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Imperial Library
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Cubierta Se armó la de San Quintín
Agradecimientos Nota de la autora ¡A la guerra!
La madre que parió a los Cien Mil Hijos de San Luis El culebrón de Actium Solo una higuera salió viva Asalto a Maguncia Estudiantes contra mozos en El Escorial Ayacucho, fin del imperio español Lepanto, «la más alta ocasión que vieron los siglos» Y se armó la de San Quintín Cerco a Cascorro El incidente de la tajada de sandía Francis Drake ataca Cádiz El paseo de los invasores musulmanes El héroe abanderado de Toro La guerra del fútbol La rendición de Breda Rebelión en las Alpujarras Oxford: el motín del día de Santa Escolástica Toma de la Bastilla Napoleón en Moscú: «Pero… ¿dónde están todos?» Corpus de Sangre Líjar contra Francia, con un par Motín de los taberneros Batalla de Austerlitz La tragedia de la carretera Málaga-Almería
Ajetreos urbanos
Empire State, el techo de Nueva York Cáceres, una ciudad por carambola Arde Chicago Estropicio en la mezquita de Córdoba Burgos se queda sin cimborrio El campanile, un parche en Venecia De feria de ganado a Feria de Abril Patinando sobre el Támesis Un gaditano en Los Ángeles Versalles, producto de la envidia Queda inaugurada Brasilia Neoyorquinos bajo la nieve Buceando bajo la catedral de Winchester La eterna Real Maestranza de Sevilla Los ciento cincuenta años del Big Ben Los holandeses compran Mannahatta …Y en París se hizo la luz Fea y revolucionaria Bastilla La primera piedra del hotel Palace De Alcázar madrileño a Palacio Tiembla Lisboa La «piedra postrera» de la catedral de Sevilla Excavando Herculano Codiciada Melilla El napoleónico Arco del Triunfo A las doce en punto nació Venecia Olvidado Colón Un templo egipcio en Madrid Buenos Aires elige santo patrón La Estatua de la Libertad, ese regalito envenenado El «nauseabundo» metro de Londres
Yo lo vi primero
Alfred Nobel y su invento asesino El «Duelo del Nilo» Anestesia: ahí le duele… Un tesoro hallado por carambola De cómo arrebatar el rayo a los cielos Neptuno: visto antes de ser visto Machu Picchu: descubierto por uno, conocido por todos Cardiff y el gigante de pacotilla Los huevos de Chapman Orellana y el río que no se acababa nunca Bendita aspirina La bombilla de Edison…
… y la pila de Volta
Vacuna viene de vaca Graham Bell birla el teléfono ¿Para qué? Para-caídas Mundo recauchutado Desembarco en La Española Brasil, para los portugueses Koch vacila de bacilo
Los jaleos de los antiguos
¡Tiberio al Tíber! Claudica el superviviente Claudio El estoico y pertinaz Séneca Difamado Herodes Espléndida Babilonia El calculador ojo de Saladino El saqueo de Constantinopla Cicerón y las horquillas de Fulvia
Hagamos un trato
El engañado Boabdil Estados Unidos, definitivamente libre de ingleses Edicto de Esquilache Por el bien de los pingüinos Propuesta española en la Conferencia de Desarme Reunión de los Estados Generales Rusia vende Alaska Nace el Comité Olímpico Internacional Comienza la Conferencia de Yalta Clausura de la Conferencia de Yalta Firma del Tratado de Madrid Tratado de Münster La Paz de los Pirineos
Sucedidos reales… e imperiales
La importancia de llamarse Recaredo Carlos V y el 24 de febrero La abdicación de José I Bonaparte Emboscada a Atahualpa Carlos IV llega a su exilio plateado…
… y lo cambia por el dorado
El trasero de Francisco I de Francia ¡A por los templarios! El manirroto Carlos VII de Francia Carlos, el séptimo en Nápoles y el tercero en España Napoleón, primer cónsul…
… luego proclamado emperador… … y finalmente coronado
