NOTAS

 

1. UN NUEVO ENFOQUE DE LA EDAD MEDIA

1. A mi juicio, no hay mejor manual, (aunque de hecho sea algo más que un libro de texto), que el de B. Rosenwein, A short history of the middle ages, tercera edición, Toronto, 2009. Otras obras interpretativas clave son, por citar solo unas cuantas, las de G. Tabacco y G. G. Merlo, Medioevo, Bolonia, 1981; J. H. Arnold, What is medieval history?, Cambridge, 2008; así como dos textos colectivos de calidad superior a la media: pienso en la Storia medievale, Roma, 1998, y en la obra de C. Lansing y E. D. English titulada A companion to the medieval world, Oxford, 2009. Para estudios centrados en períodos más cortos, véase M. Innes, Introduction to early medieval western Europe, 300-900, Londres, 2007. Para la Alta Edad Media, véase J. M. H. Smith, Europe after Rome, Oxford, 2005. Para la Edad Media central, véase R. Bartlett, The making of Europe, Londres, 1993; así como M. Barber, The two cities, segunda edición, Londres, 2004. Y para la Baja Edad Media, véase J. Watts, The making of polities. Europe, 1300-1500, Cambridge, 2009 [hay publicación castellana: La formación de los sistemas políticos. Europa, 1300-1500, traducción de Vicent Baydal Sala, Publicacions de la Universitat de València, Valencia, 2016. (N. de los t.)]. En C. Wickham, The inheritance of Rome, Londres, 2009, [hay traducción] no solo me he ocupado también la primera mitad de la Edad Media, sino que lo he hecho con bastante más detalle que en la presente obra. Esto se compadece con la circunstancia de que la segunda mitad del período medieval constituya más del 60 % de este libro. Para mayor información sobre la Alta Edad Media, véase Wickham, The inheritance of Rome, op. cit.

Aún quisiera añadir un comentario: uno de los propósitos a los que tengo intención de atenerme a lo largo del presente texto consiste en citar las referencias asociadas a la bibliografía acreditada con independencia del idioma en que se haya escrito. Sin embargo, al mencionar estudios de carácter general —cosa que hago con frecuencia—, me remitiré preferentemente a los redactados en lengua inglesa.

2. Para la historia de la palabra «medieval», véase por ejemplo, W. A. Green, «Periodisation in European and world history», Journal of world history, n.º 3, 1992, pp. 13-53.

3. Para un conjunto de críticas del imaginario nacionalista, véase por ejemplo, P. J. Geary, The myth of nations, Princeton, 2002, pp. 1-40; o C. Wickham, «The early middle ages and national identity», en N. Fryde et al. (comps.), Die Deutung der mittelalterlichen Gesellschaft in der Moderne, Göttingen, 2006, pp. 107-122. Para la muy larga historia que hay detrás de la realización de un trabajo serio sobre la Alta Edad Media, véase I. Wood, The modern origins of the early middle ages, Oxford, 2013.

4. Véase por ejemplo, C. Holmes y N. Standen, The global middle ages (en preparación).

5. Véase fundamentalmente V. Lieberman, Strange parallels, 2 vols., Cambridge, 2003-2009: el vol. 1 para el Sureste Asiático y el vol. 2 para fines comparativos.

6. Para un estudio que abarca un largo período de tiempo, véase D. Abulafia, The great sea, Londres, 2011. [Hay publicación castellana: El gran mar. Una historia humana del Mediterráneo, traducción de Rosa María Salleras Puig, Crítica, Barcelona, 2013. (N. de los t.)].

7. Véase K. J. Leyser, «Concepts of Europe in the early and high middle ages», Past and present, n.º 137, 1992, pp. 25-47. Para períodos posteriores, véase D. Hay, Europe: The emergence of an idea, segunda edición, Edimburgo, 1968, pp. 37-55, 73-95; y sobre todo, actualmente, K. Oschema, Bilder von Europa im Mittelalter, Ostfildern, 2013, en especial las páginas 195-315, 429-450.

8. K. Marx, The eighteenth Brumaire of Louis Bonaparte, traducción inglesa de D. Fernbach, Surveys from exile, Londres, 1973, p. 146. [Hay publicación castellana: El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, traducción de Elisa Chuliá Rodrigo, Alianza, Madrid, 2015. (N. de los t.)]

9. Véase I. S. Robinson, Henry IV of Germany, 1056-1106, Cambridge, 1999, pp. 73-74, 140-150. Una de las consecuencias de este estado de cosas fue que ni Enrique ni Gregorio lograron hacerse una idea clara de las auténticas posiciones políticas del otro, desconociendo así el sistema de valores que impulsaba a su adversario: véase H. Vollrath, «Sutri 1046 - Canossa 1077 - Rome 1111», en T. F. X. Noble y J. Van Engen (comps.), European transformations, Notre Dame, Indiana, 2012, pp. 147-149.

10. J. E. Kanter, «Peripatetic and sedentary kingship», en J. Burton et al. (comps.), Thirteenth-century England, XIII, Woodbridge, 2011, pp. 12-15.

11. Véase fundamentalmente J. Martindale, «An unfinished business», Anglo-Norman studies, n.º 23, 2000, pp. 115-154, en el que aparecen algunas diferencias de interpretación. Las citas se han tomado de Roberto de Torigni, Chronica, edición de R. Howlett, Chronicles of the reigns of Stephen, Henry II and Richard I, vol. 4, Londres, 1889, p. 203; William fitz Stephen, Vita Sancti Thomae, edición de J. C. Robertson, Materials for the history of Thomas Becket, vol. 3, Londres, 1877, col. 22. Obsérvese que, andando el tiempo —en 1173—, Raimundo rendiría homenaje a Enrique, reconociéndole como señor, circunstancia que en último término permitiría salvar la cara al rey inglés, pese a que el gesto no implicara un compromiso político excesivamente importante.

12. Véase S. Reynolds, Fiefs and vassals, Oxford, 1994, sobre todo (por lo que hace a este período) las páginas 266, 272-273. Contra el uso de la palabra «feudalismo», véase por ejemplo E. A. R. Brown, «The tyranny of a construct», American historical review, n.º 79, 1974; y D. Crouch, The birth of nobility, Londres, 2005, pp. 261-278. Sobre este término (y especialmente en relación con su variante «feudovasallática») hay estudios de buena calidad que además tienen presentes las cuestiones historiográficas: pienso por ejemplo en los de S. Patzold, Das Lehnswesen, Múnich, 2012; o G. Albertoni, Vassalli, feudi, feudalesimo, Roma, 2015. Para saber más acerca de sus diferentes significados centrales, véase C. Wickham, «Le forme del feudalesimo», Settimane di studio, n.º 47, 2000.

13. J. France, Western warfare in the age of the Crusades, 1000-1300, Ithaca, Nueva York, 1999, pp. 59-62, 68-75.

14. M. Bloch, La société féodale, 2 vols., París, 1940, traducción inglesa de L. A. Manyon, Feudal society, Londres, 1961; para la cita que aquí recogemos, véase la página 249. [Hay publicación castellana: La sociedad feudal, traducción de Eduardo Ripoll Perelló, Akal, Madrid, 2002. (N. de los t.)]

15. De entre los ejemplos más significativos de fecha reciente cabe citar los siguientes: J. Fried, «Gens und regnum», en J. Miethke y K. Schreiner (comps.), Sozialer Wandel im Mittelalter, Sigmaringa, 1994, pp. 73-104 (pero véase también, por ejemplo, S. Airlie et al., Staat im frühen Mittelalter, Viena, 2006), y R. Davies, «The medieval state», Journal of historical sociology, n.º 16, 2003 (así como el texto de S. Reynolds, «There were states in medieval Europe», Journal of historical sociology, n.º16, 2003).

16. J. A. Green, «The last century of Danegeld», English historical review, n.º 96, 1981.

17. Para un análisis de esos juegos y cálculos, véase fundamentalmente G. Althoff, Spielregeln der Politik im Mittelalter, Darmstadt, 1997. Para conocer mejor la etiqueta y los juegos vigentes en la corte de Enrique, el manual contemporáneo clásico es el de W. Map, De nugis curialium, edición y traducción inglesa de M. R. James, segunda edición, Oxford, 1983.

18. En Tormented voices, Cambridge, MA, 1998, T. N. Bisson ofrece una clara exposición del parecer de los campesinos frente a este tipo de extorsiones, como puede apreciarse en los alegatos legales que se elevan contra los señores en la Cataluña del siglo XII, una región que constituye un ejemplo característico de aquellas zonas en las que los señores se dedicaban en esa época a ampliar el abanico de tasas que exigían al campesinado en el marco de la «seigneurie banale» (véase el capítulo 6). Para el desprecio generalizado que sentían las clases terratenientes hacia los campesinos, véase P. Freedman, Images of the medieval peasant, Stanford, 1999.

19. Para la Alta Edad Media, véase por ejemplo, C. Wickham, Framing the early middle ages. Europe and the Mediterranean, 400-800, Oxford, 2005, pp. 259-265, 558-566 [hay publicación castellana: Una historia nueva de la Alta Edad Media. Europa y el mundo mediterráneo, 400-800, traducción de Tomás Fernández Aúz y Beatriz Eguibar Barrena, Crítica, Barcelona, 2008. (N. de los t.)]; junto con A. Rio, Slavery after Rome, 500-1100, Oxford, 2017. Para los acontecimientos posteriores al año 1000 (la fecha es muy aproximada), véase por ejemplo, F. Panero, Schiavi servi e villani nell’Italia medievale, Turín, 1999; D. Barthélemy, La mutation de l’an mil at-elle eu lieu?, París, 1997, pp. 57-171; y sobre todo P. Freedman y M. Bourin (comps.), Forms of servitude in northern and central Europe, Turnhout, 2005. Para el caso de Cataluña, véase P. Freedman, The origins of peasant servitude in medieval Catalonia, Cambridge, 1991.

20. Véase por ejemplo, T. B. Lambert, «Theft, homicide and crime in late Anglo-Saxon law», Past and present, n.º 214, 2012; y T. Fenster y D. L. Smail (comps.), Fama, Ithaca, Nueva York, 2003. Para saber más acerca del honor en el contexto de la Alta Edad Media, véase Smith, Europe after Rome, pp. 100-114.

21. T. R. Gurr, «Historical trends in violent crime», Crime and justice, n.º 3, 1981. Para mayor información sobre el uso estratégico de la violencia en contextos judiciales, véase por ejemplo, C. Wickham, Courts and conflict in twelfth-century Tuscany, Oxford, 1998, pp. 85-88, 199-222. Para el carácter normal de la violencia, véase un caso práctico, la Francia en torno al año 1300, en H. Skoda, Medieval violence, Oxford, 2013.

22. Para el caso de Islandia, véase W. I. Miller, Bloodtaking and peacemaking, Chicago, 1990. Véase también Gregorio de Tours, Decem libri historiarum, edición de B. Krusch y W. Levison, MGH, Scriptores rerum Merovingicarum, vol.1.1, segunda edición, Hanóver, 1951, 9.19 —y compárese también con lo que se señala en 7.47— [hay publicación castellana: Historias, edición y traducción de Pedro P. Herrera Roldán, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura, Cáceres, 2013. (N. de los t.)]. Para el episodio de Buondelmonte di Buondelmonti, véase C. Lansing, The Florentine magnates, Princeton, 1991, pp. 166-168. Para la vaguedad con la que se define por lo común la noción de «enemistad hereditaria» (feud), véase G. Halsall, «Violence and society in the early medieval west», en idem (comp.), Violence and society in the early medieval west, Woodbridge, 1998. Para saber más acerca de las vías por las que el horizonte de estas rivalidades degenera en guerras de carácter privado, véanse las pruebas tardomedievales que ofrece H. Kaminsky en «The noble feud in the middle ages», Past and present, n.º 177, 2002, pp. 55-83. No obstante, existe a este respecto una bibliografía más que notable.

23. K. W. Nicholls, Gaelic and Gaelicized Ireland in the middle ages, segunda edición, Dublín, 1993, pp. 98-100.

24. Eginardo, Vita Karoli Magni, ed. G. Waitz, MGH, Scriptores rerum Germanicarum, vol. 25, Hanóver, 1911 [hay publicación castellana: Vida de Carlomagno, traducción de Alejandra de Riquer, Gredos, Madrid, 1999. (N. de los t.)]. Para saber más acerca de las obligaciones que se contraían con el acto de beber en grupo, véase por ejemplo la imaginería que puebla el poema altomedieval galés Y Gododdin, en I. Williams (comp.), Canu Aneirin, Cardiff, 1938, traducción inglesa de K. Jackson, The Gododdin, Edimburgo, 1969. Para el tema literario de la matanza en los banquetes, véase por ejemplo, Gregorio de Tours, Decem libri historiarum, op. cit., 10, 27, en el que se hallará un relato muy confeccionado.

