Capítulo 3
La fonética y la fonología

En el análisis lingüístico de los sonidos es importante poder distinguir entre su estudio a nivel de habla y a nivel de lengua. La ciencia que estudia los sonidos a nivel de habla es la fonética y su estudio a nivel de lengua es la fonología.

La fonética

La fonética, siendo el estudio del significante a nivel de habla, se ocupa de los aspectos físicos del sonido. El elemento básico de la fonética es el sonido producido que se representa entre corchetes: [kwéßa]. El sonido puede examinarse desde dos dimensiones: primero, según las tres etapas del acto de comunicación y segundo, según la interacción que guarda con los demás sonidos de la cadena fónica.

El sonido en el acto de comunicación

La comunicación tiene tres etapas: la codificación, el mensaje y la descodificación. Se puede estudiar el sonido desde estos tres puntos de vista. La codificación incluye la producción del sonido de parte del hablante o emisor. El estudio de la producción es el enfoque de la fonética articulatoria (o fonética fisiológica). La transmisión del concepto concebido por el emisor se lleva a cabo mediante el mensaje, que es la onda sonora producida en la codificación. El estudio de la onda sonora en sí es el enfoque de la fonética acústica. La descodificación del mensaje incluye la percepción de la onda sonora por parte del receptor. El estudio de esa etapa es el enfoque de la fonética auditiva (o fonética perceptiva).

La fonética articulatoria

La fonética articulatoria estudia los órganos físicos y los movimientos relacionados con la formación de la cadena fónica. Se trata de los procesos físicos que emplea el ser humano para realizar en el habla el código de la lengua producido en la mente. El cerebro controla la conversión de lengua en habla y manda impulsos por los nervios a los distintos órganos fisiológicos que participan en la producción del sonido. Puesto que la producción del sonido depende del movimiento del aire, un estudio de la fonética articulatoria tiene que incluir un tratado de los órganos que proveen el aire y de los órganos que alteran su transcurso al pasar primero por las cuerdas vocales y después por la boca y/o la nariz.

3.1 La articulación de [f].

3.1 La articulación de [f].

En la fonética articulatoria, el sonido [f], por ejemplo, tiene la característica de formarse mediante el contacto entre el labio inferior y los dientes superiores, como se ve en la Fig. 3.1. A la misma vez, mediante la compresión de los pulmones, se produce una corriente de aire que al pasar por ese punto de contacto labiodental crea la fricción típica de ese sonido. En la producción de [f], las cuerdas vocales no vibran y todo el aire fonador sale por la boca. La descripción del proceso fisiológico para producir el sonido es el enfoque de la fonética articulatoria.

3.2 El trazo de la forma de onda para los sonidos [f] y [a] del español. Las flechas indican el comienzo de cada ciclo de la forma de onda de la vocal. El eje vertical representa el volumen o amplitud. El eje horizontal representa el decurso del tiempo.

3.2 El trazo de la forma de onda para los sonidos [f] y [a] del español. Las flechas indican el comienzo de cada ciclo de la forma de onda de la vocal. El eje vertical representa el volumen o amplitud. El eje horizontal representa el decurso del tiempo.

La fonética acústica

La fonética acústica utiliza la tecnología de la física para estudiar la onda sonora producida por los movimientos articulatorios del emisor. La fonética acústica estudia la onda producida y describe sus características en términos de frecuencia, amplitud, duración y timbre. Estas características pueden examinarse a través de un análisis de la onda como se ve en el trazo de la forma de onda de los sonidos [f] y [a] en la Fig. 3.2. En el trazo de la forma de onda, el eje vertical representa el volumen o la amplitud, y el eje horizontal representa el decurso del tiempo.

La onda sonora del sonido [f] demuestra un desplazamiento vertical o amplitud muy bajo y también demuestra una forma no consistente. Las características de la onda del sonido [f] contrastan con la onda sonora del sonido [a] cuya amplitud es notablemente más alta. También se puede ver la regularidad de la forma de onda del sonido [a], observando que hay unidades de la onda, o ciclos, que se repiten consistentemente. En la Fig. 3.2, las flechas indican el comienzo de cada ciclo.

