“Es un error esencial considerar la violencia como una fuerza.”
THOMAS CARLYLE
Los skinhead, la ramificación más violenta del entramado neonazi, surge y prolifera en el entorno de las peñas deportivas. Según fuentes del propio Ministerio del Interior, serán las directivas de los clubes de fútbol las responsables de impulsar y financiar a estas organizaciones, implicadas en la comisión de actos vandálicos.
ACTUALMENTE, Y SI HACEMOS CASO A ALGUNAS de las cifras que se barajan, el movimiento skin está experimentando un proceso de avance que se refleja, sobre todo, en los índices de sus manifestaciones violentas. Inmigrantes, homosexuales y jóvenes de izquierdas son los principales objetivos de los más de catorce mil skins que, repartidos en unas setenta organizaciones conectadas entre sí, se calcula que operaban por la geografía del Estado Español en el año 2004135, una cifra que triplica la apuntada por algunos expertos hace diez años. Pero, ¿cuándo comenzó a extenderse la pesadilla skin en España?
Parece ser que no es hasta el año 1985 cuando comienzan a registrarse las primeras manifestaciones violentas de los “cabezas rapadas” dentro de la geografía española136; aunque su presencia ya se hizo visible en 1981 en algunos estadios de fútbol catalanes. Igual que en el caso de Inglaterra, será dentro del entorno de las peñas deportivas donde comenzarán a brotar las primeras manifestaciones de la acción radical skin. La simbiosis entre deporte y violencia neonazi se produce casi instintivamente desde la propia entrada del movimiento skinhead en España.
Según se desprende de un estudio antropológico realizado a comienzos de los noventa y titulado El mundo de los jóvenes: imágenes y estilos juveniles a instancias del ayuntamiento de Barcelona, “el fútbol es uno de los referentes más importantes a partir del cual se estructura el universo real y simbólico de la casi totalidad de los skins, sean de la tendencia que sean (…). Se trata de colegas frente a un enemigo común que cohesiona y homogeneiza todo un entramado de sentimientos y actitudes”137.
Para el historiador César Vidal, el movimiento skin, lejos de responder a una dinámica de manifestación absolutamente espontánea, se articularía dentro de una red coordinada y financiada, en parte, desde Estados Unidos. Según él, estos grupos están “relativamente bien coordinados. Editan folletos con mensajes xenófobos, listas de personas a las que perseguir y consignas racistas. Y si se profundiza, se observa que detrás hay personas de más edad que tratan de ‘conducirlos’. Entre los grupos nazis de la Facultad de Derecho y los skins que matan homosexuales o extranjeros en los parques hay una relación funcional. Los skins hacen ahora el trabajo sucio”138.
Pegatina de un grupo skin de Castilla.
Pero, ¿quién se esconde detrás de la génesis de estos grupos radicales? Tanto en España como en el resto de Europa, son de sobra conocidas las conexiones entre los más violentos skinhead y las directivas de los distintos clubes de fútbol. Así se evidencia en documentos policiales que mencionan la pasividad de los clubes de fútbol ante la violencia de sus socios aficionados. “No son conocidas iniciativas destacadas a nivel nacional, por parte de las directivas de los clubes, que limiten o autocontrolen la agresividad–violencia de los grupos eversivos; y si se producen aquéllas, son muy escasas y de estrategia coyuntural que sirven para la gestión de las directivas”139. De hecho, los primeros grupos de rapados serán, de algún modo, promocionados, activa o permisivamente, por presidentes de clubes de fútbol, entre cuyos mecenas suele destacarse a Jesús Gil y Gil y Ramón Mendoza, del Atlético y el Real Madrid respectivamente.
Por si quedara alguna duda, un reciente informe elaborado por el Ministerio del Interior reconoce que “varios directivos fomentaron y protegieron la formación de los grupos ultra en sus comienzos, financiando parcialmente sus desplazamientos, facilitando los accesos a los estadios, al conseguir entradas a precios simbólicos e incluso procurándoles un pequeño cuarto en los propios recintos, donde depositaban los banderones, pancartas y hasta el material pirotécnico que despliegan en la grada”140.
Peñas radicales como Boixos Nois, Brigadas Blanquiazules, Brigadas Blancas, Komandos Kastilla, Gauna Sur o Ultra Sur, son algunas de las organizaciones de “cabezas rapadas” que, con más frecuencia, se mencionan en los medios de comunicación y en los distintos informes que alertan sobre el auge del racismo y la violencia entre la juventud española. Según fuentes del Ministerio del Interior, “el Frente Atlético, utiliza un habitáculo cedido por el club en las instalaciones del Estadio Vicente Calderón. Mejor trato en este aspecto recibieron en un primer momento las hinchadas radicales del Real Madrid y del Espanyol de Barcelona. Ultra Sur y Brigadas Blanquiazules, respectivamente”141.