La tragedia de Khodinka Carlos V… ¿austero? La Farsa de Ávila Un bobo duelo de reyes Los incordios de los duques de Windsor El precoz compromiso de Luis XV El emperador mocoso La abdicación frustrada de Felipe V Isabel de Farnesio y la princesa de los Ursinos, pelea de gatas La justa de Enrique II de Francia La oportuna regencia de Leopoldo de Baviera Luis XVIII de Francia sale por pies A rey muerto, regente puesta Pedrada a Moctezuma Juan José de Austria, el bastardo legitimado Enrique VIII quería un chico y nació María Tudor Ricardo, corazón de león y cabeza de chorlito Napoleón prefería la campiña inglesa…
… pero acabó en una isla
La (primera) conjura de El Escorial La (segunda) conjura de El Escorial Una austriaca en la corte de Francia Jorge V de Inglaterra y su inepto primogénito Juan de Borbón se manifiesta
Peripecias eclesiales
Santiago, el insaciable apóstol recaudador Asalto al nuncio de Madrid Cambio en la elección papal La dolce vita en Aviñón Celestino V, papa a la fuerza La hoguera de las vanidades Muere Gregorio XI, nace el Gran Cisma El revolucionario Concilio Vaticano II Juan XXIII, el papa que puso los pies en la tierra Primer Congreso Católico del Cinema Santa Elena, compulsiva acaparadora de reliquias El famoso grito del cura Hidalgo Al papa no le gustan los toros…
… y el mundo moderno, tampoco
La inocentada del celibato
Tejemanejes políticos
Constitución de las Cortes de Cádiz Y Estados Unidos nos quitó Cuba Los comunistas hunden a Stalin…
… y Hungría se confía
La crisis de los rehenes Acoso a Costa Rica La primera gobernadora del Nuevo Mundo Madrid se queda sin embajadores Llega la libertad de prensa…
… y se va a freír espárragos la Inquisición
La torpe invasión griega de Mussolini Comienza la perturbada Revolución Cultural china A la caza de un rey para España Teléfono rojo: ni teléfono ni rojo El tramposo referéndum de Franco La conjura de Venecia La niña que disolvió las Cortes Y en estas llegó Jomeini
¡Qué arte!
La capilla Sixtina, pintada a regañadientes El origen de las especies o el principio del lío La mudanza de Goya Para Elisa… o no Los primeros fans, los de Paganini Como mejor están las rubias es con patatas Otro robo del siglo Carmen llega a París De por qué Zorrilla renegó del Tenorio Conchita Piquer ganó por la mano a El cantante de jazz Magia de Mozart con La flauta mágica El fregao de Verdi con el Don Carlos La lasciva Lo que el viento se llevó El museo del Prado, obra de una portuguesa…
… y el del Louvre, de Napoleón
Psicosis: no era sangre, era chocolate Eterna Mafalda Concierto de Año Nuevo en Nochevieja El regreso del Guernica Alemania birla a Nefertiti Un David con mucho genio Madama Butterfly, un fracaso muy bien dirigido La detención de Valle-Inclán El arte culinario de Antonin Carême
Amores y fiascos
The Spanish Match Matrimonios a pares La increíble boda de Quevedo El escritor y la corista El millonario y la primera dama El cura y la monja El rey y la madame El político y la prostituta La nieta y el aspirante La primera intentona de Alfonso XII…
… y la segunda de Felipe II… … y la tercera de Enrique VIII… … y una cuarta de Felipe II… … y la quinta de Iván el Terrible… … y la última de Carlos II
Porque yo lo mando
El Palomar Militar de Guadalajara Humanitario garrote vil Ejecuten, pero en privado Olé… El desestanco de la sal Indias y españoles pasan por la vicaría Los marinos pueden hacerse coleta Fin al tráfico de esclavos en Estados Unidos… pero poco El Colegio de Abogados de la Villa y Corte El precursor del DNI Eran mossos y formaban esquadra Hay que ahorrar Fin de los tercios españoles La división territorial de España La Orden de Carlos III, en honor a un nieto…
… y la del Toisón de Oro, por una boda
Barras y estrellas La «redención a metálico» Pregón contra la sífilis en París Cuando las Canarias fueron portuguesas Señoras a la derecha y señores a la izquierda Fuera rollos Ku Klux Klan, ilegal, pero como si nada ¡A mí la Legión! Ley Cash and Carry Pónganse el casco…
… y quítense el sombrero
El caótico calendario francés Prohibido batirse en duelo…
