La experiencia con Dr. Ley, que desde hace meses está poniendo todo su empeño en librarse de sus obligaciones a través de una violación manifiesta de los contratos firmados, ha aumentado mi preocupación por la posibilidad de que el ingente impulso de Alemania se malgaste inútilmente debido al mezquino deseo de notoriedad de algunos. Se lo he explicado claramente a Ley por carta y ayer sostuve delante de Hess que admitir, aunque solo sea una vez, una posición fundamentada en la necesidad de conseguir dinero supondría el fin de nuestros principios. Estas experiencias que se han indicado en algunos discursos a través de la dureza exigida en lo esencial han dado lugar a un plan que ya he empezado a aplicar: después de la configuración (El mito), corresponde ahora reclamar, reescribir y fundamentar —combatiendo en todos los frentes— la forma, la disciplina y el orden estricto.1 Sin disciplina, las personas a las que mueve la ambición y cuyo cargo les viene grande, vista su madurez interior, correrán desordenadamente de un lado a otro. Aquí la norma ha de ser la siguiente: es mejor que uno caiga a que desaparezca la justicia del mundo.
Esta será la estructura: 1. la polí I. La totalidad del nacionalsocialismo[;] II. La forma política; III. La forma artística; IV. La forma científica; V. La forma religiosa[;] VI. El nacionalsocialismo como fenómeno original, como cumplimiento, como futuro.
Cada capítulo irá acompañado de un complemento: Moeller v. de. Bruck y O.[thmar] Spann como ejemplos de confusión; Barlach y Petersen como polos artísticos opuestos; holismo, Nietzsche y Wagner como problemas para los investigadores; Lutero y Eckehart como exploradores religiosos; Federico II, Enrique I, etc., como disciplina, poder y objetivos.2
Trabajar sobre este tema. Ojalá tuviera la suficiente tranquilidad, en lugar de malgastar el 60 % de mi tiempo con pedantes de miras estrechas que tienen poder ejecutivo en cuestiones de las que, en el fondo, no comprenden nada.
Goga ha pasado varios días en Múnich con las máximas expectativas. El gobierno actual le ha ofrecido el Ministerio y él lo ha remitido al rey, que vuelve a dudar: lo que le gustaría sería que no hubiese hombres demasiado fuertes. Wajda le convenía, pero ya no tiene nada tras de sí, por eso a Goga no le gusta su séquito.3 Por encargo de Michailescu, Dimitresku ha venido a traer una carta de M.[anoliescu],4 en la que se asegura que Wajda se ha presentado como el hombre del futuro ¡y ha anunciado que M. será su ministro de Asuntos Exteriores! Por lo demás, M. ha hablado con el rey acerca de mi visita: el monarca quería invitarme en calidad de «personalidad extranjera extraordinaria», esto es, evitar la vía oficial, algo que todavía no se entiende. En cualquier caso, aún estoy escéptico. Pero si Carlos cree que la opinión popular se cristaliza cada vez en mayor medida, será lo suficientemente oportunista como para cambiar el rumbo en su propio interés.
El representante de Goga, Deleanu, ha conseguido que se nos envíe cien mil toneladas de maíz y sesenta mil toneladas de [espacio en blanco]. También se negocia el suministro de hasta un millón de toneladas de trigo, pagaderas exclusivamente en marcos. Si se logra esto, la APA habrá salvado a Alemania de la peor crisis del pan. Hace poco Göring me dijo: «Nuestras reservas de cereales están en las últimas. Si nos pudieran ayudar desde Rumanía, le quedaría muy agradecido. Sé que a menudo se consiguen más cosas a través de las relaciones personales que por medio de los esfuerzos oficiales».
En los próximos días, Malletke viajará a Bulgaria para resolver unas cuestiones similares; después, también irá a Hungría.
Hace unos días, cuando, después de mi cumpleaños —que fue el 13— volví a almorzar con el Führer, la conversación derivó hacia las cuestiones eclesiásticas. Kerrl, que estaba presente, aprovechó la oportunidad para denunciar ante todos los comensales al jefe de región administrativa Röver por el decreto relativo a los crucifijos (apoyado por G.[oebbels]). El Führer hizo entender con un gesto que no estaba de acuerdo y aseguró que es natural que en un gran enfrentamiento se cometan errores tácticos. Si se mira con la lupa del tiempo el discurrir de una gran batalla, es seguro que se encontrarán muchos puntos en los que se podría haber actuado mejor de lo que se hizo. Sin embargo, la agitación que puedan provocar esas acciones inevitables no debe sentirse en el frente, sino en los Ministerios. Y si la otra parte se agita por los fallos de los sacerdotes: ¿desde cuándo se libran guerras en las que solo se dispara sobre uno de los bandos? No hay que tomarse las cosas tan a pecho. La gran lucha por la supremacía absoluta del estado sobre la iglesia continúa, tenemos que seguir el combate que iniciaron los grandes emperadores contra los papas y acabarlo. Si la iglesia no se muestra dispuesta, reflexionaremos únicamente sobre la táctica[,] no sobre la voluntad de su opresión: sobre si queremos ir seccionándole una vena tras otra o plantear una lucha abierta. Internamente, la iglesia pierde cada vez más poder en todo el mundo: en España, todo el pueblo —y no solo los bolcheviques— es, en esencia, anticlerical. En Rusia, la iglesia está vencida. De hecho, las iglesias ya no tienen nada que ver con la religión, sino que utilizan la fe exclusivamente para los fines de su política de poder.
