[La Comédie Humaine 57] • El Primo Pons

Escrita durante 1846, esta obra representa para Balzac, entre toda su amplia producción literaria, según comentó el propio autor, una de sus obras más bellas. Enmarcada dentro de su bloque de parientes pobres, podría entenderse como el reverso de "La prima Bette".

En ésta, el protagonista es un músico de fama discreta que ha quedado relegado al olvido. Sobrevive con no pocos esfuerzos en su apartamento parisense, que comparte con un amigo. Su vida está caracterizada por sus dos grandes placeres: disfrutar de grandes cenas en compañía de sus parientes más acaudalados y la colección de antigüedades. Este gusto por la vida ostentosa le trae no pocos quebraderos de cabeza, pues sus ingresos son testimoniales, pero, al igual que otros tantos personajes de Balzac, hace todo lo posible por mantener un tren de vida muy por encima de sus posibilidades y al que se siente imposibilitado de renunciar.

Lo que Balzac pretende mostrarnos es lo que hay debajo de unas fórmulas morales, la otra cara; su visión en esta novela es profundamente pesimista: la sociedad incapaz de cambiar unas reglas de juego basadas en el puro interés. El lector se da cuenta de con quién están sus simpatías, y seguramente el autor pretende orientar las nuestras hacia las víctimas. Sin aspirar a que nada cambie, Balzac nos va mostrando el mundo tal como lo ve, y consigue que el lector se vaya identificando con su punto de vista con el fin de que se emocione, sufra, se indigne a medida que transcurre la novela.