CAPÍTULO 2
El Swara Yoga y los cinco elementos
Ya se discutió ampliamente acerca del flujo del ciclo de respiración nasal, su relación con los nervios y nadis y su periódica alternancia, que influ- ye en el predominio colateral de los hemisferios.
Además, el Swara Yoga muestra las técnicas a seguir para aprovechar los cinco elementos del cuerpo. El conocimiento de las funciones de dichos elementos ayuda a desarrollar una mayor conciencia acerca de los elementos que constituyen nuestros sentimientos y emociones. Las escrituras del yoga afirman que el verdadero conocimiento del ser no es posible sin la consecución del estado tattvatit (ir más allá de los elementos). También aseveran que uno se debe convertir en un tattvadarshi (observador de los elementos), ya que todos los cambios fisiológicos y psicológieos provienen de la mutación de los gunas, o cualidades de la naturaleza, y de los tattvas o elementos. El Swara Yoga proporciona un significado práctico en la observación de estos elementos. Los cambios de la química corporal producen diversos estados psicológicos y poseen un ritmo periódico y un orden específico. Se relacionan con los cinco elementos, los cuales son la base de todo fenómeno existencial. Según las antiguas escrituras los elementos son el principio de toda forma. Los griegos y los romanos aceptaban la existencia de cuatro elementos: Tierra, Agua, Fuego y Aire, y también los cristianos, judíos y musulmanes creían en esos cuatro elementos. El quinto elemento, el Akasha, sólo se conocía entre los hindúes. (Los chinos también creían en cinco elementos, pero éstos eran: Madera, Tierra, Fuego, Metal y Agua.)
En el yoga, el Akasha ostenta la posición más elevada ya que es la fuente de los demás elementos.
Antes de profundizar en el tema de cómo se revelan los elementos y sus atributos en el flujo de la respiración nasal, los describiremos. Los elementos son los agentes del principio de inercia primario de la conciencia. En la evolución se crean tres campos:
Los elementos pertenecen al campo material, el cual crea materia y antimateria. Ellos constituyen un continuum de energía procedente del más sutil hasta el más denso nivel vibratorio. En el nivel más denso de vibración la energía tiene sustancia (solidez), olfato, gusto, forma y tacto (rugoso, suave, parejo, desigual, etc.) y es inerte, porque es producto del principio de inercia. Se identifica como el elemento Tierra. En la tradición hindú no se conoce el planeta Tierra como el elemento Tierra, sino que es dicho elemento el que domina el planeta. La característica de este elemento es el olfato. Como ejemplo de la relación del olfato con el elemento Tierra se puede observar el sándalo de la India: puede crecer en cualquier lugar del país, pero no huele igual debido al cambio de suelo. Cuando crece de modo natural tiene un aroma muy fuerte. Se hicieron descubrimientos similares referentes a la semilla de fenogreco asiática; estas semillas se pueden germinar fácilmente y crecen tanto en interiores como en el exterior, pero carecen del fuerte aroma que se deriva del suelo en donde la hierba crece naturalmente en la India.
Cuando se eleva a una frecuencia superior, el elemento Tierra pierde su solidez. La sustancia se vuelve líquido, aunque mantiene las propiedades de forma y tacto. Penetra en otras cosas y se convierte en un material mezclado. El gusto es la característica de este elemento. Se sabe que el gusto se modifica con el cambio de agua. El elemento Agua combina todas las sustancias en forma líquida.
A medida que se incrementa el nivel de vibración, el calor y la luz se generan mediante el movimiento acelerado; la propiedad de liquidez se desvanece y sólo permanecen las de forma, tacto y sonido. En este nivel la energía se denomina elemento Fuego. La forma es la característica esencial de dicho elemento.
Según se va acelerando la velocidad de las partículas individuales, se va perdiendo toda forma y no se producen ni calor ni luz. Entonces sólo quedan las propiedades de tacto y sonido. La solidez, liquidez y la forma desaparecen. A esto se le llama elemento Aire. Es el primer creador de movimiento.