25. Para el caso de Italia, véase P. Skinner, Women in medieval Italian society, 500-1200, Harlow, 2001, pp. 35-47. Véase también F. Kelly, A guide to early Irish law, Dublín, 1988, pp. 104-105. Para la Alta Edad Media véase en general Smith, Europe after Rome, pp. 115-147; junto con L. Brubaker y J. M. H. Smith, Gender in the early medieval world, Cambridge, 2004; y L. M. Bitel, Women in early medieval Europe, 400-1000, Cambridge, 2002. Para la segunda mitad de la Edad Media (aunque también contenga importantes contribuciones relacionadas con la primera parte del período), el punto de partida fundamental es en la actualidad el texto de J. M. Bennett y R. M. Karras (comps.), The Oxford handbook of women and gender in medieval Europe, Oxford, 2013. Para mayor información sobre la participación de las mujeres en las asambleas de la Inglaterra del último período anglosajón, véase, A. J. Robertson (comp.), Anglo-Saxon charters, Cambridge 1939, nn. 66, 78; así como J. Crick (comp.), Charters of St Albans, Anglo-Saxon charters, vol. 12, Oxford, 2007, n.º 7. Para la presencia del mencionado estereotipo en China, véase Li Bozhong, Agricultural development in Jiangnan, 1620-1850, Basingstoke, 1998, p. 143.

26. Véase en general, C. A. Lees (comp.), Medieval masculinities, Mineápolis, 1994; y D. M. Hadley (comp.), Masculinity in medieval Europe, Londres, 1999. Para saber más acerca de la resistencia física que se requería para luchar en los campos de batalla de la Alta Edad Media, véase G. Halsall, Warfare and society in the barbarian west, 450-900, Londres, 2003, pp. 177-214.

27. Para un abanico de reacciones locales de carácter escéptico frente a los rituales y dogmas cristianos más relevantes, véase la nota 55 del capítulo 8. Sin embargo, el escepticismo no es lo mismo que el completo descreimiento, que según parece era una cosa bastante rara: véase J. H. Arnold, Belief and unbelief in medieval Europe, Londres, 2005, pp. 225-230.

28. Para todo lo relacionado con las prédicas, véase la nota 50 del capítulo 8.

2. ROMA Y SUS SUCESORES DE OCCIDENTE, 500-700

1. En su obra titulada Der Fall Roms, segunda edición, Múnich, 2014, pp. 719 y 638-639, A. Demandt enumera 227 razones propuestas como causa del desplome de Roma —más alta que en la primera edición, donde presentaba solamente 210—.

2. Para la esclavitud, véase K. Harper, Slavery in the late Roman world, AD 275-425, Cambridge, 2011. Gregorio de Nisa (fallecido en torno al año 395) fue el único gran teórico religioso que criticó la institución de la esclavitud: ibid., pp. 345-346. Para un conjunto de estudios fundamentales sobre el imperio romano tardío, sigue siendo esencial el trabajo de A. H. M. Jones titulado The later Roman empire, 284-602, Oxford, 1964. El mejor manual breve es el de A. Cameron, The Mediterranean world in late antiquity, AD 395-600, Londres, 1993; el texto de A. Demandt, Die Spätantike, Múnich, 1989, es una síntesis panorámica; y P. Brown nos ofrece en Through the eye of a needle, Princeton, 2012, una notable síntesis de una vida académica enteramente dedicada al análisis de la cultura y la sociedad cristianas de la Antigüedad tardía.

3. C. R. Whittaker, Frontiers of the Roman empire, Baltimore, 1994.

4. Para los trabajos académicos que abarcan las cuestiones que enumeramos en este párrafo y en el siguiente, véanse, entre otras muchas obras posibles, las de G. Halsall, Barbarian migrations and the Roman west, 376-568, Cambridge, 2007; P. Heather, The fall of the Roman empire, Londres, 2005 [hay publicación castellana: La caída del imperio romano, traducción de Tomás Fernández Aúz y Beatriz Eguibar Barrena, Crítica, Barcelona, 2006. (N. de los t.)] —ha de señalarse que en estas dos obras se subrayan asuntos considerablemente diferentes—; y C. Wickham, The inheritance of Rome, Londres, 2009 —no obstante, en todos los textos se citan otras fuentes bibliográficas—. Los argumentos que expongo en The inheritance of Rome, cuyo texto abarca el conjunto de la Alta Edad Media, son los que sustentan todo este capítulo y los tres siguientes. No voy a citar este libro a cada paso, pero deberá darse por supuesta su omnipresencia. Para mayor información sobre Coira, véase R. Kaiser, Churrätien im frühen Mittelalter, Basilea, 1998.

5. P. Heather, en «The Huns and the end of the Roman empire in western Europe», English historical review, n.º 110, 1995, pp. 27-28, defiende las resoluciones de Aecio, aunque a mi juicio sus argumentos no son plenamente convincentes.

6. P. MacGeorge, Late Roman warlords, Oxford, 2002, pp. 167-268.

7. Para orientarse en el seguimiento de esos debates, véase el muy distinto cuadro que nos ofrecen las diversas obras de consulta: W. Goffart, Barbarians and Romans, A. D. 418-584, Princeton, 1980; Halsall, Barbarian migrations and the Roman west, 376-568,; P. J. Geary, «Ethnic identity as a situational construct in the early middle ages», Mitteilungen des anthropologischen Gesellschaft in Wien, n.º 113, 1983, pp. 15-26; H. Reimitz, History, Frankish identity and the framing of Western ethnicity, 550-850, Cambridge, 2015; W. Pohl y F. W. Heydemann (comps.), Strategies of identification, Turnhout, 2013; H. Wolfram y W. Pohl (comps.), Typen der Ethnogenese, 2 vols., Viena, 1990; y P. Heather, The Goths, Oxford, 1996. En T. F. X. Noble (comp.), From Roman province to medieval kingdoms, Londres, 2006, se recogen algunos de los capítulos y artículos clave de este debate. Para un ejemplo superlativo de discusión irrespetuosa, véase A. Gillett (comp.), On barbarian identity, Turnhout, 2002.

8. A. Demandt, «The osmosis of late Roman and Germanic aristocracies», en E. K. Chrysos y A. Schwarcz (comps.), Das Reich und die Barbaren, Viena, 1989, pp. 75-86.

9. Sidonio Apolinar, Carmina and Epistolae, edición y traducción inglesa de W. B. Anderson, Poems and letters, 2 vols., Cambridge, Massachusetts, 1936-1965, Epistolae, 1.2. [Hay publicación castellana: Poemas, traducción de Agustín López Kindler, Gredos, Madrid, 2005. (N. de los t.)]

10. A. Merrills y R. Miles, The Vandals, Oxford, 2014, pp. 177-203; J. Conant, Staying Roman, Cambridge, 2012, pp. 159-186; R. Whelan, Being Christian in Vandal Africa (en preparación): todos estos libros son ahora un punto de partida fundamental para el estudio del África vándala.

11. Véase por ejemplo, Heather, The fall of the Roman empire, pp. 415-425. Para el caso de África véase también la nota anterior.

12. Véase por ejemplo, Anonymus Valesianus, pars posterior, edición y traducción inglesas de J. C. Rolfe en Ammianus Marcellinus, vol. 3, Cambridge, Massachusetts, 1964, capítulo 60. Para los ostrogodos, véase J. Moorhead, Theoderic in Italy, Oxford, 1992; junto con P. Heather, «Theoderic, king of the Goths», EME, vol. 4, 1995, pp. 145-173; así como la estimulante explicación revisionista de P. Amory, People and identity in Ostrogothic Italy, 489-554, Cambridge, 1997. Para un análisis comparativo de lo que sí sucedió en la Italia del siglo V, aun sin demasiadas invasiones, véase P. Delogu y S. Gasparri (comps.), Le trasformazioni del V secolo, Turnhout, 2010.

13. Para un estudio de carácter general, véase J. Moorhead, Theoderic in Italy, op. cit., pp. 63-68 y 101-109.

14. Para un estudio panorámico detallado, véase H.-W. Goetz et al. (comps.), Regna and gentes, Leyden, 2003. Para el caso de Francia, véase Reimitz, History, Frankish identity and the framing of Western ethnicity, 550-850. Para ampliar la información, véase E. Buchberger, Shifting ethnic identities in Spain and Gaul, 500-700, Ámsterdam, 2017.

15. Véase en general, G. Ripoll y J. M. Gurt (comps.), Sedes regiae (ann. 400-800), Barcelona, 2000. [Publicación multilingüe en castellano, alemán, francés, inglés e italiano auspiciada por la Reial Acadèmia de Bones Lletres.]

16. Para un estudio de conjunto, véase Wickham, Framing the early middle ages, op. cit., pp. 62-124. Para un conjunto de estudios específicamente centrados en los sistemas impositivos romanos y en la administración imperial, véase por ejemplo, Jones, The later Roman empire, 284-602, pp. 450-469; C. Kelly, Ruling the later Roman empire, Cambridge, Massachusetts, 2004, pp. 107-231 —obras en las que se trabaja desde dos enfoques muy diferentes—. Para los ostrogodos, véase S. Barnish, «Taxation, land and barbarian settlement in the western empire», Papers of the British School at Rome, n.º 54, 1986, pp. 170-195.

17. Véase Wickham, Framing the early middle ages, op. cit., pp. 711-759, 805-814 y passim; junto con Ward-Perkins, The fall of Rome and the end of civilization; Halsall, Barbarian migrations and the Roman west, op. cit., pp. 320-370; y A. S. Esmonde Cleary, The Roman west, AD 200-500, Cambridge, 2013, pp. 303-482. Para saber más acerca de Britania, véase A. S. Esmonde Cleary, The ending of Roman Britain, Londres, 1989; y R. Fleming, «Recycling in Britain after the fall of Rome’s metal economy», Past and present, n.º 217, 2012, pp. 3-45.

18. Para una visión de conjunto de todas estas cuestiones, véase NCMH, vol. 1; así como P. Sarris, Empires of faith, 500-700, Oxford, 2011; e M. Innes, Introduction to early medieval western Europe, 300-900, Londres, 2007, pp. 214-313.

19. Wickham, Framing the early middle ages, op. cit., pp. 635-681.

20. Wickham, The inheritance of Rome, op. cit., pp. 170-177. Para más información, expuesta desde una perspectiva diferente, véase V. I. J. Flint, The rise of magic in early medieval Europe, Oxford, 1991. El estudio de conjunto que resulta clave en este caso es el de P. Brown, The rise of western Christendom, segunda edición, Oxford, 1997 [hay publicación castellana: El primer milenio de la cristiandad, traducción de Teófilo de Lozoya Elzdurdía, Crítica, Barcelona, 1997. (N. de los t.)].

21. Para la Galia, véase por ejemplo, R. Van Dam, Leadership and community in late antique Gaul, Berkeley, 1985, pp. 202-229; para el trasfondo tardorromano en el que se desarrollan los acontecimientos que describimos, véase P. Brown, Power and persuasion in late antiquity, Madison, Wisconsin, 1992; C. Rapp, Holy bishops in late antiquity, Berkeley, 2005; para el tema de las reliquias, véase fundamentalmente P. Brown, The cult of the saints, Chicago, 1981. Más tarde, los gobernantes occidentales también sacarían provecho de la custodia de las reliquias: véase J. M. H. Smith, «Rulers and relics c. 750-950», Past and present, suplemento n.º 5, 2010, pp. 73-96.

22. Para el suceso del año 577, véase Gregorio de Tours, Decem libri historiarum, op. cit., 5, 18; véase también idem, De virtutibus sancti Martini episcopi, edición de B. Krusch, MGH, Scriptores rerum Merovingicarum, vol. 1.2, Hanóver, 1885, pp. 584-661. Para mayor información sobre Gregorio, véase W. Goffart, The narrators of barbarian history (A. D. 550-800), Princeton, 1988; M. Heinzelmann, Gregory of Tours, Cambridge, 2001; I. Wood, Gregory of Tours, Oxford, 1994; K. Mitchell e I. Wood (comps.), The world of Gregory of Tours, Leyden, 2002; Reimitz, History, Frankish identity and the framing of Western ethnicity, 550-850, pp. 27-123. Para el papel que habrían de desempeñar posteriormente los obispos en la guerra, véase F. Prinz, Klerus und Krieg im früheren Mittelalter, Stuttgart, 1971.

23. Esto se debate con mayor detalle en C. Wickham, «Consensus and assemblies in the Romano-Germanic kingdoms», Vorträge und Forschungen, n.º 82, 2017, pp. 387-424. Para la cita, véase Liutprando, prólogo a la ley número 1, en Leges Langobardorum, 643-866, edición de F. Beyerle, segunda edición, Witzenhausen, 1962. En el reino visigodo, cuyo estilo gubernativo era notablemente romano, las asambleas no tenían tanta fuerza.

24. Para el estudio de los merovingios es fundamental la obra de I. Wood, The Merovingian kingdoms, 450-751, Harlow, 1994.

