MÉXICO
Cumplir 15 años es muy importante para las mujeres mexicanas. Si bien en otros países la transición de las adolescentes que se convierten en mujeres también se celebra a esta edad, en México tiene una relevancia y un festejo particular.
Se da por sentado que fueron los conquistadores españoles los que trajeron esta costumbre a México, tomando la tradición de la mujer azteca y adaptándola al cristianismo. Los aztecas celebraban la llegada de las niñas a la madurez con una ceremonia religiosa y un banquete. Los conquistadores tomaron la celebración pagana y la convirtieron a la Iglesia católica. Así, hoy en día, la chica que cumple 15 años se adentra en el mundo de la adultez femenina con una misa de acción de gracias, donde agradece y se prepara para los nuevos retos por vivir. Posteriormente, se celebra una gran fiesta con baile incluido, donde comparte su alegría con sus seres queridos.
La quinceañera, vestida de gala en colores pastel, con ramo de flores, anillo y a veces hasta corona, recibe la misa acompañada por familiares, amigos y sobre todo por 14 chicas (representando sus primeros 14 años) y sus chambelanes (acompañantes masculinos o caballeros de honor). La misa culmina con una oración, la bendición de los dones y la entrega del ramo de flores que hace la del cumpleaños a la Virgen María.
Después de la misa, la fiesta es pura alegría, baile, comida y regalos. Algunas hasta cuentan con la famosa piñata. El momento del vals también es esperado por todos. La quinceañera baila su primer vals con su padre y luego con todo el que quiera acercarse a la pista de baile. Así sigue la diversión y el festejo, entre más bailes y, por supuesto, el pastel, especialmente preparado para la ocasión.
GUATEMALA
Guatemala, ubicada en el centro del continente americano, fue, antes de la conquista, núcleo del Imperio Maya (en lengua de los mayas, su nombre quiere decir “tierra de árboles”). Es precisamente por esta historia que se caracteriza por una gran diversidad étnica y cultural. Los grupos principales que hoy la habitan son: los indígenas, descendientes de los mayas, subdivididos a su vez en varios grupos que forman la familia maya-quiché; y los mestizos y europeos. Afortunadamente, estas culturas mantienen todavía sus costumbres celebrando en casi todos los pueblos su propia fiesta, con bailes y eventos sociales, culturales y deportivos, haciendo de Guatemala un paraíso de tradición y color.
Una de las celebraciones más importantes es la que conmemora el pueblo maya-quiché de Chichicastenango en honor a su patrón, Santo Tomás. En la catedral que lleva su nombre y que fue construida en 1540, los descendientes de este pueblo elevan sus plegarias entre velas, pino y flores, esparcidas en el suelo, y queman copal, un incienso típico del país. En la fiesta, que se celebra del 14 al 21 de diciembre, se llevan a cabo procesiones y se bailan danzas autóctonas acompañadas por la marimba, un instrumento tradicional y característico de Guatemala. Sin embargo, una de las actividades más curiosas en esta fiesta gira en torno al famoso “Palo Volador”. En la plaza central, instalan un palo o poste muy alto, desde el que varios jóvenes se lanzan hacia el suelo, sostenidos por un lazo o soga, como si volaran. ¡Sólo para valientes!
Chichicastenango es conocida, también, por ser cuna de uno de los legados culturales más preciados: el manuscrito del Popol Vuh, el libro sagrado de los maya-quichés. Se dice que este manuscrito, escrito en el siglo XVI por un indígena maya anónimo, fue reescrito por un religioso de esta localidad alrededor del 1700. El Popol Vuh es una obra literaria única en la que se cuenta la historia y las leyendas de los que habitaron, y aún habitan, el área de Chichicastenango.
PERÚ
Los incas, tribu indígena de la zona de Perú, Bolivia y noreste argentino, veneraban a la Madre Tierra. La llamaban Pachamama, nombre que proviene de “pacha” (universo, mundo, tiempo, lugar) y de “mama” (madre). En su honor ofrecían una ceremonia en la que le agradecían por todo lo que les daba. Según ellos, la Pachamama producía, engendraba y daba vida.
