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Cubierta
Don Casmurro
Introducción
Mulato, de Río
Blanqueando se sube a la gloria
Compañera para siempre
Forma de ser y forma de hacer
Contador de historias
Pequeños problemas aparentes hacen grandes los escritos
Don Casmurro
La realidad de «inaparente»
Femenino/masculino
¿Adulterio real o efecto de una realidad?
Querida lectora
Mujer, malicia, hipocresía, verdad
Ellos, en el intermedio dependiente
Algunos aspectos sociales
Algunas coincidencias: Pepita/Capitu
El culto blanqueado
Romántico real
Desnudar la forma para vestir la esencia
Contra la historia personal
Humor, farsa, parodia
Lenta y eficaz construcción
Machado y la crítica
Sobre esta edición
Bibliografía
Don Casmurro
I. Del título
II. Del libro
III. La denuncia
IV. Un deber amarguísimo
V. El agregado
VI. Tío Cosme
VII. Doña Gloria
VIII. Es hora
IX. La ópera
X. Acepto la teoría
XI. La promesa
XII. En la terraza
XIII. Capitu
XIV. La inscripsción
XV. Otra voz repentina
XVI. El administrador interino
XVII. Los gusanos
XVIII. Un plan
XIX. Sin falta
XX. Mil padrenuestros y mil avemarías
XXI. Prima Justina
XXII. Sensaciones ajenas
XXIII. Plazo fijo
XXIV. De madre y de esclavo
XXV. En el paseo público
XXVI. Las leyes son hermosas
XXVII. En los portones
XXVIII. En la calle
XXIX. El emperador
XXX. El santísimo
XXXI. Las curiosidades de Capitu
XXXII. Ojos de resaca
XXXIII. El peinado
XXXIV. ¡Soy hombre!
XXXV. El protonotario apostólico
XXXVI. Idea sin piernas e idea sin brazos
XXXVII. El alma está llena de misterios
XXXVIII. ¡Qué susto, Dios mío!
XXXIX. La vocación
XL. Una yegua
XLI. La audiencia secreta
XLII. Capitu reflexionando
XLIII. ¿Tienes miedo?
XLIV. El primer hijo
XLV. Menea la cabeza, lector
XLVI. Las paces
XLVII. La señora ha salido
XLVIII. El juramento del pozo
XLIX. Una vela los sábados
L. Un término medio
LI. Entre luz y oscuridad
LII. El viejo Padua
LIII. ¡En marcha!
LIV. Panegírico de Santa Mónica
LV. Un soneto
LVI. Un seminarista
LVII. De preparación
LVIII. El trato
LIX. Convidados de feliz memoria
LX. ¡Querido opúsculo!
LXI. La vaca de Homero
LXII. Una punta de Yago
LXIII. Mitades de un sueño
LXIV. Una idea y un escrúpulo
LXV. El disimulo
LXVI. Intimidad
LXVII. Un pecado
LXVIII. Aplacemos la virtud
LXIX. La misa
LXX. Después de misa
LXXI. Visita de Escobar
LXII. Una reforma dramática
LXXIII. La contrarregla
LXXIV. La hebilla
LXXV. La desesperación
LXXVI. Explicación
LXXVII. El placer de los viejos dolores
LXXVIII. Secreto por secreto
LXXIX. Vamos al capítulo
LXXX. Vengamos al capítulo
LXXXI. Una palabra
LXXXII. El canapé
LXXXIII. El retrato
LXXXIV. Llamada
LXXXV. El difunto
LXXXVI. ¡Amad, muchachos!
LXXXVII. El carruaje
LXXXVIII. Un honesto pretexto
LXXXIX. El rechazo
XC. La polémica
XCI. Hallazgo que consuela
XCII. No es tan feo el diablo como lo pintan
XCIII. Un amigo por un difunto
XCIV. Ideas aritméticas
XCV. El papa
XCVI. Un sustituto
XCVII. La salida
XCVIII. Cinco años
XCIC. El hijo es la cara del padre
C. «¡Tú serás feliz, Bentinho!»
CI. En el cielo
CII. De casada
CIII. La felicidad tiene buen alma
CIV. Las pirámides
CV. Los brazos
CVI. Diez libras esterlinas
CVII. Celos del mar
CVIII. Un hijo
CIX. Un hijo único
CX. Rasgos de infancia
CXI. Contado deprisa
CXII. Las imitaciones de Ezequiel
CXIII. Embargos de terceros
CXIV. En que se explica lo explicado
CXV. Dudas sobre dudas
CXVI. Hijo del hombre
CXVII. Amigos próximos
CXVIII. La mano de Sancha
CXIX. ¡No hagas eso, querida!
CXX. Los autos
CXXI. La catástrofe
CXXII. El entierro
CXXIII. Ojos de resaca
CXXIV. El discurso
CXXV. Una comparación
CXXVI. Pensando
CXXVII. El barbero
CXXVIII. Puñado de sucesos
CXXIX. A doña Sancha
CXXX. Un día…
CXXXI. Anterior al anterior
CXXXII. El dibujo y el color
CXXXIII. Una idea
CXXXIV. El sábado
CXXXV. Otelo
CXXXVI. La taza de café
CXXXVII. Segundo impulso
CXXXVIII. Capitu que entra
CXXIX. La fotografía
CXL. Regreso de la iglesia
CXLI. La solución
CXLII. Una santa
CXLIII. El último superlativo
CXLIV. Una pregunta tardía
CXLV. El regreso
CXLVI. No hubo lepra
CXLVII. La explosión retrospectiva
CXLVIII. Bueno, ¿y el resto?
Notas
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