Finalmente, cuando la materia ha perdido todas sus cualidades táctiles alcanza el estrato más sutil de la vibración. El sonido es la característica que permanece en forma de frecuencias. Esta energía, en la que existe la materia en forma etérica, es conocida como elemento Akasha.
En la evolución del campo material, que pertenece al principio de inercia primario, existe la energía como frecuencia y lentamente se va convirtiendo en aire, fuego, agua y finalmente tierra. La tierra es la forma más densa y cohesiva de esta energía. Los átomos se encuentran estructurados y unidos íntimamente y con poca libertad de acción. En el agua están unidos de manera menos densa y los átomos están más dispersos, lo que permite un mayor rango de frecuencia. En el fuego la materia es aún menos cohesiva y en el aire se desvanece cualquier cohesión o apariencia. En el akasha las partículas individuales no existen, sólo hay vibraciones que están más allá del plano existencial material.
Hasta ahora sólo se ha mencionado el campo material. Sin embargo, en la evolución los tres campos operan simultáneamente: el campo material es permeado por el campo de poder que se crea por el principio de energía primaria, o sea, el prana o la fuerza vital. Esta energía pránica funciona en el campo material y mental. La fuerza vital o fuerza pránica transforma la materia inorgánica en materia viva. Esta fuerza vital, que origina el campo de poder, es penetrada a su vez por el campo mental-consciente que se genera gracias al principio de sensación primario y proporciona el poder consciente que selecciona los materiales adecuados a fin de crear un organismo a la medida de sus manifestaciones. Esta transformación ocurre a través de un complicado proceso en el que las sustancias materiales simples se convierten en organismos altamente complejos.
En cada organismo existen estos tres campos:
Estos tres campos están interconectados y todo existe en los tres niveles al mismo tiempo. Por ejemplo, la contraparte material de cada deseo y sentimiento se presenta en la química corporal. A menos que se entienda esto resulta difícil sobrellevar los estados de ánimo y los altibajos emocionales, pues no son más que cambios químicos relacionados con los elementos. Hoy día los científicos han reunido suficientes datos como para verificar la influencia del Sol y la Luna en el estado de ánimo. Paul Mirabile, del Institute of Living de Hartford, Connecticut, utilizó una base de datos computarizada con información de cuatro mil pacientes psiquiátricos para poder confirmar esta antigua creencia. La contraparte física del Sol y la Luna son los orificios nasales derecho e izquierdo, que operan mediante la acción de los nadis pingala e ida. Su intercomunicación con los lados de la espina dorsal influye en los chakras o centros psíquicos que están directamente conectados con los cinco elementos. Por lo tanto, se deduce que los elementos juegan un papel importante en la conducta del ser humano.
Hay centros específicos para las funciones corporales (véanse figuras 6 y 7). El sistema tántrico, que posee siete centros o chakras, reconoce claramente los cinco centros inferiores como posiciones para los cinco elementos, por ejemplo:
Estos centros están ligados con los cinco órganos sensoriales y los cinco órganos funcionales mediante una red de nervios simpática y parasimpática y los nadis.
Con el funcionamiento de la fuerza pránica se activan estos centros con un orden rítmico natural. Los cinco elementos generan sus respectivas frecuencias al activar los órganos sensoriales y funcionales relacionados con ellos influyendo en el organismo. Si se conoce el orden rítmico en el que se activan estos centros y se sabe el impacto fisiológico que poseen, se pueden saber los secretos de los sentimientos y emociones, además de los ciclos altos y bajos.
FIGURA 6 Los siete chakras vistos dentro de un yogui meditando en posición de loto.
DURACIÓN DE LOS ELEMENTOS
En la práctica del Swara Yoga los cinco elementos van y vienen con cada ciclo respiratorio. El elemento Aire es el punto de partida de la respiración pues cada ciclo de los orificios nasales comienza con él.
El orden en el que prevalecen los elementos en los chakras o centros psíquicos corporales es el siguiente: primero fluye el elemento vayu (viento), seguido por agni (fuego), prithvi (tierra), varuna’ (agua) y akasha (cielo), respectivamente (Shiva Swarodaya, v. 71). Este orden es diferente al orden en el que los chakras se alinean a lo largo del canal central (como se indica más adelante, del elemento Tierra al Akasha).
