Capítulo I

Evolución de la formación en el ámbito de la protección de datos

Ignacio Alba Muñoz

Alumno

Domingo Martínez Romera

Aprendiz

Lourdes Oroz Valencia

Siempre alumna y abogada

Raúl Pérez Cambero

Abogado, Director de Loyer Asesores. Alumno

1. Introducción

LOURDES OROZ VALENCIA

El estudio de la materia relativa a protección de datos vino de la necesidad de conocer esta normativa para asesorar a una empresa con la que tenía una vinculación de amistad.

Cronológicamente estoy refiriéndome a finales del año 2004, momento en el que hay muchas empresas, Pymes y administraciones que esta materia la empiezan a ver como una obligación que se debe cumplir y de la que no se tiene casi conocimiento, a pesar de que ya habían pasado más de 10 años desde la Ley Orgánica 5/1992 de regulación de tratamiento automatizado de los datos de carácter personal.

Para poder asesorar en la debida forma comencé la búsqueda de cursos de formación en la materia, y uno de los cursos que encontré, a través de Aranzadi, lo impartía Don Miguel Ángel Davara, y ese fue el inicio de una relación como alumna, relación que ha continuado a lo largo de los años hasta la actualidad y que ha pasado por la realización de los cursos de especialista que se integraban en el máster, las Jornadas de Actualización de conocimientos y otros muchos cursos que me han permitido ampliar la formación de esta materia.

IGNACIO ALBA MUÑOZ

Allá por el año 1994 conocí a Miguel Ángel en Madrid sobre el mes de mayo con ocasión de una sesión informativa que como letrado asesor interno asistí representando a la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Granada en una reunión del entonces Consejo Superior de Cámaras (hoy Cámara de España).

Recién creada la Agencia Española de Protección de Datos en el año 1993 el mandato de la Ley Orgánica 5/1992 de regulación de tratamiento automatizado de los datos de carácter personal comprendía la necesidad de inscribir los ficheros automatizados en la referida AEPD, bien fuesen públicos o bien privados, en un formato que se nos facilitó a las Cámaras de Comercio quienes ante la práctica absoluta de no cumplimentación de tal obligación se instó de las Cámaras de Comercio tal colaboración para inscribir los ficheros.

Todo el desarrollo de un derecho fundamental reconocido en nuestra Constitución, 18, 4 («La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos») fue ciertamente una preocupación ante el desconocimiento de la norma que nada más y nada menos era un mandato constitucional de protección de un derecho fundamental.

Y cómo no, la «ley del péndulo» se aplicó y de no tener nada aparece una nueva norma garantista que implantaba un nuevo sistema y unos nuevos conceptos absolutamente desconocidos («ARCO», pero ¿qué era eso?). La prueba evidente de la inexistencia de norma lo era que hasta la entrada en vigor de la LORTAD se aplicaba Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen y la LORTAD solo derogaba un inciso de la citada Ley 1/1982 que indicaba que en tanto no se desarrollase la norma prevista en el artículo 18, 4 de la Constitución española se aplicaba esa norma.

Por tanto podemos decir que gracias a Miguel Ángel Davara conocimos y comprendimos esa nueva Institución que era la «Protección de Datos» que afectaba, en una norma jurídica transversal, tanto el derecho civil, como al derecho constitucional, como al Derecho Administrativo.

Pues en este entorno de verdadero congojo ante el mandato de inscribir ficheros de todas las empresas en la Agencia Española de Protección de Datos a través de la Cámara de Comercio es en el que empiezo a conocer la sabiduría y sobre todo la confianza que nos daba un profesional al mismo tiempo técnico y jurídico que nos explicaba y nos hacía comprensibles unas instituciones novedosas sobre todo para aquellos que veníamos de una formación eminentemente con predominación del derecho privado y sobre todo en un momento incipiente en qué la tecnología informática de la comunicación empezaba y su desarrollo afectaba a todas las empresas.

Recuerdo un suplemento en materia de Protección de Datos y la nueva LORTAD que vino acompañando al periódico «5 días» o «Expansión» donde explicaba un supuesto en el que un sastre al poder hacer un perfil de su cliente por la necesidad de hacerle un bolsillo más grande, porque se supone que llevaba muchísimo metálico, le obligaba a darse de alta en la Agencia Española de Protección de Datos y cumplimentar toda la normativa y, ante el susto y el apremio de las posibles sanciones, el referido sastre próximo a jubilarse anticipó su cese de actividad ante el miedo de poder ser objeto de sanción.

