1 Véase también Peter Petersen, Die Philosophie Friedrich Adolf Trendelenburgs [La filosofía de Friedrich Adolf Trendelenburg], 1913, p. III: “¡De cuán pocos es conocida hoy, efectivamente, la mente, incluso el nombre, de este varón que, según el juicio unánime de hombres de orientación tan diversa como Rosenkranz, Prantl, Bonitz, Paulsen, Eucken, y hasta de un crítico tan injusto como F. A. Lange, dominó durante toda una vida la Universidad de Berlín, sí, pudo someter ampliamente a su influjo el sistema educativo prusiano en virtud de su personalidad incondicionalmente fidedigna que jamás buscaba su propio interés!”. Véase, además, el curioso hecho de que Gerhard Lehmann, Geschichte der nach-kantischen Philosophie... [Historia de la filosofía poskantiana…], Berlín, 1931, cite sólo una vez a Trendelenburg, y precisamente como autor del primer tomo de Logische Untersuchungen [Investigaciones Lógicas], Berlín 1931.

2 Véanse Petersen, op. cit., pp. 199 y ss.; F. A. Trendelenburg, Der Zweck [El fin], Paderborn, sin año (=1925), introducción de Georg Wunderle, p. 5 y ss; del mismo autor, Über den letzten Unterschied der philosophischen Systeme [De la última diferencia de los sistemas filosóficos], publicado de nuevo y provisto de una introducción y notas aclaratorias por H. Glockner, Stuttgart, 1949, p. 16 y ss., UeOe, pp. 263 y ss.

3 Prantl, Gedächtnisrede auf F. A. Trendelenburg [Discurso en memoria de F. A. Trendelenburg], Munich, 1875, p. 11.

4 Rainer Beer, Elemente der aristotelischen Logik. Griechisch u. Deutsch [Elementos de lógica aristotélica. Griego y alemán], compilación, traducción y comentario de Adolf Trendelenburg, sin lugar, 1967, p. 232.

5 Respecto de la biografía, además de Petersen y Prantl, véanse sobre todo Ernst Bratuscheck, “Adolf Trendelenburg”, PhM, núm. 8, sin año (= 1872), pp. 1-14, 305-510 y la separata, Berlín, 1873; Devantier, Zur Erinnerung an F. A. Trendelenburg [En memoria de F. A. Trendelenburg], Eutin, 1902; Hermann Bonitz, Zur Erinnerung an F. A. Trendelenburg [En memoria de F. A. Trendelenburg], Berlín, 1872 (también su valiosísima bibliografía); además ADB (A. Richter); Biographisches Lexikon für Schleswig-Holstein und Lübeck [Diccionario biográfico para Schleswig-Holstein y Lübeck], t. VI, Neumünster, 1982, pp. 285-287.

6 Véase H. Ratjen, J. Erich v. Bergers Leben. Mit Andeutungen und Erinnerungen... von J. R(ist) [Vida de J. Erich von Berger. Con indicaciones y recuerdos…, de J. R(ist)], Altona, 1835. Con respecto a Trendelenburg, véanse Bratuscheck, op. cit., p. 308 y ss. y passim; ADB (Ratjen); Biographisches Lexikon für Schleswig-Holstein und Lübeck [Diccionario biográfico para Schleswig-Holstein y Lübeck], t. II, Neumünster, 1971, pp. 52-54.

7 Karl Rosenkranz, Geschichte der Kant’schen Philosophie [Historia de la filosofía alemana], Leipzig, 1840, p. 399.

8 Véanse por ejemplo Johann Heinrich Voss, “Wie ward Stollberg ein Unfreier?” [“¿Cómo se volvió Stollberg un hombre sin libertad?”], en Werke in einem Band [Obras en un solo tomo], Berlín, Weimar, 1976, p. 326 y ss.; Kant, Briefwechsel... [Correspondencia…], Hamburgo, 1972, pp. 497, 505.

9 Acerca de König véanse ADB (Mutzenbecher); Bratuscheck, op. cit., pp. 3 y ss.; Bonitz, op. cit., p. 4; tesis doctoral: Platonis Ideis et Numeris Doctrina ex Aristotele illustrata [Doctrina platónica de las ideas y los numeros ilustrada a partir de Aristóteles] (1a. parte), Leipzig, sin año (=1826).

10 Véanse Rosenkranz, op. cit., libro III y Kuno Fischer, “Die beiden Kantischen Schulen in Jena” [“Las dos escuelas kantianas en Jena”], Akademische Reden [Discursos académicos], Stuttgart, 1862.

11 Ernst Reinhold, Karl Leonhard Reinhold’s Leben und literarisches Werken... [Vida y obra literaria de Karl Leonhard Reinhold…], Jena, 1825, p. 41.

