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El vizconde de Bragelonne
Tomo 1. El vizconde de Bragelonne
I. La carta
II. El mensajero
III. La entrevista
IV. Padre e hijo
V. Cropoli, Cropole y un notable pintor desconocido
VI. El desconocido
VII. Parry
VIII. Cómo era Su Majestad Luis XIV a los veintidós años
IX. El desconocido de la hostería «Los Médicis» revela su incógnito
X. Las cuentas de Mazarino
XI. La política del señor Mazarino
XII. El rey y el teniente
XIII. María Mancini
XIV. Su Majestad y el teniente patentizan su respectiva memoria
XV. El proscrito
XVI. Remember!
XVII. Búscase a Aramis y sólo se encuentra a Bazin
XVIII. D’Artagnan busca a Porthos y sólo haya a Mosquetón
XIX. Relátase lo que D’Artagnan iba a realizar en París
XX. Se forma sociedad en «El pilón de oro» para explotar la idea del señor D’Artagnan
XXI. Prepárase D’Artagnan a viajar por cuenta de la casa «Planchet y Compañía»
XXII. Los soldados de D’Artagnan
XXIII. Donde el autor se ve obligado, aunque a pesar suyo, a hacer un poco de historia
XXIV. Un tesoro
XXV. El pantano
XXVI. Corazón y cabeza
XXVII. El día siguiente por la mañana
XXVIII. El contrabando
XXIX. D’Artagnan teme haber puesto su dinero y el de Planchet en un negocio ruinoso
XXX. Las acciones de la sociedad «Planchet y Compañía» pónense a la par
XXXI. El golpe de Monk
XXXII. Athos y D’Artagnan vuélvense a encontrar en la hosteria «El cuerno de ciervo»
XXXIII. Audiencia
XXXIV. ¿Qué hacen con tanto capital?
XXXV. En el canal
XXXVI. D’Artagnan saca, como hubiera hecho un hada, una casa de recreo de un cajón de pino, como por encanto
XXXVII. D’Artagnan arregla el pasivo de la sociedad antes que su activo
XXXVIII. Donde se ve cómo el abacero francñes se había ya rehabilitado en el siglo XVII
XXXIX. El juego de Mazarino
XL. Asunto de Estado
XLI. El relato
XLII. Mazarino de hace pródigo
XLIII. Guénaud
XLIV. Colbert
XLV. Confesión de un hombre honrado
XLVI. La donación
XLVII. De cómo Ana de Austria dio un consejo a Luis XIV, y el señor Fouquet le dio otro
XLVIII. Agonía
XLIX. Primera aparición de Colbert
L. Primer día del reinado de Luis XIV
LI. Una pasión
LII. La lección de D’Artagnan
LIII. El rey
LIV. Las casas de Fouquet
LV. El abate Fouquet
LVI. La galería de Saint Mandé
LVII. Los epicúreos
LVIII. Quince minutos de retraso
LIX. Plan de batalla
LX. La taberna «La imagen de Nuestra Señora»
LXI. ¡Viva Colbert!
LXII. De qué modo el diamante del señor de Eymeris fue a parar a manos de D’Artagnan
LXIII. De la notable diferencia que encontró D’Artagnan entre el señor intendente y Monseñor el superintendente
LXIV. Filosofía del corazón ya de la cabeza
LXV. El viaje
LXVI. D’Artagnan entabla relación con un poeta que se hizo topógrafo para que sus versos fueses impresos
LXVII. D’Artagnan continúa sus investigaciones
LXVIII. Donde seguramente se sorprenderá el lector, como se sorprendió D’Artagnan, al encontrarse con un antiguo conocido