Con todo este susto en el cuerpo y con la responsabilidad de iniciar el asesoramiento en una materia absolutamente desconocida es en el que Miguel Ángel supo transmitirnos primero su pasión por el estudio y por la aplicación de las normas y en segundo lugar la tranquilidad en el asesoramiento a terceros; y ya abusando de la amabilidad y bonhomía de Miguel Ángel, algunos acudíamos a su regazo incluso con consultas externas que desde la Cámara de Comercio le hacíamos a título particular y que siempre tenían una inmediata respuesta y unas palabras de ánimo y tranquilidad.

Los Cursos que organizó el Consejo Superior de Cámaras bajo la dirección de Miguel Ángel nos introdujeron y nos formaron de forma suficiente y contundente para poder instruir y asesorar a las pymes y a cuánto nos consultaban. En el entorno de dichos cursos, enfocado fundamentalmente a través de cuestionarios y con una fase previa de conocimiento de conceptos básicos, se nos permitió a los que nos iniciábamos en dicha materia a poder tener cierto rigor y seguridad en el asesoramiento.

Creo que fue un acierto que la responsable de asesoría jurídica de entonces del Consejo Superior de cámaras, Belén Veleiro, decidiera que fuese Miguel Ángel el que tomase las riendas e hiciese comprensible un nuevo régimen jurídico incipiente.

DOMINGO MARTÍNEZ ROMERA

Tras leer un artículo, hace más de 20 años en una revista, descubrí mi más absoluto desconocimiento personal de protección de datos.

¿De quién podía aprender? ¿Quién tendría la paciencia de enseñarme?

Ya su nombre, ÁNGEL, es milagroso por sus hechos, actos, consejos y metodología.

Su nombre compuesto, MIGUEL ÁNGEL, predice sus mensajes que enaltecen y califican como divino al mensajero. Lo distingue su sello personal, elogia su ADN o naturaleza, ensalza su identificación y honra a su persona: Don MIGUEL ÁNGEL DAVARA RODRÍGUEZ.

RAÚL PÉREZ CAMBERO

La protección de datos es una apasionante materia que ha tenido una evolución y crecimiento exponencial. Parece que llevamos «sólo» desde 1992, cuando se aprobó la primera ley de protección de datos en nuestro país, la Ley Orgánica 5/1992, de 29 de octubre, de regulación del tratamiento automatizado de los datos de carácter personal, pero recuerdo a Miguel Ángel que contaba, en el Curso de Especialista Universitario en Protección de Datos, que el embrión de este maravilloso mundo de la protección lo encontramos en la Resolución R (73) 22 relativa a la protección de la vida privada de las personas físicas respecto de los bancos de datos electrónicos en el sector privado y en la Recomendación R (74) 29, relativa a la protección de la vida privada de las personas físicas respecto a los bancos de datos electrónicos en el sector público.

A los pocos años se aprobó el Convenio 108 del Consejo de Europa, de 28 de enero de 1981, para la protección de las personas con respecto al tratamiento automatizado de datos de carácter persona, la primera norma jurídicamente vinculante que se aprobó en el ámbito de la protección de datos.

Miguel Ángel ha sido el pionero de la protección de datos no sólo en España sino también internacionalmente. Precisamente, tanto en materia de protección de datos como en otros ámbitos del Derecho de las Tecnologías de la Información y de las comunicaciones ha sido también visionario y el precursor de la formación en esta materia. En este trabajo abordaremos, desde nuestra experiencia como alumnos, la evolución de la formación en esta materia teniendo en cuenta las diferentes acciones o formatos que Miguel Ángel ha trabajado.

2. Máster en Asesoría y Consultoría en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones

LOURDES OROZ VALENCIA

Era muy conveniente la flexibilidad que se planteaba para realizar el máster de las Tecnologías de la Información y Comunicación, tanto en el espacio temporal, dado que se podía ir avanzando de forma progresiva, según el tiempo, las necesidades y la capacidad de dedicación de cada cual, como en el orden del estudio, priorizando aquella materia que podía ser más interesante o apremiante su conocimiento para nuestro ejercicio profesional.

Eran muy interesantes las sesiones presenciales, que evidentemente eran voluntarias. Esas sesiones aportaban valor desde diferentes aspectos, o prismas:

Permitían asistir a la explicación del correspondiente tema, una clase dedicada a un número limitado de alumnos lo que le daba el valor de casi una explicación personal.

Permitían realizar todas las dudas que el estudio del tema te había podido generar.

Te enriquecías con las dudas del resto de compañeros, que eran muy interesantes y te abrían a otras realidades del mundo laboral y empresarial que no habías contemplado, por estar inmerso en tu propio mundo y realidad.