En una hora respiramos un promedio de 900 veces (60 x 15 = 900). Durante esas 900 respiraciones cada elemento domina en periodos de tiempo específicos:
Durante 20 minutos (300 respiraciones) domina el elemento Tierra
Durante 16 minutos (240 respiraciones) domina el elemento Agua
Durante 12 minutos (180 respiraciones) domina el elemento Fuego
Durante 8 minutos (120 respiraciones) domina el elemento Aire
Durante 4 minutos (60 respiraciones) domina el elemento Akasha
De las sesenta respiraciones de akasha, sushumna opera durante las últimas diez. Estas diez respiraciones son los momentos transitorios para que domine el orificio contrario. Sushumna, por lo tanto, opera cada cuatro horas un periodo de cuarenta segundos. Al amanecer y al anochecer funciona durante un periodo más largo, antes de que tome lugar el orificio del día. La meditación al amanecer o al anochecer, cuando la respiración sushumna tiene lugar, aporta el equilibrio electroquímico corporal. Asimismo puede extenderse el lapso en el que el sushumna funciona: ya que la respiración sushumna procede del canal central y está conectada con todos los órganos internos y chakras, es la más apropiada para la meditación. Esta es una de las razones por la que los profetas vedas, upanishad y tantras prescriben la contemplación al anochecer y al amanecer. Mientras funciona sushumna no opera ninguno de los cinco elementos y se suspenden todos los deseos mentales y físicos. En esos momentos la mente entra en calma pues no hay fluctuaciones mentales.
Las fluctuaciones mentales son frecuentes cuando opera cualquiera de los dos orificios y son más pronunciadas cuando domina el orificio derecho. Hasta que no se empieza a marcar el flujo de respiración nasal y se es consciente de la relación que existe entre los orificios y los hemisferios, por ejemplo, entre la respiración y la mente, no se llega a tener clara la importancia de la meditación y de la prolongación del periodo del flujo de respiración sushumna. Al comprender la relación existente entre la respiración y los elementos, y gracias a la constante observación de la sincronización adecuada de los orificios, se puede equilibrar a voluntad el estado de conciencia.
Vivir con conciencia
Vivir con plena conciencia significa que se debe saber qué ocurre en el interior del ser porque el mundo exterior se ve de manera subjetiva según el estado mental de cada persona. Cuando se está triste, el mundo exterior parece muy diferente que cuando se está alegre. Cada individuo se ve restringido por muchas líneas invisibles que conforman su marco de referencia. El estado de la química corporal proporciona el estado de ánimo, los tonos emocionales o los sentimientos con los que se ve el mundo exterior. Se ha de desarrollar la concienciatestigo observando las acciones, emociones y pensamientos personales de un modo objetivo. Respecto a esto es importante mantener una observación constante en los orificios nasales y entender que el mundo sólo se puede percibir bajo el prisma del propio estado de ánimo en un momento dado.
Observación de los elementos
Al observar los elementos en cada ciclo de respiración (véase figura 7) se puede saber con precisión la base de los pensamientos y la percepción. Esto se realiza en ocho pasos:
FIGURA 7 Los elementos colocados en sus respectivos chakras.
Se debe comenzar por determinar qué elemento está en juego en el swara (orificio dominante) en el momento de amanecer. Antes de que comience a operar el orificio del día, el flujo de aire se vuelve bilateralmente igual y domina el sushumna. Este punto de reunión se conoce como sandhi-kala (sandhi-reunión, kala-periodo). Esto tiene lugar media hora antes del amanecer y es el punto de partida del día.
Antes de comenzar a practicar la ciencia de la observación de los elementos se necesita saber más acerca de la naturaleza de los elementos.