… y disfrazarse… … y usar el coche… … y estudiar gramática… … y jugar… … y decir que venimos del mono… … y tener yoyó
La que liaron los nazis
El principio: nace Adolfito La continuación: Hitler, canciller La Noche de los Cuchillos Largos Wewelsburg: un castillo en el aire Las leyes de Núremberg El encuentro de fútbol que irritó al Führer La fallida Operación Félix La mal calculada Operación Barbarroja Donde esté un buen derby, que se quite una invasión La solución final Pétain, el amigo francés Salvad al soldado Sullivan Matar a Hitler Objetivo: ¿Churchill o Leslie Howard? Trampa al Führer Hitler se queda sin tumba El día D, a la hora H La foto de Iwo Jima Entrar por la puerta y salir por la chimenea Bomba atómica: punto y final
Por tierra, mar y aire
Españoles expulsados de España El último vuelo del mítico Barón Rojo Amundsen llega al Polo Sur… y no se entera nadie La invitación que el maestro Granados no debió aceptar Arde el Hindenburg El Lusitania se va a pique El loco Lindbergh El Cuatro Vientos se volatiliza Motín en la Bounty El vuelo de los hermanos Wright La valiente Amelia Earhart Eran unos kamikazes El secuestro del Achille Lauro ¿Dónde se metió Glenn Miller? Zarpa el Exodus El primer reloj de pulsera, en la muñeca de un aviador El rescate del vuelo 571
Celebridades
El jolgorio carnavalesco de Fernán Núñez Harvey Milk sale del armario Henry Ford y la jornada de ocho horas David Livingstone, gran tipo Ramón Franco, el hermano respondón Soy Fleming… Ian Fleming Ricardo Zamora, ese pedazo de portero… Las inconmensurables neuronas de Ramón y Cajal Un brindis por Arthur Guinness La ojeriza de Unamuno a Alfonso XIII El día en que Oscar Wilde comenzó a morir Duque de Enghien, inocente pero ejecutado El happy birthday de Marilyn El primer mafioso arrepentido El salto a la fama de Elvis Los últimos de Filipinas Indomable Caballo Loco Amoroso (y listo) Casanova Nace el ambivalente caballero D’Eon La aldeana Josefina Atrevida Cayetana Los prematuros negocios de Rockefeller El ojo turístico de Thomas Cook Nace Vincent van Gogh El engañoso Walt Disney Ritz, ese hotel con nombre de señor El duelo de Blasco Ibáñez
Desventurados
Atentado torpe a Alfonso XII Orgulloso Rodrigo Calderón No preguntes, no cuentes Bobby Kennedy, un asesinato con efecto Eduardo Dato, el segundo presidente asesinado Marat, en remojo Catorce achicharrados para festejar a un rey Giordano Bruno, cristiano pero respondón El infierno de Waco Jacques de Molay, profeta Catalina, la quinta de Enrique VIII La heroína Mariana Pineda A sangre fría Una ejecución con guionistas Hildegart: la mató porque era suya Las hermanas Mirabal Suicidio colectivo en Jonestown Genocidio en Ruanda…
… matanza en My Lai… … y masacre en Soweto
Nube tóxica sobre Bhopal Comienza la cuenta de Jack el Destripador La poca paciencia del chef Vatel El crimen de Cuenca Comienza el mal rollito en América Excesivo Mishima Las brujas de Zugarramurdi El incombustible Charles Manson
Mundo variopinto
Calentura por el oro Fin del mundo: hoy no… mañana El Apollo 11 y el Luna 15 La hora del té Hora arriba, hora abajo Esquimales en Madrid Derechos de autor de un villancico El garbeo orbital de John Glenn La efímera Liga de la Alpargata Nace la NASA Aquel estraperlo de la guerra… Un corazón en pecho ajeno El primer cigarrito La incomprensible relatividad La gran evasión La vomitona del Teneguía Los leones de Tsavo Nace el Tour de Francia La huelga de las piernas caídas Fuga de Alcatraz El Chacal, cazado La mosca humana La madrugada también es noche El Campeonato Nacional de Liga Los primeros Oscar La veteranía de La Vanguardia
Bibliografía Acerca de la autora
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Chief Librarian: Las Zenow <zenow@riseup.net>
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