Comenzaba una amistad entre las personas que asistíamos a esas sesiones que nos ha llevado, en algunos casos, a mantener en el tiempo y a consolidarse de forma más profunda, esta relación permitía poder hacer consultas entre nosotros, recabar experiencias y mejorar tanto en el aspecto profesional como personal. Nunca me he sentido que estaba ante la competencia, más al contrario, estaba y estoy, ante personas colaboradoras y generosas.

Y descendiendo a un aspecto más personal, y aunque ello supusiera un esfuerzo de viajar, madrugar y tener un día intenso, resultaba, al menos en mi caso, un día de apertura de miras, e incluso me atrevo a decir, de disfrute de la ciudad de Madrid, o del precioso entorno del Escorial.

Estas clases presenciales de los diferentes módulos del máster le daban un valor más allá del estudio y la comprensión de la materia, eran como si cerraran un círculo que consolidaban lo aprendido de forma teórica y llevaba a una aplicación práctica que en definitiva era el objetivo de todos los alumnos que asistíamos a las clases.

IGNACIO ALBA MUÑOZ

En este punto poco puedo añadir salvo la sana envidia de ver cómo los asistentes a dicho máster aprendieron y «pegaron» un salto muy cualificado en el conocimiento de la materia. Pero es que la influencia de Miguel Ángel es tal que ha permitido que personas como yo, que no hicieron ese máster, pueden presumir de haber podido seguir contando con Miguel Ángel y con los alumnos que por allí pasaron para cuanta ayuda profesional y personal me ha sido precisa.

DOMINGO MARTÍNEZ ROMERA

Tres módulos formativos componían el reseñado MÁSTER: Comercio electrónico, Contratación informática y Protección de datos.

Dos años y medio en un Máster TIC, estrictamente presencial (los miércoles y viernes por la tarde y los sábados por la mañana) me permitió iniciarme en esta materia, dado que todavía soy aprendiz de mi MAESTRO.

En el Escorial descubrí uno de los tres placeres del Siglo XXI: el silencio. La falta de ruido (interferencia que afecta al proceso de comunicación) evitaba distorsiones de lo que decía y de lo que omitía. Tiene el poder de lo simple: explica fácilmente lo que es difícil a legos, profanos y escépticos.

De sus mensajes descubrí el segundo de los lujos del XXI: dormir habitualmente 8 horas. Cuando estás o eres de mente inquieta no te deja vivir en paz. Ha desarrollado el poder o habilidad de reordenar todo a partir de las partes. No despertaras durante la noche por la claridad y experiencia de los escenarios. Inolvidable la explicación de la primera Ley de Firma electrónica.

De la amplitud de sus publicaciones, conocimientos y de la forma personal de comunicarlos me permitieron descubrir el último del XXI: ser auténtico siempre. Línea seguida, sucesiva y razonada son los calificativos que destaco por ser imborrables.

Mi MAESTRO me enseñó a focalizar mis inquietudes. Me incitó a tener hoy cinco másteres.

La experiencia del máster: clases particulares (enfoque y respuesta para cada alumno) y lo cariñosamente denominado «terrorismo académico»: alarmas por malas praxis con fines pedagógicos. Dicho de otra forma «terrorismo académico» es la «práctica, en oposición a teoría».

Mi Maestro nos hizo disfrutar lo imprevisible compartiendo, y de qué forma, sus conocimientos porque decía que los ampliaba transmitiéndolos y compartiéndolos. Elaborar, modificar y ampliar son verbos de acción que dan el ámbito y contexto de su metodología.

Compartía sus conocimientos, nos alimentaba de forma natural, en un ambiente atrayente, interesante, absorbente, cautivante, satisfactorio, complaciente, ameno, seductor y afectuoso (todos en superlativo). TODO UN PLACER DISFRUTADO.

RAÚL PÉREZ CAMBERO

Recuerdo, como si fuera ayer, el día en el que conocí a Miguel Ángel. Fue en el marco de una auditoría externa que contratamos en la empresa para la que trabajaba y desde el primer momento me admiró su dominio de la materia, la claridad de sus explicaciones, pero sobre todo, lo que más me llamó la atención fue su personalidad, su sencillez y su humildad.

Desde entonces me marcó, siempre le he tenido como un referente, por eso suelo decir que gran parte de lo que sé de la protección de datos y del Derecho de las TIC se lo debo a Miguel Ángel. Para la gran mayoría es Don Miguel Ángel Davara Rodríguez, Catedrático de Derecho Informático y de Informática para Juristas de la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid (ICAI-ICADE) pero para mí es Miguel Ángel, porque sí, tengo la suerte y el honor de que sea mi amigo.