NATURALEZA DE LOS ELEMENTOS
Tierra. El elemento Tierra está situado en el muladhara (plexo pélvico) y está conectado con el canal central o sushumna en este punto de origen. El color de este elemento es amarillo y su forma es cuadrada. El olfato es su sentido predominante. El órgano sensorial asociado con el elemento Tierra es la nariz y el órgano funcional es el ano. El gusto del elemento Tierra es dulce.
Este elemento combina mejor con actividades satisfactorias que requieran persistencia. La contemplación realizada en presencia de este elemento trae siddhis o poderes.
El elemento Tierra se extiende del este al oeste y es beneficioso durante el día para la preservación de la vida, para la obtención de dinero, para la agricultura, la victoria y las utilidades, y para disfrutar de la compañía de los demás. El Sol domina cuando el elemento Tierra está presente en la respiración por el orificio derecho. El conocimiento de la vegetación (árboles, plantas, etc.) se hace fácil en presencia de este elemento.
Los huesos, la carne, la piel, los nadis y los cabellos del cuerpo pertenecen al elemento Tierra y mejoran su crecimiento con el predominio de este elemento en la respiración.
Cada elemento está ligado a una frecuencia de sonido particular llamada semilla de sonido o bija mantra. La semilla de sonido del elemento Tierra es LANG11.
Agua. El elemento Agua está situado en el swadhis-hthana (plexo hipogástrico). El color de este elemento es blanco y su forma se parece a una Luna creciente o media luna. El gusto es su sentido predominante. Su órgano sensorial es la lengua y su órgano funcional los genitales. El gusto es salino.
El elemento Agua se combina mejor con el movimiento y la actividad. La meditación en presencia de este elementó, igual que eon el elemento Tierra, aporta poder.
La presencia del elemento Agua es beneficiosa durante la noche y su dirección es el oeste. La Luna domina cuando este elemento está presente en la respiración con el orificio izquierdo. El conocimiento de trabajos favorables se vuelve fácil de obtener.
El semen, la sangre, la grasa, la orina, el moco, la saliva y los fluidos linfáticos pertenecen al elemento Agua.
La semilla de sonido de este elemento es VANG.
Los desórdenes emocionales se relacionan con los problemas del elemento Agua dentro del cuerpo.
Fuego. El elemento Fuego se sitúa en el manipura (plexo epigástrico, plexo solar). El color de este elemento es rojo y su forma es triangular. Su sentido dominante es la vista. Los ojos son el órgano sensorial y los pies y las piernas, los órganos funcionales. El sabor es amargo.
El elemento Fuego se combina mejor con la búsqueda de un conocimiento de naturaleza mental y la realización de acciones destructivas. Produce más energía cuando la respiración fluye a través del orificio derecho y trae éxito en el trabajo sea éste malo o bueno. Marte domina en presencia del elemento fuego cuando la respiración fluye por medio del orificio derecho. La dirección conectada con este elemento es el sur.
El hambre, la sed, el sueño, el letargo y el brillo (ojos) están relacionados con el elemento Fuego.
La semilla de sonido de este elemento es RANG.
Problemas como la angustia, dolores de estómago e inflamaciones son ocasionadas por desequilibrios del elementó Fuego. La presencia de este elemento facilita el proceso de despertar al kundalini. La meditación realizada bajo este elemento aporta un apetito voraz, tolerancia a la luz del Sol o al fuego y elimina la indigestión u otros problemas estomacales.
Aire. El elemento Aire está situado en el anahata (plexo cardiaco, corazón). El color de este elemento es el verde ahumado y su forma es parecida a un espejo o un pedazo de vidrio oval. El tacto es su sentido predominante. La piel es el órgano sensorial y las manos el órgano funcional. El sabor es agrio.
Su presencia produce inquietud. Las actividades que requieren movimiento se pueden realizar con éxito en presencia del elemento Aire.
Rahu (el nodo norte de la Luna o la cabeza del dragón) destaca cuando el elemento Aire está presente y predomina el orificio derecho. La dirección conectada con el elemento Aire es el norte.
La semilla de sonido es YANG.