25. J. L. Nelson, Politics and ritual in early medieval Europe, Londres, 1986, pp. 1-48. La cita de Gregorio de Tours se encuentra en Decem libri historiarum, op. cit., 6, 5.

26. Para saber más acerca de Gertrudis, véase la Vita sanctae Geretrudis, edición de B. Krusch, MGH, Scriptores rerum Merovingicarum, vol. 2, Hanóver, 1888, pp. 447-474. Para los aristócratas en general, véase R. Le Jan, Famille et pouvoir dans le monde franc (VIIe-Xe siècle), París, 1995, sobre todo pp. 387-401, donde se habla de la época merovingia; véase también P. Depreux, Les sociétés occidentales du milieu du VIe à la fin du IXe siècle, Rennes, 2002, pp. 115-124 y 131-141; junto con F. Irsigler, Untersuchungen zur Geschichte des frühfränkischen Adels, Bonn, 1969; H.-W. Goetz, «“Nobilis”: der Adel im Selbstverständnis der Karolingerzeit», Vierteljahrschrift für Sozial- und Wirtschaftsgeschichte, n.º 60, 1983, pp. 153-191; Wickham, Framing the early middle ages, op. cit., pp. 168-203; y véase sobre todo, para el conjunto del período altomedieval, la serie de volúmenes que se dedican a Les élites en la Collection haut moyen âge de R. Le Jan —en el listado alfabético de la bibliografía aparecen en la entrada correspondiente a «Collection»—. Para los aristócratas y el control de los monasterios, véase en general, S. Wood, The proprietary church in the medieval west, Oxford, 2006.

27. Para mayor información sobre el siglo VII, véase Wood, The Merovingian kingdoms, op. cit., pp. 140-272; junto con P. Fouracre, Frankish history, Farnham, 2013. Para lo sucedido con posterioridad, véase idem, The age of Charles Martel, Londres, 2000.

28. I. Wood, «Administration, law and culture in Merovingian Gaul», en R. McKitterick (comp.), The uses of literacy in early medieval Europe, Cambridge, 1990, pp. 63-81; P. S. Barnwell, Kings, courtiers and imperium, Londres, 1997, pp. 23-40; Wickham, The inheritance of Rome, op. cit., pp. 120-129.

29. Para saber más acerca de la aristocracia, véase más arriba la nota 26. Para una serie de estudios prácticos sobre algunas familias aristocráticas francas específicas, véase A. Bergengruen, Adel und Grundherrschaft im Merowingerreich, Wiesbaden, 1958, pp. 65-80; junto con J. Jarnut, Agilolfingerstudien, Stuttgart, 1986; M. Werner, Der Lütticher Raum in frühkarolingischer Zeit, Gotinga, 1980, sobre todo pp. 216-227 y 341-475; y P. J. Geary, Aristocracy in Provence, Stuttgart, 1985.

30. Gregorio de Tours, Decem libri historiarum, op. cit., 8, 9; Passio prima Leudegarii episcopi Augustodunensis, edición de B. Krusch, MGH, Scriptores rerum Merovingicarum, vol. 5, Hanóver, 1910, pp. 282-322, c. 5.

31. Para estudios de carácter general: D. Claude, Adel, Kirche und Königtum im Westgotenreich, Sigmaringa, 1971; R. Collins, Visigothic Spain 409-711, Oxford, 2004. Para las citas: Leges Visigothorum, edición de K. Zeumer, MGH, Leges, vol. 1, Hanóver, 1902, 12, 2 y 3 (donde se habla de las leyes judías), 9, 1, 21 (la citación de Egica). Para el tercer concilio de Toledo, véanse los Concilios visigóticos e hispanoromanos, edición de J. Vives, Barcelona, 1963. Para la citación de Ervig, véase ibid., p. 413.

32. Para los estudios arqueológicos, véanse los muy recientes trabajos, así como la bibliografía, que figuran en S. Gelichi y R. Hodges (comps.), New directions in early medieval European archaeology, Turnhout, 2015.

33. Véase por ejemplo, S. Castellanos, «The political nature of taxation in Visigothic Spain», EME, vol. 12, 2003, pp. 201-228. Para la situación del ejército, véase D. Pérez Sánchez, El ejército en la sociedad visigoda, Salamanca, 1989.

34. Para estudios de carácter general, véase C. Wickham, Early medieval Italy, Londres, 1981; C. La Rocca, Italy in the early middle ages, Oxford, 2002; P. Delogu, «Il regno longobardo», en G. Galasso (comp.), Storia d’Italia, vol. 1, Turín, 1980, pp. 3-216; P. Cammarosano y S. Gasparri (comps.), Langobardia, Údine, 1990; W. Pohl y P. Erhart (comps.), Die Langobarden, Viena, 2005; y G. Ausenda et al. (comps.), The Langobards before the Frankish conquest, Woodbridge, 2009. Para el período final de la dominación lombarda, véase S. Gasparri (comp.), 774, Turnhout, 2008. Para las zonas de Italia controladas por los romanos, véase T. S. Brown, Gentlemen and officers, Roma, 1984; E. Zanini, Le Italie bizantine, Bari, 1998.

35. P. Cammarosano, Nobili e re, Bari, 1998, pp. 74-83; C. Wickham, «Social structures in Lombard Italy», en G. Ausenda, The Langobards, pp. 118-148; Liutprando, ley 135, en Leges Langobardorum, 643-866, op. cit. Para un estudio de casos prácticos relacionados con las sociedades locales, véase M. Costambeys, Power and patronage in early medieval Italy, Cambridge, 2007; junto con S. Gasparri y C. La Rocca (comps.), Carte di famiglia, Roma, 2005. Para un análisis arqueológico y económico, véase la obra de N. Christie, From Constantine to Charlemagne, Aldershot, 2006; así como G. P. Brogiolo y A. Chavarría Arnau, Aristocrazie e campagne nell’Occidente da Costantino a Carlo Magno, Florencia, 2005: un trabajo de carácter general que pasa revista a lo sucedido en el conjunto de Occidente pero que presta especial atención a Italia.

36. Rachis, ley 13, en Leges Langobardorum, 643-866, op. cit. Para un mayor contexto, véase W. Pohl, «Frontiers in Lombard Italy», en idem et al. (comps.), The transformation of frontiers, Leyden, 2001, pp. 117-141.

3. CRISIS Y TRANSFORMACIÓN EN ORIENTE, 500-850/1000

1. Para las iglesias sirias, véase A. Naccache, Le décor des églises des villages d’Antiochène du IVe au VIIe siècle, París, 1992. Para la práctica del regadío y la expansión agrícola en general, véase M. Decker, Tilling the hateful earth, Oxford, 2009, especialmente pp. 174-203. Para Hagia Sophia, véase R. J. Mainstone, Hagia Sophia, Nueva York, 1988.

2. Para un conjunto de estudios de carácter general y una selección bibliográfica, véase C. Panella, «Merci e scambi nel Mediterraneo in età tardoantica», en A. Carandini et al. (comps.), Storia di Roma, vol. 3.2, Turín, 1993, pp. 613-697; junto con C. Wickham, Framing the early middle ages, op. cit., pp. 713-720.

3. Véase en general, L. K. Little (comp.), Plague and the end of antiquity, Cambridge, 2007. Para saber más acerca del agente patógeno causante de la peste, véase, entre otras, la obra de D. M. Wagner et al., et al., «Yersinia pestis and the plague of Justinian 541-543 AD: a genomic analysis», The Lancet infectious diseases, 14.4, 2014, pp. 319-326; para su relativa ausencia de secuelas, véase J. Durliat, «La peste du VIe siècle», en Hommes et richesses dans l’empire byzantin, vol. 1, París, 1989, pp. 107-119 —artículo que ha logrado sobrevivir a sus críticas—.

4. Véase en general, J. Moorhead, Justinian, Londres, 1994; M. Maas (comp.), The Cambridge companion to the age of Justinian, Cambridge, 2005; y P. Sarris, Economy and society in the age of Justinian, Cambridge, 2006, pp. 200-227. Para Juan Lido, véase C. Kelly, Ruling the later Roman empire, op. cit., pp. 11-104; y para Juan de Capadocia, véase Juan Lido, On powers, edición y traducción inglesa de A. C. Bandy, Ioannes Lydus. On powers or The magistracies of the Roman state, Filadelfia, 1983, 2, 21 y 3, 57-71.

5. Véase por ejemplo, P. T. R. Gray, The defence of Chalcedon, Leyden, 1979.

6. P. Brown, «The rise and function of the holy man in late antiquity», Journal of Roman studies, n.º 61, 1971, pp. 80-101. Para mayor información sobre Simeón y Teodoro, véase M. Kaplan, Les hommes et la terre à Byzance du VIe au XIe siècle, París, 1992, pp. 199-202, 224-227; junto con V. Déroche, «La forme de l’informe», en P. Odorico y P. Agapitos (comps.), Les vies des saints à Byzance, París, 2004, pp. 367-385; y M. Dal Santo, Debating the saints’ cult in the age of Gregory the Great, Oxford, 2012, pp. 195-216. Para los demonios, véase la Vie de Théodore de Sykéôn, edición de A.-J. Festugière, 2 vols., Bruselas, 1970, capítulo 43, pp. 114-118.

7. Tanto G. Greatrex y S. N. C. Lieu, The Roman eastern frontier and the Persian wars, segunda parte, Londres, 2002, como W. E. Kaegi, Heraclius, Cambridge, 2003, y J. Howard-Johnston, Witnesses to a world crisis, Oxford, 2010, ofrecen información sobre fuentes, narrativas y bibliografía.

8. Para el conjunto del período, véase J. F. Haldon, Byzantium in the seventh century, segunda edición, Cambridge, 1997; para el Pseudo-Metodio y su acogida, véase J. T. Palmer, The Apocalypse in the early middle ages, Cambridge, 2014, pp. 107-129; para una serie de puntos de vista de vista cristianos sobre el islam, véase R. Hoyland, Seeing Islam as others saw it, Princeton, 1997, pp. 484-489, 535-544. Una importante obra de consulta y orientación para comprender mejor la teología imperial es la de G. Dagron, Emperor and priest, Cambridge, 2003, especialmente pp. 158-191 [hay publicación castellana: Emperador y sacerdote. Estudios sobre el «cesaropapismo» bizantino, traducción de Wenceslao Carlos Lozano González, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Granada, Granada-Valencia, 2007. (N. de los t.)].

9. Para las cifras relacionadas con la merma de territorios y recursos, véase M. F. Hendy, Studies in the Byzantine monetary economy, c. 300-1450, Cambridge, 1985, p. 620. Para saber más acerca del carácter plenamente romano que todavía conserva el imperio, véase A. Kaldellis, The Byzantine republic, Cambridge, Massachusetts, 2015.

10. J. F. Haldon, Byzantium in the seventh century, op. cit., pp. 208-254.

11. W. Brandes, Finanzverwaltung in Krisenzeiten, Fráncfort, 2002, pp. 116-238. Para saber más acerca de la aristocracia de este período, véase F. Winkelmann, Quellenstudien zur herrschenden Klasse von Byzanz im 8. und 9. Jahrhundert, Berlín, 1987 —y para la de épocas posteriores, véase la nota 6 del capítulo 9—.

12. F. Curta, Southeastern Europe in the middle ages, 500-1250, Cambridge, 2006, pp. 39-84. Para las ciudades, véase por ejemplo, L. Zavagno, Cities in transition, Oxford, 2009.

13. Para los intercambios que se efectuaban en Italia, véase F. Ardizzone, «Rapporti commerciali tra la Sicilia occidentale ed il Tirreno centro-meridionale alla luce del rinvenimento di alcuni contenitori di trasporto», en G. P. Brogiolo (comp.), II Congresso nazionale di archeologia medievale, Florencia, 2000, pp. 402-407; junto con A. Nef y V. Prigent (comps.), La Sicile de Byzance à l’Islam, París, 2010; y C. Negrelli, «Towards a definition of early medieval pottery», en S. Gelichi y R. Hodges (comps.), From one sea to another, Turnhout, 2012, pp. 393-416. No obstante, en este ámbito se precisa una síntesis de mayor alcance.

14. R. A. Markus, Gregory the Great and his world, Cambridge, 1997 —véanse por ejemplo las pp. 87-91 y 104-105—; junto con A. J. Ekonomou, Byzantine Rome and the Greek popes, Maryland, 2007, pp. 199-243; y J. M. Sansterre, Les moines grecs et orientaux à Rome aux époques byzantine et carolingienne, Bruselas, 1983, pp. 3-127.

15. H. Ahrweiler, Byzance et la mer, París, 1966, pp. 17-92; para saber más acerca de las rutas marítimas, véase M. McCormick, Origins of the European economy, Cambridge, 2001, pp. 502-508.

