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Dedicatoria
A la puta calle. Crónica de un desahucio
Nosotros somos los que no esperamos ya el principio de mes
Los desahucios y su asunto narrativo
Llega mi desahucio
Desde lo alto del monte Niesen, tus huesos contra 11.674 peldaños
Como la uña de dios rascándose la tierra
Sánchez Dragó sonríe: pero no será verdad eso que dices, ¿no?
De cuando nos comíamos las patas de las sillas en ucronía (I)
2009: Año uno en el despeñadero del monte Niesen
¿Por qué a mí? o nunca supe hacer el pino puente
Por qué es mejor que te despidan al principio de una crisis fukuyama, también llamada maya
Hacer algo: ¿susto o muerte?
Prostitución y sobre la dignidad profesional
2010: Año dos en el despeñadero del monte Niesen
Todo se acaba
Primer verano en la casa paterna
Momento tierra o qué hacer tras la caída del meteorito
29 de septiembre de 2010: ya está todo roto
Ganarse la vida
Días en estado de sitio
2011: Año tres en el despeñadero del monte Niesen
Reinvéntate la hamburguesa
Vete de España o morir en el coche
Lo que vale un premio en la brecha
El ocio y el ¿para qué?
Las cifras de la violencia
El tercer plazo
Esto no es un espectáculo y ¿qué le pasa a mi cabeza?
Restos de humor
2012: Año cuatro en el despeñadero del monte Niesen
Algunos datos para nada
Los chicos aún beben
Ventas de saldo
Lo peor
La rabia contra una persiana
La salida del pan
Ya no soy pacífica
Yo me acuerdo de todo
De cuando nos comíamos las patas de las sillas en ucronía (II)
Agradecimientos
Notas
Créditos
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