Ha llovido mucho desde que inicié mi camino en lo que yo llamo «el maravilloso mundo de la protección de datos» . Me había centrado en él, pero quería ampliar conocimientos en otras materias y, como sabía que impartía un máster en el Real Centro Universitario Escorial-María Cristina, no dudé en inscribirme.

El máster en Asesoría y Consultoría en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones comprendía tres títulos: Especialista Universitario en Protección de Datos, Especialista Universitario en Contratación Informática y Especialista Universitario en Comercio Electrónico.

En sus primeras ediciones se celebraba en El Escorial, pero posteriormente pasó a impartirse en Cuzco. Y es que algo que siempre ha procurado Miguel Ángel, en las diferentes acciones formativas que ha organizado, es poner todas las facilidades a sus alumnos, por eso, como muchos de los alumnos asistíamos desde fuera de Madrid, en mi caso desde Vitoria, teníamos mejores posibilidades de asistencia celebrándose en Madrid que en El Escorial.

A fin de que fuera accesible la inscripción a cualquier alumno, independientemente del área geográfica de procedencia, la modalidad era bien a distancia o mixta , es decir, tanto presencial como a distancia.

Se recibía todo el material y se podía hacer un seguimiento con la ayuda de tutorías y consultas que se podían trasladar, teniendo la obligación de enviar semanalmente unos test de verificación de conocimientos de los diferentes temas que comprendían cada uno de los títulos es de Especialista Universitario que componían el máster. Además, todos los sábados teníamos la posibilidad de asistir a las clases presenciales, donde asistíamos un grupo reducido de alumnos o incluso, en alguna ocasión, estar como único asistente, lo cual era un auténtico lujo porque suponía una atención hiperpersonalizada del mejor formador posible.

Los contenidos eran de máxima calidad y se actualizaban continuamente, durante todo el curso, estando adaptados a las novedades legislativas que se iban produciendo. Además, la amplia experiencia de Miguel Ángel en todos los sectores profesionales, habiendo trabajado con firmas de reconocido prestigio, te permitía conocer experiencias, problemáticas y soluciones que de otra forma sería imposible, lo cual aportaba un valor añadido incomparable.

Poco a poco se fueron incorporando, como profesoras, sus hijas, Elena primero y Laura después pero antes de eso, Miguel Ángel se preocupaba de que la formación académica que habían recibido en la Universidad se fuera completando con la suya propia (¿de quién iban a aprender mejor que de su padre?) y de que conocieran a fondo la dinámica del máster. Por eso, asistían como alumnas y poco a poco iban impartiendo algunas sesiones. Quien suscribe tuvo el placer de coincidir con Elena en algunas jornadas y posteriormente con Laura, como alumna pero quien también, posteriormente, como su hermana, han labrado una gran experiencia en la formación en el ámbito del Derecho de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones. Sin duda alguna, su incorporación tanto al despacho como a la formación ha sido trascendental por cuanto que ha influido de manera más que significativa en la evolución de la misma no solo en cuanto a la variedad de las materias impartidas sino también en la transición hacia la digitalización y la formación online.

Pero, la obtención de los tres títulos de Especialista Universitario antes mencionados no implicaba la del máster sino que para ello había que superar un examen tipo test en el que se trataban todas las materias que se habían estudiado en aquellos. Cuando quien suscribe hizo el examen de máster habían transcurrido ocho años desde la licenciatura pero estudié y tuve las mismas sensaciones que cuando me tenía que enfrentar a un examen en la facultad.

Sin duda, una de las mejores decisiones profesionales que tomé fue la de estudiar este máster ya que amplió de forma notoria mi formación en ámbitos que eran totalmente desconocidos para mí, lo cual me abrió otras puertas y me permitió ofrecer otro tipo de servicios.

Ahora bien, hemos de tener en cuenta que este ámbito de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones avanza de forma irrefrenable produciéndose continuamente modificaciones legislativas que, como profesionales, estamos obligados a conocer. Para eso, los alumnos del máster teníamos, y seguimos teniendo, una herramienta fundamental creada también por Miguel Ángel, las denominadas JAC o Jornadas de Actualización de Conocimientos.

3. Jornadas de Actualización de Conocimientos, las JAC

LOURDES OROZ VALENCIA

Creo recordar que me incorporé a las Jornadas de Actualización de Conocimientos en el año 2006, así que ya se llevaban varios años realizando, en ese momento la ubicación física para la impartición era un aula en el Real Centro Universitario Escorial María Cristina.