12 Bratuscheck, op. cit., p. 309 (106 y ss.).

13 Véanse Petersen, op. cit., p. 3: “Schellingianer” [“Schellinguiano”]; Peter Rohs, “Philosophie” [“Filosofía”], en Geschichte der Christian-Albrechts-Universität Kiel 1665-1965 [Historia de la Universidad Christian-Albrecht de Kiel 1665-1965], t. V, 1a. parte, Geschichte der Philosophischen Fakultät [Historia de la Facultad de Filosofía], Neumünster, 1969, pp. 1-104, y p. 50 y ss. Véase además UeH, p. 46 y UeOe, p. 101 y ss., donde reconoció el enlace a Hegel, notas 17 y 19; Lutz Geldsetzer, Die Philosophie in der ersten Hälfte des 19. Jahrhunderts (= Karl Vorländer, Geschichte der Philosophie) [La filosofía en la primera mitad del siglo XIX (= Karl Vorländer, Historia de la filosofía)], 9a. ed., t. III.1, completamente reelaborado y provisto con reseñas bibliográficas por Lutz Geldsetzer, Hamburgo, 1975, lo califica completamente de ¡“kantiano”! (p. 30). La exposición de Bratuscheck ha sido y sigue siendo la única digna de mención después de la de Ratjen, pues tampoco las disertaciones de Johannes Gehring, Die Religionsphilosophie J. E. v. Bergers [La filosofía de la religión de J. E. von Berger], Leipzig, 1897, y Otto Schumacher, Die Ethik J. E. v. Bergers [La ética de J. E. von Berger], Hamburgo, 1929, interpretan los contextos relativos a la respectiva historia del espíritu. También el trabajo de Martin Oesch, Das Handlungsproblem. Ein systematischer Beitrag zur ersten Wissenschaftslehre Fichtes [El problema de la acción. Una contribución sistemática a la primera doctrina fichteana de la ciencia], Hildesheim-Amsterdam, 1981, toca a Von Berger sólo marginalmente, pp. 186 y ss.

14 Bratuscheck, op. cit., p. 310.

15 Véase Wilhelm Dilthey, Gesammelte Schriften [Escritos completos], 4 tomos, Leipzig-Berlín, 1921, p. 548: “El idealismo objetivo tiene su fundamento en una actitud contemplativa y estética del espíritu, la cual, al mirar con circunspección el mundo de su alrededor, quiere descubrir un sentido, un significado y un contexto inteligible”, se dice en el preámbulo al gran tratado Die Typologie der Weltanschauungen und ihre Ausbildung in den metaphysischen Systemen [La tipología de las cosmovisiones y su desarrollo en los sistemas metafísicos], de 1911, que había sido publicado en 1898 bajo el título Die drei Grundformen der Systeme in der ersten Hälfte des 19.Jahrhunderts [Las tres formas fundamentales de los sistemas en la primera mitad del siglo XIX].

16 Bratuschek, op. cit., p. 310.

17 Véase Erich von Berger, Allgemeine Grundzüge zur Wissenschaft. Erster Theil, Analyse des Erkenntnissvermögens oder der erscheinenden Erkenntniß im Allgemeinen [Elementos generales de la ciencia. Primera parte, Análisis de la facultad cognoscitiva o del conocimiento fenoménico en general], Altona, 1817, pp. X y ss., donde se lee: “¿Qué se puede saber y conocer efectivamente también del alma, sino precisamente su modo lógico o nomotético de actuar? Y, por otra parte, ¿cómo se ha de separar dicho modo de su esencia o ser? Y, si hay leyes del conocimiento lógicas o racionales, ¿no son éstas a su vez necesariamente también las leyes de toda experiencia, leyes, por tanto, reales o metafísicas? Y ¿qué es en general lo que se puede dividir y distinguir, sino precisamente lo que originariamente está dividido y distinguido, y puede ser exhibido como tal? Pero así no se distingue la ley lógica y metafísica, como lo ha reconocido y expuesto atinadamente en un sentido más profundo la más reciente obra sobre lógica, que hasta ahora ha sido muy poco comprendida, elevando de esta manera la lógica a la dignidad de ciencia pura. Esas distinciones, por tanto, han sido hechas a un lado también aquí, porque estoy convencido de que sólo desconciertan, y toda la reflexión se ha recapitulado bajo la perspectiva, simple y general, de un análisis (o aclaración del término) de la facultad cognoscitiva”. Véase al respecto Briefe von und an Hegel [Cartas de y a Hegel], t. II, 1813-1822, publicadas por Johann Hoffmeister, Berlín, 1970, pp. 273 y ss. Numerosos intérpretes o han ocultado por completo o por lo menos infravalorado el ascendiente de Hegel sobre Von Berger.

18 Von Berger, op. cit., p. 17.

19 Véase Fritz Mauthner, Wörterbuch der Philosophie. Neue Beiträge zu einer Kritik der Sprache [Diccionario de filosofía. Nuevas contribuciones para una crítica del lenguaje], 2 tomos, Zurich, 1980 (1a. ed., 1910-1911), p. 613: “El intento de Trendelenburg de mejorar la doctrina kantiana de la subjetividad, la aprioridad de las formas de la intuición espacio y tiempo, merece nuestra gratitud. Sólo que Trendelenburg estaba, más de lo que él se imaginaba, bajo el influjo de Hegel, a quien, por cierto, combatió con tanta valentía; su idea fundamental de que el movimiento es el principio a la vez de la realidad y el pensamiento, proviene de Hegel y tenía que irse con Hegel”. Mucha retórica, pero esto no obstante es Mauthner el único que, para consuelo de toda la crítica trendelenburguiana a Hegel, sí reconoció claramente que debe a Von Berger su origen hegeliano.

