Del mismo período de Lo amargo por dulce

A Victoria (12)

Les fleuves m’ont laissé descendre où je voulais.

Victoria, como yo te acordarás

en el arcano fondo de la quinta

del muro del portón de la distinta

paz de invernáculos, mas no sabrás

que ese verso primero penetró

en un párvulo oído, hasta las hojas,

mi corazón, las nervaduras rojas.

Un ritmo mágico tu voz le dio:

me hizo enunciar sin duda oscuramente:

Lo que no tengo es mío si lo quiero.

No es mío lo que tengo si no quiero.

Con luz de caramelo lentamente

entró en mi corazón estupefacto

como Sigfrido en el segundo acto.

12- En Testimonios de Victoria Ocampo, Buenos Aires, La fleur, 1962.