La fonética auditiva

La fonética auditiva se ocupa de la manera en que el receptor recibe e interpreta la onda sonora. En la fonética auditiva se estudia el proceso fisiológico a través del cual el oído del receptor convierte la onda sonora en impulsos del sistema nervioso que se transmiten al cerebro. Mientras que la fonética articulatoria, y como consecuencia la fonética acústica, tratan de una infinidad de posibilidades físicas, el receptor se enfrenta con el problema de reducir ese sinfín de sonidos a unidades discretas. En el caso de la imagen mental de /f/, por ejemplo, aunque la producción normativa se realiza mediante contacto entre los dientes superiores y el labio inferior, ocurren en el habla ligeras variaciones en la pronunciación que también se perciben como /f/. La investigación de los parámetros que emplea el receptor para efectuar esa delimitación es también objetivo de la fonética auditiva.

El sonido en la cadena fónica

El sonido puede estudiarse también según las cinco interacciones que guarda con los demás sonidos de la cadena fónica. Primero, el sonido puede estudiarse como segmento aislado. Segundo, hay que considerar las transiciones entre los sonidos adyacentes. Tercero, se puede examinar la interacción que tiene el sonido con sus vecinos mediante la aplicación de procesos fonéticos dinámicos. Cuarto, se puede considerar el sonido en el contexto de la sílaba. Quinto, se pueden estudiar las alteraciones suprasegmentales añadidas a los sonidos de una sílaba.

El segmento

Los elementos segmentales de la cadena fónica son lo que suelen llamarse sonidos. La segmentación de la cadena fónica es, entonces, un proceso perceptivo en que el receptor desencaja los segmentos e identifica los sonidos contenidos en la onda sonora. La pronunciación de la palabra hallamos, entonces, contiene seis segmentos: [a-ʝ-á-m-o-s].

Como cada idioma tiene sus propias palabras, también tiene sus propios sonidos segmentales para representarlas. Al contrastar el inglés con el español, por ejemplo, se encuentran sonidos en el uno que no existen en el otro. Los sonidos [x] de ojo, [ɲ] de caña y [r] de carro, por ejemplo, existen en español, pero no en inglés. Por otra parte, el inglés norteamericano tiene los sonidos [v] de very, [ɻ] de pour y [æ] de hat que no tiene el español. Al comparar esos sistemas, hay también sonidos muy parecidos, pero que tienen diferencias en su articulación. Por ejemplo, la lengua adopta una posición distinta en la pronunciación de [d] en la palabra dog del inglés que en la palabra donde del español.

La producción del sonido se divide en tres fases. Hay una fase inicial de intensión, una fase central de tensión y una fase final de distensión como demuestra la siguiente figura:

fig0009

En la fase intensiva el hablante comienza a aumentar la presión del aire y a mover los órganos articulatorios hacia la posición articulatoria que caracteriza el sonido. Cuando el hablante logra la presión y la posición necesarias para producir el sonido, las sostiene con un máximo de tensión articulatoria durante la fase tensiva. Después de sostener el sonido durante la fase tensiva, el hablante llega a la fase distensiva en que relaja la presión y aleja los órganos articulatorios de su posición ten-siva hacia la intensión del sonido siguiente o hacia una posición de reposo. Se pueden ver estas tres fases, por ejemplo, en la producción del sonido [p]. En la fase intensiva, se cierran los labios. En la fase tensiva, se aumenta la presión del aire bucal mediante la compresión de los pulmones. En la fase distensiva, se abren los labios, lo que causa un sonido explosivo por la salida repentina del aire presurizado de la boca. Esos movimientos físicos se resumen en la siguiente figura:

fig0010

El análisis segmental también se preocupa por la clasificación de sonidos, siendo la división más general la distinción entre las consonantes y las vocales. La clasificación de los sonidos se basa en una descripción de sus criterios articulatorios. Para el español, esa clasificación incluye la especificación de dos rasgos en el caso de las vocales y tres en el caso de las consonantes. Por ejemplo, la consonante [f], se clasifica como fricativa labiodental sorda. Es fricativa por la fricción que se produce al forzar la corriente de aire por el estrechamiento labiodental formado por el contacto del labio inferior con los dientes superiores. La [f] se clasifica como sorda porque se produce sin que vibren las cuerdas vocales.

Las transiciones entre segmentos

En los tratados tradicionales de fonética, el enfoque ha sido precisamente los sonidos o segmentos. Sin embargo, la cadena fónica no es simplemente una concatenación de sonidos discretos, porque incluye también fases de transición entre los sonidos. Se trata de un continuo fisiológico y acústico de sonidos y transiciones que no se divide tan nítidamente en segmentos. Esas transiciones ocurren en parte porque la cadena fónica se forma mediante el posicionamiento de varios órganos articulatorios, cuyos movimientos son independientes. Esos movimientos independientes son más bien análogos a la manera en que los varios instrumentos de una orquesta entran en movimiento para producir un conjunto acústico sinfónico.