20 Bratuscheck, op. cit., p. 310.

21 Ibid., p. 312, n.

22 Erich v. Berger, Allgemeine Grundzüge zur Wissenschaft [Elementos generales de la ciencia], 4 tomos, Altona, 1817-1827. Primera parte: Analyse des Erkenntnißvermögens oder der erscheinenden Erkenntniß im Allgemeinen (1817) [Análisis de la facultad cognoscitiva o del conocimiento fenoménico en general (1817)]; segunda parte: Zur philosophischen Naturerkenntniß (1821) [Para el conocimiento filosófico de la naturaleza (1821)]; tercera parte: Zur Anthropologie und Psychologie, con el subtítulo Grundzüge der Anthropologie und der Psychologie mit besonderer Rücksicht auf die Erkenntniß- und Denklehre (1824) [Para la antropología y la psicología, con el subtítulo Elementos de la antropología y la psicología con especial atención a la doctrina del conocimiento y pensamiento, (1824)]; cuarta y última parte: Zur Ethik, philosophischen Rechtslehre und Religionsphilosophie, con el subtítulo Grundzüge der Sittenlehre der philosophischen Rechts- und Staatslehre und der Religionsphilosophie (1827) [Para la ética, la doctrina filosófica del derecho y la filosofía de la religión], con el subtítulo Elementos de la doctrina moral de la doctrina filosófica del derecho y el Estado y de la filosofía de la religión (1827)].

23 Véase la primera parte, pp. VIII y ss., XV y ss. y 11 y ss.; segunda parte, pp. III y ss., VII-XII, 6-25, 64 y 66 y ss.; tercera parte, pp. III-X, 344-358, 394, 416 y 443; cuarta parte, pp. III y ss., XVI-XX, 14 y 17. La Historia de la filosofía que estaba planeada ya no fue realizada.

24 Véase por ejemplo Herbert Adam, Carl Leonhard Reinholds philosophischer Systemwechsel [Cambio de sistema filosófico de Carl Leonhard Reinhold], Heidelberg, 1930, en el que, igual que en otras numerosas exposiciones del idealismo alemán, también se enfrenta este problema sólo desde la pura historia de las ideas. Véase también Rosenkranz, “Trendelenburg und Hegel” [“Trendelenburg y Hegel”], Neue Studien [Nuevos Estudios], 4a. parte., Leipzig, 1878, pp. 463 y ss.; para el término “ecléctico” véase Von Berger, op. cit., 3a. parte, p. VII, y 4a. parte, p. XVIII, en que Von Berger también se refiere a Cousin.

25 Véase especialmente Karl Leonhard Reinhold, Ueber die bisherigen Schicksale der Kantischen Philosophie [De las suertes que ha tenido hasta ahora la filosofía kantiana], Jena, 1789, en donde Reinhold explica los motivos que tuvo para reducir el sentido de la filosofía kantiana al problema de la representación. Me parece que también la “doctrina de la ciencia” de Fichte se puede interpretar adecuadamente sólo en virtud de lo dicho en las clases. “Sobre el destino del hombre culto” véanse las cartas de Schiller Über die ästhetische Erziehung des Menschen [Sobre la educación estética del ser humano], que se inspiraron directamente en el texto de Fichte, y no en último lugar la “Sociedad de los hombres libres”. Véanse, además, de Ratjen (nota 6), ante todo Willy Flitner, August Ludwig Hülsen und der Bund der freien Männer [August Ludwig Hülsen y la Alianza de los hombres libres], Jena, 1913; Paul Raabe, “Das Protokollbuch der Gesellschaft der Freien Männer in Jena 1794-1799” [“Los protocolos de la Sociedad de los hombres libres en Jena 1794-1799”], en Festgabe für Eduard Berend zum 75. Geburtstag... [Homenaje a Eduard Berend en su 75o. cumpleaños…], Weimar, 1959, pp. 336-383 (aquí se puede encontrar más bibliografía) y Christian Tilitzki, “August Ludwig Hülsen”, Jahrbuch des Heimatvereins der Landschaft Angeln [Anuario de la Unión Natal de la Comarca de Angeln], núm. 47, 1983, pp. 118-130.

26 Henrich Steffens, Was ich erlebte [Lo que yo viví], Leipzig, Wilhelm A. Koch, 1938, pp. 210 y ss.

27 Von Berger, 2a. parte, pp. VI y ss.

28 A diferencia de la tipología que Dilthey hace de los sistemas y las cosmovisiones, en la que al establecer los tipos caminan paralelamente puntos de vista gnoseológicos, caracterológicos, político-ideológicos y filosófico-históricos, nuestra tipificación se adhiere a la distinción que hace Trendelenburg entre “sistemas de organización” (Reinhold, Fichte, Hegel) y “sistemas de evolución” (véase Investigaciones lógicas, 2a. ed., 1862, t. II, pp. 410 y ss.), pero a su vez distingue los sistemas de organización, que efectivamente también fueron llevados a cabo (por ejemplo los de Hegel y Von Berger), de los sistemas a priori-deductivos, mientras que los sistemas de evolución sólo sostuvieron la demanda de que todo el saber y todas las ciencias formaban un sistema (¡ideal!). A esta postura ya pertenecen quizá también Schleiermacher, luego Trendelenburg. Véase ante todo Otto Ritschl, System und systematische Methode in der Geschichte des wissenschaftlichen Sprachgebrauches und der philosophischen Methodologie [Sistema y método sistemático en la historia del uso científico del lenguaje y de la metodología filosófica], Bonn, 1906, en donde, especialmente en las pp. 89 y ss., se muestra que esta demanda pervive en Paulsen y Riehl.

29 Véanse Karl Joël, Wandlungen der Weltanschauung. Eine Philosophiegeschichte als Geschichtsphilosophie [Mutaciones de la cosmovisión. Una historia de la filosofía como filosofía de la historia], 2 tomos, Tubinga, 1934, pp. 355, 338, 357 y ss.; Erich Rothacker, op. cit., p. 41; véase también p. 190.