Los problemas creados por la agravación del humor del Aire incluyen resequedad y enfermedades de la piel y del sistema nervioso. Las enfermedades de corazón, alta presión sanguínea, estrés, soledad, pesimismo y depresión son causadas por los desórdenes del viento.
Akasha. El elemento Akasha está situado en el vishuddha (plexo carótido, garganta). El color de este elemento es púrpura ahumado y su forma, parecida a un espejo o pieza de vidrio oval. El oído es su sentido predominante. Los oídos y sus órganos sensoriales y la boca (las cuerdas bucales) son el órgano funcional de este elemento. El sabor es amargo.
El elemento Akasha no se combina con actividades verbales porque se estropea cualquier actividad que se realice bajo su predominio. Las escrituras dicen que el elemento Akasha hace todo infructuoso —da resultados desfavorables, ocasiona pérdidas y muerte. No obstante, el yoga sadhana (práctica de yoga y meditación) puede realizarse en su presencia.
La semilla de sonido de Akasha es HANG.
Este elemento está en medio de todas las direcciones.
El amor, la enemistad, la timidez, el miedo y el compromiso son las cinco cualidades de Akasha. Júpiter destaca cuando el elemento predomina en el orificio izquierdo. La meditación bajo Akasha con la repetición de sus bija mantra proporciona conocimiento del pasado, el presente y el futuro y confiere los famosos ocho siddhis:
Técnicas para detectar los elementos
Una vez examinada la naturaleza de los cinco elementos, estos deben ser “observardos”.
LOCALIZACIÓN DE LA RESPIRACIÓN EN LOS ORIFICIOS
Si el aire exhalado pasa a través de un lugar concreto del orificio nasal o se mueve de una manera específica, indica el predominio de un elemento:
FORMA DEL ELEMENTO
Como se mencionó, para encontrar qué elemento está presente en un momento dado se debe poner la parte superior de la nariz sobre una pieza de vidrio, una ventana o un espejo y exhalar con fuerza varias veces. El vapor enseguida se empieza a evaporar. Si uno observa con detenimiento se puede ver una figura (véase figura 8).
COLOR DEL ELEMENTO
Otro método de confirmar la presencia de un elemento particular es adoptando una postura del yoga llamada Yoni mudra. Ponga los pulgares derecho e izquierdo sobre la aberturas de las orejas y presione, mientras que con los dedos medios de ambas manos se cierran los dos orificios nasales. Después ponga los dos índices sobre los párpados cerrados y presione un poco. Los dos dedos restantes —el anular y el meñique de ambas manos— se deben colocar cerca de los labios.
FIGURA 8. Cinco modelos de exhalación de la respiración. Un cuadrado indica la presencia del elemento Tierra, que predomina durante veinte minutos. Una Luna creciente indica la presencia del elemento Agua, que predomina durante dieciséis minutos. Una forma triangular indica la presencia del elemento Fuego, que predomina durante doce minutos. Una forma oval indica la presencia del elemento Aire, que predomina durante ocho minutos y una forma oval con pequeñas burbujas de agua indica la presencia del elemento Akasha, que domina la respiración durante cuatro miputos.
Antes de realizar el Yoni mudra se debe respirar profundamente. Al cabo de un momento empezarán a emerger colores. El proceso se puede facilitar si se incrementa la presión sobre los párpados.
LONGITUD DE LA RESPIRACIÓN
La longitud de la respiración proporciona, asimismo, las claves para determinar qué elemento está presente en la respiración nasal en un momento específico. Para medir la longitud del aire exhalado se deberá colocar un pedazo de algodón sobre un trocito de cartulina. Después, se acercará la cartulina con el algodón frente al orificio nasal predominante y se exhalará. La respiración exhalada comenzará a actuar sobre el algodón y tal movimiento se hará cada vez más visible. El punto en el que el algodón comience a moverse con la fuerza del aire exhalado mide la fuerza de la respiración, o lo que es lo mismo, la longitud de la respiración.