Así, por ejemplo, la conocida peña radical Ultra Sur, surgida en el año 1982 y supuestamente implicada, según algunas fuentes periodísticas, en el asesinato de varios inmigrantes142, será subvencionada sin pudor por la propia directiva del Real Madrid143 y recompensada, en sus reuniones, con la presencia de sus futbolistas más destacados144. En contra de quienes sugieren que, en sus comienzos, Ultra Sur constituía una peña de aficionados madridistas ajenos a la violencia hasta que un sector terminara radicalizándose; lo cierto es que sus miembros abrazaban esta “filosofía” desde el principio. La única diferencia es que, entonces, su estética estaba más próxima al punk de los ochenta. Así, por ejemplo, en una entrevista concedida por los primeros Ultra Sur a los reporteros de un semanario, expresaban que “para hacerse Ultrasur hay que ser salvaje. Sí, bestia a secas. Ser lo más roto que haya en el mundo. Si reúnes estas condiciones, pues, te vienes al estadio Bernabéu y te haremos una prueba. (…) Nosotros tenemos nuestra prueba reina, la prueba preferida y la que da la mayor puntuación. Te explicaremos en qué consiste: hay que matar a un catalán o algo así (sic)”145.
Recortes de prensa que hacen referencia a incidentes protagonizados por grupos “ultras” cercanos a clubs de fútbol.
135 Cfr. Heredia, S. (2004, 27 de abril). “Una amenaza llamada 14.000 skins: el auge de las agresiones como la sufrida por una pareja gay preocupa a la policía”. La Vanguardia, pág. 25.
136 Según se desprende de los datos estadísticos del Ministerio del Interior, el movimiento skin experimentó un notable crecimiento a partir de la década de los noventa. Si en el período comprendido entre 1983-1990, el número de “rapados” detenidos o puestos a disposición judicial era de 54 y 22 respectivamente, tan sólo en el año 1991 estas cifras se disparan para situarse en 220 skinhead detenidos y 65 a la espera de ser enjuiciados. El porcentaje se mantendrá relativamente estable durante el primer lustro de los noventa hasta el año 1995, donde experimentará de nuevo un notable crecimiento. Cfr. Fernández, J. (1995, 25 de septiembre). “Cabezas contadas”. Cambio 16, n.º 1244, pág. 30.
137 Cfr. Redacción, (1991, 6 de noviembre). “Cerebros rapados: la tribu más radical”, El País, sección España.
138 Cfr. Oliva, M.P. (1996, 1 de febrero). “Entrevista a César Vidal: ‘Los skins hacen hoy el trabajo sucio del nazismo”. El País, sección Sociedad.
139 Cfr. Sánchez Soler, M. (1993). Los hijos del 20-N, Madrid: Temas de Hoy (1996), pág. 44.
140 Cfr. Seara Ruiz, J. M. y Sedano Jiménez, D. (2001). Radiografía de los grupos ultra en acontecimientos deportivos. Madrid: Servicio de publicaciones del Ministerio del Interior. pág. 61.
141 Cfr. Ibíd. pág. 82.
142 En el caso del asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez el 13 de noviembre de 1992, y según las investigaciones judiciales llevadas a cabo, los integrantes del comando paramilitar que cometieron el crimen “pertenecen o son simpatizantes de la hinchada Ultrasur del Real Madrid”. Cfr. Rubio, A. Y Cerdán, M. (1993, 11 de enero). “Hinchas del racismo”, Cambio 16, n.º 1103, pp. 16-17.
143 Así consta, al menos, en un informe presentado por la Brigada de Seguridad Ciudadana a la Comisión Antiviolencia. Cfr. Redacción (1998, 3 de abril). “Un informe policial dice que el Madrid financia viajes de los ‘ultras’”. El País, pág. 48. Y también en Redacción (1998, 6 de marzo). “El Real Madrid facilitó entradas a los ultras detenidos en Colonia”. El Periódico, pág. 38, y Redacción (1998, 6 de marzo). “Antiviolencia pide que se investigue la financiación del viaje de los Ultra Sur”. El País, pág. 47.
144 No es un secreto para nadie que los futbolistas del Real Madrid simpatizan, desde hace tiempo, con los “cabezas rapadas” neonazis de Ultra Sur, participando activamente en sus reuniones internas. Cfr. Olave, J. (1998, 3 de abril). “Ultrasur: ‘Estamos contigo, Onieva”. El Mundo, sección Deportes, pág. 42. Una reciente divulgación sobre las relaciones entre la directiva del Real Madrid y los skinhead puede consultarse en Salas, A. (2003). Op. cit. pp. 286 y ss. Es curioso cómo miles de jóvenes idolatran a unos futbolistas sin considerar que estos acumulan injustamente millones de euros –cuando todo ese dinero podría repartirse entre los más necesitados–, y que encima muestran permisividad con las manifestaciones racistas y homófobas.
145 Cfr. C. J.L. (1983, 7 al 13 de diciembre). “Los chicos del Ultrasur madridista: ‘Hay que matar catalanes” Interviú, n.º 395, pág. 130.