Lo que empieza en cólera, acaba en vergüenza.
BENJAMIN FRANKLIN
1965. Varios jóvenes vestidos con uniformes nazis se reúnen en un castillo de Barcelona. Son militantes de Cedade, plataforma neonazi europea supuestamente gestada por la Internacional Negra de Odessa.
“CUIDA DE MANTENER TU RAZA PURA. Es la única garantía para mantener una sociedad equilibrada. No desprecies a las demás razas. El mejor aprecio que les puedes hacer es mantenerte separado”. Esta es una de las normas disciplinarias que debían acatar los “camisas pardas” que militaban en Cedade –Círculo Español de Amigos de Europa–, una siniestra organización, auspiciada al parecer por antiguos combatientes de la SS a través de Odessa, que pretendía rehabilitar el Nuevo Orden en Europa.
En su constitución como entidad cultural, Cedade se definió, por encima de todo, como una “asociación Wagneriana”, reivindicando uno de los elementos culturales más estrechamente ligados a la ideología del II Reich. Pero, más allá de las afinidades operísticas compartidas por sus miembros, Cedade asumía el difícil reto de procurar un “lavado de imagen” del nacionalsocialismo, ensalzando un panegírico de la figura de Hitler y sirviendo de cauce de propaganda para las teorías negacionistas del holocausto. En el marco de esta estrategia, la élite de sus más destacados miembros lograría infiltrarse en diversos ámbitos intelectuales y universitarios, contribuyendo a difundir las semillas del nazismo en el amplio abanico de la esfera política, social y cultural.
La gestación de Cedade tuvo lugar el 22 de agosto de 1965 en el castillo de la Pobla de Claramunt en Barcelona, escenario que sirvió para acoger la primera reunión de un grupo de jóvenes nacionalsocialistas, muchos de los cuales todavía tienen su rostro marcado por el acné de la adolescencia. Resulta extremadamente turbador comprobar cómo jóvenes, que apenas habían alcanzado todavía su mayoría de edad, manifestaban un compromiso de fe inquebrantable con las bases del más puro nacionalsocialismo con la misma dialéctica como en su momento lo hubiera hecho cualquier miembro de las Juventudes Hitlerianas:
“Nosotros, como Hitler, pretendemos despertar al pueblo europeo dándole conciencia de lo que éste significa en la Historia de la Humanidad. (…) Como herederos de nuestros antepasados, nos corresponde ahora conseguir esta Nueva Civilización, una gran cultura, y por lo tanto un Hombre Superior, o lo que es igual, un hombre con conocimiento de lo que hasta hoy ha ocurrido y a partir de ello forjar los remedios, no sólo para no volver a caer, sino para elevarse más allá de lo que cualquier hombre hubiera soñado para una civilización. A simple vista, esto puede parecer absurdo, una quimera para la época actual. Pero desde nuestro punto de vista ideológico basado en el espíritu, nada hay imposible con disciplina, conocimiento y la voluntad característica de nuestra raza, que se transforma en un grito al hombre de mañana: ‘¡Quiero ser más que vosotros!”72.
Con el tiempo, e integradas dentro de la plataforma del NOE, las siglas de Cedade se convertirían en la tribuna más actual para difundir el doctrinario nacionalsocialista reclutando a nuevos militantes entre los jóvenes atraídos por el discurso de los más destacados jerarcas nazis como Otto Skorzeny, Leon Degrelle, Leo Negrelli y un tal Friedrich Kuhfuss. Éste último sería un ex combatiente encargado de orientar a los nuevos portavoces del discurso nazi en algunas directrices, posibilitando gran parte de sus contactos internacionales.
La relevancia de Cedade como organización capaz de movilizar internacionalmente a los distintos grupúsculos “ultra” no sería minimizada por las autoridades de la República Federal Alemana. Durante décadas, los servicios de inteligencia alemanes –Verfassungsschutz, Oficina de Protección de la Constitución– realizaron un minucioso seguimiento de las actividades de esta plataforma, considerada por el Parlamento Europeo como “uno de los grupos neonazis más antiguos, numerosos y activos de Europa”73.
Así, por ejemplo, y según un informe elaborado por el Ministerio del Interior alemán a comienzos de los ochenta, Cedade mantenía estrechos contactos con la red de organizaciones neonazis existentes en este país, destacándose a las Juventudes Vikingas74 de Berlín Occidental. Entre las actividades desarrolladas en el marco de colaboración del eje hispanoalemán, Cedade se ocupaba de la publicación del boletín Das Deutsche Blatt –Periódico Alemán–, editado a través de su delegación argentina para ser remitido posteriormente a la República Federal75. A cambio, y según el semanario alemán Der Spiegel, es probable que desde Alemania se contribuyese a la financiación para el mantenimiento de determinados grupos neonazis españoles76.
Parecía como si la Internacional Negra hubiera delegado en España la toma de riendas en la reorganización ideológica y propagandística del nuevo discurso con el que el nacionalsocialismo pretendía seducir nuevamente a Europa. Tal y como se evidenciaba en las páginas de Nation Europa, órgano de difusión neonazi alemán de finales de los setenta, “las próximas grandes decisiones para el futuro de Europa no serán adoptadas en Bonn, sino en España y en Sudáfrica”77.
La operatividad de Cedade se mantuvo vigente hasta escasos meses antes de su disolución, tal y como corrobora el informe anual elaborado por los servicios de inteligencia alemanes que, en agosto de 1993, destacaba sus conexiones con ideólogos neonazis de Austria y Alemania. Al parecer, la organización española habría posibilitado la impresión de las revistas clandestinas Sieg –Victoria– y Halt –Alto– de carácter revisionista –que niegan la existencia del holocausto y los campos de concentración–, destinadas a su difusión en países de habla alemana, estrategia que permitía evitar la rígida censura impuesta por sus legislaciones estatales78.
