Dime, ¿qué piensas hacer con tu salvaje y preciosa vida?
¿Cómo respondería a esta pregunta vital que Mary Oliver plantea en su poema (véase El día de verano)?
¿Cómo puede el programa de TCBM ayudarle a realizar su más profundo deseo de mayor felicidad, plenitud, satisfacción y bienestar?
Las personas que han llevado a cabo este programa tienen opiniones distintas sobre lo que les ha resultado más valioso. Aquí exponemos algunas de las cosas que anteriores participantes en el programa nos han dicho:
«Estoy menos enfadada e irritada con mi hija de dieciocho años. Ahora puedo relacionarme con ella de manera más constructiva.»
«Ahora tengo tácticas para poner en práctica cuando empiezo a sentirme desanimado o deprimido.»
«Cada vez que me responsabilizo de algo, siento que tengo los recursos necesarios para llevarlo a cabo, en vez de estar permanentemente asustado pensando que puedo fracasar. Estoy empezando a pensar que puedo desenvolverme bien.»
«El programa ha eliminado la vergüenza que sentía por haber estado deprimido y ansioso en el pasado, y ha hecho que me acepte más.»
«Hay emociones que he reprimido durante años. Pero para vivir mi vida con plenitud tengo que sentirlas. Mi manera de ver la vida ha cambiado por completo.»
«He descubierto una fuerza interior.»
Es probable que, en este momento, gran parte de lo que ha obtenido gracias al tiempo y al esfuerzo que ha invertido en su práctica no le resulte evidente.
En esta octava semana tiene la oportunidad de reflexionar sobre su propia experiencia en el programa: ¿qué ha experimentado? ¿Qué es lo que valora más?
Poner por escrito lo que ha descubierto puede inspirarle cuando piense cómo, de ahora en adelante, cultivará los frutos de su paciencia y perseverancia durante estas ocho semanas.
¿No podría ser que esta octava semana no marcase el fin del programa, sino el principio de un viaje mucho más largo de descubrimiento de la atención plena?
En realidad, la octava semana es el resto de nuestras vidas.
JON KABAT-ZINN
Cuando enseñamos la TCBM en una clase, llegados a este momento cerramos el círculo y hacemos una exploración corporal, la primera práctica del programa de la primera semana.
Si usted no asiste a clase, ahora puede hacer lo mismo, recuperando el modo orientado a ser antes de seguir reflexionando sobre su experiencia del programa en su conjunto.
¿Qué ha notado? ¿Cómo fue su experiencia, igual o distinta que la de la primera semana?
(Tal vez desee consultar las notas que tomó en aquel momento.) Y ahora escriba las semejanzas y los contrastes que haya percibido.
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En este momento, mientras vuelve atrás para reflexionar detalladamente sobre su experiencia durante todo el curso, le recomendamos que tenga en cuenta los dos objetivos —globales y estrechamente vinculados— de la TCBM.
Primer objetivo: ayudarle a reconocer tempranamente y a responder con mayor habilidad a los patrones habituales de la mente que le crean angustia emocional y le sumen en un continuo sufrimiento emocional.
Segundo objetivo: ayudarle a cultivar una nueva manera de ser:
• Una manera de ser en la que es muy improbable que aparezcan los patrones destructivos de la mente.
• Una manera de ser que le permite vivir su vida con mayor bienestar, tranquilidad y satisfacción.
• Una forma de ser más dispuesta a confiar en la sabiduría interna que le guía, con benevolencia, a través del torbellino emocional.
¿Qué es lo que a otras personas les ha parecido de mayor ayuda de la TCBM?
¿Hasta qué punto estos aspectos han sido importantes para usted?
Puntúe las siguientes frases del 1 al 10. El 1 significa que no le parece muy importante, y el 10 que lo considera algo fundamental.