Kerrl balbuceó algo sobre el «mantenimiento de las iglesias frente a los sacerdotes» y entonces el Führer le preguntó: ¿nosotros llegamos al poder con o sin las iglesias? ¿Y qué piensa usted, Kerrl, hoy contamos con más apoyo del pueblo que antes? A lo que Kerrl respondió: Antes más. Y el Führer dijo: Bueno, no se vuelva usted loco, Kerrl. Y comenzó una disertación más extensa sobre las cuestiones eclesiásticas.
El «ministro de Asuntos Eclesiásticos del Reich» se encogió en su silla. Todavía no ha comprendido cuál es su misión: no se trata de crear un «señorío eclesiástico», sino de conseguir que el estado del NSDAP sea el señor de la iglesia. El hecho de que un hombre tan corto de miras en su concepción del mundo como este se cuele en un cargo que le queda grande tendrá consecuencias. Su «política», que ha dado pie en buena medida a la osadía de las «comisiones eclesiásticas», está condenada, de arriba abajo. A Kerrl le ha debido de doler de un modo particular que todo eso sucediera precisamente en mi presencia.
El Führer añadió una significativa explicación acerca del odio religioso. Rosenberg o yo —dijo con una sonrisa en los labios— somos, con todo, gente tolerante, pero y no nos dedicamos a utilizar el odio religioso de un sacerdote para enfadar a otros. Hace poco visité en su lecho de muerte al abad Schachleitner [Schachleiter] (sancionado por el cardenal Faulhaber). Con una voz débil, pero cargada de odio, me dijo: la justicia terrenal no tocará al cardenal, pero espero que la divina le haga pagar por todo lo que ha hecho...
El día 16 se celebró el decimoséptimo gran encuentro conmemorativo en Lippe. Lemgo me ha nombrado hijo adoptivo, en un gesto que me vuelve a vincular íntimamente con la región administrativa de Westfalia Norte, en la que «reside» el obispo Clemens August.6 Me hizo ilusión recibir un valioso regalo: un acta original de un proceso contra las brujas del año 1666.
Ha llegado desde Rodesia una carta de Dutton, secretario del gobierno local. Cuenta que le ha pedido a Oldham que me informe acerca de la fecha en la que viajará a Alemania para visitarme.7 Resulta que yo le había preguntado a Dutton en Núremberg si, en caso de que los protestantes celebraran un congreso ecuménico, no sería posible evitar que nos atacasen inútilmente. D.[utton], que conoce a O.[ldham], habló con él, quien inmediatamente confirmó su voluntad de visitarme. O. ha escrito muchas obras (sobre razas y cristianismo, blancos y negros en África) y es una figura muy reconocida dentro del movimiento protestante internacional. Descarto que logremos llegar a un acuerdo. Simplemente me gustaría exponerle un pensamiento objetivo y mostrarle las JH, con el fin de que se sienta en una atmósfera distinta del enrarecido ambiente de las misiones. Y, de paso, intercambiar reflexiones sobre Alemania y el Reino Unido que sean útiles y adecuadas para nuestros objetivos. Si nuestro «consejo de hermanos» se enterara de esto, pondría el grito en el cielo.
Mi proverbial pereza ha hecho que, una vez más, deje a un lado mis anotaciones. Por eso, voy a repasar brevemente algo de lo ocurrido en este tiempo.
El primer ministro de Afganistán vino a hacerme una visita de despedida. Emocionado, me agradeció el gran apoyo que le había brindado: sin mí y sin mis hombres, todo el asunto se habría remitido a la vía oficial. Me pidió que ayudase a resolver las cuestiones aún pendientes y me aseguró que jamás olvidará su estancia en Berlín. En nombre del Führer, le entregué una fotografía suya, firmada y con un bonito marco de plata. Me dio las gracias también por aquello y me rogó que le trasladara al Führer en privado el siguiente mensaje: Afganistán tiene que actuar con prudencia entre R.[usia] y la India, pero la división que enviará Al. tendrá la misma consideración que el ejército [al.]emán.