Afortunadamente esta tradición sigue celebrándose entre la población andina, año tras año, cada 1 de agosto. Se le rinde tributo a la Madre Tierra, la naturaleza que hace germinar las semillas y madurar los frutos. Jóvenes, viejos y niños cumplen este homenaje pidiendo por la fecundidad de sus terrenos y la felicidad en sus vidas.
Para el festejo se preparan durante varias semanas, ya que buscar y preparar las ofrendas demanda un gran trabajo: mazorcas de maíz, habas, chicha (bebida que se prepara a base de harina de maíz), ciga-rrillos, hojas de coca, alcohol, cerveza y vino, todo se junta para alimentar a la tierra y devolverle así algo de lo que ella da. Las casas se decoran con globos, serpentinas y flores. Se preparan platos típicos y el yerbiao, una infusión a base de hierbas aromáticas, azúcar, yerba, agua y alcohol, que luego se degusta entre todos.
Cuando todo está listo se procede a la ceremonia que puede oficiarse en cualquier momento del día. Se cava un pozo en la tierra, se colocan brazos y sahumerios en su interior para sahumarla y se tapa con un poncho o manta.
Mientras tanto, la tierra que se saca se coloca a un costado y allí se depositan los cigarrillos encendidos por cada uno de los presentes. La tradición dice que de acuerdo a cómo la tierra vaya fumando, así será la suerte de cada uno en ese año.
Una vez sahumada, se destapa el pozo y se da de comer a la Tierra con las ofrendas preparadas: se entierran las hojas de coca, las bebidas y las comidas. También se coloca papel picado (que simboliza la alegría) y artesanías hechas con retazos de lana de oveja (que simbolizan los deseos e intenciones de cada asistente). Luego se tapa la boca de la tierra, se deja caer abundante papel picado y se coloca una piedra grande sobre todo.
Entonando lindas coplas, todos los presentes se preparan para degustar la comida, la bebida y el yerbiao hecho para la ocasión.
ARGENTINA
En pleno siglo XXI, donde la tecnología, la ciencia y la medicina tradicional dan muestra de increíbles avances con el objetivo de mejorar la calidad de vida, una corriente de volver a las fuentes y a la naturaleza también está en auge. Porque, si bien los avances tecnológicos y la globalización trajeron aparejados enormes ventajas, también separaron al hombre de su sensibilidad innata y del contacto con la naturaleza: cuestiones fundamentales para entender y acompañar el crecimiento del ser humano y los ciclos de la vida.
Si, como alguien dijo alguna vez, la naturaleza es sabia, bastaría imitarla u observarla más detenidamente para volvernos, también, un poco más eruditos, inteligentes y seguramente más felices. En Argentina, el uso de las plantas medicinales como remedios naturales contra algunas afecciones o como ayuda preventiva para mantenerse saludable se ha vuelto popular, y sus enormes ventajas y benéficos efectos pueden comprobarse en poco tiempo. En forma de té o de tinturas, junto a cremas y lociones o simplemente con el contacto de ellas, todo es válido a la hora de curar, calmar o relajar.
Una hoja abierta de aloe vera, por ejemplo, desinflama y cicatriza cualquier quemadura; un té de hojas de tilo calma los nervios y una infusión de valeriana manda a dormir al insomnio más estresado. A las depresiones leves y la ansiedad se puede hacer frente con tisanas de hipérico, una planta de hojas amarillas con pétalos alargados en forma de estrella; y el aromático té de menta, además de ayudar a una buena digestión tiene propiedades expectorantes y carminativas.
Están al alcance de la mano. Y son mucho más económicas, sanas y naturales que los medicamentos tradicionales.
PARAGUAY
En todos los países de Sudamérica, la llegada de la Navidad coincide con la llegada del verano y el tiempo cálido. Por eso, la mayoría de los niños se preguntan por qué Papa Noel está vestido con un traje tan abrigado y el arbolito está lleno de nieve.
Una de las tantas versiones que circulan sobre su origen se basa en las raíces de la mitología nórdica, según la cual existía un dios que vivía en una estrella, tenía una larga barba blanca y cabalgaba por el cielo llevando regalos.