16. Es posible que el descubrimiento de un fragmento extremadamente temprano del Corán en la Universidad de Birmingham (MS Mingana 1572a) pueda suavizar las enconadas disputas surgidas en torno a la fecha de la redacción de ese libro sagrado (al menos entre los estudiosos que no profesan el islam). En https://en.wikipedia.org/wiki/Birmingham_Quran_manuscript —último acceso, 25 de octubre de 2015 (se trata de una cita que tiene una alta probabilidad de verse modificada)— puede encontrarse el artículo titulado «Birmingham Quran manuscript», un cuidadoso trabajo sobre la situación actual del conocimiento académico asociado con este reciente hallazgo. Un palimpsesto de unos ochenta folios, escritos casi con toda seguridad antes del año 660 encontrado en la ciudad yemení de Saná, también muestra variaciones mínimas respecto de la versión estándar: véase B. Sadeghi y M. Goudarzi, «Ṣan‘ā’ 1 and the origins of the Qur’ān», Der Islam, n.º 87, 2012, pp. 1-129. Ya antes, F. Donner, en Narratives of Islamic origins, Princeton, 1998, pp. 35-63, había proporcionado argumentos que situaban la fecha del Corán en torno al año 650 —y sus razones me parecen convincentes—. Para la diversidad de vivencias islámicas de los primeros tiempos, véase por ejemplo, T. Sizgorich, «Narrative and community in Islamic late antiquity», Past and present, n.º 185, 2004, pp. 9-42.

17. H. Kennedy, The armies of the caliphs, Londres, 2001, pp. 2-7.

18. Véase G.-R. Puin, Der Dīwān von ‘Umar ibn al-Ḫaṭṭāb, Bonn, 1970; junto con Kennedy, The armies of the caliphs, op. cit., pp. 59-78.

19. Véanse los estudios de carácter general que figuran en M. J. L. Young et al. (comps.), Religion, learning and science in the ‘Abbasid period, Cambridge, 1990; J. Ashtiany et al. (comps.), ‘Abbasid belles-lettres, Cambridge, 1990; P. Crone, Medieval Islamic political thought, Edimburgo, 2004; y C. F. Robinson, Islamic historiography, Cambridge, 2003.

20. Véase por ejemplo, A. Walmsley, Early Islamic Syria, Londres, 2007.

21. Son muchos los trabajos de conjunto que se han dedicado al examen de esta época, pero dos de los que todavía sobresalen son los de H. Kennedy, The prophet and the age of the caliphates, segunda edición, Harlow, 2004; y P. Crone, Slaves on horses, Cambridge, 1980. Para saber más acerca de los alauíes, véase T. Bernheimer, The ‘Alids, Edimburgo, 2014.

22. Y. Lev, State and society in Fatimid Egypt, Leyden, 1991; P. Sanders, Ritual, politics and the city in Fatimid Cairo, Albany, Nueva York, 1994. Para saber más acerca del mundo fatimí, contemplado desde la óptica de su importante minoría judía, véase M. Rustow, Heresy and the politics of community, Ithaca, Nueva York, 2008.

23. E. Manzano Moreno, Conquistadores, emires y califas, Barcelona, 2006, pp. 34-195.

24. H. Pirenne, Mohammed and Charlemagne, Londres, 1939 [hay publicación castellana: Mahoma y Carlomagno, traducción de Esther Benítez, Alianza, Madrid, 2013. (N. de los t.)]; idem, Histoire de Belgique, vol. 1, quinta edición, Bruselas, 1929, pp. 34-41, 177 y sigs.

25. Véase J. Goldberg, Trade and institutions in the medieval Mediterranean, Cambridge, 2012; para saber más acerca del extremo geográfico correspondiente a España, véase O. R. Constable, Trade and traders in Muslim Spain, Cambridge, 1994, pp. 1-51 [hay publicación castellana: Comercio y comerciantes en la España musulmana. La reordenación comercial de la Península Ibérica del 900 al 1500, traducción de Helena Garrigós, Ediciones Omega, Barcelona, 1996. (N. de los t.)]

26. Para todo este apartado, véase L. Brubaker y J. Haldon, Byzantium in the iconoclast era, c. 680-850, Cambridge, 2011.

27. Para saber más acerca de Teófilo, véase J. Signes Codoñer, The emperor Theophilos and the east, 829-842, Farnham, 2014.

28. Véase L. Brubaker y J. Haldon, Byzantium in the iconoclast era, c. 680-850, op. cit., pp. 9-68, cuya argumentación también aparece eficazmente sintetizada en L. Brubaker, Inventing Byzantine iconoclasm, Londres, 2012. Para mayor información sobre las actas del Concilio Trullano, véase G. Nedungatt y M. Featherstone (comps.), The Council in Trullo revisited, Roma, 1995.

29. Véase Brubaker y Haldon, Byzantium in the iconoclast era, c. 680-850, op. cit., pp. 69-286; para los aspectos teológicos, véase también C. Barber, Figure and likeness, Princeton, 2002. Para saber más acerca de los apartados que han llegado hasta nosotros del Peuseis, a través de una serie de copias realizadas para fundamentar el posterior ataque a su contenido, véase Nicéforo de Constantinopla, Discours contre les Iconoclastes, traducción francesa de M.-J. Mondzain-Baudinet, París, 1989.

30. L. James, Empresses and power in early Byzantium, Leicester, 2001.

31. Para saber más acerca de los reinos cristianos, véase entre otros A. Isla Frez, La alta edad media, Madrid, 2002; junto con W. Davies, Acts of giving, Oxford, 2007; S. Castellanos e I. Martín Viso, «The local articulation of central power in the north of the Iberian peninsula (500-1000)», EME, vol. 13, 2005, pp. 1-42; R. Portass, «All quiet on the western front?», EME, vol. 21, 2013, pp. 283-306; J. A. García de Cortázar, «La formación de la sociedad feudal en el cuadrante noroccidental de la Península Ibérica en los siglos VIII a XIII», Initium, n.º IV, 1999, pp. 57-121.

32. Véase en general, Manzano Moreno, Conquistadores, emires y califas, op. cit.; y H. Kennedy, Muslim Spain and Portugal, Londres, 1996.

33. Véase Manzano Moreno, Conquistadores, emires y califas, op. cit., pp. 363-491; junto con M. Acién Almansa, Entre el feudalismo y el Islam, segunda edición, Jaén, 1997; e idem, «El final de los elementos feudales en Al-Ándalus», en M. Barceló y P. Toubert (comps.), L’incastellamento, Roma, 1998, pp. 291-305. Para Madinat al-Zahra, véase A. Vallejo Triano, Madinat al-Zahra, Sevilla, 2004.

34. Véase A. T. Tibi, The Tibyān: memoirs of Abd Allāh b. Buluggīn, last Zīrid amīr of Granada, Leyden, 1986: pp. 87-92 para Alfonso; 111-112 para los consejos; 124-155 para la caída de ‘Abd Alláh; y 152-153 para los grupos de Granada. Para saber más acerca de los reinos de taifas en general, véase M. J. Viguera Molins (comp.), Los reinos de Taifas: Al-Ándalus en el siglo XI, Madrid, 1994; y D. Wasserstein, The rise and fall of the party-kings, Princeton, 1985.

35. Véase P. Cressier et al. (comps.), Los Almohades: problemas y perspectivas, Madrid, 2005, una vasta obra colectiva.

4. EL EXPERIMENTO CAROLINGIO, 750-1000

1. Actualmente, el mejor manual para el estudio de los carolingios es el de M. Costambeys, M. Innes y S. MacLean, The Carolingian world, Cambridge, 2011. El texto que merecía anteriormente la valoración de clásico era el de R. McKitterick, The Frankish kingdoms under the Carolingians, 751-987, Harlow, 1983; al que debe añadirse la colección de artículos publicados en NCMH, vol. 2. Para una visión historiográfica de conjunto, véase M. de Jong, «The empire that was always decaying», Medieval worlds, n.º 2, 2015, pp. 6-25. Para algunos enfoques clave, véase S. Airlie, Power and its problems in Carolingian Europe, Farnham, 2012. Para el reinado de Carlomagno en general, véase J. Story (comp.), Charlemagne, Manchester, 2005. Para el perfil político que pasaremos a esbozar a continuación conviene consultar todas las obras anteriores.

2. Véase en general, M. Becher y J. Jarnut (comps.), Der Dynastiewechsel von 751, Münster, 2004.

3. Véase por ejemplo, Costambeys, Innes y MacLean, The Carolingian world, pp. 160-170.

4. Para saber más acerca del ejército, véase F. L. Ganshof, The Carolingians and the Frankish monarchy, Londres, 1971, p. 267. Para Aquisgrán, véase J. L. Nelson, «Aachen as a place of power», en M. de Jong et al. (comps.), Topographies of power in the early middle ages, Leyden, 2001, pp. 217-241, y J. R. Davis, Charlemagne’s practice of empire, Cambridge, 2015, pp. 322-335. Prefiero el planteamiento de estas obras al escepticismo que muestra R. McKitterick en Charlemagne, Cambridge, 2008, pp. 157-171.

5. Para Carlos el Gordo, véase S. MacLean, Kingship and politics in the late ninth century, Cambridge, 2003, cuyo texto resulta convincentemente optimista.

6. Para saber más acerca de Italia, véase G. Tabacco, The struggle for power in medieval Italy, Cambridge, 1989, pp. 109-136 —se trata de la síntesis fundamental para el estudio de la historia medieval italiana—; junto con G. Albertoni, L’Italia carolingia, Roma, 1997; F. Bougard, «La cour et le gouvernement de Louis II (840-875)», en R. Le Jan (comp.), La royauté et les élites dans l’Europe carolingienne, Lille, 1998, pp. 249-267. Para mayor información sobre la Francia Oriental, véase E. J. Goldberg, Struggle for empire, Cambridge, 2006, y para Carlos el Calvo: J. L. Nelson, Charles the Bald, Londres, 1992.

7. MGH, Epistolae, vol. 7, edición de E. Caspar et al., Berlín, 1928, pp. 386-394.

8. Para los problemas que el imperio experimentó al acabarse su período de expansión, véase T. Reuter, Medieval polities and modern mentalities, edición de J. L. Nelson, Cambridge, 2006, pp. 251-267. Para las rebeliones de las décadas de 780 y 790, véase R. McKitterick, Perceptions of the past in the early middle ages, Notre Dame, Indiana, 2008, pp. 63-89, y Davis, Charlemagne’s practice of empire, op. cit., pp. 135-157.

9. Para los Guidoni, véase R. Le Jan, Famille et pouvoir dans le monde franc (VIIe-Xe siècle), op. cit., pp. 95-96 y 250-251. Para los aristócratas carolingios en general, véase G. Tellenbach, Königtum und Stamme in der Werdezeit des Deutschen Reiches, Weimar, 1939, pp. 42-55; junto con K. F. Werner, «Important noble families in the kingdom of Charlemagne», en T. Reuter (comp.), The medieval nobility, Ámsterdam, 1975, pp. 137-202; H.-W. Goetz, «“Nobilis”: der Adel im Selbstverständnis der Karolingerzeit», Vierteljahrschrift für Sozial- und Wirtschaftsgeschichte, n.º 60, op. cit.; R. Le Jan, Famille et pouvoir, op. cit., pp. 401-451; S. Airlie, «The aristocracy», NCMH, vol. 2, 1995, pp. 431-450; y Costambeys, Innes y MacLean, The Carolingian world, op. cit., pp. 271-323. Para una amplia recopilación bibliográfica sobre la nobleza y las élites, véase también la nota 26 del capítulo 2.

10. Véase fundamentalmente J.-P. Devroey, Puissants et misérables, Bruselas, 2006; idem, Économie rurale et société dans l’Europe franque (VIe-IXe siècles), París, 2003 —véanse pp. 267-296 para más información sobre la riqueza de los aristócratas—; P. Toubert, L’Europe dans sa première croissance, París, 2004, pp. 27-115, 145-217 [hay publicación castellana: Europa en su primer crecimiento. De Carlomagno al año mil, traducción de Antoni Domènech, Publicacions de la Universitat de València, Valencia, 2006. (N. de los t.)]; O. Bruand, Voyageurs et marchandises aux temps carolingiens, Bruselas, 2002; M. McCormick, Origins of the European economy, op. cit., pp. 639-669; y A. Verhulst, The Carolingian economy, Cambridge, 2002. A mi juicio, la obra clásica en este terreno es demasiado pesimista: me refiero a G. Duby, The early growth of the European economy. Warriors and Peasants from the Seventh to the Twelfth Century, Londres, 1974 [hay publicación castellana: Guerreros y campesinos. Desarrollo inicial de la economía europea, 500-1200, traducción de José Luis Martín, Siglo XXI, Madrid, 2009. (N. de los t.)].