El pacto cultural también es perfecto, así que en este punto podemos sentirnos sumamente satisfechos, sobre todo teniendo en cuenta que en Moscú los criminales están empezando a exterminarse entre sí y que parece que en el futuro el territorio soviético vivirá ciertas turbulencias.
El pacto entre Yugoslavia y Bulgaria deja a Rumanía en una situación que pronto la obligará a tomar una decisión. Goga ha informado de que Carlos teme que, en caso de que muestre abiertamente una orientación favorable a los alemanes, Rusia ataque. Hace un par de días le pedí a Göring que los yugoslavos presionaran nuevamente en Bucarest, algo que ya están haciendo. Estamos dispuestos a prestar todo nuestro apoyo a los rumanos en caso de que se unan al bloque alemán. Las nuevas revelaciones del libro de Seba8 permiten seguir exigiendo el aislamiento de Chequia. No se comprende que un ministro plenipotenciario checo en misión oficial haya sido tan tonto como para atacar a Rumanía y a Polonia, sus «aliados». En Praga se oye ya el castañeteo de dientes. El ministro plenipotenciario que se encuentra aquí me acaparó durante casi una hora en una comida diplomática en la residencia del Führer. Tiene sesenta y dos años y su objetivo en la vida es conseguir la reconciliación entre Al. y Checosl.[ovaquia]. Me dio su palabra de honor de que la información de la que disponemos acerca de los aeródromos rusos está equivocada. Yo: Exc.[elencia][,] no dudo de su palabra, pero ¿no está usted aleccionado en todos los ámbitos también por Praga? Mastny: Ah, eso es lo que tengo que oír siempre. Personalmente, tengo que decirle que siempre he protestado contra muchas cosas y que pondré todo mi empeño en crear una buena relación. Tal vez esta conversación contribuya a ello.
Anteayer puse al Führer al tanto de aquella conversación. Se echó a reír. La misma reacción tuvo ante el artículo de Lloyd George, que trata de hacer pasar los asesinatos de Stalin por una sensata limpieza: los ingleses se afanan en encontrar motivos para disimular su política prosoviética. Ing.[laterra] ha actuado de la forma más torpe al tratar de quedar bien en los últimos años con todo el mundo: ha pasado en Abisinia y después en España. Y ahora, en lugar de unirse a Al. y a Japón, se vuelve hacia Moscú.9
Hace unos días recibí la visita del profesor Cogni, de Milán, que ha escrito un libro muy bueno sobre la cuestión racial.10 Me contó que había mantenido una larga conversación con M.[ussolini], quien ahora sí que comprende la relevancia de todo el problema y ha constatado que en el norte y en el centro de Italia casi el 50 % de los niños son rubios. Le dije que todas las naciones necesitan llegar a casos extremos para captar la profundidad de esta cuestión: nosotros tenemos a los judíos y los italianos, a los abisinios.
C.[ogni] me dio entonces un dato que me parece muy interesante: no es posible hablar de un parentesco «latino» entre Francia e Italia. F.[rancia] ha perdido su alma y, en la actualidad, es mayoritariamente oriental.11 I.[talia], en cambio, sería una mezcla norte-oeste y siempre ha tenido conservado su aspiración hacia las alturas. C. confesó que al sur de Nápoles los asiáticos de Oriente Prós. Próximo dejaron multitud de huellas. Así pues, parece que el fascismo no tiene más remedio que ir extrayendo poco a poco ciertas conclusiones. Será interesante yo en el futuro ver la cara que pone el Vaticano ante estos «nuevos paganos».
He pronunciado discursos ante la Academia de Guerra, ante todos los dirigentes de las escuelas de política nacional de la Wehrmacht, ante la Soc. Nórdica, ante los dirigentes de las SA de Sajonia —ocasión esta última en la que Schepmann me dio la bienvenida con un compañerismo que resultaba emocionante—.12 También he hablado ante mil cuatrocientos asesores económicos de las regiones administrativas de todo el Reich. Cuando se dijo que yo defiendo de un modo consecuente la conc.[epción] nacionalsocialista del mun.[do] y que no he cambiado, estalló un aplauso que se prolongó durante varios minutos. Empieza a generalizarse la conciencia de que en algunos casos existe una carrera de vanidades.
Además, he inaugurado la exposición de Petersen. Todo un éxito de este artista al que he impulsado. Hoy tengo la exposición El pasado vivo, que representa estructuración frente a funcionamiento. Especialmente frente a ese afán por criticar que, por desgracia, convierte a muchos trabajos serios en algo insoportable. Numerosas reuniones: entrevista sobre el bolchevismo para periódicos escandinavos y húngaros. Además, viaje de Malletke a Sofía y Bucarest: la compra avanza. En marzo, Walper viajará a Brasil con el objetivo de comprar más materias primas.13 El presidente me ha entregado un cheque por dos mil sacos de café destinados a la Obr.[a] de Ay.[uda] Carit.[ativa] de Inv.[ierno] (Winterhilfswerk) (por un valor de doscientos ochenta mil marcos).
