En los capítulos anteriores hemos repasado varias cuestiones relacionadas con el aplazamiento. Pero veamos algunas reflexiones finales que pueden ser reveladoras.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE TRABAJAR EN LA «ZONA DE SOBREESFUERZO»
En 1988, un encuentro fortuito entre dos tecnólogos de Microsoft en una fiesta de viernes por la noche dio como resultado una interesante solución a un importante problema de software que Microsoft prácticamente ya daba por imposible. Ambos abandonaron la fiesta para ir a probar la idea, poniendo en marcha un ordenador y repasando el código que presentaba dificultades línea por línea. Un rato después, estaba claro que habían dado con algo. Ese algo, como describe Frans Johansson en su fascinante libro The Click Moment, convirtió un proyecto de software casi abandonado en Windows 3.0, que contribuyó a convertir a Microsoft en el gigante tecnológico mundial.1 Hay veces en que la inspiración parece surgir de la nada.
Este tipo de insólitos logros creativos, la inspiración en un momento relajado seguida de un trabajo intensivo, mentalmente agotador y hasta altas horas de la noche, no se parecen en nada a un día típico de estudio de materias científicas. Es más bien como los deportes: de vez en cuando tienes un día de competición en el que debes darlo todo bajo condiciones de extraordinaria presión. Pero, por supuesto, no te entrenarías cada día en esas mismas condiciones.
Los días en los que eres superproductivo y te quedas trabajando hasta bien entrada la noche puedes conseguir mucho, pero en las jornadas siguientes, si miras tu agenda de planificación, quizá te des cuenta de que eres menos productivo. Las personas que acostumbran hacer el trabajo en rachas tienen mucha menos productividad conjunta que aquellas que suelen laborar en intervalos razonablemente limitados.2 Si te quedas demasiado tiempo en la zona de sobreesfuerzo acabarás quemado.3
Un plazo inminente puede disparar los niveles de tensión, situándote en una zona donde las hormonas del estrés pueden intervenir y ayudarte a pensar. Pero confiar en la adrenalina puede ser un juego peligroso, porque cuando el estrés es demasiado alto, la capacidad de pensar claramente puede desaparecer. Lo que es más, estudiar matemáticas y ciencias para un examen inminente difiere mucho de completar un informe antes de la fecha de entrega. Ello se debe a que las matemáticas y las ciencias requieren el desarrollo de nuevos andamios neuronales distintos a los sociales, visuales y lingüísticos en los que nuestro cerebro destaca gracias a su evolución. Para muchas personas, los andamios relacionados con las matemáticas y las ciencias se desarrollan lentamente, alternando entre el modo concentrado y el difuso mientras se va absorbiendo el material de estudio. «Trabajo mejor bajo presión» es una vieja excusa que —especialmente cuando se trata de estudiar matemáticas y ciencias— es simplemente falsa.4
¿Recuerdas a los supuestos suicidas por ingesta de arsénico al principio de estos capítulos sobre el aplazamiento? En el siglo xix, cuando la ingestión de ese veneno se puso de moda entre una minúscula fracción de la población austríaca, la gente ignoraba lo dañino que era a largo plazo, incluso aunque pudiera desarrollarse cierta tolerancia a sus efectos. Es un poco como no reconocer los peligros del aplazamiento.
Adquirir dominio de los hábitos de aplazamiento significa darse cuenta de que algo que ahora mismo parece doloroso puede ser saludable a largo plazo. Superar tus ganas de demorar las cosas tiene mucho en común con otras formas menores de estrés que, con el tiempo, son beneficiosas.
Cuando no estoy trabajando, tengo que relajarme: ¡no trabajar en otra cosa!
El psicólogo B. F. SKINNER, reflexionando sobre una revelación crucial que fue un punto de inflexión en su carrera5
SABIA ESPERA
Hemos visto que algunas supuestas virtudes pueden tener malas consecuencias. El Einstellung en el ajedrez, no poder ver una jugada mejor a causa de nociones preconcebidas, es un buen ejemplo de ello. Tu atención concentrada, por lo general positiva, mantiene a tu mente preocupada de modo que no ve soluciones mejores.
