Notas

[1] El huracán Fox, uno de los peores que han azotado la isla de Cuba, pasó el 24 de octubre de 1952 por las provincias de Las Villas y Matanzas. Sus fuertes vientos, que alcanzaron los 280 kilómetros por hora, y sus torrenciales lluvias causaron gran destrucción en viviendas y cosechas. ( Todas las notas al pie de página son de Antonio Orlando Rodríguez.)

[2] Según el folleto biográfico Chiquita «Little One», Espiridiona Cenda midió ocho pulgadas y media al nacer. El diámetro de su cabeza era de dos pulgadas y tres cuartos; sus piernas medían cuatro pulgadas, y sus pies, una pulgada y media (es decir, eran más pequeños que el dedo meñique de un hombre común). Una caja de tabacos vacía hubiese podido servirle de cuna. El folleto (impreso en Boston por Alfred Mudge & Son, Printers) carece de fecha de publicación, pero debió circular en 1897. «Pizca de humanidad», «muñeca viviente», «Rayo X de Venus», «un duende con divina forma humana» y «la reina liliputiense cubana» son algunos de los calificativos que el texto le dedica a Chiquita.

[3] En realidad lo que pagó Estados Unidos en 1867 por la compra de Alaska fueron siete millones doscientos mil dólares.

[4] Un dato curioso acerca de esa historia: Isa de Ximeno, la amada imposible del poeta Milanés, terminó casándose, como era el deseo de su padre, con un caballero respetable y de gran fortuna: don Manuel Mahy. Sí, fue ella quien le sirvió el rabito del lechón al gran duque Alejo Romanov durante su visita a Matanzas.

[5] Según un cronista habanero, con el dinero que costaba una luneta podían almorzar y cenar dos familias cubanas de la época.

[6] Al relatar este episodio, Chiquita no se ajusta a la verdad histórica. Sarah Bernhardt sólo brindó dos funciones en el teatro Esteban, las noches del lunes 24 y el viernes 28 de enero de 1887. Las obras que presentó fueron La dama de las camelias y Le Maître de forges. En realidad, la actriz dio esas representaciones sin interrumpir su exitosa temporada habanera en el teatro Tacón. En ambas oportunidades viajó de La Habana a Matanzas en tren, en horas de la mañana, y regresó a la capital al otro día. Es posible que haya dormido en el hotel El Louvre después de sus funciones matanceras, pero es muy difícil creer que llevara consigo a sus mascotas en unos viajes tan cortos.

[7] En 1880 se puso fin a la esclavitud en Cuba. Sin embargo, hasta 1886 los esclavos se mantuvieron vinculados a sus amos a través del «patronato», un sistema que obligaba a los dueños a darles una paga, alimento y ropa a cambio de sus servicios.

[8] El 30 de junio de 1896 fue martes, no miércoles.

[9] Otro desliz temporal: el Acuario de la Ciudad de Nueva York no abrió sus puertas al público hasta el 10 de diciembre de 1897, es decir, más de cinco meses después del arribo de los Cenda a Nueva York.

[10] El folleto Chiquita «Little One» señala que esa noche Espiridiona Cenda fue comparada, por la perfección de su figura, con la Venus de Milo y las más famosas esculturas de Praxíteles y del Vaticano.

[11] La anécdota es encantadora, pero, si sucedió, no pudo haber tenido lugar esa tarde, pues James M. Barrie y su esposa llegaron a Nueva York, procedentes de Liverpool, el 3 de octubre de 1896.

[12] De los trabajos periodísticos que se mencionan el más completo es el de The New York Times. Se titula «Tiny Cuban lady who dances» y apareció en la edición del 24 de julio de 1896. La crónica coincide, en buena medida, con lo narrado en la biografía. Ahora bien, según el reportero la presentación tuvo lugar «en uno de los salones del hotel Metropolitan». Si realmente fue así, ¿por qué Espiridiona Cenda prefirió alterar el marco de ese episodio y utilizar The Hoffman House como escenario? No hay forma de saberlo. La explicación que se me ocurre es que, aunque en 1896 el Metropolitan era un hotel de mucho prestigio, indudablemente The Hoffman House, que acababa de ser objeto de una gran restauración, era un sitio más a la moda, frecuentado por artistas tan famosos como la Bernhardt. Tal vez Chiquita pensó que, al ubicar allí su presentación, le daría mayor relevancia. Claro que también cabe la posibilidad de que el reportero haya cometido un error al redactar la nota. Quizás al lector le interese saber que en ese mismo hotel Metropolitan tuvo lugar en 1863 un importante acontecimiento en la historia de los liliputienses de Estados Unidos: la fiesta de la boda del General Tom Thumb y Lavinia Warren.