La técnica que se ha descrito es muy antigua. El punto en donde el algodón empieza a mostrar el efecto del aire exhalado se mide en dedos, ya que éstos y los orificios de la nariz de una persona guardan una proporción. En las escrituras se denomina esta medida como anchura en dedos. (Tal vez se pueda idear un método más exacto y rápido de medir la fuerza y longitud de la respiración.)
Además se puede discernir el sabor de los elementos mediante la boca (véase la tabla de la página 70). Esta es otra clave para determinar la presencia de un elemento. Se debe experimentar el sabor en el momento en el que se está realizando el Yoni mudra13 y también ver su color.
Cambios en la longitud de la respiración y su influencia
En el capítulo 1 se trató el ritmo normal de la respiración y se mencionó que reduciendo el número de respiraciones se puede prolongar la vida. Ahora se hablará no de la cantidad de respiraciones sino del tamaño o longitud de la respiración. Se puede conseguir todo tipo de estados y poderes si se reduce la longitud de la respiración. La longitud de respiración normal es de diez dedos para la inhalación (poorraka) y de doce para la exhalación (recbaka).
La longitud de la respiración cambia dependiendo de los actos físicos que se estén llevando a cabo:
Las técnicas para reducir la longitud de la respiración sólo se pueden aprender a través de la presencia de un gurú. El estudio en los libros, por amplio que parezca, no proporcionará este conocimiento. Algunas almas puras obtienen esta sabiduría gracias a sus karmas pasados y a la gracia del gurú. Un maestro que domine estas técnicas y que las practique tendrá el poder de desaparecer y hacerse invisible a voluntad. Será visible sólo si el estudiante se ve favorecido por la suerte y tiene apoyo divino. Así pues, es mejor realizar simplemente el Swara Yoga e intentar reducir el número de respiraciones por minuto. Esta práctica en sí puede proporcionar buena suerte y facilitar el apoyo divino.
Tabla 4. Beneficios de reducir la longitud de la respiración
REDUCCIÓN DE LALONGITUD EN DEDOS | |
De 12 a 11 | Ausencia de deseos y estabilización del prana |
De 12 a 10 | Tranquilidad, calma y felicidad |
Del2a9 | Capacidad para componer poesía |
De 12 a 8 | Perfección en el lenguaje y poder de comunicación verbal |
De 12 a 7 | Capacidad para visualizar lugares lejanos, clarividencia |
De 12 a 6 | Poder de volar por el aire y el cielo |
De 12 a 5 | Extraordinaria rapidez de movimientos |
Del2a4 | Siddhis: anima (atomicidad), laghima (iluminación), mahima (poder) |
De 12 a 3 | Tesoros divinos |
De 12 a 2 | Siddhi conocido como prakam (poder de asumir cualquier forma a voluntad) |
De 12 al | Siddhi conocido como sarvakam (poder de aparecer, desaparecer y cumplir deseos) |
La tabla de elementos (véase página 69) facilitará una comprensión más amplia de éstos.
Tabla de los elementos
NOTA: la duración de los elementos se calcula sobre un ciclo de una hora de respiración a través de uno de los orificios nasales y se establece en el Sbiva Swarodaya y el Gyana Swarodaya, escrituras del Swara Yoga. Los experimentos dirigidos por neurobiólogos sugieren que la duración en Estados Unidos es de dos a tres horas. Existen investigaciones acerca de los ritmos circadianos, dirigidas por neurofisióiogos, que descubrieron un ciclo de dos horas (en adultos). La variación puede deberse a la diferencia del clima de la ludia y Estados Unidos.
El elemento Tierra otorga éxito considerable en trabajos estables. El elemento Agua otorga ganancias inmediatas en trabajos inestables. El elemento Fuego otorga resultados mediocres. El elemento Aire produce pérdidas y el elemento Akasha hace fracasar todo.
La Tierra nutre el cuerpo físico, los músculos, los huesos y el cabello. El Agua nutre los fluidos corporales, por ejemplo, la sangre. El Fuego nutre la digestión y la ojas (el brillo). El Aire nutre el prana, el sistema circulatorio, las glándulas endocrinas, los nervios y la piel. El Akasha nutre los oídos, el semen y el cerebro.