En Paraguay, el festejo de la Navidad no es muy diferente a como se celebra en otros países del Cono Sur, ya que no sólo comparten proximidad sino también un clima similar. En Paraguay la gente es muy creyente de la religión católica. En casi todos los hogares, además de armar el arbolito, se arma un pesebre que se adorna con una flor típica del lugar: la flor del cocotero, cuyo perfume es muy dulce.
En la Nochebuena (24 de diciembre por la noche) las familias van a la Misa del Gallo y luego comparten en la mesa familiar la cena preparada con comidas y bebidas típicas: no pueden faltar la sopa paraguaya, que se prepara a base de harina de maíz y es más espesa que un caldo tradicional, o el chipa guasu, como la sopa paraguaya pero con maíz fresco en lugar de harina. Todo se acompaña con un refrescante clericó: bebida hecha con vino tinto o blanco, frutas de estación, un poco de azúcar y abundante hielo. Los niños visitan los pesebres de las casas vecinas del barrio, cantan villancicos y en agradecimiento, los dueños de las casas les dan golosinas y refrescos. El 25 al mediodía, esto se repite en la mayoría de las casas: las familias, amigos y vecinos comparten almuerzos y estadías juntos.
NICARAGUA
Después de 19 años, decidimos hacer un viaje de vuelta a Nicaragua. Durante nuestra estancia allá, también tuvimos la oportunidad de disfrutar de una tradición propia de Nicaragua: la gritería. Este estado centroamericano es un país muy religioso y durante el mes de diciembre se celebra el fervor mariano en todos los aspectos de la vida cotidiana.
Nicaragua está sufriendo severos problemas económicos; sin embargo, el 7 de diciembre todos sus habitantes se olvidan de su sufrimiento y se unen a los diversos grupos que van de casa en casa. A las seis en punto de la tarde los cohetes revientan y, por unos instantes, el cielo del país brilla. Durante las próximas seis horas, los cohetes esporádicos y los fuegos artificiales se oyen por todas las calles de las ciudades de Nicaragua. Empieza así la gritería.
Esta tradición es únicamente nicaragüense. Ningún otro país celebra de esta manera la festividad de la Purísima. La pólvora anuncia el comienzo de la gritería a las seis de la tarde y dura hasta la medianoche. Los grupos que incluyen adultos y niños, van de casa en casa gritando lo que se conoce como “la gritería”: “¿Quién causa tanta alegría?” Y la respuesta es: “La concepción de María”. Todo esto se hace enfrente de los altares a la virgen erigidos por los inquilinos de las casas.
Después los grupos cantan canciones a la Virgen María que van leyendo de unos libritos que se compran por dos o tres córdobas cada uno. Los inquilinos regalan a los cantantes productos típicos como matracas, indios, cañas, limones, pitos y otras cositas.
Según la tradición, la gritería tiene su origen en León, pueblo que se caracteriza por sus cele- braciones religiosas, siendo la más alegre y grandiosa la gritería. El creador de la gritería fue monseñor Giordano Carranza en el año 1857, quien tenía como propósito tocar los corazones espirituales del pueblo nicaragüense, a quienes animaba a gritar a la Purísima y a construir altares con sus propias manos. Posteriormente esta tradición se trasladó a Masaya y a Granada para luego iniciarse en todos los barrios de Monimbó y otras ciudades del país hasta llegar a todos sus rincones.
En la casa en donde nosotros estábamos se hicieron hasta 900 regalos, es decir, que allí había más de 900 personas reunidas, gritando y cantando delante del altar. Yo nunca había visto tanta gente como vi esa noche. Era realmente un espectáculo. Muchos de esos altares fueron elaboradamente construidos y era evidente también que se gastó mucho dinero en comida y chunches para regalar. Ni siquiera la crisis económica que atraviesa el país conseguirá menguar la fiesta de la gritería.
PUERTO RICO
Eran los tiempos en que mi abuelo me llevaba a recoger pasto para los camellos. Íbamos al patio y yo ponía toda la hierba en una caja grande. Los nervios no me dejaban dormir esa noche pero mi abuela se aseguraba de que, sobre todo, no saliera de mi habitación.