[13] En realidad, el rascacielos de Pulitzer había sido superado en altura dos años antes, en 1894, por otro edificio neoyorquino: el Manhattan Life Insurance.

[14] Aunque el manuscrito no especifica, ni en este ni en ningún otro caso, el dinero exacto pagado a Chiquita, debe haber sido una cantidad sustanciosa si se toman como referencia los salarios que, durante aquel año de 1896, se pagaron a distintos artistas foráneos. Se sabe, por ejemplo, que el francés Chevalier recibió tres mil dólares a la semana por cantar en el vaudeville de Koster & Bial. Por su parte, Hammerstein pagó a la también gala Yvette Guilbert cuatro mil dólares por seis presentaciones a la semana. Aunque Chiquita no llegó a Nueva York precedida de la fama de esas dos figuras, sus honorarios como principal atracción del Palacio del Placer deben haber sido respetables.

[15] Durante mis pesquisas di con una fotografía de los Reed tomada en 1875, poco después de su matrimonio, en el estudio Lord’s Gallery, en Nueva York. Al casarse, la dama tenía veintiséis años, medía treinta y tres pulgadas y pesaba treinta y cuatro libras. El marido era un hombre delgado, de barba y con apariencia meditabunda, a quien, en efecto, su pareja apenas llegaba a la cintura. ¿Sería ese el retrato que Crinigan mostró a Chiquita en el Empire? Probablemente…

[16] Olof Krarer nació en 1858 y comenzó a viajar por Estados Unidos, en un circo ambulante, a los diecinueve años. Posteriormente se convirtió en conferencista y empezó a disertar, con gran éxito, sobre Groenlandia y la vida de los esquimales. Lo curioso es que la Pequeña Dama Esquimal (de cuarenta pulgadas de estatura y ciento veinte libras de peso) no nació en Groenlandia, como hacía creer al público, sino en Islandia. Su verdadero nombre era Olof Sölvadottir y se calcula que dio más de dos mil quinientas conferencias sin que nadie descubriera su impostura. También publicó una autobiografía. En 1896, la falsa esquimal seguía dando charlas en teatros e iglesias.

[17] Al principio, esta historia de los loros amaestrados me pareció inverosímil. Sin embargo, la biografía F. F. Proctor, Vaudeville Pioneer, publicada por William Moulton Marston y John Henry Feller en 1943, asegura que el empresario había utilizado ese recurso, unos años antes, para promocionar sus programas continuos en el 23rd Street Theatre. No tendría nada de raro que echase mano a la misma estrategia publicitaria para el debut de Chiquita en el Palacio del Placer.

[18] No he podido hallar ninguna fotografía de esa sesión. A principios de 2005 fui a Clear Comfort, la casa-museo de Alice Austen en Staten Island, con la esperanza de ver alguna o de que, al menos, me dijeran dónde podría localizarlas. Fue inútil.

[19] El Guinness World Records, que otorgó a la holandesa en 1955 el título de la mujer más pequeña del mundo, afirma que cuando le hicieron la autopsia medía veinticuatro pulgadas. De ser cierto, era sólo dos pulgadas más pequeña que Chiquita. Otras fuentes consultadas atribuyen a Johanna Paulina una talla de veinte pulgadas. Este singular personaje fue enterrado el 8 de marzo de 1895 en el cementerio católico de Ossendrecht, su pueblito natal. En el momento de enviar este libro a imprenta, su sepulcro aún no ha sido localizado.

[20] Tomás Estrada Palma, veterano combatiente de la guerra de los Diez Años, desempeñaba por entonces el doble cargo de delegado del Partido Revolucionario Cubano y embajador plenipotenciario de la República de Cuba en Armas ante Estados Unidos.

[21] El Palacio del Placer —de estilo mitad romano, mitad renacimiento español— fue construido en 1895 y costó un millón de dólares. Situado en East 58, entre Lexington y la Tercera Avenida, ocupaba casi toda la manzana. En el auditorio principal cabían mil doscientos espectadores y la decoración, en la que predominaban los colores oro, crema y azul, se inspiraba en el esplendor de los palacios europeos. El escenario, de setenta pies de ancho por cuarenta de profundidad, podía extenderse hacia atrás si el espectáculo así lo requería. El costo de la entrada oscilaba entre veinticinco centavos y un dólar. Tenía un roof garden con palmeras exóticas, en el que, por las noches, se presentaba un programa de variedades diferente al del auditorio. En total, el conjunto contaba con cuatro mil luces eléctricas, seiscientas de ellas destinadas a iluminar el escenario principal y a crear efectos especiales. En 1928, Proctor lo demolió y lo sustituyó por un moderno coliseo para tres mil personas. Un año más tarde, cuando se retiró, vendió todos sus teatros a la RKO, que los convirtió en cines.