Me pareció una excelente idea esa jornada en la que se ponía a nuestra disposición información actualizada de legislación, jurisprudencia, resoluciones de las diferentes autoridades de protección de datos, así como comparativas con criterios de otras autoridades europeas.

En nuestra actividad profesional es esencial mantenerse actualizado en el conocimiento de la normativa, jurisprudencia, resoluciones, artículos doctrinales, nunca debemos dejar de estudiar, analizar, leer, y estas jornadas eran y son un anclaje a ese estudio imprescindible, ya que te permiten ahondar en normas a las que no has prestado la suficiente importancia, reafirmar criterios interpretativos o analizar y contemplar otros criterios diferentes a la interpretación que habías realizado en tu propio estudio.

La ventaja es que se nos facilitaba el material de estudio de una forma estructurada, clasificada según la materia, siempre las referencias a la protección de datos tenían más extensión, pero también se aportaba documentación en relación con el comercio electrónico, la contratación informática o la administración electrónica.

El volumen de documentación, en aquel momento de mis inicios de asistencia a las JAC, era en formato papel, me resultaba abrumador, no solo por lo que suponía el traslado físico de la misma, sino por la cantidad de información que era preciso estudiar, analizar y aplicar para el trabajo del día a día.

Estas jornadas tenían un elemento esencial y diferenciador, y es que, además de aportar toda la documentación comentada que te permitía hacer un estudio más sereno en tu despacho, aquellas normas o cuestiones que Don Miguel Ángel Davara consideraba de mayor transcendencia eran expuestos detalladamente por él, y en la exposición ganabas horas de estudio y comprensión.

También ganabas en conocimiento de los criterios de otros compañeros, en el análisis que habían hecho y te aportaban visiones o interpretaciones, que partiendo de otras realidades laborales, abrían las tonalidades grises que en el mundo del derecho tanto abundan.

He utilizado el pretérito perfecto simple ya que he hecho referencia a mi inicio de asistencia a las Jornadas, pero se ha de trasladar al tiempo actual, al presente.

Desde hace varios años las Jornadas de Actualización de Conocimientos ya no se realizan en el Real Centro Universitario Escorial María Cristina, se celebran en algún centro preparado al efecto, lo que hace que, para aquellos que vamos a las jornadas desde fuera de Madrid, lo tengamos más fácil. Si bien es cierto que el entorno del Escorial hacía que las jornadas tuvieran una parte de valor histórico y artístico.

Desde hace tiempo la documentación ya no se nos entrega en formato papel, ni tan siquiera haciendo uso de un dispositivo externo, como fue durante algunos años.

En la actualidad se nos permite un acceso online, evidentemente, y no podía ser de otra manera, se ha evolucionado atendiendo a los medios actuales para compartir la información, por algo el despacho de Davara &Davara es un referente en el estudio de las normas y requisitos de las tecnologías de la información.

La evolución de estas jornadas no ha sido solamente en el lugar y forma de entrega de la documentación, han ido evolucionando al incorporar a ponentes del mayor nivel que dan sus clases magistrales sobre las materias de total actualidad.

Se ha incorporado un apartado, más ligero, pero no por ello menos interesante, que es la exposición de aplicaciones informáticas que pueden servir para mayor defensa de la privacidad, o herramientas peculiares o incluso futuribles, y breves comentarios sobre sentencias o resoluciones de las autoridades de control que son originales en su exposición o que suponen un cambio de criterios a los mantenidos anteriormente.

IGNACIO ALBA MUÑOZ

No quiero dejar de dejar constancia lo que me ha supuesto el acudir a dichas jornadas, pues se nota esa concurrencia de un perfil técnico, de un profesor próximo (ojo siendo Catedrático) y de un abogado en ejercicio que, de un lado, nos permitía llegar a unos conocimientos prácticos y a unas soluciones que solo el estudio pormenorizado, sistemático y técnico de la norma que quedaban plasmados primero en extensos documentos (1) y después en soportes informáticos o accesos.

Todos los asistentes a los JAC hemos de reconocer que a veces hemos acudido con un problema profesional complicado a buscar una solución y siempre hemos tenido ese apoyo desinteresado de Miguel Ángel y su ponderado y acertado en la solución de aquél.

Podemos presumir de poder conocer de primera mano la evolución del derecho al olvido por la evolución de las resoluciones judiciales que le afectaron fue y es un lujo.

Además, no debemos de olvidar que «de tal palo, tal astilla» y tanto Elena como Laura vienen siguiendo la misma estela y la misma dirección en los JAC que inició su padre.