Así como la atención concentrada no es siempre buena, los aparentemente indeseables hábitos de aplazamiento no son malos porque sí. Siempre que hicieras una lista de tareas, por ejemplo, se te podría acusar de aplazar lo que no encabezara la relación. Una forma sana de aplazamiento comporta aprender a detenerse y reflexionar antes de lanzarse a conseguir algo. Estás aprendiendo a esperar sabiamente. Siempre hay algo que hacer. Marcar prioridades te permite adquirir contexto en una perspectiva general para tu toma de decisiones. A veces, esperar permite que una situación se resuelva por sí sola.
Detenerse y reflexionar son claves no solo para evitar el aplazamiento sino en general para resolver problemas científicos y matemáticos. Quizá te sorprenda saber que la diferencia entre los expertos en matemáticas (profesores y licenciados) y los novatos (estudiantes) a la hora de resolver ejercicios de física es que los expertos son más lentos al empezar con ello.6 En un estudio experimental, los expertos tardaban una media de cuarenta y cinco segundos para decidir cómo clasificarían el problema en función de sus principios físicos subyacentes. Los novatos, en cambio, se apresuraban a resolverlo sin más, tardando solo treinta segundos en determinar cómo debían proceder.
No es sorprendente que las conclusiones obtenidas por los estudiantes novatos fuesen a menudo incorrectas porque sus elecciones se basaban en aspectos superficiales más que en principios fundamentales. Es como si los expertos se tomaran su tiempo para sacar la conclusión de que la col es un vegetal y el limón es una fruta, mientras que los novatos se lanzaban a decir que la col es un pequeño árbol y los limones son claramente huevos. Si te tomas unos segundos adicionales, puedes acceder a tu biblioteca de bloques y permitir que tu cerebro halle relaciones entre un problema particular y la perspectiva general.
La espera también es importante en un contexto más amplio. Cuando tienes dificultades para desentrañar algún concepto científico o matemático en particular, es importante no dejar que la frustración tome el control ni descartarlo por ser demasiado difícil o abstracto. En su libro acertadamente titulado Stalling for time [Ganando tiempo], el agente del FBI Gary Noesner, especialista de la negociación en situaciones con rehenes, comenta que todos podríamos aprender algo de los éxitos y los fracasos de este tipo de negociación.7 Al principio de tales circunstancias las emociones son muy intensas. Los esfuerzos para acelerar el desenlace suelen conducir al desastre. Reprimir el deseo natural de reaccionar con agresividad ante las provocaciones emocionales concede tiempo a que las moléculas de la emoción se disipen gradualmente. Como resultado, todos piensan con la cabeza más fría y se salvan vidas.
Las emociones que te incitan como si te dijeran: «Hazlo sin más, es lo que sientes», pueden confundirte en otras situaciones. Por ejemplo, al decidir qué vas a estudiar. «Sigue tu pasión» puede ser como decidir casarte con tu estrella de cine favorita. Suena genial hasta que la realidad se impone. Los resultados lo demuestran: A lo largo de las últimas décadas, los estudiantes que han seguido ciegamente su pasión, sin un análisis racional de si su elección de carrera era realmente sensata, han tenido mayor insatisfacción con sus opciones profesionales que los que unieron pasión y racionalidad.8
Todo esto está relacionado con mi propia vida. Originalmente yo no tenía pasión, talento ni habilidad para las matemáticas. Pero como resultado de consideraciones racionales, creció mi voluntad de mejorar. Trabajé duro para perfeccionar mi técnica. Pero sabía que empeñarme en ello no era suficiente: también tenía que evitar el autoengaño.
Y mejoré en matemáticas. Eso abrió la puerta a las ciencias. Y ahí también progresé, gradualmente. Con el avance también vino la pasión.
Desarrollamos una pasión por las cosas que se nos dan bien. El error es creer que si no tenemos facilidad para algo, no tenemos ni podemos desarrollar nunca una pasión por ello.
PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE EL APLAZAMIENTO
Estoy tan desbordado por lo mucho que tengo por hacer que evito pensar en ello, incluso si eso empeora mi situación, ya mala. ¿Qué puedo hacer cuando me siento paralizado por la enormidad del volumen de trabajo pendiente?
Haz una lista de tres microtareas que puedas realizar en unos pocos minutos. Recuerda que la señora Fortuna favorece a quienes lo intentan: haz todo lo que puedas para concentrarte en algo que valga la pena.