[22] Efectivamente, los hombres del Departamento de Limpieza de las Calles (conocidos por su inmaculada apariencia como los «White Wings» del coronel Waring) desfilaron por las calles de Manhattan en 1896, pero no a principios de septiembre, como afirma el texto, sino el 26 de mayo, más de un mes antes de que Chiquita llegara a Nueva York.

[23] El artículo de Koltai, que en realidad se titula «Liliputienses y enanos: mientras más pequeños más grandes», se incluye como anexo (véase Anexo II).

[24] La anécdota es cierta. En enero de 1848, tras presentarse en Nueva Orleans, el renombrado liliputiense llegó a La Habana a bordo del barco Adams Gray. Según relata Alice Curtis Desmond en su libro Barnum Presents General Tom Thumb (New York: The MacMillan Company, 1954), su éxito entre los cubanos fue tan grande que sus autógrafos se vendían a un doblón, moneda española que equivalía a dieciséis dólares de plata. Por entonces, Charles S. Stratton tenía diez años, pero Barnum hacía creer al público que era mayor.

[25] La boda tuvo lugar en la Grace Episcopal Church de Nueva York, el 10 de febrero de 1863. Entre otros regalos, los recién casados recibieron un firescreen chino de oro, plata y madreperla enviado por el presidente Abraham Lincoln y su esposa.

[26] Cuando Charles Stratton (Tom Thumb) falleció a los cuarenta y cinco años de edad, muchos pensaron que su viuda se retiraría de los escenarios, pero no ocurrió así. Un año y diez meses después, Lavinia se casó con el Conde Primo Magri, un liliputiense italiano ocho años menor que ella, y prosiguió su carrera. Junto a su nuevo esposo y a su cuñado Ernesto, interpretaba sketchs como The Rivals y Gulliver among the Lilliputians, en los que combinaban comedia, pantomima, canto y danza. Aunque tanto Primo como Ernesto Magri (conocidos en el mundo del espectáculo como «el Conde Botón de Rosa» y «el Barón Meñique», respectivamente) poseían una gran vis cómica, la máxima atracción del trío era Mrs. Thumb. (La Condesa Magri continuó usando el apellido de su primer marido, como un anzuelo para llenar los auditorios.) Un artículo publicado por el Seattle Press-Times en junio de 1892 comenta que Lavinia salía a escena con tal cantidad de diamantes que «despertaría la envidia de la esposa de un prestamista».

[27] Asistió. La opereta en cuestión, titulada Captain Cook, se presentó la noche del 12 de julio de 1897, con un elenco mayoritariamente hawaiano. Liliuokalani presenció la función, como invitada de honor, desde un palco adornado con banderas de su antiguo reino, lo cual fue interpretado por algunos como un recordatorio tácito de que, pese a haber sido obligada a abjurar de su trono, sus compatriotas seguían considerándola la soberana de Hawai.

[28] The New York Times reseñó las peripecias de Wallace, «a five-hundred pound lion», y de su intrépido propietario en artículos publicados los días 27 y 28 de octubre de 1893 y el 22 de febrero de 1894. Durante esos primeros tiempos en Estados Unidos, Bostock no utilizaba su verdadero apellido para actuar, sino el anagrama Stockob. Con ese seudónimo aparece mencionado en las noticias de esa etapa.

[29] Olazábal no supo decirme los nombres de esos teatros, pero deduzco que hayan sido los siguientes, que por entonces formaban parte del circuito de Proctor: el H. R. Jacob’s Theatre, en Cleveland; el Jacob’s Lyceum, en Filadelfia; la Proctor’s Opera House, en New Haven; la Proctor’s Grand Opera House, en Bridgeport; la Proctor’s Opera House, en Hartford; el Proctor’s Theatre, en Worcester; el Proctor’s Theatre, en Lynn, y la Proctor’s New Grand Opera House de Boston.