Tema
Saber qué es lo que produce el desánimo y reconocer las señales de alarma temprana ______
Aprender nuevas formas de salir de los patrones de pensamientos y sentimientos negativos ______
Considerar los pensamientos y sentimientos negativos de manera diferente, como partes de paquetes emocionales, no «como si fueran yo» ______
Sentirme menos desesperado ante las emociones no deseadas ______
Sentirme menos solo, sabiendo que otras muchas personas están deprimidas o experimentan sensaciones difíciles, y que «no sólo me pasa a mí» ______
Ser más benevolente y menos autocrítico conmigo mismo ______
Valorarme más identificando y satisfaciendo mis propias necesidades ______
Otra manera de reflexionar sobre su experiencia consiste en recordar las características principales del modo de la mente orientado a ser (véase apartado «Ser y actuar») y puntuar la importancia que concede a cada una de estas características, empleando la misma escala del 1 al 10:
Vivir con atención plena y elegir conscientemente (frente a vivir conectado al «piloto automático») ______
Conocer la experiencia directamente mediante los sentidos (frente a conocerla mediante los pensamientos) ______
Estar aquí, ahora, en este momento (frente a evitar hurgar en el pasado o en el futuro) ______
Acercarnos a todas las experiencias con interés (frente a evitar lo que nos resulta desagradable) ______
Dejar que las cosas sean como son (frente a necesitar que sean diferentes) ______
Considerar los pensamientos como fenómenos mentales (frente a considerarlos necesariamente verdaderos y reales) ______
Cuidarse a sí mismo con benevolencia y compasión (frente a centrarse en conseguir objetivos nos cuesten lo que nos cuesten a nosotros o a los demás). ______
Anote a continuación las cosas importantes que sienta que le han beneficiado hasta ahora de la TCBM (incluyendo los pequeños indicios de un cambio importante, aunque no hayan tenido oportunidad de mostrarse plenamente):
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Joanne: «Estoy muy agradecida por la experiencia de atención plena que me han proporcionado. La atención plena está ejerciendo en mí una influencia calmada y profunda, y creo que esta influencia trabaja silenciosamente en mi interior.»Ahora me doy cuenta de que puedo aprovechar el momento con mis hijos e implicarme en lo que hacemos, en vez de vivir pensando en lo que ha pasado durante el día en el trabajo. Les observo y sigo su ejemplo. Percibo mi aburrimiento o mi irritación y puedo ver que es igual que cuando mi mente divaga mientras medito; es decir, que mi mente se va hacia una presión o una tarea de adultos y yo dejo de ocuparme plenamente de estar con ellos.»A veces, prestar atención a un sentimiento o a un pensamiento hace que lo sienta con mucha intensidad y, por primera vez en muchos años, puedo recordar sensaciones como el viento que acariciaba mi cara cuando era pequeña, las nubes que veía sobre mi casa, y sentir de nuevo toda la energía física y emocional propias del optimismo juvenil y la alegría, de las grandes posibilidades que se abrían ante mí, de un mundo por descubrir. Ésta ha sido una experiencia muy agradable para mí».
Llegados a este punto, tenemos que plantearnos dos preguntas sumamente importantes:
1. ¿Por qué tendría que desear seguir practicando alguna forma de mindfulness?
2. ¿Qué forma podría adoptar esta práctica?
Pensemos primero en el porqué.
¿De verdad tengo que continuar? ¡He dedicado mucho tiempo y esfuerzo durante ocho semanas, y pensaba que con eso sería suficiente!
Es muy comprensible que piense así y, con toda probabilidad, su vida sería diferente y mejor aunque no siguiera practicando la atención plena formalmente.
Pero nuestra experiencia nos indica que las personas que más se benefician de la TCBM a largo plazo son aquellas que siguen practicando la atención plena de alguna manera, aunque sólo sea unos minutos al día.
Para disfrutar de todos los beneficios que el tiempo y el esfuerzo invertidos le han proporcionado, vale la pena recordar que, al igual que cuando aprendemos un nuevo idioma, un poco de práctica nos ayuda a no perder lo que hemos aprendido.
No sé por qué debería practicar o ser consciente si a veces no me apetece. Si hay algo que he aprendido es que los «debería» forman parte del modo orientado a la acción.
Totalmente de acuerdo. Nuestra experiencia con otras personas nos indica que los «debería» no mantendrán su práctica por mucho tiempo. La mejor alternativa consiste en identificar una RAZÓN POSITIVA que le ayude a mantener su práctica, que le dé la motivación necesaria para hacerlo tanto si le apetece como si no. ¿Puede vincular la intención de continuar practicando con algo que sea muy importante para usted?