La noche del 24 de diciembre todos los niños puertorriqueños esperan a Santa Claus o al viejo gordo como también le decimos en la isla. Esta es una tradición adoptada de los Estados Unidos, aunque la celebración más importante de Puerto Rico tiene lugar en la madrugada del día 6 de enero. La noche del día 5 todos los pequeños salen a recoger hierba fresca que dejan en una caja debajo de la cama para los camellos que traen a los Tres Reyes Magos desde tierras lejanas. Hierba fresca y agua es lo que encuentran los reyes quienes, a cambio de tanta demostración de cariño, dejan obsequios a los niños a lo largo y ancho de todo el país.
Días antes pueden leerse miles de cartas escritas por los más pequeños pidiendo su juguete favorito, un deseo feliz para su familia o simplemente deseando que los reyes visiten su casa. Gaspar, Melchor y Baltasar son los verdaderos reyes de nuestra Navidad boricua. La historia de los Tres Reyes Magos se remonta al nacimiento del niño Jesús en un humilde pesebre en Belén.
Fueron ellos quienes, guiados por la Estrella de Belén, llegaron hasta el recién nacido para ofrecerle oro, mirra e incienso. Desde entonces, cada diciembre muchas personas miran al cielo por la noche buscando la estrella que guió a estos entrañables personajes. Asimismo, el día 5 de enero el primer mandatario del país abre las puertas de la Fortaleza y, entre música y comida típica, honra a todos los niños quienes con su inocencia devuelven la esperanza y alegría. Se trata de una fiesta familiar y de pueblo que se extiende hasta el anochecer.
En Puerto Rico el periodo navideño comienza después de la celebración del Día de Acción de Gracias y se extiende hasta la segunda semana de enero cuando nos deleitamos con las octavitas, los últimos ocho días de fiesta donde aún puede sentirse el aire festivo. Yo no escapo a esta tradición. Lo mismo que hice de niña lo hago de adulta. Todos los años espero a los Tres Reyes Magos junto a mis hijos con la misma emoción que sentía cuando era pequeña. Nuestras tradiciones nunca deben morir.
ESPAÑA
La revolución llega a Pamplona cada 7 de julio. Ese día empiezan las fiestas de San Fermín, sin duda, una de las más famosas de España. Durante una semana, el desenfreno inunda las calles de la ciudad y ríos de vino corren de boca en boca, entre bailes y canciones populares, que no dan tregua al descanso. Las imágenes de jóvenes vestidos de blanco con sus fajas y pañuelos rojos corriendo delante de inmensos toros bravos dan la vuelta al mundo cada año, mostrando así una tradición ancestral que encoge el corazón de los telespectadores. La fama internacional de que gozan estas fiestas pamplonesas debe agradecerse, en gran medida, al escritor norteamericano Ernest Hemingway, quien en su novela The sun also rises ensalzaba estas celebraciones.
TRADICIóN ANCESTRAL
No obstante, las fiestas de San Fermín se celebran desde hace más de 400 años. Cuentan los historiadores que los Sanfermines surgieron de la unión de tres fiestas diferentes: las de carácter religioso en honor al santo y que existen desde la época de los romanos, las ferias comerciales y las taurinas, organizadas ambas a partir del siglo XIV. En 1591 nacieron los Sanfermines, que en su primera edición se prolongaron durante dos días y contaron con pregón, actuaciones musicales, torneo, teatro y corrida de toros. En años sucesivos, mientras las fiestas crecían en días, se fueron intercalando nuevas diversiones como los fuegos artificiales y las danzas.
Desde 1941 el pistoletazo de salida lo da el chupinazo, un cohete de gran potencia que se lanza el 6 de julio a las 12 del mediodía desde el balcón del Ayuntamiento. En ese momento los pamplonicas se duchan, literalmente, con litros y litros de vino tinto, bebida también preferida durante toda la semana.
