67 . En 1995, el coronel John Lansdale, jefe de seguridad del Proyecto Manhattan, hizo unas sorprendentes declaraciones al diario The New York Times . Aseguró que una parte del uranio empleado en las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki procedía de la propia Alemania nazi. Al parecer, el submarino germano U-234 se dirigía a Tokio en mayo de 1945 cuando la flota norteamericana lo interceptó. Se rindieron inmediatamente. En su interior transportaba diez contenedores llenos de óxido de uranio, que —siempre según Lansdale— serían utilizados para fabricar las bombas. Este uranio procedía de un centro de investigación secreto situado en Stassfurt, al norte de Alemania, que el mismo coronel Lansdale se había encargado de asaltar el 17 de abril de 1945. En él se hallaron unas mil cien toneladas de minerales destinados al programa de fabricación de una bomba nuclear, entre los que se encontraba óxido de uranio como el encontrado en el submarino. Esta misión tenía como objetivo adelantarse a la Unión Soviética, que también ansiaba beneficiarse del proyecto atómico germano.