IDENTIFIQUE UNA INTENCIÓN SINCERA PARA MANTENER LA PRÁCTICA DE LA ATENCIÓN PLENA
Creemos que este ejercicio le será de utilidad.
Siéntese cómodamente, relájese, respire unas cuantas veces con atención plena para centrar su mente y, si lo desea, cierre los ojos.
Deje que la pregunta siguiente se asiente en su mente y en su corazón y piense su respuesta con calma y plena consciencia.
«¿Qué es lo más importante de mi vida [qué es lo que valoro más] en lo que la práctica me pudiera ayudar?»
Permita que la pregunta entre en su mente como si una piedrecita lisa y redonda cayese en un profundo pozo y fuera sumergiéndose lentamente, cada vez más, en las claras y frías aguas de un lago... Mientras la piedra sigue cayendo, siga manteniendo la pregunta en su consciencia... Y tal vez aparezca en su mente la respuesta, o tal vez no.
Cuando la piedra haya llegado al fondo, déjela reposar un rato y abra su consciencia a otras respuestas que pudieran surgir.
No hace falta que piense en la pregunta ni que intente desentrañar la respuesta, como tampoco lo es que responda con rapidez. En vez de eso, deje que sea la propia consciencia la que responda a su manera, a su tiempo; que la pregunta se procese en lo más hondo de su ser, a un nivel que va más allá de la mente pensante normal.
Es probable que la primera vez que se plantee la cuestión no encuentre ninguna respuesta o que, de alguna manera, la respuesta no le acabe de convencer. Pero recuerde que éste es un ejercicio al que siempre puede volver más adelante.
Cuando haya terminado, respire un poco más hondo y abra los ojos suavemente.
Si ha descubierto alguna razón para practicar la atención plena que esté relacionada con algo muy importante para usted, anótela a continuación y así siempre la tendrá a mano cada vez que la necesite para recordar y volver a inspirarse y a conectar con su sincero motivo para practicar.
En la medida de lo posible, intentaré seguir practicando porque...
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Joanne: «Me propongo seguir practicando alguna forma de atención plena cada día porque me ayuda a sentirme más cercana a mis hijos, y esto es muy importante para mí. Durante las semanas del curso, me pareció tener más tiempo para ellos, como si estuviera más disponible, y disfruté de su compañía mucho más. Es gracioso, porque al principio me preocupaba que el tiempo que tenía que dedicar a la práctica diaria me alejase de mis hijos y de mi marido, pero, en realidad, ha sido todo lo contrario, pues hacía mucho tiempo que no me sentía tan cercana a ellos».
Cary: «Valoro mucho estar en contacto con la naturaleza, y he aprendido a ver las hojas de los árboles y a sentir que el viento acaricia mi pelo... Antes, cuando sacaba al perro a pasear, no me daba cuenta de nada de lo que había a mi alrededor; simplemente era algo que tenía que hacer... Ahora me siento bastante alegre, y esto es muy importante para mí».
Mo: «Valoro mucho mi salud física y mental. Y he comprobado que están estrechamente relacionadas con el mindfulness, lo cual me ayuda a recordar que tengo que hacer yoga, que tengo que meditar andando, y también discernir entre las cosas que me dan vida y las que me consumen».
La verdad es que, en nuestro interior, todos poseemos una motivación profundamente arraigada que puede mantener nuestra práctica y ayudarnos a actuar cuando las emociones dolorosas aparecen.
Éste es el simple y precioso derecho natural que todos compartimos: cuidarnos de los demás, incluyéndonos a nosotros mismos.
Naturalmente, si usted ha estado deprimido en el pasado, o lo está ahora, puede ser muy difícil admitir o respetar la intención de cuidarse a usted mismo. Quizá sienta que no merece ser cuidado, o puede creer que, a diferencia de los demás, usted no posee esta capacidad innata de cuidarse.
En épocas como ésta, es vital recordar que, como todas las personas que han explorado la TCBM, la intención de cuidar, o de ser benevolente, puede cultivarse, alimentarse y fortalecerse con la práctica.
¿Cómo? Pues prestando una conciencia plena, generosa y llena de interés a su experiencia, en la medida que pueda, tanto como puede. Esta acción, en sí misma, es un poderoso gesto de cuidado, buena voluntad y benevolencia.