[30] Los periódicos de Boston fueron particularmente generosos con la artista cubana. El Daily Globe la calificó como «la más delicada señora de la Tierra» y el Traveler aseguró que se trataba de «el hada cubana destinada a crear sensación en Boston» y «la mayor atracción que jamás ha venido a esta ciudad». Por su parte, el Herald la describió como «una liliputiense con cerebro y suerte, dignidad y diplomacia», «un relumbrante destello del país de las hadas» y «la más pequeña y perfectamente formada mujer del mundo». Sin embargo, ninguno superó al Globe, que le dedicó un extenso artículo con párrafos como este: «Tiene una silueta perfecta. Una cara notable, llena de inteligencia y hermosa en forma y proporciones. Nunca se ha visto tanta grandeza y dignidad en la divina figura de una mujer. Admírenla: esta mujercita es la maravilla del siglo». No es de extrañar que, en el borrador de una carta que Chiquita escribió a su hermana Manon durante su estancia en la capital de Massachusetts, se lea: «Nueva York me aprecia, pero Boston me adora».

[31] Leyendo sobre la vida de la famosa clarividente de Boston, pude comprobar que estos datos son ciertos. El médico francés al que alude Olazábal respondía al nombre de Doctor Phinuit.

[32] Esta misiva, escrita con una letra de médico casi ininteligible, estaba en una de las cajas que le compré a Cándido Olazábal. Entre los dos, usando una lupa y con bastante esfuerzo, logramos descifrarla. Según Cándido, Chiquita la reproducía íntegramente en ese pasaje de su biografía. La hoja de papel, que tengo sobre mi escritorio mientras redacto esta nota, está amarillenta y tiene el lado izquierdo rasgado, como si, en efecto, la hubiesen arrancado de prisa de un cuaderno.

[33] En una subasta de eBay adquirí un volante publicitario de ese período de la carrera de Espiridiona Cenda. Su nombre y el de Tess (la chimpancé) aparecen destacados con letras de igual tamaño, pero la única ilustración que incluye es un dibujo de Chiquita. El Zoo, anunciado como «una exhibición educacional de primer orden», estaba en la Michigan Avenue y Madison Street. Otras atracciones que destaca el volante son Jolly, el elefante, e India, la camella. También anuncia leones, tigres, leopardos, jaguares, osos y monos. Los visitantes podían presenciar shows a cargo de domadores y oír explicaciones sobre los hábitos de las distintas especies. Según esta propaganda, la «maravillosamente educada» Tess podía hacer «cualquier cosa menos hablar». De Chiquita, se afirma que era «la criatura humana más pequeña que respiró jamás». El impreso revela que la liliputiense no se limitaba a conversar con el público, mostrarle sus tesoros y estrecharle la mano. En él se lee: «Chiquita invita a todos los niños a montar en su diminuto jaunting car o en su brougham tirado por Dot, el más pequeño pony viviente». Al parecer, ella trató de borrar el recuerdo de esos paseos en coche, en compañía de sus admiradores infantiles, por considerarlos impropios de una artista de su categoría.

[34] Evangelina Cisneros llegó a Nueva York el 13 de octubre de 1897, a bordo del vapor Séneca, y una multitud entusiasta la recibió como a una heroína. Hearst la hospedó en el Waldorf y tres días más tarde le organizó un homenaje en el Madison Square Park, con bandas de música y fuegos artificiales, al que acudieron setenta y cinco mil personas.

[35] El accidente ocurrió el 27 de diciembre de 1897 y la noticia apareció en los periódicos aderezada con frases como «se teme que pueda morir a consecuencia de las heridas». El doctor J. A. Korbus la atendió en un hospital privado y le administró opiatos para el dolor. Un artículo recuerda que Chiquita había cumplido veintiocho años días atrás y termina comentando: «De ella se dice que posee más de cien mil dólares».

[36] Durante mucho tiempo pensé que este dato era una exageración de Chiquita o de Olazábal. Hasta que tuve delante de mí un microfilme de la edición del 28 de abril de 1898 de The New York Times, en el que aparece la historia de James W. Moore. Este ciudadano de Newtown, retirado de la Guardia Nacional de Nueva York, intentó alistarse para combatir en Cuba. Cuando le informaron que no podían aceptarlo, porque la edad máxima de los voluntarios debía ser cuarenta y cinco años y él era dos años mayor, sufrió una decepción tan grande que volvió a su casa y se suicidó por asfixia.

[37] La Exposición Internacional Trans Mississippi se realizó en Omaha, Nebraska, del primero de junio al primero de noviembre de 1898. Su propósito fue mostrar el desarrollo del oeste del país, desde el río Mississippi hasta la costa del Pacífico, y revitalizar la economía de la región. Fue visitada por más de dos millones y medio de personas.