En ese punto, cierra los ojos y dile a tu mente que no tienes nada más de lo que preocuparte, ninguna otra obligación, solo tu primera microtarea. (No bromeo si aludo a la actitud de «cerrar los ojos»: recuerda, eso puede ayudarte a desconectar de tus pautas de pensamiento anteriores.)9 Quizá quieras jugar al Pomodoro contigo mismo. ¿Puedes empezar a leer las primeras páginas del capítulo en veinticinco minutos?
Completar un montón de tareas difíciles es como comer un salami. Vas poco a poco, de loncha en loncha. Celebra cada logro, hasta el más pequeño. ¡Estás avanzando!
¿Cuánto tiempo me llevará cambiar mis hábitos de aplazamiento?
Aunque es probable que veas algunos resultados enseguida, puedes necesitar tres meses de ajuste para establecer un nuevo sistema de hábitos de trabajo que te guste y con el que te sientas cómodo. Sé paciente y usa el sentido común: no intentes hacer cambios drásticos inmediatamente porque puede ocurrir que sean insostenibles y eso solo te desanime aún más.
Mi atención tiende a dispersarse, de modo que me resulta difícil mantener la concentración en lo que estoy haciendo. ¿Estoy condenado a aplazar las cosas siempre? ¡Claro que no! Muchos de mis alumnos más creativos y exitosos han superado el THDA (Trastorno de Hiperactividad con Déficit de Atención) usando herramientas del tipo que he resumido en este libro. Tú también puedes.
Si tu atención se dispersa fácilmente, te resultarán especialmente beneficiosas las herramientas que te ayudan a mantener la concentración en una tarea específica durante un breve período de tiempo. Estos útiles incluyen una agenda para planificar, una pizarra o tablero junto a la puerta de casa, un temporizador y aplicaciones de móvil u ordenador para programar y cronometrar actividades. Todas estas herramientas pueden ayudarte a transformar tus hábitos de aplazamiento zombi para que se pongan a tu servicio.
CONSEJOS DE UN ESTUDIANTE CON TRASTORNO
POR DÉFICIT DE ATENCIÓN
Como estudiante con trastorno por déficit de atención, lucho cada día con la tendencia al aplazamiento, y la estructuración es el único sistema a prueba de tontos para evitar la moratoria. Para mí, eso significa anotarlo todo en mi agenda o libreta: cosas como fechas de entrega de deberes, tiempos de trabajo y horas para quedar con los amigos. También significa estudiar en el mismo lugar cada día y eliminar todas las distracciones: por ejemplo, apagando mi móvil.
Ahora también hago cosas en horarios regulares cada semana: a mi cuerpo le gusta la estructura y la rutina; por eso al principio me resultaba tan difícil salir de mis hábitos de aplazamiento. Pero también por eso mismo me ha resultado tan fácil mantener las nuevas prácticas tras un mes de obligarme a seguirlas.
WESTON JESHURUN, estudiante de asignaturas troncales
de segundo curso universitario
Me dices que haga un uso mínimo de la fuerza de voluntad al afrontar el aplazamiento. Pero ¿no debería usarla mucho para fortalecerla?
La fuerza de voluntad es como un músculo. Tienes que usar tus músculos para que, con el tiempo, se fortalezcan y desarrollen. Pero en un momento cualquiera solo tienen cierta energía disponible. Desarrollar y usar la fuerza de voluntad es en cierto modo una búsqueda de equilibrio.10 Por eso, si estás intentando cambiar, suele ser importante que te centres en una única tarea difícil, que, a la vez, requiera disciplina.
No me resulta difícil obligarme a tomar asiento para empezar a hacer los deberes. Pero tan pronto como comienzo, me encuentro con que estoy echando ojeadas a Facebook o a mi correo electrónico. Sin darme cuenta, he tardado ocho horas en terminar una tarea de tres.
El temporizador Pomodoro es tu despistador de zombis para todos los usos. Nadie ha dicho que tengas que ser perfecto superando hábitos de aplazamiento. Todo cuanto necesitas hacer es continuar trabajando para mejorar tu proceso.
¿Qué le dices al estudiante que aplaza las cosas pero se niega a reconocerlo y en lugar de eso culpa a todos y a todo excepto a sí mismo? ¿O a la estudiante que suspende todos los exámenes pero piensa que conoce la asignatura mejor de lo que sus notas indican?
Si topas constantemente con situaciones en las que piensas: «No es culpa mía», algo va mal. En definitiva, tú eres el capitán de tu destino. Si no estás consiguiendo las notas que te gustarían, tienes que empezar a hacer cambios para corregir el rumbo, en lugar de echar las culpas a los demás.