DOMINGO MARTÍNEZ ROMERA

La nutrición mental es esencial para la vida práctica de cualquier operador jurídico y/o técnico, tanto público como privado. No es igual la retroalimentación natural que la alimentación con píldoras. Hasta en sus vacaciones de verano, en pantalón corto, en La Manga, ha aclarado dudas ulteriores a las previamente preguntadas. ¡Un lujo impagable con dinero!

Un día nos expuso la idea del JAC. ¿Era mala idea? Un orgullo recibirla durante las 20 Convocatorias.

El JAC es la actualización, modificación e innovación de las materias que se imparten, ahora por Elena y Laura.

Permite conocer en píldoras las expresiones técnicamente incorrectas, las imprecisiones normativas que el mal lenguaje jurídico (político-legislativo) produce, y las modificaciones legales y sus ampliaciones dispositivas.

La diferencia de tiempo (912 días versus 1 día) entre máster y JAC es grande por sus diferentes contenidos.

La llamada inteligencia artificial es un concepto interpretable por basarse en algoritmos.

Las bases de datos necesitan estar en seguimiento continuo de las disposiciones incluidas en las normas anteriores y la posteriores en tiempo en cuatro ámbitos: global o mundial, UE, estatal y en autonomías.

Tienen que tener concordancias internas para comprenderlas, si no abarcan todo son incompletas.

Las concordancias son horizontales, transversales y sectoriales. Si no se discriminan por análisis no son entendibles.

Las píldoras permiten razonar en simple, acreditar en detalle y exponer como lo hacen Ellas.

Los casos y escenarios en píldoras centran la creatividad y recomponen la imaginación lógica.

El resultado deseable de las píldoras es obtener juicio tras pensar y someterlas a reflexivo escrutinio personal.

RAÚL PÉREZ CAMBERO

Las conocidas como JAC (aunque, no sé por qué yo suelo hablar de los JAC) son las Jornadas de Actualización de Conocimientos que, como avanzaba anteriormente, son jornadas en las que, durante un día, se analizan las novedades legislativas que se han producido durante todo el año. Se celebran el tercer jueves de junio y nos reunimos antiguos alumnos del máster pero están abiertas a cualquier profesional de la materia.

Las JAC, que en el año 2022 va a llegar a su XX edición, también han tenido su propia evolución. Comenzaron en El Escorial y, de la misma manera que el máster, para facilitar el traslado de los asistentes desde diferentes puntos de España, pasaron a celebrarse posteriormente en Madrid.

Desde sus inicios Miguel Ángel era el único ponente y se encargaba de dar a conocer las principales novedades legislativas que se habían producido desde la anterior JAC, es decir, desde el mes de junio del año anterior. Y hablo de las principales novedades porque, obviamente, en un día es materialmente imposible analizar con detalle todas los cambios normativos habidos durante un año en el ámbito de las TIC. Eso sí, el material que los asistentes nos llevábamos para casa era de lo más completo ya que recibíamos varios archivadores con artículos de Miguel Ángel, estudios analíticos, normas aprobadas, normas modificadas y comentadas además de libros publicados por el propio Miguel Ángel.

Las jornadas iniciaban con una primera intervención de Miguel Ángel, una pausa para tomar un completo tentempié se retomaba con su segunda intervención hasta la hora de comer. Comíamos todos juntos y posteriormente se daba comienzo a la sesión de tarde. Este formato se ha mantenido a lo largo de los años pero desde hace ya varias ediciones, con importantes cambios.

Las JAC sirven, no solo para conocer las novedades legislativas habidas en nuestro sector sino también para volver a coincidir con compañeros de otras ediciones, compañeros que en muchos casos se han convertido en amigos. Esa es la esencia de las JAC, reunir a profesionales y amigos que intervienen activamente en el desarrollo de la propia jornada ya que algo que resulta de gran interés son los debates que, en relación a las materias tratadas, se originan, siendo de lo más interesantes y enriquecedores.

Anteriormente decía que las JAC también han evolucionado y vaya si lo han hecho. Si al inicio era impartidas exclusivamente por Miguel Ángel posteriormente pasaron a intervenir también Elena y Laura de tal forma que la sesión de la mañana era a cargo de Miguel Ángel, que nos informaba de forma analítica las principales novedades que se habían producido en nuestro ámbito profesional y, posteriormente, en la sesión de tarde, Laura y Elena, de forma conjunta, nos hablaban sobre diferentes cuestiones de interés: resoluciones de las autoridades de control, sentencias, aplicaciones, redes sociales, etc. De esta forma se añadían contenidos más variados pero se mantenía la calidad de las materias tratadas.

