Para 6 personas
Fáciles, jugosas y con sabor a jengibre, las alas de pollo son perfectas cuando se tiene una multitud de invitados. Una pizca de cebollines frescos justo antes de servir da a las alas frescura y un sabor intenso. Son mejores si se sirven como aperitivo o para acompañar otros alimentos para picar, como el Guacamole machacado y las empanaditas. Tenga en cuenta que las alas deben ser marinadas toda la noche o hasta por tres días para que alcancen el mayor potencial de su sabor. También puede marinarlas y luego congelarlas en una bolsa plástica resellable de congelador con capacidad de un galón. Descongélelas por completo en el refrigerador y estarán listas para asar.
½ taza de jugo de naranja fresco
¼ de taza de salsa hoisin
3 cucharadas de jugo de limón amarillo fresco (de 1 limón amarillo)
1 cucharada de aceite de canola
¼ de taza de azúcar
3 dientes de ajo, picados en pedazos muy pequeños
1 pedazo de jengibre fresco de 2 pulgadas, pelado y picado en pedazos muy pequeños (alrededor de 2 cucharadas)
2 libras de alas de pollo
3 cebollines, sólo la parte blanca y la verde clara, en rodajas finas
1. Vierta el jugo de naranja, la salsa hoisin, el jugo de limón amarillo y el aceite de canola en una bolsa de plástico resellable con capacidad de un galón. Añada el azúcar, el ajo y el jengibre. Selle y agite vigorosamente para mezclar. Agregue las alitas de pollo y deles vuelta para recubrir con el adobo. Selle la bolsa y refrigere toda la noche o hasta por 3 días.
2. Precaliente el horno a 400°F. Cubra con papel aluminio una bandeja para hornear con bordes.
3. Retire las alas de la bolsa y colóquelas en la bandeja. Ase las alas por alrededor de 45 minutos hasta que estén doradas y brillantes. Retire del horno y déjelas enfriar 5 minutos. Pase las alas de pollo a un plato de servir, espolvoree con el cebollín y sirva.