30 Bratuscheck, op. cit., pp. 310 y ss.

31 Ibid., pp. 310 y ss.

32 Ibid., p. 311.

33 Steffens, op. cit., p. 111.

34 Bratuscheck, op. cit., 311.

35 Alois Riehl, “Über Begriff und Form der Philosophie” [“Del concepto y forma de la filosofía”], en PhSt, p. 107; véase también pp. 331 y ss.

36 LU, 2a. ed., 1862, t. I, p. IV (véase 1a. ed., 1840, t. I, pp. VI y ss).

37 Este primer capítulo de las Investigaciones lógicas se remonta a una conferencia académica que dio Trendelenburg el 25 de abril de 1861, “Über die Motive der einzelnen Disziplinen zu einer grundlegenden Wissenschaft, welche Logik und Metaphysik vereinigt” [“Sobre los motivos de las disciplinas particulares para una ciencia fundadora que unifique lógica y metafísica”], véase Monatsberichte der Königlichen Preußischen Akademie der Wissenschaften zu Berlin. Aus dem Jahre 1861, I. Hälfte, Januar bis Juni, Berlin 1862 [Informes mensuales de la Real Academia Prusiana de las Ciencias en Berlín. Del año 1861, 1a. mitad, de enero a junio, Berlín, 1862], p. 454.

38 Sobre esto, véase una exposición más detallada en Günter Scholtz, Historismus’ als spekulative Geschichtsphilosophie: Christlieb Julius Braniß (1792-1873) [‘Historismo’ como filosofía especulativa de la historia: Christlieb Julius Braniss (1792-1873)], Francfort del Meno, 1973, pp. 55-72, en donde (pp. 64-68), sin embargo, no se hace la distinción que nosotros nos proponemos entre una teoría de la ciencia lógico-deductiva (¡y normativa!) y una teoría de la ciencia que procede de los problemas metódicos de las ciencias particulares. También véase al respecto la formulación de L. P. Williams sobre la antinomia de las conjeturas teóricas de Karl Popper y Thomas S. Kuhn: “el sistema de Kuhn se basa en lo que los científicos hacen de hecho, mientras que Popper se ocupa de lo que los científicos deberían hacer (pero a menudo no hacen)”, cita tomada de Heinrich Zollinger, “Logik und Psychologie in der Entwicklung wissenschaftlicher Erkenntnisse” [“Lógica y psicología en la evolución de los conocimientos científicos”], Universitas, núm. 38, 1983, p. 1045; Popper, por decirlo así, representa al respecto la posición de las “doctrinas fichteanas de la ciencia”, mientras que la conjetura de Thomas S. Kuhn es semejante a la de Trendelenburg. En este punto se piensa en los escritos: Heinrich Ritter, Logik und Psychologie in der Entwicklung wissenschaftlicher Erkenntnisse [La lógica y la psicología en el desarrollo científico del conocimiento], Berlín, 1824; System der Logik und Metaphysik [Sistema de lógica y metafísica], 2 tomos, Gotinga, 1856; August Twesten, Die Logik, insbesondere die Analytik, dargestellt von... [La lógica, en especial la analítica, expuesta por…], Schleswig, 1825; Grundriss der analytischen Logik [Elementos de lógica analítica], Kiel, 1834; Julius Braniss, Grundriß der Logik, zum Gebrauch bei seinen Vorlesungen, entworfen von... [Elementos de lógica, para usar en sus clases, diseñados por…], Breslau, 1830; Franz Vorländer, Wissenschaft der Erkenntniss. Ein Abriss [Ciencia del conocimiento. Un bosquejo], Marburgo-Leipzig, 1847; Leopold George, Die Logik als Wissenschaftslehre [La lógica como doctrina de la ciencia], Berlín, 1868. Aunque completamente dispuestos a incorporar, en adhesión a la dialéctica de Schleiermacher, también los conocimientos empíricos en la formación lógica de las teorías, estos autores no dejan de afirmar la autonomía de la lógica. Al respecto, véase especialmente Heinrich Ritter, “Über das Verhältnis der Philosophie zum wissenschaftlichen Leben überhaupt” [“Sobre la relación analógica de la filosofía con la vida científica en general”], en Philosophische Abhandlungen der Königlichen Akademie der Wissenschaften zu Berlin [Tratados filosóficos de la Real Academia de las Ciencias en Berlín], año 1833 (Berlín, 1835); del mismo autor, Versuch zur Verständigung über die neueste deutsche Philosophie seit Kant [Intento de acuerdo sobre la más reciente filosofía alemana desde Kant], Braunschweig, 1853, pp. 119 y ss.; Leopold George, Die Gliederung der Wissenschaft in ihrer Einheit [La articulación de las ciencias en su unidad], Greifswald, 1862, pp. 10, 19; véase también Logische Untersuchungen [Investigaciones lógicas], 3a. ed., t. I, p. XII, en donde Trendelenburg señala esta diferencia.

39 LU [Investigaciones lógicas], 2a. ed., 1862, t. I, p. 11. El término “noción de ciencia”, usado aquí por mí, es en cierto aspecto, dicho sea de paso, precursor del término “teoría de la ciencia”. Véase Friedrich Harms, “Das Problem der Philosophie” [“El problema de la filosofía”], en AmfWL, 1852, p. 638, en donde este autor se opone a una reducción de la filosofía a teoría de la ciencia: “Si la filosofía no fuera una ciencia, sino sólo la aspiración al saber o un método del conocimiento, entonces sería a la vez el prototipo de todas las ciencia o una noción de la ciencia”. A diferencia de cómo aquí lo hace Harms, C. Kirchner usa este mismo término en Akademische Propädeutik oder Vorbereitungswissenschaft zum akademischen Studium [Propedéutica académica o ciencia preparatoria al estudio académico], Leipzig, 1842 (3a. parte). Él traza ahí una visión panorámica de todas las ciencias y campos de estudio que lógicamente se debe proporcionar al futuro estudiante.