Reunión de la comunidad de trabajo de investigación sobre los pueblos en mi Negociado; recepción del nuevo director del Departamento Científico (Wacker) en el Ministerio de Educación;14 conversaciones sobre nuevas exposiciones; planes para pronunciar otros discursos en Paderborn, Düsseldorf y Múnich acerca de la nueva distribución del trabajo cultural, un terreno en el que Ley y yo todavía tenemos que ajustar cuentas.
Recientemente, condecoré a la holandesa v. Ammers-Küller con la Cruz Femenina de la Orden de la Cruz Roja por encargo del Führer.15 Estaba muy emocionada. Siempre se ha comportado muy correctamente con nosotros. Es una mujer inteligente.
Reuniones para abordar el tema de la asamblea del Reich de la Soc. Nórdica en Lübeck. Concierto de la Obr. de Ay. Carit. de Inv. de Furtwängler, visita a la escuela de madres del Reich, etc., etc.16 Aprovechamos bien el tiempo, pero creo que el efecto general es insuficiente. Como no se han resuelto las fricciones, siempre surgen dificultades que me obligan a consumir inútilmente mi aguante. Por grande que este sea.
Desde Hungría llegan noticias de una creciente desorganización política. Se confirma así lo que hace poco dijo v. M[ecsér], viejo amigo de Gömboes (de hecho, lo acompañó en la visita que hizo a Berlín en 1933, invitado por mí), que pintó las cosas bastante mal. Daranyi tiene buena voluntad, pero carece de poder; Bethlen está en plena ofensiva para convertirse en algo así como un representante de la administración del Reich.17 Mecsér y sus amigos han optado por hacer una oposición radical. Gömbös como líder y la antigua ideología de los protectores de las razas como base. Se han reunido hombres competentes y en el país reina un ambiente extraordinario. M.[ecsér] da la impresión de ser ya un hombre viejo y cansado. ¡Los húngaros no lo van a tener fácil! Han perdido mucho con los discursos desmesurados. Tendrán que dejar para otro momento su sueño de dominar a otros pueblos si no quieren encontrarse con dificultades aún mayores.18
Kerrl ha sufrido un duro revés. Después del tremendo rapapolvo del Führer, quiere dárselas de hombre fuerte. Ha pospuesto su comisión eclesiástica, que había mimado con tanto afán, y, tras la disolución del grupo de fieles y de los Cristianos Al.[emanes], quiere crear un gobierno eclesiástico estatal. La noticia se dio a conocer el sábado por la tarde. Para el lunes, Kerrl anunció un gran discurso al que invitó a todos los representantes estatales. En ese momento, el Führer, que se encontraba en Berchtesgaden, ordenó detenerlo todo y convocó a Kerrl, que, una vez más, había hecho justo lo contrario de lo establecido en nuestra línea: no somos nosotros quienes debemos asumir la responsabilidad de la iglesia, sino que es esta la que debe dar pruebas de su «poder». Si al final la institución se descompone en las sectas que ya existen, no será nuestra culpa. Ahora, el Führer ha dispuesto que se haga lo contrario de lo previsto en los planes de Kerrl: un sínodo general ev.[angélico] que tendrá que decidir cómo constituirse. Ello supondrá, a corto plazo, un sinfín de problemas: ¿deberán organizarse las elecciones en función de los grupos ya existentes o de las confesiones (ev.[angélica]-lut.[erana], calvinista, etc.)? ¿Cuál será la posición del partido, etc.?
La prensa internacional vuelve a mentir descaradamente acerca de Danzig (Gdansk): asegura que, con su visita a Polonia, Göring busca una división inmediata, etc. Por nuestra parte, hemos formulado una rotunda protesta por la vía oficiosa. Sin embargo, el último discurso de Goebbels en el Deutschlandhalle19 ha hecho que todo el mundo piense que es cierto. En él, G.[oebbels] aseguró que también se «liquidará definitivamente» la cuestión de Danzig. Entusiasta aplauso. ¡Y eso, justo antes del viaje de Göring! Un ministro solo puede expresarse así cuando tiene un tratado en el bolsillo o cuando está decidido a aplicar su propaganda sin reparos. Una vez más, los intereses al. [emanes] se han visto enormemente perjudicados tan solo porque alguien quería demostrar que conoce ciertos «secretos».
