44 . Pracinha , diminutivo de plaza o soldado raso, era el término afectuoso con el que la prensa brasileña y la población bautizó a sus compatriotas destinados en Europa. Brasil no entró en guerra hasta agosto de 1942; antes, su presidente, Getúlio Vargas, había flirteado con el fascismo, pero acabó decantándose por los Aliados. El escudo de la Fuerza Expedicionaria Brasileña representaba una serpiente fumando en pipa, como respuesta a aquellos que habían asegurado que era más fácil que una serpiente fumase a que Brasil entrase en guerra. La contribución brasileña en forma de 25.334 hombres sería valiosa para los Aliados en el frente italiano; destacó su actuación en la dura batalla de Monte Castello, de noviembre de 1944 a febrero de 1945. La intervención brasileña se saldaría con la muerte de 459 pracinhas. Como premio por su aportación, en mayo de 1945 invitaron a la Fuerza Expedicionaria Brasileña a unirse a las fuerzas de ocupación aliadas en Austria. No obstante, el gobierno brasileño declinó el ofrecimiento, receloso del prestigio que estaba obteniendo el Ejército (considerado entonces un importante poder fáctico) gracias a su brillante desempeño en la guerra.