40 Ritter, Versuch..., [Intento…], op. cit., pp. 121 y ss.

41 Trendelenburg, Die logische Frage in Hegel’s System. Zwei Streitschriften [La cuestión lógica en el sistema de Hegel. Dos escritos de controversia], Leipzig, 1843, p. 50.

42 Asimismo, Dilthey, Einleitung in die Geisteswissenschaften [Introducción a las ciencias del espíritu], Stuttgart, 1959 [1a. ed., 1883].

43 LU (2) 1862, t. I, pp. 11, 14; Dühring, 1878 (¡véase la siguiente nota!), p. VI.

44 Véase Alwin Diemer, “Erkenntnistheorie, Erkenntnislehre, Erkenntniskritik” [“Teoría del conocimiento, doctrina del conocimiento, crítica del conocimiento”], en HWP, t. II, 1972, especialmente p. 683; Eugen Dühring, Cursus der Philosophie als streng wissenschaftlicher Weltanschauung und Lebensgestaltung [Curso de filosofía como cosmovisión y disposición de la vida], Leipzig, 1875, passim. Dühring, Logik und Wissenschaftheorie [Lógica y teoría de la ciencia], Leipzig, 1878, p. VI, ya recalcaba la antinomia real de “doctrina de la ciencia” y “teoría de la ciencia”; Rudolf Eucken, “Zur Erinnerung an Adolf Trendelenburg” [“En memoria de Adolf Trendelenburg”], DR, núm. 63, 1902, pp. 448-458, especialmente pp. 450 y ss., ponderó los méritos de Trendelenburg; sin embargo, para la historia del vocablo “teoría de la ciencia” se ha de tomar en cuenta que en 1794 Carl Christian Erhard Schmid (profesor en Jena), seguidor de Reinhold y adversario de Fichte, esbozó las “Erste Linien einer reinen Theorie der Wissenschaft” [“Primeras líneas de una teoría pura de la ciencia”], pero a todas luces—a pesar de depender fuertemente de Fichte—ha elegido esta forma de expresarse sólo para contrastarla con la “doctrina de la ciencia”. (Reproducido en Beiträge zur Entwicklung der Wissenschaftstheorie im 19.Jahrhundert. Vorträge und Diskussionen im Dezember 1965 und 1966 in Düsseldorf [Contribuciones al desarrollo de la teoría de la ciencia en el siglo XIX. Conferencias dadas y discusiones tenidas en diciembre de 1965 y 1966 en Dusseldorf], publicadas por Alwin Diemer, Meisenheim am Glan, 1968, pp. 229-234. A este respecto véase también Max Wundt, Die Philosophie an der Universität Jena im ihren geschichtlichen Verlaufe dargestellt, [La filosofía en la Universidad de Jena, expuesta en su desarrollo histórico], Jena, 1932, pp. 182 y ss.

45 Véase Jürgen Habermas, Erkenntnis und Interesse. Mit einem neuen Nachwort [Conocimiento e interés, con un nuevo epílogo], Francfort del Meno, 1973 (1a. ed., 1968), pp. 92 y ss., 102 y ss.; en especial pp. 12 y ss. “Frente al saber absoluto, el conocimiento científico ha de presentarse necesariamente como estrecho de miras; el establecimiento crítico del saber positivo queda, pues, como su única labor; donde por otra parte falta, antes que otra cosa, un concepto del conocer que trascienda la ciencia valedera y así, la crítica del conocimiento se resigna a ser teoría de la ciencia. Ésta se reduce a las reglas seudonormativas de la investigación institucional. El lugar de la filosofía frente a la ciencia, que antiguamente se podía designar con el nombre de teoría del conocimiento, ha quedado socavado por ella misma debido a este desplazamiento del pensamiento filosófico: la filosofía, así, queda desplazada por sí misma. De aquí en adelante, la teoría del conocimiento tuvo que ser reemplazada por una metodología en la que no figura el pensamiento filosófico; pues la teoría de la ciencia, que desde mediados del siglo XIX se asumió como heredera de la teoría del conocimiento, es una metodología que se practica desde una autocomprensión cientista de las ciencias.” Nikolaus Lobkowicz (“Interesse und Objektivität” [“El interés y la objetividad”], en Winfried Dallmayr (ed.), Materialen zu Habermas “Erkenntnis und interesse” [Materiales de Habermas. “Conocimiento e interés”], Francfort del Meno, 1974, pp. 169-199) ha criticado esto con exactitud y metódicamente. Sin embargo, considerado desde una perspectiva puramente objetiva-histórica, el desarrollo de la filosofía no se ha ceñido a la teoría de Habermas.

46 Véanse Rothacker, op. cit., p. 255; Werner Jaeger, Aristoteles. Grundlegung einer Geschichte seiner Entwicklung [Aristóteles. Documentación de una historia de su evolución], Francfort del Meno, 1967, pp. 405 y ss.

47 Trendelenburg, Die Geschichte der Kategorienlehre. Zwei Abhandlungen [La historia de la doctrina de las categorías. Dos tratados], Berlín, 1846 (= Historische Beiträge zur Philosophie) [= Contribuciones históricas a la filosofía], t. I, pp. 188 y ss.