En los bares y los chiringuitos, el alcohol se vende en cantidades industriales que ayudan a mantener los ojos abiertos durante tantos días. Las sanfermineras, con letras mordaces y divertidas, son escuchadas por todas las esquinas.
el encierro
El encierro es el momento estrella de las fiestas de San Fermín. Antes de las ocho de la mañana, hora puntual del inicio, las bandas musicales tocan por las calles para despertar a los que quieran correr o ver el emocionante espectáculo. Aunque en televisión parecen interminables, los encierros son carreras muy cortas, de unos tres minutos de duración que se corren a gran velocidad a lo largo de unos 800 metros. Para este reto hay que estar preparado. De hecho, los auténticos pamplonicas que se plantan delante de las bestias entrenan durante todo el año para ser capaces de aguantar la velocidad y la resistencia necesarias para estar delante de seis toros, ocho cabestros y tres mansos sueltos que les persiguen. Acabada la carrera, los toros llegan a la plaza para morir en apasionantes corridas.
Por desgracia, cada año hay varios heridos, e incluso muertos en algunas ocasiones, como resultado de las heridas o contusiones que sufren durante los encierros. La falta de sueño y la valentía inconsciente que da el exceso de alcohol son malos compañeros para las decenas de jóvenes que se ponen a correr delante del toro por las estrechas calles del casco antiguo de Pamplona. Los extranjeros suelen ser los peor parados posiblemente porque la falta de información y el desconocimiento del español les hacen no prestar atención a las indicaciones y advertencias que los organizadores transmiten a los asistentes.
Y así, entre cabezadas en parques, plazas y portales, borracheras y mucha, mucha juerga transcurren los sanfermines hasta que el día 14, a las 12 de la medianoche, llegan oficialmente a su fin. Es el momento de cantar el ¡Pobre de mí!, quitarse el pañuelo del cuello y encender velas en señal de tristeza, no sin antes alegrarse de que ya falta menos para las fiestas del año que viene.
ESPAÑA
Hace pocos meses tuve la ocasión de asistir a la boda de mi sobrina. Aunque la costumbre española es celebrar la boda en la ciudad de la novia, mi sobrina decidió casarase en Burgos, a pesar de que ella es de Madrid. ¿Por qué? La razón es muy sencilla: sus padres se casaron en esa iglesia. Además, es un escenario extraordinario, debido al retablo del siglo XVI. ¡Maravilloso!
Hablando de la celebración, pocas cosas han cambiado. En España, es tradición que la novia llegue tarde a la iglesia. Pero en esta boda, tuvimos que esperar...¡casi media hora! Mientras, el novio tiene que esperar, muy nervioso, hasta que llegue el coche con la novia y el padrino (normalmente el padre de la futura esposa).
Durante la celebración, la misa sigue su curso normal, mientras que fuera de la iglesia, los amigos de los novios preparan una broma. En este caso, cuando los novios salieron de la iglesia, encontraron su coche lleno de globos. Esta es una broma muy popular, pero hay bromas más originales, como por ejemplo, alquilar un carro y un burro, y pasear a los novios por el centro de la ciudad.
Seguidamente, los novios van a hacer las fotos, mientras que los invitados vamos a “tomar algo”, como se dice usualmente. “¿Tomar algo”? Sí, es simplemente ir a algún bar o cafetería cerca de la iglesia y hacer tiempo hasta la hora de ir al restaurante para comer o cenar.
En este caso, ya que la boda se celebró a las 5:30 de la tarde, todos los invitados nos encontramos en el hotel para cenar. Primero, un “lunch”, y seguidamente fuimos al comedor. Concretamente, este hotel us un antiguo convento rehabilitado, y el comedor se encuentra en el que antes era el claustro. ¡Es agradable cenar rodeado por columnas con tantos siglos de historia!
Y finalmente, después de la cena...¡fuimos a bailar! Pero primero tienen que bailar los novios, y por supuesto, un vals. El baile suele durar unas 3 o 4 horas. Poco a poco, los invitados nos iremos, deseando a los recién casados mucha felicidad. ¡Y una preciosa luna de miel!
ESPAÑA
Hay un lugar en el mundo donde es posible construir castillos en el aire. Se trata de Cataluña, una región española en la que desde hace más de dos siglos se levantan “castells”, unas torres humanas de más de 15 metros de altura. Esta es una de las tradiciones catalanas más difíciles de explicar ya que las palabras no suelen hacer justicia al espectáculo y a la emoción que una actuación de “castellers” suscita en directo.
