El Destino De La Carne
Todo parece indicado para que Ernest Pontifex siga la tradición familiar e ingrese en la carrera eclesiástica por tradición. Poco a poco ve cómo se desmoronan los valores que le fueron inculcados desde su nacimiento. En su largo periplo conoce sinsabores de toda clase: la falsa piedad de sus padres, el hipócrita rigor de sus educadores en el instituto y en la Universidad de Cambridge, la deslealtad de los amigos en Londres, el aislamiento –y un paradójico sentimiento liberador– en la cárcel, el desastre de su matrimonio con una antigua sirvienta, y finalmente, quizá, el descubrimiento de su verdadero ser.
Samuel Butler inició la escritura de El destino de la carne en 1873 (poco después de la celebrada publicación de su sátira utópica Erewhon ) pero la obra no sería publicada hasta 1903, un año después de su muerte.