Pero ahí no terminó la evolución de las JAC, desde hace ya varias ediciones se incorporó la intervención de diferentes ponentes invitados. La sesión se inicia con Miguel Ángel y posteriormente, cada ponente aborda una determinada temática, siendo sus ponencias de una calidad extraordinaria. Como no podía ser de otro modo, tratándose de Davara & Davara, los ponentes son de primer nivel y de reconocido prestigio. Eso sí, por la tarde, se mantiene la interesante ponencia de Elena y Laura.

Sin embargo, las JAC no han evolucionado solamente en eso, también en cuanto a la documentación que recibimos los asistentes ya que pasó a entregarse fundamentalmente en USB, siendo así más sostenible a nivel medioambiental y más práctica en cuanto a su posterior consulta. No obstante, en los últimos años se ha dado un paso más en esa sostenibilidad medioambiental toda vez que la documentación se pone a disposición de los inscritos a los JAC a través del campus virtual accesible a través del propio sitio web de Davara & Davara.

También ha pasado de ser una sesión exclusivamente presencial a tener la opción de asistir bien presencialmente o bien online, adaptándose así a las diferentes posibilidades y circunstancias de los asistentes.

Sin duda, es un formato que, a pesar de la evolución que ha tenido a lo largo de sus casi veinte ediciones, ha mantenido el interés, sabiendo adaptarse a los tiempos y las nuevas realidades, convirtiéndose en una cita marcada en rojo en el calendario.

4. Formación online

LOURDES OROZ VALENCIA

La realidad de la vida nos ha llevado a una evolución en nuestra forma de relacionarnos, que ha llegado para mantenerse, nos guste más o menos, y es el uso de las videoconferencias, o la formación online.

Con este sistema de formación se han podido mantener las Jornadas de Actualización de Conocimiento incluso en los tiempos de riesgo para la salud.

Hemos podido asistir a las jornadas, los últimos años, desde nuestro propio despacho, la tecnología está lo suficientemente madura e implantada en nuestra forma de trabajar y relacionarnos, como para realizar la videoconferencia y sacar rendimiento de estas jornadas.

Implica perder el contacto con los compañeros que asisten a la jornada, tiene la ventaja de poder asistir a las diferentes ponencias sin tener que trasladarte físicamente, la documentación preparada nos la podemos descargar desde una plataforma que se pone a nuestra disposición.

Y como prueba indiscutible de la flexibilidad que siempre ha sido una marca del despacho, el JAC último se ha realizado tanto online como presencial, de tal forma que cada uno de nosotros hemos podido asistir haciendo uso del formato que nos ha resultado más conveniente para nuestros intereses en ese momento.

IGNACIO ALBA MUÑOZ

El hecho que desde antes de 2016 el JAC ya nos llamase la atención del nuevo RGPD (desde su fase previa de tramitación parlamentaria), las jornadas monográficas del mismo, donde se sustituye «ARCO» por «ARSOPOL» ha supuesto que los cursos de capacitación para poder tener la titulación habilitadora de Delegado de Protección de Datos no se nos haya hecho demasiado cuesta arriba a pesar de que se ha requerido una dedicación y un esfuerzo que era proporcionado a la cualificación que se pedía parar ser DPD.

Otra vez más, la extensa documentación práctica, doctrinal y legislativa proporcionada en el curso de DPD, previa su lectura y estudio, nos ha permitido obtener el título habilitante, además de acceder a un material de consulta de primera mano y de un rigor jurídico y fácil comprensión incluso para los no juristas. He tenido acceso al contenido de otros cursos promocionados por Editoriales jurídicas consolidadas y por supuesto y sin género de duda «me quedo con Davara».

Las notas acompañadas no me han resultado difícil su redacción, lo difícil ha sido dejar de lado los sentimientos y el corazón, pues poder contar entre tus amigos de un primer espada como Miguel Ángel Davara, en el que es difícil distinguir si es mejor persona que profesional, es un lujo del que presumo y no tengo palabras para agradecer su apoyo y el de sus hijas en unos momentos de mi vida en los que he iniciado una nueva andadura profesional, pues han depositado una confianza que me ha supuesto un «empujón» de autoestima.

RAÚL PÉREZ CAMBERO

En los últimos años y especialmente tras la pandemia de Covid-19 que lamentablemente nos ha tocado vivir, se ha dado un gran impulso a las reuniones y los cursos online. Como ya se ha señalado anteriormente, desde hace tiempo Davara & Davara ha venido organizando cursos a distancia o semipresenciales pero en los últimos años, desde la firma se apostó por la formación online para lo cual se creó una plataforma de campus virtual a través del cual se ofertan diferentes cursos.