A pesar de que en un principio había declinado la invitación para la inauguración de la Hauses d. d[eutschen] Kunst (Casa del Arte Alemán) porque tenía que someterme a unas curas, al final no he querido perderme el acontecimiento y viajé el sábado.20 El discurso del Führer supuso una defensa de toda mi posición, esa que he tenido que defender precisamente frente a aquellos que habían recibido del Führer competencias ejecutivas de carácter estatal. Hace ya dos años le dije al Führer: «Por mucho que usted hable en Núremberg de la decadencia del arte, en la práctica está sucediendo lo contrario». En aquel momento no se mostró muy convencido. Sus experiencias con el jurado de su exposición le tenían cada vez más indignado. Hace unas semanas, durante el almuerzo, declaró en presencia de G.[oebbels]: aquel jurado estaba compuesto por idiotas y bolcheviques del arte; visto lo visto, él había salido corriendo. Quiere comprar solo los cuadros que el jurado había rechazado.21 Yo no dije ni una palabra. No me entrometí en aquella cuestión de la exposición. El Führer le pidió ayuda al fotógrafo H.[offmann]...22 En el último momento, puse a disposición de este a mi director de exposiciones, Sch.,23 que proporcionó una ingente cantidad de obras de calidad.
En las grandes exposiciones me he encontrado al 50 % de los artistas que yo llevo cuatro años promocionando y presentando en muestras. Un poco al estilo de Trompeter von Säckingen, Goebbels lanzó indirectas en mi presencia en la primera exposición en la Cancillería del Reich.24
Y ahora, en Múnich, no ha tenido más remedio que alabar a estos artistas como los mejores...
El jurado de G. estaba influido especialmente por una persona a la que yo mismo expulsé de la Comunidad Cultural Nacionalsocialista. Por aquel entonces era «senador cultural»: Kelter.25 Él y otros «senadores» se dedicaron a sabotear todo mi trabajo tanto como pudieron.
En Dresde ha tenido lugar la primera exposición de arte degenerado. Dos veces ha protestado el ministro de Propaganda contra ella. Pero al final se ha celebrado.
En Berlín se ha inaugurado la exposición Der Mensch («El ser humano»). En ella se muestran, como contraste con las personas sanas, veinte cuadros de arte degenerado. Y se hace así siguiendo mis recomendaciones. De nuevo, hemos recibido la protesta del «senador cultural» Weidemann.26 Pero no ha servido de nada porque aquí quien tiene la última palabra es el Ministerio del Interior.
Poco antes de la inauguración de la Casa del Arte Al.[emán], Bieberach, esto es, la mano derecha de ese marx.[ista] responsable del arte que es Redslob, rechazó, en calidad de delegado del min. de Prop. para la exposición de París, a Behn, a Spiegel y a Leipold.27
Y G. ha tenido que hablar ahora en Múnich acerca de los «inútiles» que han defendido a sus representantes durante cuatro años. Como de costumbre, lo ha hecho como si él hubiese sido el verdadero líder en la lucha contra la degeneración del arte.
El discurso del Führer acerca de los «escritorzuelos» cayó como una sonora bofetada sobre aquellas personas en las que había depositado su confianza a nivel estatal. La gente de la prensa de G. se pondrá a alabarlo ahora como «protector del arte».
Este Día del Partido ha sido una muestra de constancia. Sin declaraciones espectaculares, pero con un informe sobre el trabajo y, de nuevo, una clara declaración de hostilidad frente a Moscú. Como ya es tradición, me ha correspondido pronunciar el primer discurso del congreso, en el que se sientan las bases ideológicas de todo el tema. Se me ha concedido el Premio Nacional (y soy la primera persona viva a la que se asigna esta condecoración). En el partido y en el extranjero han interpretado este hecho como un signo decisivo de estos días. Con razón. Todos sienten que el galardón supone algo más que un asunto científico. A mí se asocia el concepto de la lucha más encarnizada contra Roma, que he sabido mantener a pesar de todos los esfuerzos «científicos» que se han desplegado para acabar conmigo. He defendido mi obra. Cuando el Führer se ha visto obligado a contenerse oficialmente, él mismo me ha permitido seguir librando mi batalla. Mi elaboración se ha convertido en el programa del Reich; mis «opiniones personales» son ya la base de toda la revolución del Führer.29 Hace unos días, un agregado de prensa me dijo el que un órgano pontificio había interpretado la concesión de este premio como una bofetada al Santo Padre. Ese Santo Padre que ha manifestado ante los peregrinos alemanes «con preocupación» que es horrible que alguien que ataca todo lo católico haya sido declarado «profeta del Reich».30
Nadie, exceptuando a tres personas, estaba al tanto de este premio. Cuando hace catorce días le pregunté al Führer a quién había escogido para asignarle el galardón, vi cómo de repente sus ojos se llenaban de lágrimas. Me dijo: «Solo usted es merecedor del primer premio del Reich. Usted es el hombre...». Emocionado, le di las gracias. Nunca habría pensado que llegaría ese momento. Cuando se lo conté a Urban, este, al borde del llanto, me dijo: «Por fin han pensado en usted».31
Cuando se pronunció mi nombre en la asamblea cultural, se sintió como una sacudida entre el público. Después resonaron las ovaciones, con un entusiasmo unánime. La gente no paraba de aplaudir. Entonces supe que me había ganado el corazón del antiguo partido, que, a través de aquel gran gesto del Führer, se sentía liberado. Algunos jefes de regiones administrativas no pudieron contener las lágrimas. Una parte de ellos se acercó después al Führer para agradecerle lo que había hecho. El bueno de Röver le dijo: «Hoy es el día más feliz de mi vida». Röver siempre ha sido de una franqueza extraordinaria. Cuando Hess acudió al Día del Partido en Oldemburgo, Röver le dijo: «En nuestra región administrativa trabajamos siguiendo las directrices de A.[lfred] R.[osenberg]. Es evidente que coinciden punto por punto con las del Führer». En cambio, sobre el discurso de G.[oebbels] contra Mundelein, dijo claramente: «Fue una m...».32
Por la noche conversé largamente con los antiguos camaradas.