11. Para Maguncia, véase E. Wamers, Die frühmittelalterlichen Lesefunde aus der Löhrstrasse (Baustelle Hilton II) in Mainz, Maguncia, 1994; véase también M. Innes, State and society in the early middle ages, Cambridge, 2000, pp. 96-99, cuyo estudio se centra en la zona de Renania. Para los puertos, véase H. Clarke y B. Ambrosiani, Towns in the Viking age, segunda edición, Leicester, 1995, donde se ofrece un análisis de conjunto. Para un contexto ampliado, véase fundamentalmente C. Loveluck, Northwest Europe in the early middle ages, c. AD 600-1150, Cambridge, 2013. En este ámbito, las obras clásicas son las de R. Hodges, Dark age economics, segunda edición, Londres, 2012; y R. Hodges y D. Whitehouse, Mohammed, Charlemagne and the origins of Europe, Londres, 1983.

12. Véase en general, G. Tellenbach, «Die geistigen und politischen Grundlagen der karolingischen Thronfolge», Frühmittelalteriche Studien, n.º 13, 1979, pp. 184-302, en especial pp. 249-253; junto con J. L. Nelson, «How the Carolingians created consensus», en. W. Fałkowski e Y. Sassier (comps.), Le monde carolingien, Turnhout, 2009, pp. 67-81; P. Depreux, «Lieux de rencontre, temps de négotiation», en R. Le Jan (comp.), La royauté et les élites dans l’Europe carolingienne (début IXe siècle aux environs de 920), Lille, 1998, pp. 213-231; T. Reuter, «Assembly politics in western Europe from the eighth century to the twelfth», en P. Linehan y J. L. Nelson (comps.), The medieval world, Londres, 2001, pp. 432-450; S. Airlie, «Talking heads», en P. S. Barnwell y M. Mostert (comps.), Political assemblies in the earlier middle ages, Turnhout, 2003, pp. 29-46; y R. Le Jan, «Les céremonies carolingiennes», Settimane di studio, n.º 52, 2015, pp. 167-196. Para los caballos, véase J. L. Nelson, «The settings of the gift in the reign of Charlemagne», en W. Davies y P. Fouracre (comps.), The languages of gift in the early middle ages, Cambridge, 2010, p. 143. Para la asamblea de Attigny y la penitencia pública de Ludovico, véase M. de Jong, «What was public about public penance?», Settimane di studio, n.º 45, 1997, pp. 863-904, sobre todo pp. 887-893.

13. Para el término «público» véase por ejemplo, H.-W. Goetz, «Die Wahrnehmung von “Staat” und “Herrschaft” im frühen Mittelalter», en S. Airlie et al. (comps.), Staat im frühen Mittelalter, Viena, 2006, pp. 39-58; junto con Y. Sassier, «L’utilisation d’un concept romain aux temps carolingiens», Médiévales, n.º 15, 1988, pp. 17-29, donde se estudia el uso altomedieval del concepto de res publica. Para Agobardo, véase M. de Jong, The penitential state, Cambridge, 2009, pp. 142-143.

14. B. Schneidmüller, Die Welfen, Stuttgart, 2000, pp. 58-72.

15. Para Hincmaro de Laon, véase C. West, «Lordship in ninth-century Francia», Past and present, n.º 226, 2015, pp. 3-40 —y véase también, en general, la matizada crónica que aparece en idem, Reframing the feudal revolution, Cambridge, 2013, pp. 19-105. Para la reforma que Carlomagno introduce en el año 802, véase MGH, Capitularia regum Francorum, edición de A. Boretius y V. Krause, 2 vols., Hanóver, 1883-1897, n. 33, capítulos 2 a 9. Y para los juramentos en general, véase M. Becher, Eid und Herrschaft, Sigmaringa, 1993.

16. Eginardo, Epistolae, n. 42, en MGH, Epistolae, vol. 5, edición de K. Hampe et al., Berlín, 1899, p. 131. Véase también Innes, State and society in the early middle ages, op. cit., pp. 129-130, 146-147. La mejor descripción de las circunstancias existenciales de una familia local corriente es la que se ofrece en L. Feller et al., La fortune de Karol, Roma, 2005.

17. Para las raras victorias de los campesinos, véase C. Wickham, «Space and society in early medieval peasant conflicts», Settimane di studio, n.º 50, 2003, p. 560, y también (para las intervenciones del rey) MGH, Formulae Merowingici et Karolini aevi, edición de K. Zeumer, Hanóver, 1886, pp. 293, 324-35. Para esto último, véase también. Costambeys, Innes y MacLean, The Carolingian world, op. cit., p. 267. Para un notable estudio de una sociedad fundamentalmente campesina del mundo carolingio, y de su sistema legal —en una región situada en la linde de la Bretaña franca—, véase W. Davies, Small worlds, Londres, 1988.

18. Además de las obras citadas en las notas 11, 15, 16 y 17, véase también, por ejemplo, P. Bonnassie, La Catalogne du milieu du Xe à la fin du XIe siècle, Tolosa, Francia, 1975-1976 [hay publicación castellana: Cataluña mil años atrás. (Siglos X-XI), traducción de Rodrigo Rivera, Edicions 62, Barcelona, 1988. (N. de los t.)]; junto con J. Jarrett, Rulers and ruled in frontier Catalonia, 880-1010, Woodbridge, 2010; T. Kohl, Lokale Gesellschaften, Ostfildern, 2010; M. Costambeys, Power and patronage in early medieval Italy, op. cit.; P. Toubert, Les structures du Latium médiéval, Roma, 1973; L. Feller, Les Abruzzes médiévales, Roma, 1998; y S. Gasparri y C. La Rocca (comps.), Carte di famiglia.

19. Véase C. Wickham, Framing the early middle ages, op. cit., pp. 573-588; E. Müller- Mertens, Karl der Grosse, Ludwig der Fromme, und die Freien, Berlín, 1963, pp. 97-111. El texto de Costambeys, Innes y MacLean, The Carolingian world, op. cit., pp. 263-268 peca a mi juicio de un exceso de optimismo.

20. E. J. Goldberg, «Popular revolt, dynastic politics and aristocratic factionalism in the early middle ages», Speculum, n.º 70, 1995, pp. 467-501.

21. MGH, Poetae Latini aevi Carolini, vol. 2, edición de E. Dümmler, Berlín, 1884, pp. 120-124. Véase también W. Brown, Unjust seizure, Ithaca, Nueva York, 2001, pp. 1-5, 206-209.

22. Véase K. F. Werner, «Missus-marchio-comes», en W. Paravicini y K. F. Werner (comps.), Histoire comparée de l’administration (IVe-XVIIIe siècles), Múnich, 1980, pp. 191-239; junto con Davis, Charlemagne’s practice of empire, op. cit., sobre todo las pp. 47-127 y 293-298. El trabajo de P. Fouracre titulado «Carolingian justice», Settimane di studio, n.º 42, 1995, pp. 771-803, es un análisis pragmático de los abusos judiciales. Para los missi que se dedicaban a investigar la conducta de sus antecesores, véase D. A. Bullough, «“Baiuli” in the Carolingian “regnum Langobardorum” and the career of Abbot Waldo (+813)», English Historical Review, n.º 77, 1962, pp. 625-637, a pp. 630-631. Para los pocos casos en que se destituye a un conde —hasta el año 840 (donde se comprueba además que prácticamente la mitad de ellos habían participado en los desórdenes de principios de la década de 830)—, véase A. Krah, Absetzungsverfahren als Spiegelbild von Königsmacht, Aalen, 1987, pp. 7-88. Para las respuestas de Carlomagno, véase MGH, Capitularia regum Francorum, op. cit., n. 58. Para la imaginería de la connivencia, véase Pascasio Radberto, Epitaphium Arsenii, edición de E. Dümmler, Philosophische und historische Abhandlungen der königlichen Akademie der Wissenschaften zu Berlin, vol. 2, 1900, pp. 1-98, 1.26. Y para las tareas puntuales realizadas en tiempos de Ludovico el Piadoso, véase MGH, Epistolae, vol. 5, op. cit., pp. 277-278, así como Eginardo, Epistolae, op. cit., nn. 2021, en ibid., 120-121.

23. Véase R. McKitterick, The Carolingians and the written word, Cambridge, 1989; idem, Charlemagne, op. cit., pp. 214-291; Davis, Charlemagne’s practice of empire, op. cit., pp. 311-322; y J. L. Nelson, «Literacy in Carolingian government», en R. McKitterick (comp.), The uses of literacy in early medieval Europe, op. cit., pp. 258-296. Para la naturaleza ad hoc de muchas capitulares, véase C. Pössel, «Authors and recipients of Carolingian capitularies, 779-829», en R. Corradini et al. (comps.), Texts and identities in the early middle ages, Viena, 2006, pp. 253-274. Para las colecciones personales, véase McKitterick, The Carolingians and the written word, op. cit., pp. 46-60; eadem, Charlemagne, op. cit., pp. 263-266; y P. Wormald, The making of English law, vol. 1, Oxford, 1999, pp. 53-70. Para la asamblea de París, véase MGH, Capitularia regum Francorum, op. cit., n. 39.

24. MGH, Capitularia regum Francorum, op. cit., n. 22. Y véase también, por ejemplo, McKitterick, Charlemagne, op. cit., pp. 237-245, 306-320.

25. Para Pascual, véase C. Goodson, The Rome of Pope Paschal I, Cambridge, 2010, sobre todo pp. 257-273. Para la actitud de otros papas, hasta el año 825, véase T. F. X. Noble, The Republic of St. Peter, Filadelfia, 1984, especialmente pp. 277-324. Para el conjunto de los pontífices del siglo IX, a los que no se les han dedicado demasiados estudios de carácter general, véase el trabajo de S. Scholz en Politik - Selbstverständnis - Selbstdarstellung, Stuttgart, 2006, pp. 147-245.

26. Sobre la educación en general, véase J. J. Contreni, «The Carolingian renaissance», NCMH, vol. 2, 1995, pp. 709-757; junto con P. Riché, Écoles et enseignement dans le haut moyen âge, París, 1979 [hay publicación castellana: La educación en la cristiandad antigua, traducción de Roser Grau, Herder, Barcelona, 1982. (N. de los t.)]. Para la carta del año 784, véase MGH, Capitularia regum Francorum, op. cit., n. 29. Para las admoniciones, véase por ejemplo, de Jong, The penitential state, op. cit., pp. 112-141; así como R. Stone, Morality and masculinity in the Carolingian empire, Cambridge, 2011, por ejemplo las pp. 42-46 y 116-158. Para el tema de la predestinación, véase D. Ganz, «The debate on predestination», en M. T. Gibson y J. L. Nelson, Charles the Bald, segunda edición, Aldershot, 1990, pp. 283-302; y M. B. Gillis, «Heresy in the flesh», en R. Stone y C. West (comps.), Hincmar of Rheims, Manchester, 2015., pp. 247-267. Para las múltiples facetas de las actividades de Hincmaro, véase actualmente todo este último libro.

27. Dhuoda, Liber manualis, edición de P. Riché, Dhuoda: Manuel pour mon fils, París, 1975 [hay publicación castellana: La educación cristiana de mi hijo, traducción de Marcelo Merino Rodríguez, Ediciones Eunate, Pamplona, 1996. (N. de los t.)]. Véase también, en general, P. Wormald (comp.), Lay intellectuals in the Carolingian world, Cambridge, 2007. Para Eginardo, véase S. Patzold, Ich und Karl der Grosse, Stuttgart, 2013; junto con J. M. H. Smith, «Einhard: the sinner and the saints», Transactions of the Royal Historical Society, n.º 13, 2003, pp. 55-77. Para saber más acerca de Ecardo, véase por ejemplo, McKitterick, The Carolingians and the written word, op. cit., pp. 248-250. Para el uso que el laicado hacía de los documentos (y no solo en el mundo carolingio), véase W. Brown et al. (comps.), Documentary culture and the laity in the early middle ages, Cambridge, 2013.

28. Véase Jong, The penitential state, op. cit., pp. 148-184. Para Eginardo, véase también P. E. Dutton, The politics of dreaming in the Carolingian empire, Lincoln, Nebraska, 1994, pp. 92-101. Para la imaginería relacionada con la caza, véase E. J. Goldberg, «Louis the Pious and the hunt», Speculum, n.º 88, 2013, pp. 613-643. Para saber más acerca de la importancia de los textos bíblicos, véase M. de Jong, «Carolingian political discourse and the biblical past», en C. Gantner et al. (comps.), The resources of the past in early medieval Europe, Cambridge, 2015, pp. 87-102, en donde se podrá encontrar un compendio de sus más recientes trabajos.

29. Jong, The penitential state, op. cit., pp. 188-205. Para Judith, véase idem, «Bride shows revisited», en Brubaker y Smith, Gender in the early medieval world, Cambridge, 2004, pp. 257-277. En general, véase G. Bührer-Thierry, «La reine adultère», Cahiers de civilisation médiévale, n.º 35, 1992, pp. 299-312; y S. Airlie, «Private bodies and the body politic in the divorce case of Lothar II», Past and present, p. 161, 1998, pp. 3-38.

