método
Refrescantes, hidratantes y preciosas, estas bebidas resultan geniales en fiestas, y te sirven para utilizar las frutas antes de que se dañen. Básate en esta receta para idear las que más te gusten.
2 tazas de fruta picada
4 tazas de agua
agregados
1 cucharadita de extracto de vainilla
chorrito de jugo cítrico
azúcar
hojas de menta
hojas de otros tipos de hierbas culinarias
variaciones
mora azul (blueberry) y limón amarillo
pepino y limón amarillo
mango y limón verde (lima)
melón
naranja
papaya (lechosa, fruta bomba) y piña (ananá)
durazno (melocotón) y vainilla
fresa (frutilla) y menta
1 Para que quede con un sabor suave el agua fresca, mezcla solamente la fruta y el agua. ¡Listo! Si deseas más sabor a fruta, utiliza menos agua; para que tenga un sabor más sutil, utiliza más agua.
2 Sirve el agua fresca con hielo. ¡Prueba cualquier fruta que te guste! En el refrigerador, esta bebida se conservará bien durante unos
3 días y hasta un máximo de una semana.
POR LO GENERAL UTILIZO LA LICUADORA PARA PREPARAR MIS AGUAS FRESCAS. Si quieres clara la bebida, cuélala después de licuarla para eliminar la pulpa extra de la fruta. Lo más probable es que quieras colar la bebida si vas a utilizar moras azules o naranjas o cualquier otra fruta que tenga cáscara. Con ciertas frutas, tendrás la opción de dejar o no la pulpa.
ideas
Aquí te tengo cuatro tipos de licuados pero, por supuesto, que una vez le cojas el truco, habrá muchas más combinaciones de sabores que preparar. La fruta congelada es perfecta para los licuados (smoothies). O, utiliza la fruta demasiado madura que no te comerías de otra forma. Agrega una cucharadita de extracto de vainilla a cualquiera de estos licuados y darán la impresión de ser increíblemente profesionales. Las bebidas de melón congelado, en particular, con su consistencia parecida a la de los raspados (granizados), son una refrescante delicia en esos cálidos días de verano. Dos—de sandía y de melón verde (honeydew)—se ven en la foto de la derecha. (El lassi de mango no aparece en la foto. PARA 2
1 Bebida de yogur
$0.50 porción / $1 total
1/2 taza de yogur, que no sea griego
1/2 taza de jugo de fruta
Si te gustan las bebidas de yogur de la tienda de alimentos, trata de preparar estas en casa ¡por menos! Ni siquiera tienes que licuarlas—solo agrega el yogur y el jugo al frasco y, a continuación, agita el frasco.
2 Licuado de bayas
$1 porción / $2 total
1/2 taza de yogur, que no sea griego
1 taza de bayas (moras) congeladas
leche o jugo para que no quede tan espeso, según haga falta
1 cucharadita de extracto de vainilla
Licúa el yogur, las bayas, un poco de leche y la vainilla hasta obtener una consistencia homogénea y, a continuación, modifica la bebida al gusto con más bayas o leche.
3 Licuado de melón
$0.50 porción / $1 total
1 taza de melón congelado picado
1/2 taza de agua o jugo
1 cucharadita de extracto de vainilla
Cuando compres melones, corta en cubos el que no te comas y pon los cubos en el congelador. Mide una taza cada vez que lo uses y licúalo con un poco de agua o jugo y con vainilla para que quede menos espeso. Es como un raspado, ¡pero mejor!
4 Lassi de mango
$1 porción / $2 total
1 mango, pelado, sin hueso y cortados en cubos
1 taza de yogur, que no sea griego
leche para que quede menos espeso, según haga falta
Licúa juntos el mango y el yogur. Si queda demasiado espeso para beberlo con un popote (pajilla, sorbeto), agrega algo de leche para que no quede tan espeso. A menudo lo único que necesitarás será un jugoso mango maduro combinado con yogur. Advertencia: Si preparas este licuado para dárselo a los niños, te lo pedirán una y otra vez.
