Primer encuentro (8)

Esa trémula rosa que en tu pecho

me parece de mármol, ese helecho

de tu pelo trenzado atardecido,

yo los he como a ti reconocido.

Esa forma redonda de tu cuello

y en tu boca el asombro como un sello

pidiendo a mis palabras un secreto,

ese consuelo efímero, indiscreto,

de tus abiertos ojos ¿los visito

por vez primera? No. ¿No será un rito,

de formas de palabras, restituido,

que nos ha ardientemente reunido?

Agitando reflejos como un río

ese constante desencuentro mío

con tus dulces palabras, esa mano

que me indica algún cielo de verano,

ese recuerdo tímido en la fuente

con esa misma voz no es diferente

del que evocaste en mí ya muchas veces.

Secretos ya confiados no confieses

como si regalases un misterio

nacido de tu dulce cautiverio.

Como parece arder en llamas rojas

una nube con lluvia entre las hojas

te amaré con un llanto de esperanza

pues la dura alegría en ti me alcanza.

8- Hay otro poema con este título, véase pág 77 de Poesía Completa II.