3.3 Entre las frases tensivas de los sonidos encadenados se crean transiciones con la distensión de un sonido y la intensión del siguiente.

3.3 Entre las frases tensivas de los sonidos encadenados se crean transiciones con la distensión de un sonido y la intensión del siguiente.

Puesto que el habla es una cadena de sonidos, cada uno con sus tres fases, la concatenación de dos sonidos contiguos afecta la producción de la fase distensiva del primero y a la intensiva del segundo: siendo así, la cadena fónica no se forma de una serie de sonidos independientes. Es decir, no se termina la fase distensiva de un sonido antes de comenzar la fase intensiva del siguiente. Lo que ocurre es que entre las fases tensivas de dos sonidos colindantes se crea una zona de transición que resulta de la combinación de las fases distensivas e intensivas de los dos sonidos como se ve en la Fig. 3.3.

La importancia de las zonas de transición quedó clara en las investigaciones sobre la producción artificial del habla. Los primeros intentos de la producción artificial del habla por computadora se hicieron al concatenar grabaciones de las fases tensivas de los sonidos. Los resultados fueron inaceptables porque la cadena fónica no les fue inteligible a los oyentes. Se hizo necesario añadir las transiciones entre las fases tensivas para producir un habla comprensible.

Los procesos fonéticos

La proximidad de los sonidos en la cadena fónica hace posible una interacción en su producción. Esto ocurre por el entrelazamiento de la distensión de un sonido con la intensión del próximo sonido. Esas interacciones se reflejan en los diferentes procesos utilizados. Los casos más comunes son los que resultan de un proceso llamado asimilación en que la fase tensiva de un sonido adquiere características de su vecino. Por ejemplo, el sonido de la consonante n de un lado [únláðo] se articula en la misma posición que la n de una [úna]. En otro contexto, sin embargo, el resultado fonético puede ser muy diferente. Por ejemplo, la n de un beso [úmbéso] se asimila a la misma posición de articulación de la consonante [b]; es decir, tanto la n como la b se producen con contacto entre los dos labios. En ese caso, la n adquiere una característica articulatoria de la [b], la de ser bilabial.

La sílaba

En la fonética, la unidad superior al segmento es la sílaba, compuesta de uno o más segmentos. La sílaba, representada por el símbolo σ (la letra sigma o s del alfabeto griego), puede componerse de los elementos de ataque, rima, núcleo y coda como ejemplifica el siguiente árbol de la sílaba o palabra tal.

fig0011

La sílaba se divide inicialmente en dos unidades: el ataque y la rima. El ataque es un elemento optativo de la sílaba. Cuando ocurre en español, suele ser una consonante (la t de tal) o grupo consonántico (la tr de tren). Tradicionalmente esas consonantes se llaman explosivas o se dice que ocurren en posición explosiva.

La rima, por su parte, se divide también en dos unidades: el núcleo y la coda. El núcleo es un elemento obligatorio de la sílaba. En español el núcleo es sistemáticamente una vocal (la a de tal o e de tren). La coda es otro elemento optativo de la sílaba. Cuando ocurre en español, suele ser una consonante (la l de tal y la n de tren). Tradicionalmente esas consonantes se llaman implosivas o se dice que ocurren en posición implosiva.

El grupo fónico

El grupo fónico es una unidad que se crea de una o más sílabas. Se establecen sus límites generalmente por pausas, que son interrupciones breves o largas en la producción de la cadena fónica. El concepto del grupo fónico es de suma importancia en el estudio de los procesos fonéticos y en el estudio de la entonación. El grupo fónico, entonces, es el conjunto de todos los sonidos de una cadena fónica contenidos entre dos pausas.

La fonología

La fonología, siendo el estudio del significante a nivel de lengua, se ocupa de los aspectos sistemáticos de la imagen mental que el sonido evoca en el cerebro. Esa imagen mental o sonido abstracto es el fonema, que es el elemento básico de la fonología. El fonema se representa entre barras inclinadas: /kuéba/. La fonología describe el sistema de los sonidos: comienza con las articulaciones fonéticas y las organiza dentro de un sistema propio de cada idioma.