Parece ser que esta tradición dio sus primeros pasos en Valencia en el siglo XVII, donde una de sus danzas tradicionales acababa elevando a algunos de sus bailarines, aunque ni mucho menos al nivel de los “castellers”. Cuando este baile llegó a las tierras del sur de Cataluña fue evolucionando hasta convertirse en auténticas torres humanas.
A ritmo de tambor y “gralla”, personas de diversas edades y sexos se levantan unas sobre de otras con los pies en los hombros del compañero que está debajo. Las diferentes notas musicales que se van tocando indican a los “castellers” de la base qué altura lleva la torre, para que puedan calcular con mejor precisión cuánto tiempo más tendrán que resistir el peso. Puede haber dos, tres, cuatro y hasta cinco personas por piso, dependiendo del tipo de “castell” que se levante, aunque siempre se corona con un niño o niña. La altura máxima que se ha conseguido hasta ahora es de 10 pisos, unos 15 metros aproximadamente, con un número de personas que gira entre 50 y 100. Los “caps de colla”, con base a reglas arquitectónicas, deciden la distribución de los “castellers” que forman la torre en función de su peso, altura, agilidad y fuerza.
Una competición de “castellers”, con varias collas participando, puede durar varias horas, aunque para levantar un “castell” no se necesita más de 10 minutos. Unas torres suben, otras caen, unas son más anchas, otras más altas, pero en todas se produce una unión intergeneracional perfecta entre abuelos, padres, hijos y nietos. Los mayores en la base, los más jóvenes en la cima, en una clara metáfora de la vida misma. A pesar de que los “castells” desafían la ley de la gravedad en cada una de sus actuaciones, no llevan ningún tipo de protección. El atuendo de un “casteller” se compone de unos pantalones blancos ajustados, una faja alrededor del cuerpo de color negro, una camisa holgada del color distintivo de la “colla” y un pañuelo rojo en la cabeza. Los pies están descalzos para que se agarren mejor sin hacer daño a los cuerpos de sus compañeros durante la escalada.
No es extraño ver caer una de las to- rres, como si de un castillo de naipes se tratara. La estructura empieza a tambalearse y la torre acaba derrumbándose. La gran cantidad de “castellers” que se concentra en la base, a modo de tela de araña, hace que sean las propias personas las que amortigüen las posibles caídas. La competitividad entre las diferentes “collas” de Cataluña está presente en cada “díada castellera” por ver quién levanta la torre más alta, reuniendo a cientos de personas en un ambiente incomparable. Quizás los “castells” sean la tradición que mejor define el carácter de los catalanes: trabajo en equipo, esfuerzo, la capacidad de sufrimiento, afán de superación y cordura.
1. ¿Qué santo es celebrado y honrado aquí?
2. ¿Cuál es el nombre de la actividad más curiosa en la celebración?
3. ¿Por qué manuscrito es famoso Chichicastenango?
1. ¿Qué significa la palabra pachamama?
2. ¿Qué tipos de ofrendas se preparan?
3. Al final de la ceremonia se colocan ofrendas en la tierra. ¿Qué simbolizan esas ofrendas?
1. En América del Sur, ¿en qué estación se celebra Navidad?
2. ¿Con qué se decora el pesebre?
1. ¿A qué da comienzo esta celebración?
2. ¿Qué gritan los nicaragüenses? ¿Cuál es la respuesta?
1. ¿Qué suelen dejar los niños puertorriqueños debajo de sus camas?
2. ¿Qué hace el presidente de Puerto Rico el 5 de enero?
1. ¿A quién atribuyen los españoles esta tradición, tal cual se practica hoy en día? ¿Qué libro fue escrito acerca de esta tradición?
2. ¿Cuánto tiempo hace que se celebra esta tradición?
3. ¿Cuál fue el motivo original de esta tradición?
1. ¿Cuál era la broma que se le hacía al novio y la novia después de la boda?
2. ¿Qué tipo de edificio fue el hotel antes de la restauración?
3. ¿Qué tipo de baile bailaban los novios?
1. ¿Qué son los castillos en el aire?
2. ¿Cómo es el torre una clara metáfora de la vida misma?
3. Describa la ropa de los castellars.
Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
Pablo Neruda