30. Jong, The penitential state, op. cit., pp. 214-262, 271-279.

31. Notker, Gesta Karoli magni imperatoris, edición de H. F. Häfele, MGH, Scriptores rerum Germanicarum, N. S., vol. 12, Berlín, 1959, 1.30, junto con 1.10 y 2.12 para la calificación de vigilantissimus. Véase también S. Airlie, «The palace of memory», en S. Rees Jones et al. (comps.), Courts and regions in medieval Europe, York, 2000, p. 5; y más en general, sobre todo para el contexto político en el que se desenvuelve Notker, véase MacLean, Kingship and politics in the late ninth century, op. cit., pp. 199-229.

32. Para la historia de los distintos reinos, véanse los estudios que figuran en NCMH, vol. 3. B. Rosenwein, «The family politics of Berengar I, king of Italy (888-924)», Speculum, n.º 71, 1996, pp. 247-289, presenta un caso práctico. Para los reguli, véanse los Annales Fuldenses, edición de F. Kurze, MGH, Scriptores rerum Germanicarum, vol. 7, Hanóver, 1891, en la entrada correspondiente al año 888.

33. K. F. Werner, Les origines avant l’an Mil, París, 1984, pp. 487-561; J. Dunbabin, France in the making, 843-1180, segunda edición, Oxford, 2000, pp. 17-123. Por su parte, G. Koziol ofrece en The politics of memory and identity in Carolingian royal diplomas, Turnhout, 2012, un importante reexamen de la situación, sobre todo del período de Carlos el Simple a pp. 459-533.

34. Véase T. Reuter, Germany in the early middle ages, c. 800-1056, Londres, 1991; G. Althoff y H. Keller, Heinrich I. und Otto der Grosse, 2 vols., Gotinga, 1994; J. Fried, Die Ursprünge Deutschlands bis 1024, Berlín, 1994. Para saber más acerca de las reinas, véase P. Stafford, Queens, concubines and dowagers, Londres, 1983, pp. 149-152 y passim; junto con Le Jan, Famille et pouvoir, op. cit., pp. 372-379.

35. Véase Reuter, «Assembly politics in western Europe...», op. cit.; junto con K. Leyser, Rule and conflict in an early medieval society, Londres, 1979; e idem, «Ottonian government», en K. Leyser, Medieval Germany and its neighbours 900-1250, Londres, 1982, pp. 69-101. Para los movimientos regios, véase C. R. Brühl, Fodrum, gistum, servitium regis, Colonia, 1968, pp. 116-128, obra que encuentra un importante apoyo contextual en el trabajo de S. MacLean titulado «Palaces, itineraries and political order in the post-Carolingian kingdoms», en J. Hudson y A. Rodríguez (comps.), Diverging paths, Leyden, 2014, pp. 291-320.

36. P. Riché, Gerbert d’Aurillac, París, 1987 [hay publicación castellana: Gerberto, el papa del año mil, traducción de Isabel París Bouza, Editorial Nerea, San Sebastián, 1990. (N. de los t.)]; P. Dronke, Women writers of the middle ages, Cambridge, 1984, pp. 55-83 [hay publicación castellana: Las escritoras de la Edad Media, traducción de Jordi Ainaud, Crítica, Barcelona, 1995. (N. de los t.)].

37. H. Fichtenau, Living in the tenth century, Chicago, 1991, pp. 3-77; Althoff, Spielregeln der Politik im Mittelalter, sobre todo pp. 21-56, 157-184, 229-257; e idem, Family, friends and followers, Cambridge, 2004, pp. 136-159. Para una serie de advertencias metodológicas, véase P. Buc, The dangers of ritual, Princeton, 2001. Como destaca Althoff, algunos actos críticos igualmente formalizados también podían alterar este tipo de coreografías.

38. P. J. Geary, Phantoms of remembrance, Princeton, 1994, especialmente pp. 23-29 y 115-157. Para el debate relacionado con el año 1000, véase la nota 10 del capítulo 6.

39. C. West, Reframing the feudal revolution, op. cit., sobre todo pp. 72-77, 98-105 y 259-263.

5. LA EXPANSIÓN DE LA EUROPA CRISTIANA, 500-1100

1. Para esa gama de prácticas y valores, véase L. Abrams, «Germanic Christianities», en T. F. X. Noble y J. M. H. Smith (comps.), The Cambridge history of Christianity, vol. 3, Cambridge, 2008, pp. 107-129. Para las imágenes de carácter misional, véase también I. Wood, The missionary life, Harlow, 2001. Nunca llegaremos a saber lo que realmente le sucedía a la gente tras la conversión, ya que, respecto a su propia iluminación, todo converso se atenía a un relato construido a posteriori: véase para ello K. F. Morrison, Understanding conversion, Charlottesville, Virginia, 1992, pp. xii, 23, que se centra en un tipo de conversiones algo distintas —ya que lo son a la fe de carácter rigorista vigente entre los cristianos medievales—, pero de las que se pueden extraer conclusiones de índole más general.

2. Un buen manual para el estudio de la evolución de los textos históricos es el de S. Foot y C. F. Robinson (comps.), The Oxford history of historical writing, vol. 2, Oxford, 2012.

3. Para un buen trabajo estándar, véase R. Fletcher, The conversion of Europe, Londres, 1997. Para el norte y el este de Europa, véase N. Berend (comp.), Christianization and the rise of Christian monarchy, Cambridge, 2007.

4. No existe ningún estudio adecuadamente exhaustivo de los paganismos septentrionales, pero pueden encontrarse algunos buenos ejemplos concretos en J.-H. Clay, In the shadow of death, Turnhout, 2010, pp. 132-137, 279-331; S. Semple, «Sacred spaces and places in pre-Christian and conversion period Anglo-Saxon England», en H. Hamerow et al. (comps.), The Oxford handbook of Anglo-Saxon archaeology, Oxford, 2011, pp. 742-763; Jón Hnefill Aðalsteinsson, Under the cloak, Reikiavik, 1999, pp. 37-43, 109-123. Para un examen más general, véase R. Bartlett, «From paganism to Christianity», en N. Berend (comp.), Christianization and the rise of Christian monarchy, Cambridge, 2007, pp. 47-72. J. Palmer presenta varias advertencias sensatas en «Defining paganism in the Carolingian world», EME, vol. 15, 2007, pp. 402-425.

5. Para Suecia, véase Rimbert, Vita Anskarii, edición de G. Waitz, MGH, Scriptores rerum Germanicarum, vol. 55, Hanóver, 1884, cc. 26-27. Para Noruega, véase Snorri Sturluson, Heimskringla, edición de Bjarni Aðalbjarnarson, 3 vols., y Hákona saga goða, vol. 1, pp. 150-197, cc. 15-19, junto con J. Byock, Viking age Iceland, Londres, 2001, pp. 170-184. Y para los leuticios, véase Tietmaro de Merseburgo, Chronicon, edición de R. Holtzmann, MGH, Scriptores rerum Germanicarum, N. S., vol. 9, Berlín, 1935, 6.24-25.

6. Véase en general, C. Wickham, Framing the early middle ages, op. cit., pp. 303-379, 519-588. Para saber más acerca de la importante presencia de un campesinado terrateniente en la Escandinavia del siglo XVI, véase J. R. Myking y C. Porskrog Rasmussen, «Scandinavia, 1000-1750», en B. van Bavel y R. Hoyle (comps.), Social Relations: Property and Power, Turnhout, 2010, pp. 290-291. Para un conjunto de ideas relacionadas con la forma de extrapolar esas cifras y aplicarlas a la Edad Media, véase S. Bagge, From Viking stronghold to Christian kingdom, Copenhague, 2010, pp. 111-121.

7. F. Kelly, A guide to early Irish law, op. cit., pp. 29-33; R. Faith, The English peasantry and the growth of lordship, Leicester, 1997, pp. 1-14 y passim.

8. Para una variada gama de emolumentos elitistas, pequeños pero acumulativos, véase Byock, Viking age Iceland, op. cit., pp. 121-122, 252-262, 326-329; junto con N. Berend, P. Urbańczyk y P. Wiszewski, Central Europe in the high middle ages, Cambridge, 2013, pp. 282-283; y J. Martin, Medieval Russia, 980-1584, segunda edición, Cambridge, 2007, pp. 13-19, 64-68, 139, etcétera.

9. Para el proceso de conversión, véase C. Stancliffe, «Religion and society in Ireland», NCMH, vol. 1, 2005, pp. 397-425. Para Gales, véase W. Davies, Wales in the early middle ages, Leicester, 1982, y T. M. Charles-Edwards, Wales and the Britons, 350-1064, Oxford, 2013. Para el desplome económico de la Britania del siglo V, véase la nota 17 del capítulo 2.

10. Véase en general, F. J. Byrne, Irish kings and high-kings, Londres, 1973; junto con T. M. Charles-Edwards, Early Christian Ireland, Cambridge, 2000; D. Ó Corráin, Ireland before the Normans, Dublín, 1972; y M. Herbert, Iona, Kells and Derry, Oxford, 1998.

11. Para Máel Sechnaill y Brian Boru, véase F. J. Byrne, Irish kings and highkings, op. cit., pp. 256-266; junto con M. Ní Mhaonaigh, Brian Boru, Stroud, 2007.

12. Véase en general, A. Cosgrove (comp.), A new history of Ireland, vol. 2, Oxford, 2008; junto con K. Simms, From kings to warlords, Woodbridge, 1987.

13. Para más detalles sobre las dimensiones de los reinos, véase S. Bassett (comp.), The origins of Anglo-Saxon kingdoms, Leicester, 1989; así como B. Yorke, The conversion of Britain, 600-800, Harlow, 2006. Para la complejidad del mundo posterior al proceso de conversión, véase J. Blair, The Church in Anglo-Saxon society, Oxford, 2005.

14. J. Campbell (comp.), The Anglo-Saxons, Oxford, 1982, pp. 53-68. Para las asambleas, véase A. Pantos, «In medle oððe an þinge», en eadem y S. Semple (comps.), Assembly places and practices in medieval Europe, Dublín, 2004, pp. 180-201. Para los puertos, véase C. Scull, «Urban centres in pre-Viking England?», en J. Hines (comp.), The Anglo-Saxons from the migration period to the eighth century, Woodbridge, 1997, pp. 269-310, y R. Fleming, Britain after Rome, Londres, 2010, pp. 183-212: este libro es un punto de partida esencial para comprender la historia de Gran Bretaña mediante el estudio de su cultura material.

15. Véase en general, N. Brooks, Communities and warfare, 700-1400, Londres, 2000; junto con D. Hill y M. Worthington (comps.), Æthelbald and Offa, British archaeological reports, B383, Oxford, 2005; J. Story, Carolingian connections, Aldershot, 2003, pp. 167-211. Para las ciudades, véase S. Bassett, «Divide and rule?», EME, vol. 15, 2007, pp. 53-85. Para el dique de Offa, véase P. Squatriti, «Digging ditches in early medieval Europe», Past and present, n.º 176, 2002, pp. 11-65. Para los recursos regios y el sistema monetario, véase R. Naismith, Money and power in Anglo-Saxon England, Cambridge, 2012, especialmente pp. 23-46 y 96-106. Para los concilios, véase C. Cubitt, Anglo-Saxon church councils, c. 650-c. 850, Leicester, 1995.

16. Faith, The English peasantry and the growth of lordship, op. cit., p. 56-125, 153-177; Wickham, Framing the early middle ages, op. cit., pp. 347-351.

17. Para el período tardío del reino anglosajón, véase en general, P. Stafford, Unification and conquest, Londres, 1989.

18. A. Williams, Kingship and government in pre-conquest England, c. 500-1066, Basingstoke, 1999, pp. 73-122; R. Fleming, Kings and lords in conquest England, Cambridge, 1991, pp. 21-52; J. Campbell, «The late Anglo-Saxon state: a maximum view», Proceedings of the British Academy, n.º 87, 1994, pp. 39-65. Para los carolingios, véase P. Wormald, The making of English law, vol. 1, op. cit., pp. 277-285, 306, 311, 344-345, 417-426, 444-465; L. Roach, Kingship and consent in Anglo-Saxon England, 871-978, Cambridge, 2013; P. Stafford, Queen Emma and Queen Edith, Oxford, 1997, pp. 199-206; G. Molyneaux, The formation of the English kingdom in the tenth century, Oxford, 2015. Para mayor información sobre Ludovico el Piadoso y la reforma monástica, véase R. Deshman, The benedictional of Æthelwold, Princeton, 1995, pp. 209-214.

19. Para mayor información sobre Gudme y los primeros agrupamientos políticos, véase P. Mortensen y B. Rasmussen (comps.), Fra stamme til stat i Danmark, 2 vols., Højbjerg, 1988-1991; y P. O. Nielsen et al. (comps.), The archaeology of Gudme and Lundeborg, Copenhague, 1994. Para saber más acerca del reino de Godofredo, véase P. Sawyer, «Kings and royal power», en Mortensen y Rasmussen (comps.), Fra stamme til stat i Danmark, op. cit., vol. 2, pp. 282-288; K. Randsborg, The Viking age in Denmark, Londres, 1980; y M. Axboe, «Danish kings and dendrochronology», en G. Ausenda (comp.), After empire, Woodbridge, 1995, pp. 217-251.