La fonología describe tres tipos de relaciones referentes al fonema. El primer tipo explica las relaciones entre fonemas y establece la existencia de esos como entidades básicas. El segundo tipo especifica las relaciones entre fonemas y alófonos, es decir, describe la conexión entre el fonema y sus realizaciones en el habla. El tercer tipo precisa el posicionamiento de los fonemas y las secuencias de fonemas que la lengua permite. El estudio de esos posicionamientos y secuencias es el enfoque de la fonotáctica.

Las relaciones entre fonemas: la oposición

El fonema, siendo una unidad abstracta, no se deja examinar directamente: solo se examina a través de sus realizaciones físicas. Para llegar a entender cómo el sistema de sonidos se estructura en la mente, es necesario especificar la relación que existe entre los sonidos físicos y los fonemas mentales. El primer paso es el de identificar cuáles son los fonemas del español. Para realizar esa identificación, hace falta encontrar pares mínimos. Un par mínimo son dos secuencias fónicas idénticas con la excepción de solo uno de sus sonidos en que esa única diferencia causa un cambio de significado. Por ejemplo, al comparar las cadenas fónicas [pÓso] peso y [bÓso] beso se nota que hay una sola diferencia de sonidos y que esa única diferencia causa un cambio de significado. Siendo así, [pÓso] y [bÓso] forman un par mínimo. El hecho de que esas dos secuencias fonéticas evoquen en la mente dos significados diferentes se debe a la diferencia entre los sonidos [p] y [b], puesto que los demás sonidos son idénticos. Los sonidos [p] y [b], entonces evocan en la mente dos imágenes distintivas: los dos fonemas /p/ y /b/.

fig0012

La relación que existe entre estos fonemas es una de oposición fonológica, que es la relación más básica entre fonemas. En la simbología de la lingüística, esta relación se indica con “~” que se lee “se opone a”. En el ejemplo de [péso] y [béso], /p/ ~ /b/, que se lee “el fonema /p/ se opone al fonema /b/”.

Las relaciones entre fonemas y alófonos: la distribución

Cada sonido de la cadena fónica evoca en la mente un fonema. Desde el punto de vista del emisor, se puede decir que cada fonema se realiza en el habla mediante un sonido o alófono. El alófono es un sonido producido que representa al fonema. La fonología se ocupa también de describir las relaciones que existen entre fonemas y sus alófonos.

La relación que existe entre el fonema y sus alófonos en la cadena fónica se denomina distribución. El ejemplo de un beso [umbéso] y otro beso [ótroβéso] sirve para ver la distribución de los alófonos del fonema /b/. En el primer caso, el fonema /b/ se realiza mediante el alófono [β], que se produce con un cierre completo de los labios, lo que causa un paro total en la salida de la corriente de aire. En el segundo, el fonema /b/ se realiza mediante el alófono [β] en que los labios se acercan sin cerrarse. El sonido [β] se produce con la fricción causada al forzar el aire por el estrechamiento formado entre los dos labios. El uso de dos alófonos diferentes, [b] y [β], no cambia el significado, y así estos dos sonidos evocan en la mente la misma imagen mental, la del fonema /b/.

fig0013

Este caso demuestra que el fonema /b/ tiene dos alófonos, uno, el sonido [b], que ocurre después del sonido [m], y el otro, el sonido [β], que ocurre entre vocales. Este caso es solo un ejemplo: la distribución completa del fonema /b/ se presentará en un capítulo posterior. La distribución de los alófonos de un fonema además de especificar cuáles son los alófonos, tiene que indicar dónde ocurre cada uno de ellos en el contexto de la cadena fónica.

La relación que existe entre [b] y [β], entonces, es distinta de la que existe entre [p] y [b]. En el caso de [b] y [β], los dos sonidos son alófonos que ocurren en la distribución del mismo fonema /b/; es decir, estos dos sonidos evocan en la mente la misma imagen mental. En el caso de [p] y [b], los dos sonidos representan dos fonemas distintos en oposición porque evocan en la mente distintas imágenes mentales, es decir, los dos fonemas /p/ y /b/, creando así un cambio de significado.

El posicionamiento y secuencias de fonemas: la fonotáctica

La fonotáctica es el estudio del posicionamiento de los fonemas que permiten el sistema y las normas de la lengua. Esto incluye una especificación de las secuencias o combinaciones de fonemas que se aceptan en determinado idioma. También incluye una especificación de la repartición de los fonemas en la estructura de sílabas y palabras.