Cada vez que somos verdaderamente conscientes, alimentamos la preciosa intención de cuidarnos a nosotros mismos y a los demás.
Naturalmente, aun con la mejor intención de practicar, probablemente le surgirán impedimentos u obstáculos. Pero esto no significa que los obstáculos deban bloquearle por completo.
A partir de su experiencia pasada, ¿cuál cree que será su principal impedimento u obstáculo para continuar practicando la atención plena?
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A partir de su experiencia pasada, ¿qué estrategias pueden ayudarle a sortear esos obstáculos?
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A continuación le exponemos distintas maneras de profundizar su manera de vivir día a día con atención plena:
1. Alguna práctica diaria de meditación formal.
2. Alguna práctica diaria de meditación informal.
3. Más tres minutos de respiro cada vez que lo necesite.
En la medida de sus posibilidades, siga con las pautas sostenibles de práctica diaria formal que estableció la semana pasada (véase «Mi pauta de práctica diaria»).
Puede ser que, pasado algún tiempo, considere necesario hacer algunos cambios. No hay ningún problema: lo importante es que el patrón sea sostenible cada día a largo plazo.
Puede serle útil revisar su patrón de práctica diaria cada tres meses, aproximadamente, y ajustarlo si es necesario. A modo de recordatorio, anote en su agenda, en la fecha que corresponda a dentro de tres meses a partir de hoy, su intención de revisar el programa.
Lexy: «Cuando estaba a punto de terminar el curso de TCBM me preocupaba incorporar la atención plena en mi vida diaria. Y decidí dedicar un tiempo a planificar en mi agenda los momentos que podía reservar a la meditación.
»Al principio pude atenerme al horario previsto. Sin embargo, con el paso del tiempo, vi que los ejercicios se habían convertido en una parte natural de mi rutina diaria. Normalmente comienzo el día con diez o quince minutos de exploración corporal o de meditación sentada. Muchos días hago los respiros de tres minutos, por lo general al ir y al volver del trabajo. Y me ayuda mucho en los momentos estresantes del día. Para las prácticas de meditación más largas, cada vez recurro menos a las instrucciones.
»Pienso que la práctica cotidiana de la atención plena es un concepto fantástico. Simplemente sigo haciendo mis tareas y actividades durante el día con normalidad, pero prefiero hacerlas siendo consciente de ellas.
»El curso de TCBM es brillante, puesto que enseña muchas técnicas de mindfulness distintas, lo cual nos permite elegir las que se adaptan mejor a nuestras vidas.
»Ahora hace unos dos años, aproximadamente, que practico la atención plena, y he observado algunos cambios positivos. Antes de reaccionar ante una situación, me concentro en ese momento. Me siento más en contacto con lo que estoy sintiendo, tanto física como emocionalmente. Por lo general, esto me produce un efecto enormemente tranquilizador y ha transformado mi actitud ante la vida».
• Practique algo cada día, aunque sólo sea por un corto espacio de tiempo. La«cotidianeidad» de la práctica es sumamente importante, pues es una manera de mantener la frescura y la disponibilidad de la atención plena, de que esté siempre a punto para cuando más la necesite, ¡porqué nunca se sabe cuándo será!
• El profesor Joseph Goldstein, que goza de un prestigio internacional por sus enseñanzas del mindfulness, recomienda que sus estudiantes se sienten a meditar todos los días, aun que sólo sea durante diez segundos. La experiencia indica que, la mayoría de las veces, estos diez segundos bastarán para animarle a dedicar más tiempo a la meditación.
• Si es posible, practique cada día a la misma hora y en el mismo lugar. De esta manera, el mindfulness queda incorporado al conjunto de sus rutinas diarias. Así, como sucede cuando se cepilla los dientes, no tiene que plantearse si practica o no. Simplemente lo hace porque es lo que forma parte de su rutina en ese momento.
• Piense que practicar es como cuidar una planta. ¡Es mejor regarla un poco cada día que echarle un cubo lleno de agua cada mes! Como pasa con las plantas, alimentar su práctica con un cuidado y una atención constantes le permitirá crecer y desplegar su potencial belleza natural.