[38] Este curioso mago neoyorquino se llamaba William Ellsworth Robinson. Antes de su disputa con Ching Ling Foo, en los vaudevilles donde trabajaba lo anunciaban como «Robinson, The Man of Mistery».

[39] En realidad en ese momento Ching Ling Foo o tenía ya cuarenta y cuatro años o estaba cerca de cumplirlos, pues había nacido en 1854, en Beijing.

[40] «Elevo los ojos al cielo —¡y veo pasar un águila!» (verso del segundo acto de L’Aiglon, de Edmond Rostand).

[41] Cándido Olazábal coincidió conmigo en que el episodio de Généreuse tenía un carácter excesivamente fantasioso y resultaba difícil de creer. Sin embargo, según me contó, Rústica le juró por los huesos de su abuela que había tenido el huevo de oro en sus manos. «Si lo puso o no una gallina, no se lo puedo asegurar, pero no le quepa duda de que el huevo existió», le dijo.

[42] Seguramente se refería a L’Insaisissable, novela publicada por Liane de Pougy en 1898 y dedicada a su gran amigo Jean Lorrain (el mismo de la historia con el plomero).

[43] La Exposición Universal de París se inauguró el 15 de abril de 1900 y permaneció abierta hasta el 12 de noviembre. En ella participaron medio centenar de países y más de ochenta mil expositores. Su número de visitantes se calcula en cincuenta millones; cinco de ellos llegaron del extranjero. Con motivo de la Exposición se construyeron e inauguraron importantes obras, entre ellas el metro de la ciudad.

[44] La opinión del poeta nicaragüense Rubén Darío, quien estuvo en la capital francesa durante esos días, fue muy diferente. En su libro Peregrinaciones (París, Librería de la Vda. de Ch. Bouret, 1901) se refirió a la escultura usando frases como «el pecado de Moreau-Vauthier» y «la señorita peripuesta que hace equilibrios sobre su bola de billar». Su valoración no pudo ser más despectiva: «Eso no es arte, ni símbolo, ni nada más que una figura de cera para vitrina de confecciones».

[45] Esta anécdota no puede ser cierta. Aunque, en efecto, Gonzalo de Quesada publicó el primer tomo de las Obras completas de Martí en aquel año de 1900, el poema al que se hace alusión fue incluido en el onceno volumen de la colección, el cual no vio la luz hasta 1911.

[46] La pálida y muy atractiva Natalie Clifford Barney, conocida como «la Amazona» por su gusto por la equitación, fue hija de un acaudalado hombre de negocios de Estados Unidos y heredera de una gran fortuna. Sus escandalosos amores con la Pougy y otras mujeres dieron mucho de que hablar y le inspiraron versos que reunió en varios libros. Con el tiempo, se convirtió en la máxima figura del mundo sáfico de París.

[47] Esta anécdota es, sin duda alguna, otra invención de Chiquita. El primer dirigible rígido salió el 2 de julio de 1900 de un hangar flotante en el lago Constance, cerca de Friedrichshafen. La distancia que recorrió durante el vuelo fue de sólo seis kilómetros, así que no pudo ser visto desde un hotel de Berlín.

[48] En 1900 el sultán de Marruecos era Moulay Abd al-Aziz, quien ascendió al trono en 1894.

[49] Nacido en Turquía, en 1852, Hayati Hassid alcanzó gran popularidad en Inglaterra, Australia y otros países, donde lo anunciaban como «el Tom Thumb turco». Medía treinta pulgadas y pesaba treinta y cuatro libras. Gozó del favor del sultán Mehmed V, quien gobernó Turquía entre 1909 y 1918.

[50] John Jarvis nació en 1508 y falleció en 1556, dos años antes que su reina.

[51] Boruwlaski medía ocho pulgadas cuando nació en Pokucia, Polonia, en 1739. Durante el resto de su vida, sólo creció diecinueve pulgadas más. A los veintinueve años, se enamoró de Isalina Barbutan, una dama de compañía de la condesa de Humiecka, y se casaron en secreto. Cuando lo descubrió, la condesa los echó de su lado, pero el rey Stanislaus II se apiadó de la pareja y le concedió una pensión anual. Para redondear sus ingresos, Józef e Isalina daban conciertos para la aristocracia europea. En 1795, viudo y harto de viajar, Boruwlaski se retiró en Durham, una pequeña ciudad de Irlanda. Allí murió en 1837, a los noventa y ocho años. En sus voluminosas memorias no aparece ninguna alusión a la Orden de los Pequeños Artífices de la Nueva Arcadia (lo cual es lógico, teniendo en cuenta su naturaleza secreta).