John, el lector que me dio a conocer la sedosa magia de los batidos, vive en California, lugar en el que los aguacates (paltas) suelen costar menos de un dólar. Si consigues una ganga como esa, ¡improvisa una tanda de estas bebidas! PARA 2
1 aguacate (palta), pelado y sin hueso
2 tazas de leche, bebida de leche de coco, leche de almendra o de leche de arroz
1 cucharadita de extracto de vainilla
1 cucharada de jugo de limón verde (lima)
pizca de sal
2 cucharadas de azúcar
Mezcla el aguacate, la leche, la vainilla, el jugo de limón, la sal y el azúcar en la licuadora, y ¡a licuar! Deja que siga por un rato para que el aguacate se deshaga y se licúe con la leche. Una vez adquiera el color de la rana Kermit, ya está. Pruébalo y agrega más azúcar o más jugo de limón según haga falta.
SI EL AGUACATE NO ESTá TAN MADURO, harás resaltar su sabor con un poco más de jugo de limón verde.
Cuando veas sandías, melones verdes y melones cantalupos bonitos rebajados de precio, cómpralos. Come la mitad y, a continuación, corta en cubos y congela la otra mitad. Cuando quieras un rápido postre o licuado, saca la bolsa de sandías o melones y prepara esta receta. PARA 4
2 tazas de melón congelado picado
½ taza de yogur sin sabor
¼ taza de azúcar
1 cucharadita de extracto de vainilla o de jugo de limón verde (lima) (opcional)
Agrega el melón o la sandía, el yogur, el azúcar y la vainilla, si la vas a usar) al procesador de alimentos o a la licuadora. Procésalos o licúalos hasta obtener una consistencia homogénea. No los licúes de más o te quedará demasiado suave la nieve. Sírvelo de inmediato o guárdala en el congelador para disfrutarla en otra ocasión.
ideas
El arroz con leche es tan sencillo de preparar—es casi tan fácil como cocinar arroz sencillo. Es un maravilloso postre para preparar con anticipación si vas a tener invitados, y lo puedes mejorar con bayas (moras), nueces o con Plátanos Caramelizados. He incluido unas cuantas variaciones, pero experimenta, por favor: La leche, el arroz y el azúcar son un lienzo en blanco genial. Haz la prueba de cambiar el azúcar por miel o de incorporar una cucharada de cacao en polvo, de mantequilla de maní (cacahuate) o de hojuelas de coco. PARA 4
PARA 4
½ taza de arroz de grano largo
2 tazas de leche
½ taza de azúcar
⅛ cucharadita de sal
2 cucharaditas de extracto de vainilla o ½ vaina de vainilla, sin las semillas
1 Calienta una olla a fuego medio y agrega el arroz, la leche, el azúcar y la sal. Revuelve hasta que se disuelva el azúcar y, a continuación, hierve la mezcla. Una vez hierva la leche, reduce el fuego a bajo y mantén un hervor suave durante 20 minutos. Pon la tapa medio sesgada de modo que pueda escapar el vapor.
2 Retira un grano de arroz y pruébalo para ver si ya está. Si está suave y se deja masticar por completo, entonces ya está. Si no, cocina el arroz unos cuantos minutos más. Una vez esté el arroz, agrega la vainilla y revuelve.
3 Retira el arroz del fuego y déjalo enfriar a temperatura ambiente. Déjalo en el refrigerador durante 2 horas antes de servir para que esté bien frío. Lo puedes comer caliente también, pero si esperas, se pondrá espeso en el refrigerador y su textura será más placentera.
1 Estilo indio
$0.65 porción / $2.60 total
½ taza de arroz basmati
2 tazas de leche
½ taza de azúcar
⅛ cucharadita de sal
1 cucharadita de cardamomo
¼ taza de almendras o pistachos picados
Sigue las instrucciones para preparar el arroz con leche, pero utiliza arroz basmati y agrega el cardamomo en vez de la vainilla en el Paso 2. Espolvoréalo con las nueces picadas.
2 Pay de calabaza
$0.60 porción / $2.40 total
½ taza de arroz de grano largo
¾ taza de puré de calabaza fresco o enlatado
2 tazas de leche
½ taza de azúcar morena
⅛ cucharadita de sal
1 cucharadita de canela molida
½ cucharadita de clavos de olor molidos
½ cucharadita de jengibre molido
Sigue las instrucciones para preparar el arroz con leche básico, pero utiliza azúcar morena y agrega la calabaza, la canela, los clavos de olor y el jengibre, todos ya revueltos juntos antes de agregarlos a la olla. Mantén un hervor suave durante 25 minutos (en vez de 20), revolviendo constantemente.