• Considere la práctica como una forma de alimentar su espíritu, y no como otra de las actividades que constan en su lista de «cosas pendientes». Recuerde que no siempre le parecerá que la práctica le haya alimentado; pero en la medida de lo posible deje que la práctica en cuestión sea como es, abandonando sus ideas sobre cómo debería ser o dejando de considerarla como parte de un «proyecto» de superación personal.
• Explore maneras de inspirarse para reanudar la práctica. De vez en cuando relea este libro. Lea otros libros relacionados o escuche conferencias y meditaciones guiadas en internet.
• Explore maneras de practicar con otras personas. Practicar regularmente con otras personas (en lo que suele llamarse un «grupo de meditación sentado») es una de las mejores maneras de mantener su práctica viva y activa. Si aprendió la TCBM con un grupo, busque oportunidades para fijar unos días y practicar. Todos podemos beneficiarnos de encontrar un «amigo» con quien practicar y compartir experiencias de vez en cuando. Incluso si es con una sola persona, reunirse con otros para practicar y compartir experiencias es un gran apoyo.
• Recuerde, siempre puede volver a empezar. La esencia de la práctica del mindfulness es abandonar el pasado y empezar de nuevo en cada nuevo momento (como usted ya ha practicado muchas, muchas veces al volver a la respiración cuando su mente empezaba a divagar). De la misma manera, si considera que ha dejado de practicar durante un tiempo, en vez de criticarse o de rumiar el porqué, simplemente vuelva a comenzar, en ese momento, tomándose un respiro de tres minutos.
Lexy: «Pienso que la práctica cotidiana de la atención plena es un concepto fantástico. Simplemente sigo haciendo mis tareas y actividades durante el día con normalidad, pero prefiero hacerlas siendo consciente de ellas».
En sí mismo, el mindfulness no es difícil. El reto en la vida cotidiana es acordarse de prestar atención plena a lo que hacemos.
Así pues, ¿cuál sería la mejor manera de acordarme de vivir con atención plena cada hora, cada día?
En la medida de lo posible, mantenga la intención de prestar atención plena con calma, en vez de considerarla como otra de las cosas que «tiene» que hacer.
Tal vez le sea útil poner recordatorios como un punto rojo o una nota adhesiva en lugares que estén a la vista (como, por ejemplo, en su teléfono), o descargarse en el teléfono o en el ordenador el sonido de una campana de las que se utilizan para practicar el mindfulness, para que a lo largo del día le invite a reconectar con el aquí y el ahora, o tomar un respiro de tres minutos.
El profesor de meditación Larry Rosenberg nos ofrece estos cinco recordatorios para practicar la atención plena a lo largo del día:
1. Cuando sea posible, haga sólo una cosa a la vez.
2. Preste atención plena a lo que está haciendo.
3. Cuando su mente deje de fijarse en lo que hace, haga que vuelva a concentrarse.
4. Repita el paso número tres varios millones de veces.
5. Investigue sus distracciones.
También puede serle útil repasar de vez en cuando las prácticas que indicamos a continuación, a modo de recordatorio de otras posibilidades para practicar diariamente la atención plena de manera informal:
Prestar atención plena a las actividades rutinarias: primera semana, véase «2. Prestar atención plena a las actividades rutinarias»; segunda semana, véase «3. Prestar atención plena a las actividades rutinarias».
Calendario de experiencias agradables: véase el apartado «4. Calendario de experiencias agradables».
Calendario de experiencias desagradables: véase «4. Calendario de experiencias desagradables».
Estar presente: véase el recuadro con el texto de Joseph Goldstein..
Caminar con atención plena: véase el apartado «4. Caminar con atención plena».
Algunos consejos para la práctica cotidiana del mindfulness
• Cuando se despierte por la mañana, antes de levantarse de la cama, ponga su atención en la respiración, y respire cinco veces con atención plena.
• Observe los cambios de postura. Sea consciente de cómo se sienten su cuerpo y su mente mientras pasa de estar acostado a sentarse, a ponerse de pie, a caminar. Fíjese cada vez que cambia de una postura a otra.
• Cada vez que escuche el sonido del teléfono, el canto de un pájaro, un tren que pasa, risas, la bocina de un coche, el viento, el sonido de una puerta que se cierra... emplee ese sonido como si procediera de la campana de mindfulness. Escuche con atención y esté presente y despierto.
• A lo largo del día dedique unos momentos a prestar atención a su respiración. Respire cinco veces con atención plena.