A lo largo de los años, varios alumnos me han dicho: «En realidad me sabía la asignatura». Se quejan de que suspendieron porque no se les da bien examinarse. A menudo, sus compañeros de clase me cuentan la verdadera historia: el alumno estudiaba poco o nada en absoluto. Es triste decir que la confianza infundada en las propias habilidades a veces puede alcanzar niveles casi alucinatorios. Estoy convencida de que en parte por eso a las empresas les gusta contratar a gente que tiene éxito con las matemáticas y las ciencias. Las buenas notas en dichas disciplinas suelen estar basadas en datos objetivos sobre la capacidad de un estudiante para habérselas con materias difíciles.
Vale la pena subrayar una y otra vez que los mejores expertos mundiales en varias disciplinas revelan que su camino hacia el conocimiento no fue fácil. Tuvieron que soportar tiempos tediosos y difíciles para llegar a su nivel actual de conocimiento, un grado en el que pueden moverse con facilidad y hacer que todo parezca fácil.11
Practica la doma de tus zombis
Piensa en algún reto que hayas estado aplazando. ¿Qué tipo de pensamientos de ayudarían a afrontarlo realmente? Por ejemplo, podrías pensar: «En realidad no es tan difícil; una vez haya empezado se volverá más fácil; a veces es bueno hacer cosas de las que no disfruto; las recompensas valen la pena».12
EN RESUMEN
El aplazamiento es un tema tan importante que este resumen incluye puntos clave sacados de todos los capítulos de este libro sobre la superación del aplazamiento:
• Usa una agenda para seguir fácilmente la pista de los objetivos conseguidos y observar qué funciona y qué no.
• Cumple diariamente con ciertas rutinas y tareas.
• Haz la lista de trabajos planeados la noche antes, de modo que tu cerebro tenga tiempo para profundizar en tus objetivos e intentar asegurar el éxito.
• Organiza tu trabajo en una serie de pequeños retos. Asegúrate siempre de que haya muchas recompensas para ti (¡y también para tus zombis!). Tómate unos minutos para saborear las sensaciones de felicidad y triunfo.
• Aplaza deliberadamente las recompensas hasta que hayas completado una tarea.
• Ten los estímulos de aplazamiento bajo vigilancia.
• Sitúate en nuevos entornos con pocos estímulos de aplazamiento, como una biblioteca.
• Los obstáculos aparecen, pero no te acostumbres a atribuir todos tus problemas a factores externos. Si todo es siempre culpa de los demás, es el momento de empezar a mirarse en el espejo.
• Adquiere confianza en tu nuevo sistema. Te interesa trabajar duro en períodos de mucha concentración, y también debes tener la confianza suficiente en tu sistema para que, cuando sea la hora de relajarse, lo hagas de verdad sin sentimientos de culpa.
• Ten planes alternativos por si continúas aplazando cosas. Al fin y al cabo, nadie es perfecto,. • Haz lo más desagradable en primer lugar.
¡Feliz experimentación!
PÁRATE A PENSAR
Cierra el libro y aparta la mirada. ¿Cuáles eran las ideas principales de este capítulo? Cuando te vayas a la cama esta noche, intenta rememorar las ideas principales otra vez: el rato justo antes de dormirse parece ser particularmente poderoso para consolidar las ideas en la mente.
POTENCIA TU APRENDIZAJE
1. Si tienes dificultades porque te distraes fácilmente, ¿cuáles son los buenos enfoques que pueden ayudarte a evitar el aplazamiento?
2. ¿Cómo distinguirías entre el aplazamiento útil y el perjudicial?
3. ¿Cuándo has notado que detenerte y reflexionar antes de lanzarte ha sido beneficioso en tu vida?
4. Si te sientas a trabajar pero resulta que estás malgastando tu tiempo, ¿qué medidas puedes tomar para volver rápidamente a tu tarea?
5. Reflexiona acerca de tu manera de reaccionar ante los contratiempos. ¿Asumes tu parte de responsabilidad en ellos? ¿O adoptas un papel de víctima? ¿Qué tipo de reacción es más útil a largo plazo? ¿Por qué?
6. ¿Por qué aquellos que siguieron su pasión al escoger sus carreras, sin contrastar su decisión mediante un análisis racional de las opciones, tendrían menos probabilidades de ser felices en ellas?