Todo el partido ha acogido con sentimientos particulares el hecho de que fuese G. quien tuviera que leer en voz alta, por orden del Führer, la motivación de la concesión del premio, después de que se haya empeñado tanto, empleando todas las triquiñuelas posibles (y para ello ha aprovechado su poder ejecutivo sobre los medios de comunicación), en apartarme. Frank me explicó que hace un par de años, cuando aparecieron los «estudios» de Roma, G. le declaró con un tono triunfante: «Ahora El mito es cosa del pasado».33
Este señor se ha equivocado, tanto en este punto como en todas las cuestiones fundamentales. Ahora ha tenido que leer en voz alta que solo el futuro será capaz de comprender realmente lo que significa A.[lfred] R.[osenberg] para la estructuración del Reich nacionalsocialista.
Al mismo tiempo, se ha publicado Prot.[estantische] Rompilger. Previamente, envié la obra al Führer para confirmar si la encontraba aceptable. El Führer: En cualquier caso, ya todo da igual. Circulan ya cientos de miles de ejemplares, que han preocupado profundamente a toda la banda de pastores. Son muchos, sin embargo, los que me escriben para expresar su total acuerdo.34
Por invitación de la región administrativa de Kurmark, he viajado por la zona fronteriza y he pronunciado un discurso ante ochocientos directores de instrucción de todas las divisiones.35 Durante casi cuatro días he tenido ocasión de comprobar la miseria de ese lugar. Más de doscientos caminos han quedado seccionados por la nueva frontera y el territorio del interior de la zona de la derecha ha pasado a Polonia... Alemania está obligada a mantener un corredor que se define como neutral, pero los frutos que crecen en sus árboles pertenecen, según lo pactado, a los polacos... He visitado el Servicio de Trabajo Femenino, una institución muy prometedora en la que es posible encontrar a famosas y hábiles muchachas, guarderías, combatientes de 1919. He comprado una alfombra en una fábrica de tejidos. El jefe del distrito me ha descrito todas las carencias y ha hablado acerca de la cláusula 24 del programa.36
Le he escrito a Hilgenfeldt para ver si podría ofrecer su ayuda a través del Serv.[icio] de Bien.[estar] Pop.[ular] Nac.[ionalsocialista].37
Hay un ejemplo de la naturaleza de la política polaca que se me quedará grabado en la memoria. Cierto polaco de nacionalidad alemana fue condenado por espionaje a nueve años de prisión. Cuando, a finales de 1936, salió en libertad, atravesó la frontera y llegó a un lugar en el que vivía una familia de inocentes campesinos alemanes. Pues bien, la policía polaca los echó de su casa, con gesto burlón les puso sobre la mesa algunos cientos de zloty ¡y entregó la granja al espía polaco!
Es fácil imaginar el ambiente que reina en la frontera.
Inmediatamente después, he visitado las excavaciones de los enclaves prehistóricos de Buchau y también Unteruhldingen.38
En el lago de Constanza, con ocasión de mi visita, ¡pendían banderas de los conventos! Los tiempos han cambiado.39
Después, pronuncié un discurso en Münsterplatz, en Friburgo. La ciudad estaba a rebosar de gente. Había guirnaldas y banderas, y la recepción fue tan entusiasta como la que brinda Núremberg en el Día del Partido. Friburgo y el estado de Baden, tradicionalmente católicos, nunca habían visto algo igual: el hereje radical y contrario a Roma, en el bastión episcopal, recibido por el pueblo como si se tratase de un rey. Como me escribió más tarde el jefe de distrito, este discurso de la Münsterplatz supuso un cambio de primer orden.