El sistema fonotáctico del español limita las posibilidades de grupos consonánticos que ocurren en posición inicial de palabra. Por ejemplo, el español no permite que una palabra comience con la secuencia /s/ más una consonante. Por eso, el préstamo al español de la palabra noruega ski /skí/ produjo esquí /eskí/. Se le agregó la vocal /e/ justamente para que no apareciera un grupo asistemático en posición inicial de palabra.

Otro ejemplo de una regla fonotáctica del español es la que identifica la repartición de las consonantes en posición final de palabra. En las palabras netamente españolas las posibilidades son muy reducidas en número. De todos los fonemas consonánticos que tiene el español, hay solo seis que sistemáticamente aparecen en posición final de palabra:

andén /andéN/ /N/
andar /andáR/ /R/
maldad /maldád/ /d/
banal /banál/ /l/
pasas /pásas/ /s/
luz /lúθ/ /θ/*

* en algunos dialectos

Sumario: la fonética en contraste con la fonología

Saber distinguir entre la fonética y la fonología es muy importante. Ya que se ha expuesto de qué se trata cada una de estas disciplinas, vale compararlas directamente para hacer destacar sus semejanzas y diferencias. El Cuadro 3.4 presenta algunas de las comparaciones más significativas.

Tanto la fonética como la fonología se ocupan de la descripción del significante. La fonética estudia el significante a nivel de habla; la fonología lo estudia a nivel de lengua. La fonética describe los sonidos físicos desde un punto de vista articulatorio, acústico o auditivo. La descripción de estos aspectos físicos del sonido puede hacerse sin referirse a ningún sistema ni idioma específico. Por ejemplo, puede producirse un sonido dado de la misma manera en varios idiomas.

Los sonidos evocan en la mente distintos fonemas. La fonología describe las relaciones que existen entre los fonemas y las relaciones que los fonemas guardan con sus alófonos. Los sonidos, entonces, forman un sistema gobernado por reglas que poseen en común todos los miembros de una comunidad lingüística. Siendo así, la fonología es inseparable de lenguaje, puesto que describe cómo se organizan los sonidos en el sistema particular de cada idioma.

Uno de los conceptos básicos para la identificación de los fonemas de un idioma o lenguaje es el del par mínimo. De forma esquemática, se puede resumir que:

Siendo así, el hecho de que las dos secuencias fónicas [péso] y [béso] evoquen en la mente dos conceptos diferentes, comprueba que existe oposición fonológica entre los fonemas /p/ y /b/.

3.4 Comparación de la fonética y la fonología.

3.4 Comparación de la fonética y la fonología.

Es importante, sin embargo, recalcar que hay una diferencia fundamental entre los conceptos de fonema y sonido por un lado y el concepto de letra por otro, distinción que se destaca en el próximo capítulo.

Preguntas de repaso

  1. ¿Qué estudia la fonética?
  2. ¿Cuál es el elemento básico de la fonética y cómo se representa?
  3. ¿Cuáles son los tres campos de estudio de la fonética?
  4. ¿Qué estudia la fonética articulatoria?
  5. ¿Qué estudia la fonética acústica?
  6. ¿Qué estudia la fonética auditiva?
  7. ¿Cuáles son las tres fases de la producción del sonido y qué ocurre en cada una de ellas?
  8. ¿Qué es un proceso fonético? Dé un ejemplo.
  9. ¿Qué estudia la fonología?
  10. Explique la estructura silábica de las palabras tres, da y en siguiendo el modelo de la sílaba.
  11. ¿Cuál es el elemento básico de la fonología y cómo se representa?
  12. ¿Qué es un fonema? ¿Cómo se representa? Dé ejemplos.
  13. ¿Cuáles son los tres tipos de relaciones que describe la fonología?
  14. ¿Qué es la oposición fonológica? Dé un ejemplo.
  15. ¿Qué es un alófono? ¿Cómo se representa? Dé ejemplos.
  16. ¿Qué especifica una distribución de alófonos?
  17. ¿Cuál es la diferencia entre oposición y distribución?
  18. ¿Qué estudia la fonotáctica?
  19. Distinga entre la fonética y la fonología.

Lecturas suplementarias

Hawkins, Peter. Introducing Phonology. London: Hutchinson, 1984.

Ladefoged, Peter. A Course in Phonetics (5th ed.). Boston: Thompson Wadsworth, 2006.

Conceptos y términos