LXIX. Donde las ideas de D’Artagnan, confusas al principio, empiezan a aclararse algún tanto
LXX. Procesión en Vannes
LXXI. Su Ilustrísima el obispo de Vannes
LXXII. Porthos comienza a enojarse por haber ido con D’Artagnan
LXXIII. Donde D’Artagnan corre, Porthos ronca y Aramis aconseja
LXXIV. Donde el señor Fouquet obra
Tomo 2. Diez años después
I. D’Artagnan le echa al fin la mano a su despacho de capitán
II. El enamorado y la amada
III. Donde reaparece por fin la verdadera heroína de este relato
IV. Malicorne y Manicamp
V. Manicamp y Malicorne
VI. El patio del palacio de Grammot
VII. El retrato de Madame
VIII. En el Havre
IX. En el mar
X. Las tiendas
XI. La noche
XII. Del Havre a París
XIII. Lo que el caballero de Lorena pensaba de Madame
XIV. Sorpresa de la señorita de Montalais
XV. El consentimiento de Athos
XVI. El duque de Buckingham inspira celos a Monsieur
XVII. «For ever!»
XVIII. Donde Su Majestad Luis XIV no encuentra a la señorita de la Vallière ni bastante rica, ni bastante bonita para un gentilhombre de la categoría de Raúl
XIX. Multitud de estocadas en el vacío
XX. Baisemeaux de Montlezun
XXI. El juego del rey
XXII. Las cuentas del señor Baisemeaux de Montlezun
XXIII. El almuerzo del señor Baisemeaux
XXIV. El segundo de la Bertaudière
XXV. Las dos amigas
XXVI. La plata labrada de la señora de Bellière
XXVII. La dote
XXVIII. El terreno de Dios
XXIX. Triple amor
XXX. Los celos del señor de Lorena
XXXI. Monsieur está celoso de Guiche
XXXII. El mediador
XXXIII. Los consejeros
XXXIV. Fontainebleau
XXXV. El baño
XXXVI. La caza de las mariposas
XXXVII. Lo que se coge persiguiendo mariposas
XXXVIII. El baile de las estaciones
XXXIX. Las ninfas del parque de Fontainebleau
XL. Lo que se decía bajo la encina real
XLI. La ansiedad del rey
XLII. El secreto del rey
XLIII. Correrías de noche
XLIV. Donde Madame adquiere la prueba de que escuchando se puede oír lo que se dice
XLV. La correspondencia de Aramis
XLVI. Funcionario de orden
XLVII. Fontainebleau a las dos de la mañana
XLVIII. El laberinto
IL. De qué modo fue desalojado Malicorne de la hostería «El hermoso pavo real»
L. Lo que realmente sucedió en la hostería «El hermoso pavo real»
LI. Un jesuita del año onceno
LII. Secreto de Estado
LIII. La misión
LIV. Dichoso como un príncipe
LV. Historia de una Dríada y cierta Náyade
LVI. Termina la historia de una Dríada y de cierta Náyade
LVII. Psicología real
LXIII. Lo que no previeron Náyade ni Dríada
LIX. El nuevo general de los jesuitas
LX. La tempestad
LXI. La lluvia
LXII. Tobías
LIII. Las cuatro probabilidades de Madame
LXIV. El sorteo
Tomo 3. Louise de La Vallière
I. Malagá
II. La carta del señor Baisemeaux
III. Donde el lector verá con placer que Porthos conserva toda su fuerza
IV. El ratón y el queso
V. La casa de campo de Planchet
VI. Lo que se veía desde la casa de Planchet
VII. Cómo Porthos, Thüchen y Planchet se separaron amigos gracias a A D’Artagnan
VIII. La presentación de Porthos
IX. Aclaraciones
X. Madame y Guiche
XI. Montalais y Malicorne
XII. Recibimiento de Wardes en la corte
XIII. El combate
XIV. La cena del rey
XV. Después de cenar
XVI. Cómo desempeñó D’Artagnan la misión que el rey le confiara
XVII. Al acecho
XVIII. El médico
XIX. D’Artagnan reconoce que se equivocó y que era Manicamp quien tenía razón
XX. Conveniencia de tener dos cuerdas para un arco
XXI. El señor Malicorne, archivero del reino de Francia
XXII. El viaje
XXIII. El triunfeminato
XXIV. Primera discordia
XXV. Desesperación
XXVI. La fuga
XXVII. Cómo paso Luis el tiempo desde las diez y media de la noche hasta las doce
