dice de nuevo en el capítulo IV (vv. 250-252): «¿Puede ninguna ciencia compararse / con esta universal de la Poesía, / que límites no tiene do encerrarse?». Y la única forma seria de afrontar su estado era la parodia.

 

 

5. BIBLIOGRAFÍA ESENCIAL

 

Ediciones consultadas

 

—Canto de Calíope y otros poemas, ed. Jenaro Talens, Madrid, Biblioteca Nueva, 2001.

—Don Quijote de la Mancha, dir. Francisco Rico, edición del Instituto Cervantes, Barcelona, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 2004 (2 vols.).

—Obras menores. Redondillas, odas, elegías, romances, sonetos, etc. seguidos del Viaje al [sic] Parnaso, ed. Juan Givanel Mas, Barcelona, Antonio López Editor, 1905.

—Poesía, ed. Adriana Lewis Galanes, Zaragoza, Ebro, 1972.

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6. LA EDICIÓN

 

La transcripción de los textos se ha realizado respetando las formas con valor fonológico, y modernizando aquellas que solo suponen preferencias gráficas o fonéticas. Se ha modernizado asimismo la puntuación. Los testimonios utilizados se ofrecen en la bibliografía y en las notas introductorias a cada poema. La anotación, sin ser exhaustiva, intenta dar cuenta de los lugares problemáticos más significativos y aclarar el mayor número de referencias a personajes y sucesos de la época.