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Odas de Ricardo Reis
Prólogo
Sobre Ricardo Reis
Odas publicadas por Fernando Pessoa en la revista Athena (Libro I de las Odas - 1924)
I. Seguro asiento en la columna firme
II. Las rosas amo del jardín de Adonis,
III. El mar yace: gimen en secreto los vientos
IV. No consienten los dioses sino vida.
V. Como si cada beso
VI. El ritmo antiguo que hay en pies descalzos,
VII. Pongo en la altiva mente el fijo esfuerzo
VIII. ¡Cuán breve tiempo es la más larga vida
IX. Coronadme de rosas,
X. Mejor destino que el de conocerse
XI. Temo, Lidia, el destino. Nada es cierto.
XII. La flor que eres, no la que das, quiero.
XIII. Miro los campos, Neera,
XIV. De nuevo trae las aparentes nuevas
XV. Éste, su escaso campo ora labrando,
XVI. Tuyas, no mías, tejo estas guirnaldas,
XVII. No quieras, Lidia, edificar en el espacio
XVIII. Nostálgico ya de este verano que veo,
XIX. Placer, pero despacio,
XX. Cuidas, intramitable, que cumples, apretando
Odas publicadas por Fernando Pessoa en la revista Presença (1927-1933)
XXI. No sólo vino, sino en él el olvido, vierto
XXII. ¡Cuánta tristeza y amargura ahoga
XXIII. A nada imploran tus manos ya cosas,
XXIV. El rastro breve que de las hierbas blandas
XXV. Ya blanquea sobre la frente vana
XXVI. Cuando, Lidia, venga nuestro otoño
XXVII. Tenue, como si de Eolo la olvidasen,
XXVIII. Para ser grande, sé entero: nada
Odas de publicación póstuma (1935-1994)
1. Maestro, son plácidas
2. De la lámpara nocturna
3. No tengas nada en las manos
4. A lo lejos los montes tienen nieve al sol,
5. El dios Pan no ha muerto.
6. De Apolo el carro rodó fuera
7. Sabio el que se contenta con…
8. Los dioses desterrados,
9. Ven a sentarte conmigo, Lidia, a la orilla del río.
10. Aquí, Neera, lejos
11. La palidez del día es levemente dorada.
12. De ángeles o dioses, siempre tuvimos
13. De nuestra semejanza con los dioses
14. Neera, paseemos juntos
15. Vosotros que, creyentes en Cristos y Marías,
16. Sólo esta libertad nos conceden
17. Dejemos, Lidia, la ciencia que no pone
18. Es tan suave la fuga de este día,
19. Por encima de la verdad están los dioses.
20. Antes que nosotros por las mismas arboledas
21. Cada cosa a su tiempo tiene su tiempo.
22. Bocas moradas de vino,
23. Líbrenme los dioses
24. Feliz aquel a quien la vida grata
25. Deja pasar el viento
26. Tan sólo el tener flores a la vista
27. Felices, cuyos cuerpos bajo los árboles
28. Los jugadores de ajedrez
29. A la patria, mi amor, prefiero rosas,
30. Sigue tu destino,
31. No a ti, Cristo, odio o no te quiero.
32. Sufro, Lidia, del miedo del destino.
33. Una tras otra las olas apresuradas
34. À la manière de A. Caeiro
35. Un verso repite
36. En vano procuro el bien que me negaron.
37. Cada uno cumple el destino que le cumple,
38. No quiero las ofrendas
39. No canto a la noche porque en mi canto
40. No quiero recordar ni conocerme.
41. La abeja que, volando, zumba sobre
42. Día tras día la misma vida es la misma.
43. ¡Tan pronto pasa todo cuanto pasa!
44. ¿Con qué vida llenaré los pocos breves
45. En el ciclo eterno de las mudables cosas
46. Frutos, los dan los árboles que viven,
47. Solemne pasa sobre la fértil tierra
48. Atrás no torna, ni, como Orfeo, vuelve
49. Aquí, decís, en la cueva a que me acerco,
50. Lenta descansa la ola que la marea deja.
51. Cuántos gozan el gozo de gozar
52. El sueño es bueno pues de él despertamos
53. Ingloriosa es la vida, inglorioso el conocerla.
54. En las altas ramas de árboles frondosos
55. Todo cuanto cesa es muerte, y la muerte es nuestra
56. A cada quien, cual la estatura, cabe
57. Ni de la hierba humilde el destino se olvida.
58. Niégueme todo la suerte, menos verla,
59. Si recuerdo quien fui, otro me veo
60. En el breve número de doce meses
61. No sé de quién recuerdo mi pasado
62. Lo que sentimos, no lo que es sentido,
63. No sé si es amor que tienes, o amor que finges,
64. Quiere poco: tendrás todo.
65. No sólo quien nos odia o nos envidia
66. No quiero, Cloe, tu amor, que oprime
67. Nunca el deseo ajeno, aunque grato,
68. En el mundo, a solas conmigo, me dejaron
69. Los dioses y los Mesías que son dioses
70. De lo que quiero reniego, si el quererlo
71. Quien eres, no lo serás, que el tiempo y la suerte
72. Domina o calla. No te pierdas, dando
73. Si a cada cosa que hay un dios compete,
74. Nadie en la vasta selva religiosa
75. Lidia, ignoramos. Somos extranjeros
76. Severo narro. Cuanto siento pienso.
77. Flores amo, no busco. Si aparecen
78. Sereno aguardo el fin que poco tarda.
79. Nadie a otro ama, sino que ama
80. ¿Para qué complicar inútilmente,
81. Vive sin horas. Cuanto mide daña
82. Nada queda de nada. Nada somos.
83. Cuanto hagas, supremamente hazlo.
84. Rastrea suave por los campos yermos
85. Quiero ignorado, y calmo
86. Día en que no gozaste no fue tuyo:
87. Pues que nada dure, o que, durando,
88. Estás solo. Nadie lo sabe. Calla y finge,
89. Aquí, en este misérrimo destierro
90. Unos con los ojos puestos en el pasado,
91. Súbdito inútil de astros dominantes,
92. Aguardo, ecuánime, lo que no conozco:
93. Amo lo que veo porque he de dejar
94. Viven en nosotros innúmeros,
95. Cada uno es un mundo; y como en cada fuente
96. Hay un color que me persigue y que yo odio,
97. Mi gesto que destruye
98. En el gran espacio de no haber nada
99. Bajo leve tutela
100. En el magno día hasta los sonidos son claros.
101. Otros con liras o con arpas narran,
102. Cuatro veces mudó la estación falsa
103. Quiero de los dioses sólo que no me recuerden.
104. Quiero de la vida sólo no conocerla.
105. A aquel que, constante, nada espera
106. Mañana estas letras en que te amo
107. Flores que cojo, o dejo,
108. A los dioses tan sólo pido que me concedan
109. A los dioses que hay o que fingidos haya
110. Mitad somos lo que somos, y otra
111. El cangilón que cogió el agua honda
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