[52] La historia de la nariz de Tycho Brahe es real. El duelo se efectuó en 1566; su contendiente, que también era danés, se llamaba Manderup Parsberg. Brahe usó la prótesis metálica durante los siguientes cuarenta y cinco años.

[53] Este Frank Bostock Zoo, inaugurado en 1899, estaba ubicado en la intersección de las avenidas Mont Royal y Maryland.

[54] El suceso fue muy comentado. El artículo «Beasts Roasted in Burning Zoo» (Bestias asadas en un zoológico en llamas), publicado por el periódico Baltimore News en su edición del primero de febrero de 1901, informa que en el incendio, que atribuye a las chispas de un cable eléctrico, murieron quemados alrededor de trescientos animales, la mayor parte en sus jaulas. La declaración que Bostock dio a ese diario habría escandalizado a las sociedades protectoras de animales de hoy: dijo que había descartado la idea de abrir todas las jaulas porque «no quería cargar con la responsabilidad de soltar a todos esos devoradores de carne humana entre los habitantes de Baltimore». El artículo incluye una alusión a Chiquita y a «la pérdida de sus caras joyas y su elaborado guardarropa».

[55] Aunque pueda parecer raro, ese y otros auditorios «de ópera» de la época solían presentar espectáculos de vaudeville y los artistas liliputienses eran acogidos con beneplácito en sus escenarios.

[56] Indudablemente, se trata del hotel Willard, que continúa funcionando en todo su esplendor. Jenny Lind se hospedó allí en 1850, y también lo hicieron, entre otras celebridades, Abraham Lincoln, Mark Twain, Walt Whitman, Harry Houdini y Tom Thumb. A Chiquita le habría irritado saber que en la actualidad el hotel no incluye su nombre en la lista de sus huéspedes ilustres.

[57] Se refiere a George B. Cortelyou y a su esposa Lily.

[58] Fue el martes 13 de febrero de 1901. Según la nota publicada por The New York Times al día siguiente, Chiquita acudió ataviada con un vestido de terciopelo de seda, una capa de ópera de satén y todos sus diamantes. (Un vestuario tal vez inadecuado para una salida matutina, pero, sin duda alguna, impresionante.) La información añade que Chiquita «es una gran admiradora del Presidente y el secretario Cortelyou arregló la visita».

[59] «Quiero agradecerle, señor Presidente, todo lo que ha hecho por mi pueblo. Usted sabe que soy una cubana cabal y puedo apreciar todo lo que ha hecho por nosotros», fueron las palabras textuales que Chiquita le dijo al vigesimoquinto presidente estadounidense, según el reporte de The New York Times. McKinley estrechó su mano y le respondió: «Qué bonito discurso. Es uno de los mejores agradecimientos que he recibido nunca».

[60] El detalle del clavel es cierto. Según la crónica de The New York Times, era de color rosado.

[61] Un millón de dólares de 1901 equivaldría, en la actualidad, a alrededor de diez millones.

[62] En realidad, la tal Winona no era sioux. Se trataba de una cara pálida llamada Lilliam Smith, que se oscurecía la piel y se vestía como india para engañar al público. El fraude fue revelado, al final de la Exposición, por un reportero de The Buffalo Times.

[63] Con el tiempo, esa niña —cuyo verdadero nombre era Nina Morgana— fue «descubierta» por Enrico Caruso, quien se convirtió en su mentor. Morgana viajó a Italia, estudió canto y debutó en La Scala a los quince años. Después desarrolló una brillante carrera en la Metropolitan Opera House de Nueva York.

[64] La señora dio a luz en el hospital de la Exposición. El bebé prematuro fue acogido con beneplácito en la Incubadora de Infantes, donde le brindaron atención especializada durante las siguientes semanas.

[65] Tengo en mi poder dos de esos preciosos botones o pinback buttons con imágenes de Chiquita, adquiridos en Hake’s Americana & Collectibles, un negocio de antigüedades de Timonium, Maryland.

[66] Otros detalles del automóvil: pesaba doscientas veinticinco libras y sus ruedas medían doce pulgadas de diámetro. La batería eléctrica le permitía funcionar durante quince horas y alcanzaba una velocidad de hasta diez millas por hora.

[67] La biblioteca de la Universidad de Búfalo conserva un ejemplar de esa partitura. La foto muestra a Chiquita junto a una alfombra de piel de tigre, con un elegante y escotado vestido, sosteniendo con su mano derecha un abanico abierto. El toque sensual proviene del generoso escote y de su posición, un tanto echada hacia delante, que hace lucir más prominente su busto.