De sabor fuerte, rico, cremoso y ligeramente chicloso, este postre puede ser una alternativa más sana que el arroz con leche, y definitivamente es comparable en lo sabroso. PARA 2
½ taza de arroz integral de grano corto
2 tazas de agua
⅛ cucharadita de sal
1 lata (13.5 onzas) de leche de coco entera
½ taza de azúcar
cáscara rallada de un limón verde (lima) o de 1 naranja
4 rebanadas de jengibre, agregadas junto con la leche de coco y luego retiradas antes de servir (opcional)
1 Calienta una olla a fuego medio. Agrega el arroz con el agua y la sal. Hiérvelo, reduce el fuego a bajo y cocínalo durante 35 minutos. Pon la tapa medio sesgada de modo que pueda escapar el vapor.
2 Vierte el arroz en un colador para escurrirlo. Debe estar casi cocido, pero no totalmente.
3 Calienta a fuego medio la leche de coco y el azúcar en la olla que ahora ya está vacía. Revuelve el arroz y deja que se cocine hasta que se disuelva el azúcar.
4 Pon el arroz integral de vuelta en la olla y hiérvelo a fuego medio. Reduce el fuego a bajo y mantén un hervor suave con la olla tapada durante 15 minutos más. Prueba el arroz para asegurarte de que se haya suavizado—en caso contrario, mantén un hervor suave durante unos cuantos minutos más. Agrega la cáscara rallada de limón o de naranja y revuélvela.
5 Retira el arroz del fuego y déjalo enfriar a temperatura ambiente. Te lo puedes comer caliente también, pero si lo enfrías durante 2 horas antes de servir, se pondrá espeso y tendrá una textura más placentera.
Estos plátanos–cocidos con solo un poco de caramelo—quedan crujientes y pegajosos por fuera y casi como una natilla suave por dentro. Dulces e irresistiblemente ¡te chuparás los dedos! PARA 2
1 cucharada de mantequilla
2 cucharadas de azúcar morena
2 plátanos (bananas), pelados y abiertos por la mitad a lo largo
1 Derrite la mantequilla a fuego medio-alto en un sartén de hierro fundido o antiadherente. Agrega el azúcar y déjala derretir en la mantequilla durante unos 2 minutos. Revuélvela una vez para obtener una consistencia homogénea.
2 Coloca los plátanos boca abajo
dentro de la mezcla de mantequilla y azúcar y, a continuación, cocínalos unos 2 minutos hasta que se doren y se pongan pegajosos. Dales vuelta con cuidado y cocínalos de la misma manera por el otro lado.
3 Sírvelos tal cual o córtalos en cuatro pedazos. Rocía sobre los plátanos el caramelo que quede en el sartén. Sírvelos con helado o solos.
Estas galletas son lo suficientemente chiclosas, crujientes y pegajosas para ser el antojito especial perfecto. RINDE APROXIMADAMENTE 40 GALLETAS
⅔ taza de coco rallado sin endulzar
1 taza (2 barras) de mantequilla sin sal
2 tazas de harina de uso general
1 cucharadita de sal, y más para espolvorear
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1½ taza de azúcar morena oscura bien compacta
2 huevos
2 cucharaditas de extracto de vainilla
1½ taza de chispas (trocitos) de chocolate
1 Precalienta el horno a 350°F.
2 Esparce el coco en una capa fina y pareja en una charola (bandeja) para hornear. Colócalo en el horno y hornéalo de 5 a 8 minutos hasta que se dore un poco, se tueste y quede aromático.
3 Derrite la mantequilla a fuego bajo en una cacerola con fondo pesado. Deja que la mantequilla derretida se enfríe en la charola durante unos cuantos minutos.
4 Mezcla la harina, la sal y el bicarbonato de sodio en un tazón mediano.
5 Bate el azúcar morena y la mantequilla derretida en un tazón grande unos 2 minutos hasta obtener una consistencia homogénea. Agrega los huevos y la vainilla y bátelos unos 5 minutos hasta que el batido adquiera un tono claro. Agrega la mezcla de harina a la de azúcar morena, un tercio a la vez, y revuelve hasta que se forme una masa homogénea de color marrón oscuro. Agrega las chispas de chocolate y el coco tostado y revuélvelos justo hasta que se combinen.
