Regresar a la nave nodriza debería ser fácil. Presionas el botón de navegación y, a continuación, activas la marcha atrás. Sin embargo, en ese instante, las luces del interior de la cápsula adquieren el color verde amarillento del estado de alarma y todos los sistemas se detienen. Gas y polvo de partículas se arremolinan en el interior de la nave. Presionas con frenesí los botones para reiniciar el sistema, pero no sirve de nada.
El gas desaparece tan deprisa como ha llegado. Las luces de emergencia se apagan, el cuadro de mandos se enciende y los sistemas de control de navegación indican: ADELANTE. La señal automática de SOS se apaga y tú, sin fuerzas, te quedas en el asiento del piloto delante de los mandos.