• Cuando beba o coma algo, tómese un minuto y respire. Mire su comida y dese cuenta de que la comida tenía relación con algo que nutría su crecimiento. ¿Puede ver en su comida la luz del sol, la lluvia, la tierra, el campesino, el camionero que la trajo? Preste atención mientras come, consuma conscientemente estos alimentos para su salud física. Mire, huela, pruebe, mastique y trague su comida conscientemente.
• Observe su cuerpo al andar o al estar de pie. Dedique un momento a examinar su postura. Preste atención al contacto de sus pies con el suelo. Sienta el aire en la cara, en los brazos y en las piernas al caminar. ¿Está corriendo?
• Preste atención al escuchar y al hablar. ¿Puede escuchar sin estar de acuerdo ni en desacuerdo, sin que le agrade o le disguste, o pensando qué va a responder? Cuando hable, ¿puede decir solamente aquello que quiere decir sin exagerarlo ni minimizarlo? ¿Puede advertir cómo se sienten su cuerpo y su mente?
• Cada vez que esté esperando en una cola, emplee este tiempo para ser consciente de que está de pie y de su respiración. Sienta el contacto de sus pies con el suelo, y cómo se siente su cuerpo. Preste atención a la manera en que su abdomen se hincha y se deshincha. ¿Se ha impacientado?
• Sea consciente de las tensiones que su cuerpo pueda experimentar a lo largo del día. Procure dirigir la respiración hacia esos puntos de tensión y, al exhalar, deje ir el exceso de tensión. ¿La tensión se ha instalado en alguna parte de su cuerpo, por ejemplo, el cuello, los hombros, el estómago, las mandíbulas o la zona lumbar? En ese caso, si es posible, haga yoga o estiramientos una vez al día.
• Centre su atención en actividades cotidianas como cepillarse los dientes, lavarse, peinarse el cabello, ponerse los zapatos o hacer su trabajo. Sea consciente de cada una de estas actividades.
• Por la noche, antes de acostarse, dedique unos minutos a prestar atención a la respiración. Respire cinco veces con atención plena.
MADELINE KLYNE
Deje que sea su primera respuesta cada vez que sea consciente de que está enredándose en sentimientos desagradables, que está confuso, desequilibrado o preocupado.
Para interiorizar esta práctica y mantenerla viva, le sugerimos que se tome un respiro de tres minutos al menos una vez al día, pues estando la vida como está, ¡seguro que no le faltan oportunidades para practicar! Aquí tiene un recordatorio de los pasos clave (y para que vea la importancia de que adopte una buena postura, lo indicamos como «paso 0»).
El respiro de tres minutos opcional
Paso 0: de manera muy consciente, adopte una postura erguida y digna.
↓
Paso 1: admita y reconozca su experiencia actual: pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales.
↓
Paso 2: concentre su atención en los movimientos de la respiración.
↓
Paso 3: expanda su consciencia a todo su cuerpo, y después a toda su experiencia presente.
Entre en el salón de las puertas y elija una
Hemos llegado al final de esta etapa de nuestro viaje.
La práctica del mindfulness ofrece, si decidimos adoptarla, un continuo camino hacia delante; un camino de descubrimiento que puede revelarnos maneras de estar en el mundo totalmente nuevas, maneras que hasta ahora han permanecido, para muchos de nosotros, inéditas e inexploradas.
Por extraño que parezca, podemos descubrir que es posible aceptarnos a nosotros mismos tal como somos, ahora, en vez de esforzarnos por ser de otra manera o por estar en otro lugar.
Podemos ver que, una vez identificada la dura crítica interna, su insistente grito no es la única voz que existe; también hay una voz más tranquila, más sabia y más reflexiva que ve con mayor claridad y benevolencia qué hay que hacer, aun en la más difícil de las situaciones.
La meditación no pretende distanciarnos de la vida y de nuestras emociones, sino que pretende que participemos plenamente, que vivamos con autenticidad, que sintamos profundamente y que actuemos con compasión.
Todos podemos convertirnos en desconocidos para nosotros mismos.
La atención plena nos ofrece un camino de vuelta a casa.
Le deseamos lo mejor en su propio y singular viaje de descubrimiento, día a día y momento a momento.
DEREK WALCOTT