6 Deja la masa en el refrigerador durante 20 minutos. Puedes omitir este paso si tienes prisa, pero dejar reposar la masa en el refrigerador te servirá para que las galletas se horneen de forma más pareja.
7 Unta un poco de harina a una charola (bandeja) para hornear y vierte en ella cucharadas colmadas de masa, dejando grandes espacios entre las galletas de modo que tengan por donde esparcirse. Yo suelo poner unas 6 galletas por bandeja. Justo antes de poner las galletas en el horno, espolvoréalas con la sal.
8 Déjalas hornearse de 8 a 10 minutos hasta que se doren. Después de retirarlas del horno, déjalas en la charola para hornear para que cuajen durante 2 minutos y, a continuación, pásalas a rejillas para enfriar repostería para que se enfríen más. Las galletas estarán bien suaves cuando salgan por primera vez del horno, pero se pondrán duras pronto, así que si las dejas en la charola durante 2 minutos, las vas a poder mover con más facilidad. No apiles las galletas sino hasta que se terminen de enfriar.
9 Repite los Pasos 7 y 8 hasta que se acabe la masa. Ya terminadas, almacena las galletas en un recipiente hermético por un máximo de una semana.
Adaptación del pastel de manzana que suele servirse durante Rosh Hashaná, este pastel es sencillo y un postre maravilloso, con café o té, o como algo dulce de desayuno. Los jugosos duraznos (melocotones) le dan un montón de sabor. Si compras duraznos de temporada, puede ser que el precio sea bastante razonable. PARA 12
1 taza (2 barras) de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
6 duraznos (melocotones), sin hueso y cortados en 8 rebanadas cada uno
jugo de ½ limón amarillo
1 cucharadita de canela en polvo
2 tazas de harina de uso general
2 cucharaditas de polvo para hornear
1⅓ taza más 1 cucharada de azúcar morena bien compacta
⅛ cucharadita de sal
1 cucharadita de extracto de vainilla
2 huevos grandes
ESTE PASTEL es una base excelente para toda clase de fruta, desde otras frutas con hueso como las ciruelas, hasta las manzanas y las bayas (moras). Cualquier fruta funcionará, a excepción de las cítricas y de los melones. Haz la prueba con frutas congeladas si la que quieres no está de temporada.
1 Precalienta el horno a 350°F.
2 Utiliza el envoltorio de papel de la mantequilla para engrasar un poco un molde para hornear de vidrio de 8x10 pulgadas o un molde con aro desmontable de 9 pulgadas. No importa la forma, siempre y cuando sea lo suficientemente grande. Este pastel duplica su tamaño al hornearse.
3 Mezcla las rebanadas de durazno con el jugo de limón y con la canela en un tazón grande utilizando las manos y asegurándote de que queden bien recubiertas con la canela.
4 Mezcla la harina con el polvo para hornear en un tazón mediano y deshazte de los grumos.
5 Bate la mantequilla, 1⅓ taza de azúcar morena y la sal en otro tazón grande, ya sea con una cuchara de madera o con una batidora eléctrica. Detente cuando la mezcla esté esponjosa y haya aclarado un poco su color, lo que tomará unos 5 minutos. Agrega la vainilla y, a continuación, los huevos uno por uno, mezclando bien el primero antes de agregar el otro.
6 Agrega la mezcla de harina a la de mantequilla, incorporándola suavemente hasta obtener una consistencia homogénea. (Si usaste la batidora eléctrica, cambia a la cuchara de madera). El batido quedará bastante espeso.
7 Esparce la mitad del batido en el molde que engrasaste. Distribuye sobre el batido y de forma pareja 24 de las rebanadas de durazno. (Debe haber 48 en total). Esparce la otra mitad del batido sobre los duraznos y, a continuación, cúbrela con el resto de los duraznos. Espolvorea el pastel con la cucharada restante de azúcar morena y colócalo en el horno.
8 Hornéalo aproximadamente 1 hora hasta que al insertar un cuchillo en el centro, este salga limpio.