Si bien no se conoce con exactitud la cifra exacta de militantes durante su época dorada79, Cedade lograría desplegar una amplia red de contactos, dentro y fuera de España, absolutamente inimaginable80. Aunque Cedade se disolvería oficialmente en octubre de 1993, una circular difundida por sus dirigentes detalla cada uno de los pasos a seguir en relación con una nueva estrategia que, desde la sombra, movería los hilos de distintas organizaciones para mantener el embrión del nazismo en Europa y posibilitar, en el futuro, la restauración de un IV Reich.
El ambicioso plan, bautizado como Proyecto de Futuro81, presenta una nueva “forma de lucha” que, tras su disolución como entidad legal, convierte a Cedade en una sombra alargada inspiradora de una nueva estrategia articulada a través de un comité que se encargaría “de establecer las conexiones con las fuentes de las que pueda salir un discurso ideológico de la más alta calidad y adecuado al momento histórico. (…) La actividad consistirá esencialmente en el reciclaje y formación de los militantes y de otras personas ideológicamente próximas para convertirlos en cuadros de un futuro movimiento político”82.
El propósito de esta nueva estrategia permitiría revitalizar el nazismo, adaptando su discurso al momento histórico presente y haciendo que su doctrina penetre tácitamente en la conciencia de la colectividad social. Desde partidos políticos de corte populista hasta entidades culturales, pasando por asociaciones de formación juveniles, serían algunos de los grupos cuyos hilos convergen como ramificaciones, disimuladamente auspiciadas, por este Comité.
“Nosotros –se explica casi de manera confidencial en las páginas del documento citado– no queremos que la gente sepa si somos o no somos nacionalsocialistas. Lo que queremos es que la sociedad se oriente en torno a nuestras ideas nacionalsocialistas, de forma que éstas se lleven a cabo. (…) Este será nuestro objetivo y nuestro éxito”83.
Prácticamente puede afirmarse que Cedade constituirá el embrión de casi la mitad de la constelación de organizaciones neonazis surgidas en España desde mediados de los años sesenta y que, aún hoy, sus siglas constituyen un referente que impulsa casi cualquier proyecto de difusión del nacionalsocialismo. Y en el mantenimiento de esa estrategia colaborarán, desde la sombra, los servicios de inteligencia de varios países… ¿Hasta qué punto las organizaciones neonazis son un instrumento de manipulación social al servicio de los poderes fácticos que nos gobiernan?
72 Cfr. Epígrafe “Un hombre Superior” en el boletín Cedade (1980, 30 de enero), n.º 88, pág. 39.
73 Según el Informe Ford hecho público en 1989 por el eurodiputado laborista James Glyn Ford a instancias de una Comisión Especial del Parlamento Europeo para analizar el resurgir del racismo y la xenofobia en Europa. Cfr. Monteira, F. (1990, 14 de julio). “España cuenta con uno de los grupos neonazis más activos de Europa, según el Parlamento Europeo” El País, sección España. O también en Sánchez, S. (1993, 2 de septiembre). “Reservas nazis en España” El País, sección España.
74 Con menor infraestructura que su homólogo alemán, en Madrid y Lugo se asentaría a principios de los ochenta una representación de este grupo liderado por el “capitán” Walter Matheai, ex miembro de la SS. Cfr. Conde, P. (1982, 25 al 31 de agosto). “Descubrimos el campamento nazi de Galicia”. Interviú, n.º 328, pp. 30-35.
75 Cfr. Sierra, J. (1980, 15 de marzo). “El Gobierno de la RFA denuncia la colaboración entre neonazis y Fuerza Nueva”. El País, sec. Internacional. Un mes y medio antes, las autoridades alemanas lograron desarticular una de las principales organizaciones neonazis: el Grupo Deportivo Militar Hoffman, cuyos miembros habían hecho acopio de un gran arsenal de armamento, incluyendo un tanque de doce toneladas. Cfr. S. J. (1980, 31 de Enero). “Desarticulada la mayor organización neonazi alemana”. El País, sec. Internacional.
76 Cfr. Mercado, F. (1984, 18 de Noviembre). “La diáspora ultra” El País, sección España.
77 Cfr. Puente, C. (1976, 30 de Octubre). “Nazi-fascismo español en Alemania” Cuadernos para el Diálogo, n.º183, pág. 22.
78 Cfr. Martín Font, J. M. (1993, 31 de Agosto). “Un grupo nazi español, principal apoyo de los ‘ultras’ de habla alemana”, El País, sección España.
79 Las fuentes consultadas barajan un amplio abanico de cifras que oscila entre 1500, 700 o incluso quienes apuntan a solamente 50 miembros activos dentro de Cedade. Consideramos como dato más fiable el que sugiere que su militancia pudo rondar los seiscientos seguidores y cuyo número de simpatizantes fluctuaría en torno a los dos mil. (Cfr. Casals, X. (1995). Neonazis en España Barcelona: Grijalbo, pág. 130).
80 Según distintos testimonios recabados en nuestra investigación, Cedade llegó incluso a mantener contactos, aproximadamente en torno a la primera mitad de los años ochenta, con sectas esotéricas de simbología filonazi pero que no se tradujeron en ningún tipo de acuerdo para colaborar conjuntamente.
81 Cfr. Moyano, A. L. (2000). “Operación clave 14/88: los nazis preparan el Nuevo Orden”. Enigmas, n.º 50, pág. 18.
82 Cfr. “Proyecto de futuro: triunfo del cambio”, boletín Mundo Nacionalsocialista (1993, junio), n.º 52, pág. 10.
83 Cfr. Ibíd. pág. 15.