48 Gerhard Stammler, Deutsche Logikarbeit seit Hegels Tod als Kampf von Mensch, Ding und Wahrheit [La obra lógica alemana desde la muerte de Hegel como lucha de hombre, cosa y verdad], t. I, Spekulative Logik [Lógica especulativa], Berlín, 1936, p. 349.

49 Véase su aportación a la discusión en conexión con Manfred Riedel, “Positivismuskritik und Historismus. Über den Ursprung des Gegensatzes von Erklären und Verstehen im 19. Jahrhundert” [“Crítica del positivismo e historicismo. Sobre el origen de la antinomia de explicación y comprensión en el siglo XIX”], en Positivismus im 19. Jahrhundert. Beiträge zu seiner geschichtlichen und systematischen Bedeutung [Positivismo en el siglo XIX. Aportaciones para su significado histórico y sistemático], Jürgen Blühdorn y Joachim Ritter, Francfort del Meno, 1971, pp. 81-104, p. 95.

50 LU, 2a. ed., 1862, t. II, pp. 210 y ss.

51 Véanse O. F. Gruppe, Wendepunkt der Philosophie im 19.Jahrhundert [Inicio de la filosofía en el siglo XIX], Berlín, 1834, pp. 48, 80; Carl Prantl, Die Bedeutung der Logik für den jetzigen Standpunkt der Philosophie [El significado de la lógica para la posición actual de la filosofía], Munich, 1849, p. 52, habla incluso de su “odio ciego contra todo lo a priori”; la alternativa que señala contiene la que se podría denotar como orientación de la filosofía de acuerdo con las ciencias del espíritu o con las naturales.

52 GdM, t. II, 2a. ed., 1875, p. 130.

53 Prantl, Gedächtnisrede… [Discurso en memoria…], p. 9.

54 Adolf Trendelenburg, Aristotelis de anima libri tres. Ad interpretum graecorum auctoritatem et codicum fidem recognovit commentariis illustravit [Los tres libros de Aristóteles acerca del alma], Jena, 1834, 2a. ed. (publicada por Christian Belger), Berlín, 1877; del mismo autor, Elementa logices Aristotelicae. In usum scholarum ex Aristotele excerpsit, convertit illustravit... [Elementos de la lógica aristotélica. Extrajo de Aristóteles, tradujo e ilustró para uso de las escuelas...], Berlín, 1836, 2a. ed., 1842, 3a. ed., 1845, 4a. ed., 1852, 5a. ed., 1862, 6a. ed., 1868, 7a. ed., 1874, 8a. ed., 1878, 9a. ed., 1892: nueva edición junto con las Erläuterungen [Ilustraciones] de 1967; del mismo autor, Erläuterungen zu den Elementen der aristotelischen Logik. Zunächst für den Unterricht in Gymnasien [Ilustraciones para los elementos de la lógica aristotélica. En primer lugar para las clases en los colegios], Berlín, 1842, 2a. ed., 1861, 3a. ed., 1876.

55 El legado de Trendelenburg está custodiado por la Biblioteca Estatal, Patrimonio Cultural Prusiano, Berlín. Entre otras varias cosas contiene apuntes de clase de Trendelenburg (entre ellos, Böckh, C. Ritter, Schleiermacher, estética, Steffens) y manuscritos de clases (entre otros, lógica, psicología, ética, historia de la filosofía); de lo contrario, sólo Trendelenburg, Kleine Schriften [Escritos menores], 2 tomos; I: Zur vaterländischen Geschichte [Para la historia patria], II, Zu Staat und Recht. Zur Pädagogik. Universitätsreden. Zur Kunstbetrachtung [Estado y derecho. Pedagogía. Discursos universitarios. Contemplación artística], Leipzig, 1871.

56 Ibid., p. III.

57 Véase Ernst Bratuscheck, “Die Philosophie als obligatorischer Gegenstand der Schulamtsprufung” [“La filosofía como materia obligatoria del examen de docencia”], PhM, núm., 10, 1874, pp. 17-32, 49-58, en especial pp. 27, 61 y ss.

58 Horst Joachim Frank, Dichtung, Sprache, Menschenbildung. Geschichte des Deutschunterrichts von den Anfängen bis 1945 [Poesía, lenguaje, formación humanista. Historia de la clase de alemán desde los inicios hasta 1945], 2 tomos, Munich, 1976, pp. 199-206; la cita está tomada de la p. 207.

59 Véase por ejemplo Ulrich Herrmann, “Wilhelm Dilthey”, en Klassiker der Pädagogik [Clásicos de la pedagogía], t. II, Von Karl Marx bis Jean Piaget [De Karl Marx a Jean Piaget], Hans Scheuerl, Munich, 1979, pp. 72-84, en especial pp. 72 y ss., 75.

60 Véase Eduard von Perger, Geschichte des Philosophie unterrichts und der philosophischen Lehramtsprüfung imneunzehnten und beginnenden zwanzigsten Jahrhundert in Bayern und Preußen [Historia de la clase de filosofía y del examen de docencia de la filosofía en el siglo XIX y a principios del XX en Baviera y Prusia], Munich, 1959, pp. 60 y ss. y el capítulo VIII, “Trendelenburgs Bemühen um den Philosophieunterricht in Preußen [“El empeño de Trendelenburg en la clase de filosofía en Prusia”], p. 61: “Schulze esperaba que este manual promoviera de una manera especial la enseñanza de la filosofía y por esta razón hizo que se distribuyera con cargo al ministerio en todas las instituciones educativas”.

