Del mismo período de Árboles de Buenos Aires

El pensamiento (27)

A Borges (28)

Llegó su pensamiento mucho antes que su voz,

mas por ser invisible nadie pudo asombrarse.

Como tigre buscando, entre las piedras, agua,

o como un marinero en el tatuaje, orgulloso,

como algunos espejos, en el poniente, luz.

Llegó su pensamiento pero él quedaba afuera.

No agita el llamador en la puerta de calle,

intruso en el portal, la mano vacilante.

Invadía la casa sin él su pensamiento

intentaba sentarse en la silla de mimbre

como cualquier persona invisible, obstinada.

El sofá de la sala, subrepticio tendía

los brazos y en la estera murmuraba una rosa

el futuro, el presente se mezclan en mi aroma.

La estatua deshojaba perpetuas margaritas,

yo tengo para hablar una boca de mármol,

no digo lo que pienso ni pienso lo que digo,

yo no guardo secretos, como caja de música,

no puedo ocultar nada, ni en abstrusas palabras.

—¿Por qué no abren la puerta?

Alguien está esperando.

—Alguien a quien le gusta estar afuera a veces.

Dejar su pensamiento en poder de una casa.

—¿Cómo sabes? —Lo sé. Soy el Ángel guardián.

Golpeaba el llamador en la puerta de calle.

27- En Clarín, Buenos Aires, 23 de agosto de 1979. Hay otro poema con el título “Los pensamientos” en pág. 160 de Poesía Completa I.

28- 1Silvina Ocampo escribió especialmente este poema para los ochenta años de Jorge Luis Borges.