20. Un buen estudio de conjunto sobre los vikingos es el que nos ofrece P. Sawyer (comp.), en The Oxford illustrated history of the Vikings, Oxford, 1997. Para la diáspora, véase L. Abrams, «Diaspora and identity in the Viking age», EME, 20, 2012, pp. 17-38.

21. Véase en general, I. Skovgaard-Petersen, «The making of the Danish kingdom», en K. Helle (comp.), The Cambridge history of Scandinavia, vol. 1, Cambridge, 2003, pp. 163-183. Para los campamentos militares, véase E. Roesdahl, The Vikings, Londres, 1987, pp. 136-141.

22. Para saber cómo funcionaban las propiedades rurales y qué relación guardaban con el campesinado terrateniente, véase N. Hybel y B. Poulsen, Danish resources c. 1000-1550, Leyden, 2007, pp. 165-195, 385-390; junto con los detallados análisis que figuran en B. Poulsen y S. M. Sindbaek (comps.), Settlement and lordship in Viking and early medieval Scandinavia, Turnhout, 2011.

23. Para los datos arqueológicos, véase por ejemplo B. Myhre, «“Chieftains” graves and chiefdom territories in south Norway in the migration period», Studien zur Sachsenforschung, n.º 6, 1987, pp. 169-187. Para los hechos posteriores al año 900, véase C. Krag, «The early unification of Norway», en K. Helle (comp.), The Cambridge history of Scandinavia, vol. 1, Cambridge, 2003, pp. 184-201; junto con Bagge, From Viking stronghold to Christian kingdom, op. cit., pp. 25-37; A. Winroth, The conversion of Scandinavia, New Haven, 2012, pp. 115-144; y S. Bagge y S. W. Nordeide, «The kingdom of Norway», en Berend (comp.), Christianization and the rise of Christian monarchy, 2007, pp. 121-166. Para la necesidad de cautela en el análisis de los poemas de los relatos primitivos, véase S. Ghosh, Kings’ sagas and Norwegian history, Leyden, 2011. Para los dos Olaf, los thingar y la batalla de Stiklarstaðir, véase Snorri Sturluson, Heimskringla, edición de Bjarni Aðalbjarnarson, 3 vols., Óláfs saga Tryggvasonar, vol. 1, pp. 225-372, cc. 55-58, 65-69; y Óláfs saga ins Helga, cc. 40, 181, 205, 215-235.

24. H. J. Orning, Unpredictability and presence, Leyden, 2008, pp. 125-153, 257-310; K. Helle, «The Norwegian kingdom», en idem (comp.), The Cambridge history of Scandinavia, vol. 1, 2003, pp. 369-391; Bagge, From Viking stronghold to Christian kingdom, op. cit., pp. 38-63, 229-232, 292-294; e idem, «Borgerkrig og statsutvikling i Norge i middelalderen», Historisk Tidsskrift, Oslo, n.º 2, 1986, pp.145-197. Para saber más acerca del ejército, véase la Sverris saga, edición de Thorleifur Hauksson, Íslenzk fornrit, vol. 30, Reikiavik, 2007, cc. 8, 11, etcétera.

25. Para una argumentación paralela a esta, véase S. Bagge, «The Europeanization of Europe», en T. F. X. Noble y J. Van Engen (comps.), European transformations, Notre Dame, Indiana, 2012, pp. 171-193.

26. P. M. Barford, The early Slavs, Londres, 2001, pp. 47-88, 113-123, 131-133. Para los esclavos, véase M. McCormick, Origins of the European economy, op. cit., pp. 733-777. Para el comercio de esclavos en el siglo X, véase M. Jankowiak, «Two systems of trade in the western Slavic lands in the 10th century», en M. Bogucki y M. Rębkowski (comps.), Economies, monetisation and society in the West Slavic lands, 800-1200 AD, Szczecin, 2013, pp. 137-148 —este texto es la primera publicación en la que se expone un importante proyecto de investigación en este ámbito, y agradezco a Marek Jankowiak que haya tenido la amabilidad de debatirlo conmigo—.

27. Véase P. M. Barford, The early Slavs, op. cit., pp. 251-267; junto con A. Buko, «Unknown revolution», en F. Curta (comp.), East central and eastern Europe in the early middle ages, Ann Arbor, Michigan, 2005, pp. 162-178; P. Urbańczyk y S. Rosik, «Poland», en Berend (comp.), Christianization and the rise of Christian monarchy, pp. 263-318; Berend, Urbańczyk y Wiszewski, Central Europe in the high middle ages, op. cit., pp. 97-102, 118-124, 144-147, 282-283 —este último texto es actualmente el estudio más actualizado que puede encontrarse en lengua inglesa—.

28. Berend, Urbańczyk y P. Wiszewski, Central Europe in the high middle ages, op. cit., pp. 161-163, 330-332.

29. Berend et al., Central Europe in the high middle ages, op. cit., pp., 172-176, 198-201, 267-273, 282-286, 374-380. Para saber cómo funcionaban las propiedades rurales, sobre todo a principios del siglo XIII, véase P. Górecki, Economy, society, and lordship in medieval Poland, 1100-1250, Nueva York, 1992, especialmente pp. 67-192.

30. Para saber más acerca de la situación de Escocia en la Edad Media central, véase fundamentalmente A. Taylor, The shape of the state in medieval Scotland, Oxford, 2016. Para la evolución posterior, véase el capítulo 11.

31. El texto de M. Bogucki, «On Wulfstan’s right hand», en S. Gelichi y R. Hodges (comps.), From one sea to another, Turnhout, 2013, pp. 81-110, es un buen estudio general, que además cuenta con la ventaja añadida de ser reciente, en el que se expone la situación de los puertos polacos hasta el año 1000 aproximadamente. Para Inglaterra y el continente europeo, véase Loveluck, Northwest Europe in the early middle ages, c. AD 600-1150, op. cit., especialmente pp. 302-360.

32. Véase R. Bartlett, The making of Europe, op. cit., sobre todo pp. 269-291.

6. LA REORGANIZACIÓN DE LA EUROPA OCCIDENTAL, 1000-1150

1. G. Beech et al. (comps.), han publicado en la obra titulada Le Conventum (vers 1030), Ginebra, 1995, una edición de este texto. Puede encontrarse una publicación posterior, provista de buenos comentarios, en J. Martindale, Status, authority and regional power, Aldershot, 1997, estudios VIIa, VIIb y VIII. En los últimos tiempos se han efectuado un gran número de análisis de este escrito: véase por ejemplo, S. D. White, Re-thinking kinship and feudalism in early medieval Europe, Aldershot, 2005, estudios VII, VIII, X, XIII; junto con D. Barthélemy, L’an mil et la paix de Dieu, París, 1999, pp. 339-354.

2. S. Kay, Raoul de Cambrai, Oxford, 1992, versos 1284-1352 y 1459-1549.

3. R. E. Barton, Lordship in the county of Maine, c. 890-1160, Woodbridge, 2004, es un buen debate sobre la coherencia del señorío. Para las polémicas surgidas en torno a esta cuestión, véanse más adelante las notas 10 y 11.

4. Por lo que respecta a Alemania, hay que esperar hasta finales del siglo XI para asistir a las primeras apariciones de la expresión regnum Teutonic(or)um, aunque todavía de forma intermitente. Para la terminología, véase E. Müller-Mertens, Regnum Teutonicum, Berlín-Viena, 1970, pp. 87-144, 328 y sigs. Para un excelente manual colectivo de reciente publicación con el que adentrarse en las complejidades de los cambios sociales ocurridos en el período que abarcan tanto el presente capítulo como el 8 (ya que la obra a la que aludo se centra en el examen del siglo XII, sin olvidar ni sus prolegómenos ni sus consecuencias), véase T. F. X. Noble y J. Van Engen (comps.), European transformations, Notre Dame, Indiana, 2012.

5. Para una visión de conjunto de estos acontecimientos y de los que expondremos a continuación, véase T. Reuter, Germany in the early middle ages, c. 800-1056, op. cit., y H. Keller, Zwischen regionaler Begrenzung und universalem Horizont, Berlín, 1986.

6. Para saber más acerca de los acontecimientos de finales del siglo XI, véase, I. S. Robinson, Henry IV of Germany, 1056-1106, op. cit. Para los ministeriales, véase B. Arnold, German knighthood, 1050-1300, Oxford, 1985, pp. 23-75; junto con T. Zotz, «Die Formierung der Ministerialität», en S. Weinfurter (comp.), Die Salier und das Reich, vol. 3, Sigmaringa, 1992, pp. 3-50.

7. El ya citado texto de J. Dunbabin titulado France in the making, 843-1180, es un buen estudio de conjunto. También resulta estimulante la obra de D. Barthélemy, Nouvelle histoire des Capétiens, 987-1214, París, 2012.

8. Para un trabajo de conjunto, véase P. Stafford, Unification and conquest, op. cit., pp. 69-100. Para saber más acerca de la aristocracia, véase A. Williams, The world before Domesday, Londres, 2008.

9. Para una serie de estudios de carácter general, véanse, entre otros muchos, los de M. Chibnall, Anglo-Norman England, 1066-1166, Oxford, 1986; M. T. Clanchy, England and its rulers, 1066-1307, tercera edición, Oxford, 2006, pp. 23-137; R. Bartlett, England under the Norman and Angevin kings, 1075-1225, Oxford, 2000; y J. A. Green, The government of England under Henry I, Cambridge, 1986. Para el Domesday Book, véase S. Harvey, Domesday, Oxford, 2014, la obra que constituye actualmente el punto de partida fundamental.

10. Para las más importantes contribuciones a este debate, véase J.-P. Poly y É. Bournazel, The feudal transformation, 900-1200, Nueva York, 1991; junto con D. Barthélemy, La mutation de l’an mil a-t-elle eu lieu?, op. cit., especialmente pp. 1528; T. N. Bisson, «The “feudal revolution”», Past and present, n.º 142, 1994, pp. 6-42; así como el análisis publicado posteriormente en los números 152 y 155 de esa misma revista, en 1996, pp. 196-223, y 1997, pp. 177-225, respectivamente. Véase también Barton, Lordship in the county of Maine, c. 890-1160, op. cit.; T. N. Bisson, The crisis of the twelfth century, Princeton, 2009 [hay publicación castellana: La crisis del siglo XII, traducción de Tomás Fernández Aúz y Beatriz Eguibar Barrena, Barcelona, Crítica, 2007. (N. de los t.)]; y West, Reframing the feudal revolution, op. cit.; R. I. Moore, The first European revolution, c. 970-1215, Oxford, 2000 [hay publicación castellana: La primera revolución europea, c. 970-1215, traducción de Ferran Esteve Gutiérrez, Crítica, Barcelona, 2003. (N. de los t.)], obra que presenta un estimulante estudio global de los siglos XI y XII, generaliza de hecho en toda su amplitud el modelo de la «revolución» feudal.

11. G. Duby, La société aux XIe et XIIe siècles dans la région mâconnaise, segunda edición, París, 1971, pp. 173-190, 245-262, es el primer autor que establece el modelo de la «seigneurie banale»; R. Fossier, en Enfance de l’Europe, Xe-XIIe siècles, París, 1982, pp. 288-601, denomina «encellulement» al proceso por el que las sociedades quedan divididas en «seigneuries» formales, imagen que he retomado en este libro al hablar de estructuras «celulares». Para un estudio actualizado e internacional de los diferentes tipos de «seigneuries», véase M. Bourin y P. Martínez Sopena (comps.), Pour une anthropologie du prélèvement seigneurial dans les campagnes médiévales (XIe-XIVe siècles), 2 vols., París, 2004-2007. Para mayor información sobre el discurrir de la vida cotidiana en un universo «desprovisto de estados», véase por ejemplo, P. J. Geary, Living with the dead in the middle ages, Ithaca, Nueva York, 1994, pp. 95-160, junto con S. D. White, Feuding and peace-making in eleventh-century France, Aldershot, 2005, aunque el autor discreparía del planteamiento que aquí esbozo. Para los primeros y moderados movimientos de resistencia campesina, véase B. Gowers, «996 and all that», EME, vol. 21, 2013, pp. 71-98.

12. Para la cita de Bloch, véase la nota 14 del capítulo 1. Por esta época podríamos añadir Inglaterra a la lista de los estados con capacidad fiscal, pero la contribución territorial de este país no constituía una parte fundamental de los recursos regios —ya que era de un 10 % en 1130, y después de la década de 1130 es probable que la periodicidad de la recaudación de impuestos no fuese anual (la última vez que se procedió a exigirlos fue en 1162, bajo el reinado de Enrique II); véase también Green, «The last century of Danegeld», op. cit.—.