También sucedió algo gracioso. En el colegio del obispo Groeber se abordó el tema de la decoración de las casas de la plaza y se constató que había diferentes opiniones.40 El día de mi discurso, el obispo viajó a París. El cabildo catedralicio, sin embargo, se puso a adornar el resto de casas eclesiásticas con guirnaldas y compró a toda prisa en la ciudad lámparas incandescentes de color rojo para dar luz...
Hay un incidente que se ha convertido en la comidilla de la ciudad. Se dice que un día Groeber se presentó hecho una furia en el comercio de una frutera de Friburgo y empezó a hacerle reproches airados: no era cierto lo que ella estaba diciendo, aseguró, él no tenía hijos de tal y tal mujer... La frutera le respondió a su manera y, evidentemente, difundió la noticia. Los señores de Roma comienzan a perder las formas...
Por lo demás, el obispo Groeber es un viejo amigo de las mujeres: en su momento tuvo como amante a una judía llamada Fuchs. Después la cosa no funcionó, así que aquella Rebeca despechada entregó al cabildo catedralicio las cartas pornográficas y perversas que le había escrito el obispo. El vicario general, que estaba enfadado porque no lo habían elegido como obispo, mandó estos «devocionarios» del arzobispo Groeber (¡colaborador del concordato!) al partido.
Así que este honorable señor está un tanto nervioso porque sabe que se podrían publicar muchas cosas.
Acabo de regresar de Sonthofen, donde ha tenido lugar la asamblea de jefes de distritos y regiones administrativas.41 Su [Ordens]Burg es el único artísticamente impecable de los tres que existen. Ya en la primera visita pude darme cuenta de que en él estaba trabajando un artista que daba forma a la construcción de acuerdo con la misión que se le había encomendado. Vogelsang es una obra forzada a la naturaleza, que no sirve como vivienda, está orientada al norte y da la sensación de ser una cárcel para sus moradores. ¡El comedor está en el centro de la fachada! Para llegar al pabellón de conferencias —que habrá que rehacer— hay que escalar durante casi un kilómetro. Las salas de estar, lectura y música son pequeñas. De Krössinsee, el Führer dijo que parece una «aldea ashanti»42 y cargó contra su aspecto primitivo. En cambio, quedó muy satisfecho de Sonthofen y de su constructor, Giessler,43 a quien yo mismo había elegido antes para construir la Escuela Superior.
En S.[onthofen] ha sucedido algo vergonzoso para el NSDAP, aunque también necesario. Como en la última reunión de jefes de distrito en Vogelsang G.[oebbels] fue [ilegible] por su arrogancia, se dio la orden —en sí, temible— de prohibir cualquier expresión de disgusto. Sin embargo, cuando G. llegó hubo cuchicheos. Durante su discurso, en cambio: gélido silencio. Solo los jefes de regiones administrativas y los directores de instituciones locales que dependían de él hicieron un amago de aplauso. G. se pasó casi dos horas empeñándose en seguir adelante. Al final, se secó el sudor de la frente y abandonó la sala[,] acompañado por un frío rechazo. El partido había hablado. Hasta la gente más moderada sintió que aquello había sido una derrota moral.
Al mismo tiempo, la película rodada con ocasión de su cumpleaños, que pretendía ser un ensalzamiento de su figura y a cuya proyección el pueblo estaba obligado a acudir, fue recibida con silbidos. Hubo que retirarla. Ni el partido ni el pueblo tolerarán constantemente que alguien abuse de un modo escandaloso del poder ejecutivo para su asqueroso autobombo.
En mí, los jefes de distrito vieron el polo opuesto a G. Me recibieron con un entusiasta aplauso. Después del discurso, los mil quinientos hombres se pusieron de pie y me brindaron una larguísima ovación. Me he ganado el corazón del movimiento y esa es una gran alegría, después de haberme tenido que defender —en ocasiones, pensando que era inútil hacerlo— frente al envenenamiento del vanid del pu partido a través de la vanidad de G.
Hice el viaje de vuelta en el tren especial del Führer, que me describió con precisión el recibimiento de lord Halifax y sus ideas sobre la posible evolución de la política exterior.44
El día 24 estuve en la embajada japonesa. También el Führer andaba por allí. Durante la conversación, manifestó su sincera alegría por el éxito de los aviadores alemanes: han batido cuatro récords mundiales. Pronto batiremos también el récord automovilístico de los estadounidenses. Superar cada hazaña es un medio para obligar al mundo a que nos respete.
Ayer cené con el Führer: era la recepción de Kanya y Daranyi.45 K.[ánya] se quejaba de la excesiva amistad hacia Rumanía. Yo objeté: solo en caso de que allí obtenga una victoria total algún grupo favorable a los alemanes. K. se ha hecho viejo. Hace seis años intentó ganarme para la causa de Brüning.