XXVIII. Los embajadores
XXIX. Chaillot
XXX. En el aposento de Madame
XXXI. El pañuelo de la señorita de la Vallière
XXXII. Que trata de los jardineros, de las escalas y de las camaristas
XXXIII. Que trata de la carpintería, con algunas nociones acerca de la instalación de escaleras
XXXIV. El paseo a la luz de las antorchas
XXXV. La aparición
XXXVI. El retrato
XXXVII. Hampton Court
XXXVIII. El correo de Madame
XXXIX. Saint-Aignan sigue el consejo de Malicorne
XL. Dos antiguos amigos
XLI. Donde se ve que el trato que no puede hacerse con una persona se hace con otra
XLII. La piel de oso
XLIII. En el aposento de la reina madre
XLIV. Dos amigas
XLV. De cómo Juan de la Fontaine compuso sus primer cuento
XLVI. La Fontaine negociante
XLVII. La vajilla y los diamantes de la señora de Bellière
XLVIII. El resguardo del señor Mazarino
XLIX. La minuta del señor Colbert
L. Donde cree el autor que ya es hora de hablar nuevamente del vizconde de Bragelonne
LI. Bragelonne continúa sus interrogaciones
LII. Dos que sienten celos
LIII. Visita domiciliaria
LIV. El sistema de Porthos
LV. La mudanza, la trampa y el retrato
LVI. Adversarios políticos
LVII. Rivales en amores
LVIII. El rey y la nobleza
LIX. Continúa la tempestad
LX. Heu! Miser!
LXI. Heridas sobre heridas
LXII. Lo que Raúl había adivinado
LXIII. Tres convidados sorprendidos de cenar juntos
LXIV. Lo que sucedía en el Louvre durante la cena en la Bastilla
LXV. Donde Athos es libertado y buscado
LXVI. Donde Porthos queda convencido sin comprender nada
LXVII. La sociedad del señor Baisemeaux
Tomo 4. El hombre de la máscara de hierro
I. Preso
II. Cómo Mosquetón había engordado sin prevenir de ello a Porthos, y de los disgustos que eso proporcionaba al digno gentilhombre
III. Mícer Juan Pecerín
IV. Las muestras
V. En donde el célebre Molière tomó tal vez su primera idea del burgués gentilhombre
VI. La colmena, las abejas y la miel
VII. Nueva cena en la Bastilla
VIII. El general de la orden
IX. El tentador
X. Corona y tiara
XI. El palacio de Vaux-le-vicomte
XII. El vino de Melun
XIII. Néctar y ambrosía
XIV. A gascón, gascón y medio
XV. Colbert
XVI. Celos
XVII. Lesa Majestad
XVIII. Una noche en la Bastilla
XIX. Sombra del señor Fouquet
XX. La mañana
XXI. El amigo del rey
XXII. De cómo se respetaba la consigna en la Bastilla
XXIII. El reconocimiento del rey
XXIV. El falso rey
XXV. Donde Porthos cree correr tras un ducado
XXVI. El último adiós
XVII. El señor de Beaufort
XVIII. Preparativos de partida
XXIX. El inventario de Planchet
XXX. El inventario del señor de Beaufort
XXXI. La fuente de plata
XXXII. Cautivo y carceleros
XXXIII. Las promesas
XXXIV. Entre mujeres
XXXV. La cena
XXXVI. En la carroza del señor Colbert
XXXVII. Las dos gabarras
XXXVIII. Consejos de amigo
XXXIX. De cómo el rey Luis XIV desempeñó su papelillo
XL. El caballo blanco y el caballo negro
XLI. Donde la ardilla cae y la culebra vuela
XLII. Belle-Île-en-Mer
XLIII. Las explicaciones de Aramis
XLIV. Continuación de las idea del rey y de las ideas de D’Artagnan
XLV. Los antepasados de Porthos
XLVI. El hijo de Biscarrat
XLVII. La gruta de Locmaria
XLVIII. La gruta
IL. Un canto de romero
L. La muerte de un titán
LI. El epitafio de Porthos
LII. La ronda del señor de Gesvres
LIII. El rey Luis XIV
LIV. Los amigos del señor Fouquet
LV. El testamento de Porthos
LVI. La vejez de Athos
LVII. Visión de Athos
LVIII. El ángel de la muerte
LIX. Parte de guerra
LX. Último canto del poema
Epílogo
La muerte de D’Artagnan
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Notas
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