En mi caso, la primera vez que me inscribí en un curso exclusivamente online organizado por Davara & Davara fue en el año 2018, concretamente, el curso homologado de Delegado de Protección de Datos, de 180 horas de duración y la experiencia fue realmente buena. A través de la plataforma el despacho ponía a nuestra disposición la documentación del curso, ejercicios a realizar, test de verificación de conocimientos, tutorías y todos aquellos recursos necesarios.

En definitiva, el campus virtual es una magnífica herramienta desarrollada por Davara & Davara para el seguimiento de los cursos, con todos los recursos necesarios a su disposición. Además, es una buena forma de que el alumno compagine el curso con su vida laboral y familiar.

5. Tu amigo Emilio Montoya

Mi querido amigo Miguel Ángel, no esperarías que fuera a faltar yo a un homenaje como este. Aunque hace ya un año que no nos vemos no creas que me he olvidado de ti ni de todas las experiencias, personales y profesionales que hemos vivido juntos.

He tenido la gran suerte y el honor de disfrutar de tu amistad, de compartir grandes momentos. Han sido muchas auditorías, cursos, consultas, conversaciones telefónicas, correos electrónicos, cafés, comidas… hasta vacaciones juntos hemos pasado. No veas cómo te echo de menos por aquí.

Nos conocimos cuando yo trabajaba en la Caja, acudí en búsqueda de asesoramiento en lo que por entonces era un mundo desconocido para mí, la protección de datos. Para mí era una tranquilidad saber que contaba con el mejor asesoramiento.

Como no podía ser de otra forma, yo también fui alumno tuyo en diferentes cursos, me enseñaste casi todo lo que sabía de protección de datos y, gracias a tu ayuda, pude desarrollar mejor mi trabajo. Incluso me diste la oportunidad de trabajar juntos, como profesor, en el Magister de la Universidad de Burgos.

Como sabes, fui uno de los «míticos» ya que todos los años tenía una cita ineludible contigo en los queridos JAC, primero en El Escorial, luego en Madrid… daba igual, lo importante era encontrarme contigo y con los demás compañeros. Disfrutaba escuchándote y aprendiendo de ti, de tus ponencias, de los desayunos, comidas, cafés y de todo lo que rodeaba al JAC.

Pero, lo mejor de todo fue que esa relación que se inició en el ámbito profesional, pasó al personal. A pesar de que tú eres un madridista y yo del Atleti, hicimos una gran amistad. Para mí era un orgullo que una eminencia como tú fuera mi amigo y hacía bandera de ello.

No sabes la suerte que he tenido de conocerte, de tu amistad, de todo lo que he vivido junto a ti, amigo mío. A pesar del tiempo transcurrido y de que tuve que emprender un largo viaje me sigo acordando mucho de ti.

La verdad es que estaba mejor allí abajo pero dentro de lo que cabe, por aquí me mantengo entretenido con mis cosas. No te lo vas a creer pero tengo trabajo, intento enseñar a esta gente lo que aprendí de ti, les hablo de protección de datos, de informática y de todo aquello que solía hacer en mis años mozos. Incluso les hablo del Atleti, intento evangelizar a mis ahora paisanos pero parece que se resisten, casi todo el mundo es merengue pero dame tiempo, que poco a poco voy haciendo amigos colchoneros.

En fin, mi querido Miguel Ángel, me reclaman por aquí, me tengo que despedir pero quería decirte lo que no me dio tiempo antes de emprender mi viaje. Espero que tú también te sigas acordando de mi tanto como yo lo hago de ti.

Y, por cierto, no te preocupes por Miguel Ángel, está aquí conmigo, cuido mucho de él y él de mí. Hablamos mucho de ti, yo le cuento que fuiste un gran amigo y él me dice que fuiste un gran padre, que hiciste un buen trabajo y que fuiste un ejemplo para él, un espejo en el que mirarse.

Amigo, Miguel Ángel, espero que te haya gustado esta sorpresa. Disfruta mucho por allí, junto a tu familia, salúdales y dales un beso muy grande de mi parte. Te quiere, tu amigo, Emilio.

(1)

Incluso con entrega gratuita de más memorias que entonces elaboraba Miguel Ángel para Vodafone, fabulosas enciclopedias de todo lo publicado y de interés en materia de derecho de las TIC, eran entonces un vademécum de protección de datos.

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