[68] La ratufa (Ratufa indica) es la ardilla más grande del mundo. Llega a medir tres pies de la cabeza a la cola y habita en algunas regiones de Asia.

[69] No sólo el Presidente hizo el «viaje a la Luna»; también lo realizaron otras importantes personalidades de la época, como el senador Chauncey Depew, el secretario de Guerra Elihu Root, el secretario de Estado John Hay, el general Nelson Miles y el inventor Thomas Edison. Esta diversión costaba cincuenta centavos —casi trece dólares de hoy—: el doble o el triple de las otras atracciones del Midway.

[70] En realidad comenzó más tarde. La Exposición de Charleston, en Carolina del Sur, se inauguró el 2 de diciembre de 1901. Chiquita fue una de sus principales atracciones, si bien allí no le concedieron el título de «mascota oficial».

[71] En los primeros días de noviembre de 1901, el periódico Buffalo News brindó una amplia cobertura del complicado pleito legal por el matrimonio de Chiquita. Remito a esa publicación a los lectores interesados en conocer más detalles del episodio.

[72] Se refiere al Bostock’s Animal Show, una arena que se inauguró en los primeros días de octubre de 1902. Estaba en St. Nicholas Garden, en 66th Street y Columbus Avenue.

[73] Nunca lo recordó, pero yo conseguí el dato. Era Sigmund Lubin, uno de los pioneros del cine, quien llegó a Estados Unidos a los veinticinco años de edad, procedente de Alemania, y una década después ya era dueño de una óptica en Filadelfia. Lubin empezó a rodar, distribuir y exhibir filmes en 1897. El corto Chiquita, the Smallest Woman in the World, hecho en 1903, fue uno de los más de ochenta que produjo ese año.

[74] A inicios del siglo xx eran muy conocidas, entre otras liliputienses, la húngara Anna Milahy, de la Horvath’s Midgets Company, a quien el rey de Dinamarca condecoró con una medalla de oro por sus extraordinarias dotes de comediante; Amalia Magri, la simpática hermana menor de Primo y Ernesto Magri (aunque triunfó en su natal Italia y otras naciones europeas, la Signorina Magri nunca pudo cruzar el Atlántico para actuar en Estados Unidos debido a que padecía de talasofobia); Rosie Wolff, muy popular con el sobrenombre de «la Rosa Alemana»; y las francesas Miss Jeanne «Queen Mab» Duvain, jovencísima estrella del Barnum & Bailey Circus, y Jeanne St. Marc, conocida como «Princess Topaze».

[75] En Freaks (La parada de los monstruos), dirigida por Tod Browning en 1932, actuaron, entre otras celebridades de los teatros y sideshows de la época, la mujer barbuda Olga Roderick; las siamesas Daisy y Violet Hilton; Martha Morris, conocida como la Venus de Milo viviente; Koo Koo, la Niña Pájaro de Marte; Betty Green, la Mujer Cigüeña; Josephine Joseph, el hermafrodita austríaco; Pete Robinson, el Esqueleto Viviente, y el príncipe Randian, un nativo de la Guyana Británica, sin brazos ni piernas, que usaba como sobrenombres el Hombre-Gusano o el Hombre-Almohadón.

[76] Revisé distintos documentos sobre la Feria Mundial de San Luis, pero ninguno de ellos mencionaba a Chiquita.

[77] En el London Hippodrome, un auditorio inaugurado en 1900, propiedad del empresario Sir Edward Moss, se presentaban circos y artistas de music hall. Tenía un tanque enorme para espectáculos acuáticos.

[78] He aquí los nombres de otros gigantes muy conocidos. Hombres: los estadounidenses Thomas Dilkens («el soldado americano gigante»), Henry Clay Thurston («el gigante de Misuri») y Bernard Coyne («el gigante cherokee»); el canadiense Édouard Beaupré; el irlandés Patrick Cotter; el italiano Hugo («el gigante de los Alpes»); el español Miguel Joaquín de Eleicegui («el gigante vasco»); los franceses Armand Bronner y Joseph Dusorc; los alemanes Josef Schippers y Julius «Constantine» Koch; el ruso Pisjakoff; el finlandés Lauri Moilanen («el Gran Luwi») y el tunecino Radhouane Charbib. Mujeres: la estadounidense Ella Ewin, la inglesa Jane «Ginny» Bunford y las alemanas Brunhilde y Marianne Wehde («la reina gigante de las amazonas»). ¿Qué pasó con los gigantes?, ¿se extinguieron?, se preguntarán algunos. No, sólo que las ferias y los circos ya no son el lugar más indicado para verlos. Pruebe en las competencias de baloncesto.