61 Sólo entre el semestre de verano de 1868 (Ueberweg, Erklärung der Elementa logices Aristoteleae ed. Trendelenburg [Explicación de los Elementos de lógica aristotélica] editados por Trendelenburg), y el del verano de 1879 se encuentran en la lista de los cursos de las universidades alemanas 16 actos públicos que avisan que se apoyan en los Elementa [Elementos] de Trendelenburg. Él mismo los apuntaló con ejercicios (por ejemplo, semestre de verano de 1872).

62 Véase Friedrich Paulsen, Geschichte des gelehrten Unterrichts auf deutschen Schulen und Universitäten von Ausgang des Mittelalters bis zur Gegenwart. Mit besonderer Rücksicht auf den Klassichen Unterricht [Historia de la enseñanza científica en las escuelas y universidades alemanas desde finales de la Edad Media hasta el presente. Con especial consideración de la enseñanza clásica], 2 tomos, 2a. ed. corregida y muy aumentada, Leipzig, 1896-1897, pp. 332 y ss., 347 y ss., 365 y ss., 481 y ss., 498, 506 y ss., 515 y ss., 579 y ss., 637 y ss.

63 Véase nota 3, donde se enumeran las lógicas de la escuela de Schleiermacher. En principio se dejan llevar por el mismo motivo, pero, sin embargo, no reconocen las características propias de los diferentes grupos de ciencias en el aspecto metódico. La “lógica” se ofreció como objeto de la propedéutica precisamente también porque parecía que era la más capaz de crear consenso; Bratuscheck, Trendelenburg…, p. 369.

64 Von Berger, 2a. parte, pp. IX-XI.

65 Ibid., 3a. parte, pp. 346 y ss.

66 Ibid., pp. 345 y ss.

67 LU, 2a. ed., 1862, t. II, pp. 418-419; a este respecto, véase Leopoldo Schmid, “Der Standpunkt Trendelenburg” [“La postura de Trendelenburg”], ZPPK, núm. 44, 1864, pp. 121-147, en especial pp. 126 y 139, en donde Schmid califica a secas de “positivistas” a Beneke, Gruppe y Trendelenburg.

68 LU, 2a. ed., 1862, t. I, p. 112; en lo siguiente, véase Josef Schmidt, Hegels Wissenschaft der Logik und ihre Kritik durch Adolf Trendelenburg [Ciencia hegeliana de la lógica y su crítica por Adolf Trendelenburg], Munich, 1977; además, Dieter Henrich, “Anfang und Methode der Logik” [“Inicio y método de la lógica”], en Hegel im Kontext [Hegel en contexto], Francfort del Meno, 1971, pp. 73-94.

69 LU, 2a. ed., 1862, t. I, p. 37.

70 Ibid., p. 38.

71 Ibid., p. 44.

72 Ibid., p. 47.

73 Ibid., p. 48.

74 Ibid., p. 40.

75 Trendelenburg, Geschichte... [Historia...], p. 358.

76 G. W. F. Hegel, Enzyklopädie der philosophischen Wissenschaften im Grundrisse (1830) [Plano de la enciclopedia de las ciencias filosóficas (1830)], F. Nicolin y O. Pöggeler, Hamburgo, 1969, pp. 101 y ss.

77 I. H. Fichte, Beiträge zur Charakteristik der neueren Philosophie, zu Vermittlung ihrer Gegensätze [Aportaciones para la caracterización de la filosofía más reciente, para mediación de sus antinomias], Sulzbach, 1829, p. XXII. La historia del concepto “libertad de presupuestos” merecía un tratamiento novedoso; finalmente, Gunter Scholtz, op. cit., pp. 68, 80, 151, en donde se añaden otras a las pruebas documentales aducidas por Jürgen v. Kempski (“ ‘Voraussetzungslosigkeit’. Eine Studie zur Geschichte eines Wortes” [“ ‘Libertad de presupuestos’. Un estudio para la historia del término”], Archiv für Philosophie [Archivo de filosofía], cuaderno 4/2, septiembre de 1951; de nuevo en Brechungen. Kritische Versuche zur Philosophie der Gegenwart [Refracciones. Ensayos críticos para la filosofía actual], Hamburgo 1964, pp. 140-159), quien rastrea este concepto hasta llegar a LU de Trendelenburg. Sin embargo, las pruebas documentales para la época posterior a 1840 son innumerables; ésta me parece (hasta ahora) ser la única anterior a 1830; véanse también las notas 11 y 12

78 Véase I. H. Fichte, Ueber das Princip der philosophischen Methode... [Sobre el pincipio del método filosófico...], ZPSTh, núm. 4, 1839, p. 72; véanse formulaciones completamente parecidas ya, Sätze zur Vorschule der Theologie [Proposiciones para los cursos preliminares de teología], Stuttgart-Tubinga, 1826, por ejemplo p. 4.

79 Friedrich Eduard Beneke, Unsere Universitäten und was ihnen Noth thut. In Briefen an den Herrn Direktor Dr. Diesterweg, als Beitrag zur ‘Lebensfrage der Civilisacion’ [Nuestras universidades y lo que les hace falta. Cartas al señor director Dr. Diesterweg como aportaciones para la “cuestión vital de la civilización”], Berlín-Posen-Bromberg, 1836, pp. 46 y ss.