Mañana tenemos la cuestión de la reorganización del Rh.[einischen] Blätter. Sus redactores también están preocupados de que se quiera reestructurar todo en una «negociación».
Bernhard informa en detalle desde Salamanca acerca de la situación en España.46 Franco sigue bien, pero existen recelos en relación con su entorno: los reaccionarios y el Vaticano. F.[ranco] ha organizado una votación entre sus obispos: el 85 % está a favor de él y el 15 %, del Vaticano. En Pamplona, un obispo hizo el saludo fascista y el pueblo acogió su gesto con gran entusiasmo. Le he explicado a B.[ernhardt] que un líder falangista del ala más extrema ha elaborado un informe pormenorizado en el que describe con precisión a los cincuenta miembros del consejo de estado Español. B. considera que la mayor parte de su contenido es correcta, especialmente en lo que se refiere a la crítica de un español que estuvo en Núremberg y que, tras el último discurso del congreso, se puso hecho una furia: «¡Esto es una nueva religión!». El lunes leerá en mi residencia el informe que el líder falangista me ha adjuntado en castellano (informe de los jesuitas para el Vaticano).
B.[ernhardt] quiere que El mito se traduzca al español. Sin embargo, creo que todavía es demasiado pronto como para publicar el libro en el extranjero. De todas formas, no estaría de más ir preparando ya varias traducciones, por si acaso tenemos que hacer uso de ellas rápidamente.
El señor v. Pataky, secretario de Estado húng.[aro], ha venido para trasladar las quejas de su país.47 Le he dado orientaciones sobre nuestra posición y, al cabo de cuarenta minutos, se ha ido, muy agradecido conmigo.
He mantenido una extensa conversación con los líderes de las ligas estudiantiles acerca de la reforma de la educación superior y la Escuela Superior. También hemos hablado de investigación y becas. Tenemos buenos puntos de partida para organizar todos los aspectos de la H.[ohe] S.[chule].
Anteayer, a primera hora, le presentamos al Führer nuestras propuestas iniciales para la Escuela Superior. El emplazamiento, junto al lago Chiem, ya es definitivo. El Führer no solo aprobó mis ideas, sino que fue mucho más allá. En el lugar más hermoso se deberá crear algo único: no se trata simplemente de la Escuela Superior del NSDAP, sino de la Escuela Superior de todo el pueblo, una central educativa construida con los materiales más nobles y de dimensiones gigantescas. Ley fue extraordinariamente generoso en su apoyo. La instalación, en su integridad, costará entre treinta y cuarenta millones. Una cantidad que antes parecía inasumible. Los arquitectos pueden empezar ya a trabajar.
En aquella reunión le entregué al Führer el memorándum relativo al viaje que ha realizado Schickedanz por Irán a lo largo de ocho semanas. Le interesó mucho. Me explicó que su intención es leerlo en su trayecto hacia las montañas.
Las negociaciones sobre el acuerdo entre Ribbentrop y yo deberán realizarse en su presencia. Ya va siendo hora de que se lleven a cabo.
En las elecciones de Rumanía, el gobierno no ha obtenido la mayoría. Existía una fuerte oposición frente al rey por parte de los seguidores del Partido Nacional Campesino, antimonárquicos.48 El frente antisemita también ha crecido. Así pues, Goga ha cumplido la misión encomendada y nuestros dos años de trabajo se han traducido en el éxito ansiado. Las primeras medidas de Goga muestran ya que está decidido a romper con lo anterior y que va a por todas. Para ello, será necesario que el rey lo acompañe, puesto que cualquiera retroceso en el radicalismo actual solo provocaría una reacción antimonárquica y bolchevique.
En estos dos años de colaboración entre Goga, Cuza y yo ha sido preciso superar no pocos obstáculos: nuestras instituciones, la eliminación de un mentiroso del lado de Goga, los numerosos viajes de A.[rno] Sch.[ickedanz] a Zúrich, las visitas de G.[oga] a Al.[emania]... Pero ahora ha nacido un segundo estado antijudío en Europa, que acelerará de un modo decisivo la disolución de la Pequeña Entente.49 Carol ya le dijo a Wohltat hace un mes que, dados los compromisos financieros, él solo podría separarse de Francia poco a poco.
G. tenía intención de volver después de las navidades, pero está desbordado de trabajo. Espero que nos mande noticias en un plazo de diez días, aproximadamente, y que incluya información sobre los poderes que se le han conferido.
Nuestro Min. de Ext. ha difundido a la prensa un «posicionamiento» que se ha quedado muy corto. Yo he publicado al respecto un artículo en el VB, en el que hago hincapié en nuestra disposición.50 Después, he llamado a Obersalzberg para dar, llegado el caso, más datos.