[79] Pude ver algunos de esos grandes y toscos anillos en el Freakatorium (El Museo Loco), un pequeño gabinete de curiosidades situado en el número 57 de Clinton Street, en el Lower East de Manhattan. Su propietario exhibe también allí, entre otras rarezas, la legendaria sirena de Fiji, una tortuga con dos cabezas y ropa usada por Tom Thumb.

[80] En efecto, la estadía de Chiquita en Londres coincidió con la primera edición de Songs of Childhood, poemario de Walter de la Mare.

[81] Lilliputia, una reproducción a escala reducida de un pueblo alemán del siglo xv, fue concebida por Samuel W. Gumpertz, hombre de negocios y aventurero de Misuri. En sus casas los liliputienses vivían en calidad de residentes permanentes. La comunidad tenía su Parlamento, su playa y hasta su cuerpo de bomberos. De día se exhibían y de noche se dedicaban a su vida privada.

[82] Su petición fue aceptada. Sobre la participación en la guerra de los artistas del Royaume de Lilliput y de otros liliputienses, consúltese el libro Épique des petits soldats: héroïques lilliputiens dans la Première Guerre Mondiale, de Arielle Charmentant (París, Éditions de la Société de Recherches Historiques, 1957).

[83] Paul H. Jones, el manager australiano de Hassid, fue quien alertó a las autoridades para que lo arrestaran. Para más detalles sobre este caso, léase el capítulo X del libro de Arielle Charmentant (ver nota anterior).

[84] Las últimas presentaciones de la viuda de Tom Thumb, el Conde Primo Magri y el Barón Ernesto Magri fueron en Coney Island. En 1915 viajaron a Hollywood y, para cerrar su carrera, actuaron en la película The Lilliputian’s Courtship. Después se fueron a vivir a la casa de la familia de Lavinia en Middleborough. Allí construyeron un pequeño parador, al que pusieron por nombre Primo’s Pastime, donde vendían sodas y caramelos a los automovilistas. Lavinia falleció el 25 de noviembre de 1919 y fue enterrada en el cementerio Mountain Grove, de Bridgeport, junto a su primer marido. Primo Magri murió un año y un mes después. Al quedar solo, Ernesto Magri volvió a Italia y se instaló en Roma. Fue asesinado en su departamento en el Trastevere, en misteriosas circunstancias.

[85] La última presentación pública de Chiquita de que he hallado constancia fue en una feria en el condado Lake, en Ohio, en septiembre de 1926.

[86] En los años 1940 la antigua cortesana abjuró de su pasado disoluto y entró a la vida religiosa. Convertida en una de las monjas más devotas y piadosas de la orden de las Hermanas Terciarias de Saint-Dominique, se dedicó a la instrucción de las novicias y al cuidado de niños con defectos de nacimiento en el Asilo de Sainte-Agnès, en Toulouse. Murió en Lausana, el 26 de diciembre de 1950, y fue enterrada con su hábito de dominica.

[87] La tumba de Espiridiona Cenda en el cementerio Calvary, en Woodside, Queens, es pequeña y nada ostentosa. Me reservo su localización exacta y advierto a los interesados en echarle un vistazo que les costará trabajo dar con ella. Junto a la lápida (que sólo tiene grabados su nombre y sus fechas de nacimiento y de muerte, sin ningún tipo de epitafio), encontré un ramo de claveles secos. ¿Quién, y por qué, lo puso allí? ¡Misterio! Algo más: para mi decepción, ninguna de las tumbas contiguas era la de Crinigan.

[88] Estos versos, escritos por Chiquita en su idioma materno, fueron traducidos al inglés e incluidos en el folleto Chiquita «Little One». No logré dar con la versión original. Una traducción literal al español sería la siguiente:

Dejad a otros jactarse de su estatura o de su nacimiento,

esta verdad gloriosa llenará mi alma de alegría,

que ahora soy y espero con los años ser

la persona más pequeña de mi adorada tierra.

[89] Al mecanografiar este artículo, Cándido Olazábal no puso la fecha en que el Rhode Island Lady’s Magazine lo publicó. Sin embargo, como en el texto Koltai indica que el enano chino Che Mah había fallecido un mes atrás, debe haber sido en 1926, año en que murió ese conocido personaje.