80 Véanse Georg Andreas Gabler, Die Hegelsche Philosophie: Beiträge zu ihrer richtigen Beurtheilung und Würdigung [La filosofía hegeliana: Aportaciones para juzgarla y ponderarla correctamente], primer cuaderno; Estes Heft, Das Absolute und die Lösung der Grundfrage aller Philosophie bei Hegel im Unterschied von der Fassung anderer Philosophien [Lo absoluto y la solución del problema fundamental de toda filosofía en Hegel contrastada con la concepciones de otras filosofías], Berlín, 1843; Trendelenburg, Die logische Frage... [El problema lógico...].

81 Karl Rosenkranz, G.W.F.Hegels Leben [Vida de G. W. F. Hegel], Darmstadt, 1971, p. XXIII; Aus einem Tagebuch (Königsberg Herbst 1833 bis Frühjahr 1846) [De un diario (Königsberg, otoño de 1833 a primavera de 1846)], Leipzig, 1854, p. 53.

82 Ibid., p. 60.

83 Ibid., p. 53.

84 Bonitz, op. cit., p. 16; Bratuscheck, Trendelenburg..., op. cit., p. 396; véase LU, 1a. ed., 1840, p. 105.

85 LU, 2a. ed., 1862, t. I, pp. 67 y ss.; véase Petersen, op. cit., p. 67, en donde éste argumenta que Trendelenburg entiende por “método genético” “no una narración y enumeración de los eventos; el método genético opera más bien causalmente siguiendo el hilo del tiempo: mirando hacia el pasado, expone la causa eficiente; anticipando el futuro, opera a partir de la causa final y muestra cómo seguir conceptualmente el verdadero camino de la realidad de los hechos. Porque se constituye en la alianza con la realidad de los hechos, por eso en él las causas de las cosas son las causas del conocimiento”.

86 Ibid, p. 80.

87 Idem.

88 Ibid., pp. 84 y ss. Antonia Ruth Weiss expone detalladamente los orígenes románticos del modelo de derecho, estado y sociedad de Trendelenburg en Friedrich Adolf Trendelenburg und das Naturrecht im 19. Jahrhundert [Friedrich Adolf Trendelenburg y el derecho natural en el siglo XIX], Kallmünz, 1960; véanse en especial pp. 47 y ss., 105 y ss., en donde se hace también una exposición más detallada de las opiniones políticas de Trendelenburg. [El término “orientación” traduce el término original alemán “Gesinnung” que es un término muy denso e intenso. El término alemán se compone de tres elementos morfológicos: el prefijo “ge”, el sustantivo “sinn” y el sufijo “ung”. El sustantivo “sinn” significa sentido corporal, sentido espacial (dirección, rumbo, orientación), sentido semántico (significación). El prefijo “ge” significa conjunto. Y el sufijo “ung” denota acción, efecto. “Gesinnung”, en general, significa concentración, recogimiento, disposición de todos los niveles, direcciones, orientaciones, actitudes de la conciencia humana. DUDEN. Das grosse Wörterbuch der deutschen Sprache in 10 Bänden, (DUDEN. El diccionario magno de la lengua alemana en 10 tomos), t. IV, Dudenverlag, Mannheim-Leipzig-Viena-Zurich, 3a. ed. completamente corregida y aumentada, 1999, p. 1491, define el vocablo “Gesinnung” como la “actitud que alguien adopta por principio frente a otra persona o frente a una cosa; actitud fundamental espiritual y moral de un ser humano”; y habla de la ética de la “Gesinnung” como “la filosofía moral que mide la calidad moral de una acción sólo o primariamente de acuerdo con su subyacente “Gesinnung”, es decir, de acuerdo con la ciencia y conciencia de la persona que actúa”. Por ejemplo, Hermann Cohen, fundador de la escuela neokantiana de Marburgo, afirma que la conciencia humana tiene cuatro orientaciones originarias: una cognoscitiva, otra ética, otra estética y otra religiosa, las cuales dan origen a cuatro disciplinas filosóficas originarias: lógica del conocimiento puro, ética de la voluntad pura, estética del sentimiento puro, el concepto de la religión en el sistema de la filosofía y religión de la razón desde las fuentes del judaísmo. “Gesinnung” corresponde en Cohen a las expresiones bíblicas “se ha de amar a Dios con toda el alma, con toda la mente, con todo el corazón, con todas las fuerzas”. En su opúsculo El prójimo, Barcelona, Anthropos, 2004, p. 1, “Gesinnung” correlaciona el amor a Dios y el amor al prójimo. Véase todo el capítulo III de El concepto de la religión en el sistema de la filosofía, Barcelona, Anthropos, en preparación, y también todo el capítulo VIII de Religión de la razón desde las fuentes del judaísmo, Barcelona, Anthropos, 2004. T.]

89 Ibid., p. 85.

90 Friedrich Albert Lange, Die Arbeiterfrage. Ihre Bedeutung für Gegenwart und Zukunft [La cuestión obrera. Su significado para el presente y el futuro], 5a. ed., Winterthur, 1894, p. 25; esto primero en 2a. ed. 1870, p. 25.

91 LU, 2a. ed., 1862, t. I, p. 87.

92 Ibid., p. 99; véase, por ejemplo, Theobald Ziegler, Die geistigen und sozialen Strömungen des 19. Jahrhunderts [Las corrientes espirituales y sociales del siglo XIX], Berlín, 1911, pp. 235 y ss. y Carl Ludwig Michelet, Hegel, der unwiderlegte Weltphilosoph. Eine Jubel-Schrift [Hegel, el filósofo universal no refutado. Un escrito conmemorativo], Aalen, 1970 (1a. ed., 1870), pp. 55 y ss.

93 LU, 2a. ed., 1862, t. I, p. 84.

94 Ibid., t. II, p. 417.