13. C. Loveluck, Northwest Europe in the early middle ages, op. cit., pp. 215-248; G. Fournier, Le château dans la France médiévale, París, 1978, pp. 35-79, 100-114; G. P. Fehring, The archaeology of medieval Germany, Londres, 1991, pp. 98-135; R. Francovich y M. Ginatempo (comps.), Castelli, vol. 1, Florencia, 2000, obra cuyo contexto puede completarse con M. Valenti, L’insediamento altomedievale nelle campagne toscane, Florencia, 2004; y P. Grimm, Tilleda, 2 vols., Berlín, 1968-1990.

14. J. Hudson, The Oxford history of the laws of England: 871-1216, Oxford, 2012, pp. 273-284, 537-562 y 751-768. Para las variaciones numéricas entre las bolsas de población libre y no libre, véase la nota 14 del capítulo 7; para Castilla, véase la nota 35 del capítulo 8.

15. B. Arnold, Princes and territories in medieval Germany, Cambridge, 1991, especialmente pp. 67-76 y 196-201.

16. T. Meyer, «The state of the dukes of Zähringen», en G. Barraclough (edición y traducción de), Medieval Germany, 911-1250, vol. 2, Oxford, 1938, pp. 175-202; H. Keller, Zwischen regionaler Begrenzung und universalem Horizont, op. cit., pp. 347-349.

17. Véase C. West, Reframing the feudal revolution, op. cit., sobre todo pp. 232-254. Lo mismo puede decirse de Alemania e Italia, aunque en este caso los estudios comparativos son todavía más infrecuentes. Véase no obstante, J. Eldevik, Episcopal power and ecclesiastical reform in the German empire, Cambridge, 2012.

18. G. Tabacco, The struggle for power in medieval Italy, op. cit., pp. 191-208; H. Keller, Signori e vassalli nell’Italia delle città (secoli IX-XII), Turín, 1995, sobre todo pp. 118-136; F. Menant, Campagnes lombardes au moyen âge, Roma, 1993, pp. 395-477, 728-735, 757-765; L. Provero, L’Italia dei poteri locali, Roma, 1998; A. Fiore, «From the diploma to the pact» (en preparación); C. Wickham, «The “feudal revolution” and the origins of Italian city communes», Transactions of the Royal Historical Society, sexta serie, n.º 24, 2014, pp. 29-55. Para una serie de casos prácticos, véase S. Collavini, «Honorabilis domus et spetiosissimus comitatus», Pisa, 1998; M. E. Cortese, Signori, castelli, città, Florencia, 2007.

19. Véase C. Wickham, Sleepwalking into a new world, Princeton, 2015; G. Milani, I comuni italiani, secoli XII-XIV, Bari, 2005; J.- C. Maire Vigueur y E. Faini, Il sistema politico dei comuni italiani (secoli XII-XIV), Milán, 2010.

20. D. Bates, Normandy before 1066, Londres, 1982, pp. 162-182.

21. Véase C. Leyser, «The memory of Gregory the Great and the making of Latin Europe, 600-1000», en K. Cooper y C. Leyser (comps.), Making early medieval societies, Cambridge, 2016, pp. 197-201.

22. Véase la síntesis que figura en C. Cubitt, «The tenth-century Benedictine reform in England», EME, vol. 6, 1997, pp. 77-94. Para saber más acerca de la relación entre Inglaterra y Ludovico el Piadoso, véase más arriba la nota 18 del capítulo 5.

23. Véase, entre otras muchas obras, las de B. Rosenwein, Rhinoceros bound, Filadelfia, 1982; G. Constable, «Cluny in the monastic world of the tenth century», Settimane di studio, n.º 38, 1991, pp. 391-448; y D. Iogna-Prat et al. (comps.), Cluny, Rennes, 2013, texto este último que ofrece una amplia colección de artículos de muy distinto orden.

24. Véase Die Touler Vita Leos IX., edición de H.-G. Krause, MGH, Scriptores rerum Germanicarum, vol. 70, Hanóver, 2007, I. 1, 3, 8-14. Para una rápida biografía de Bruno, véase M. Parisse, «Leone IX, papa, santo», en Dizionario biografico degli Italiani, vol. 64, Roma, 2005, pp. 507-513.

25. Véase en general, T. Head y R. Landes (comps.), The peace of God, Ithaca, Nueva York, 1992; junto con D. Barthélemy, L’an mil et la paix de Dieu, op. cit. También puede encontrarse un buen comentario crítico en K. G. Cushing, Reform and the papacy in the eleventh century, Manchester, 2005, pp. 39-54.

26. C. Violante, «I laici nel movimento patarino», en I laici nella «societas cristiana» dei secoli XI e XII, Milán, 1968, pp. 587-687; R. I. Moore, «Family, community and cult on the eve of the Gregorian reform», Transactions of the Royal Historical Society, quinta serie, n.º 30, 1980, pp. 65-69; y sobre todo, ahora, J. Norrie, Land and cult: society and radical religion in the diocese of Milan, c. 990-1130, tesis doctoral, Universidad de Oxford, 2016. El espanto moral no se circunscribía únicamente a Italia. En la ciudad danesa de Roskilde también estalló una revuelta laica contraria al matrimonio clerical en 1124: véase F. Pedersen, «A good and sincere man ... even though he looked like a Slav», Mediaeval Scandinavia, n.º 20, 2010, pp. 152-153.

27. Véase, de entre las obras más recientes, la de R. I. Moore, The war on heresy, Londres, 2012, pp. 63-83 [hay publicación castellana: La guerra contra la herejía. Fe y poder en la Europa medieval, traducción de Agustín López Tobajas y María Tabuyo, Crítica, Barcelona, 2014. (N. de los t.)].

28. R. W. Southern, The making of the middle ages, Londres, 1953, pp. 125-127, es quien mejor refiere estos acontecimientos. A mi juicio, los manuales introductorios más interesantes sobre este período, son, de entre la miríada de obras sobre el particular, los de G. Tellenbach, The church in western Europe from the tenth to the early twelfth century, Cambridge, 1993, y K. G. Cushing, Reform and the papacy in the eleventh century, op. cit. Para ampliar la información, véase S. C. Hamilton, Church and people in the medieval west, 900-1200, Harlow, 2013, junto con la aguda crítica general de M. C. Miller, «The crisis in the Investiture Crisis narrative», History compass, n.os 7/6, 2009, pp. 1570-1580.

29. Para Pedro Damián, véase D. Elliott, Fallen bodies, Filadelfia, 1999, pp. 95-106; K. G. Cushing, Reform and the papacy in the eleventh century, op. cit., pp. 120-124. Para la simonía como causa de horror moral, véase T. Reuter, «Gifts and simony», en E. Cohen y M. de Jong (comps.), Medieval transformations, Leyden, 2000, pp. 157-168. Para Humberto de Moyenmoutier, véase C. West, «Competing for the Holy Spirit», en P. Depreux et al. (comps.), Compétition et sacré au haut moyen âge, Turnhout, 2015, pp. 347-360.

30. Para la investidura laica sigo las tesis de R. Schieffer, Die Entstehung des päpstlichen Investiturverbots für den deutschen König, Stuttgart, 1981.

31. C. Wickham, Medieval Rome, Oxford, 2015, pp. 423-425.

32. Para Urbano en general, véase A. Becker, Papst Urban II. (1088-1099), 3 vols., Stuttgart-Hanóver, 1964-2012. Para el concilio de Clermont, véase ibid., vol. 1, pp. 220-225, y vol. 2, pp. 374-413; junto con Le concile de Clermont de 1095 et l’appel à la Croisade, Roma, 1997, pp. 1-140.

33. J. Barrow, The clergy in the medieval world, Cambridge, 2015, pp. 135-147.

34. Para Verona, véase M. C. Miller, The formation of a medieval church, Ithaca, Nueva York, 1993, sobre todo pp. 50-60 y 71-80. Para más información sobre los elementos que se mantienen constantes a lo largo de este período, véase S. C. Hamilton, Church and people in the medieval west, 900-1200, op. cit., pp. 60-118.

35. El texto de L. Melve, Inventing the public sphere, Leyden, 2007, sobre todo pp. 45-119, es actualmente el libro básico, aunque desde su punto de vista las élites del siglo XI atentas a la evolución de esta polémica eclesiástica constituyan una «esfera pública». Personalmente considero que su carácter es más limitado que el de un ámbito de ese tipo —sobre todo más restringido que en el período carolingio o los años posteriores al 1350 aproximadamente (salvo en algunas ciudades italianas)—.

36. Para un práctico conjunto de enfoques relativos a Bernardo, véase A. Bredero, Bernard of Clairvaux, Edimburgo, 1996. Para saber más acerca de los cistercienses como orden monástica autónoma e internacional, véase E. Jamroziak, The Cistercian order in medieval Europe, 1090-1500, Abingdon, 2013.

37. G. Loud, The age of Robert Guiscard, Harlow, 2000, es un buen análisis político provisto además de una práctica exposición panorámica de la bibliografía anterior. Respecto a los señoríos, el texto fundamental es el de S. Carocci, Signorie di Mezzogiorno, Roma, 2014. Para la región de Apulia, en el talón mismo de la bota itálica, véase J.-M. Martin, La Pouille du VIe au XIIe siècle, Roma, 1993. Para Sicilia, véase sobre todo J. Johns, Arabic administration in Norman Sicily, Cambridge, 2002; A. Nef, Conquérir et gouverner, Rome, 2011.

38. R. Bartlett, The making of Europe, op. cit., pp. 85-90.

39. C. Tyerman, God’s war, Londres, 2006, es un análisis nada triunfalista que muy bien puede sustituir a cualquiera de los estudios de otros autores más fervorosos [hay publicación castellana: Las guerras de Dios. Una nueva historia de las Cruzadas, traducción de Cecilia Belza Palomar, Beatriz Eguibar, Tomás Fernández Aúz, Gonzalo García y Rosa Salleras, Crítica, Barcelona, 2007, Madrid, Akal, 2007. (N. de los t.)]. Para el alistamiento en la campaña, véase M. Bull, Knightly piety and the lay response to the First Crusade, Oxford, 1993.

40. Un ejemplo de un enfoque más crítico es el texto de S. Runciman, A history of the Crusades, 3 vols., Cambridge, 1951-1954, vol. 3, pp. 469-480. Para un punto de vista neutral, los mejores ejemplos recientes son los de C. Hillenbrand, The Crusades: Islamic perspectives, Edimburgo, 1999; y C. Kostick, The social structure of the First Crusade, Leyden, 2008, sobre todo pp. 287-300.

41. Véase la reciente exposición narrativa de M. Barber, The Crusader states, New Haven, 2012.

42. Para una serie de argumentos en este mismo sentido, véase T. N. Bisson, The crisis of the twelfth century, op. cit., pp. 573-582, en donde el autor recapitula lo expuesto en la segunda mitad de la obra.

7. EL LARGO PROCESO DE LA EXPANSIÓN ECONÓMICA, 950-1300

1. Estos son algunos de los estudios de conjunto básicos: The Cambridge economic history of Europe, 3 vols., edición de M. M. Postan et al., Cambridge, 1963-1987, vols. 1 y 2; G. Duby, Rural economy and country life in the medieval west, Columbia, Carolina del Sur, 1968 [hay publicación castellana: Economía rural y vida campesina en el occidente medieval, traducción de Jaime Torras Elías, Barcelona, Edicions 62, 1991. (N. de los t.)] —he de decir que esta obra me parece la más inteligente—; R. Fossier, en Enfance de l’Europe, Xe-XIIe siècles, op. cit.; y el manual de P. Contamine (comp.), L’économie médiévale, París, 1993. En cualquier caso, todos estos textos han envejecido de forma muy considerable.

2. Así lo señala J. Masschaele en «Economic takeoff and the rise of markets», en C. Lansing y E. D. English (comps.), A companion to the medieval world, Oxford, 2009, pp. 89-110. No obstante, ha de tenerse en cuenta que este autor tiene su propia visión de las cosas, dado que juzga más lógico pensar que el crecimiento demográfico fue más una consecuencia que una causa de la comercialización.

3. P. Grillo, Milano in età comunale (1183-1276), Espoleto, 2001, pp. 209-234.

4. Resulta ingrato dar nombres en este caso, pero es preciso señalar que la historia económica británica constituye en este sentido una excepción. Para un conjunto de estudios generales recientes, véase C. Dyer, Standards of living in the later middle ages, Cambridge, 1989 [hay publicación castellana: Niveles de vida en la Baja Edad Media, traducción de Mariona Vilalta, Crítica, Barcelona, 1991. (N. de los t.)]; idem, Making a living in the middle ages, Londres, 2002; R. Britnell, The commercialisation of English society, 1100-1500, segunda edición, Manchester, 1996; idem, Britain and Ireland, 1050-1530: Economy and society, Oxford, 2004; J. Masschaele, Peasants, merchants, and markets, Nueva York, 1997; J. Langdon y J. Masschaele, «Commercial activity and population growth in medieval England», Past and present, n.º 190, 2006, pp. 35-82.

5. Dos excepciones a esta constante son las de W. Kula, An economic theory of the feudal system, Londres, 1976, y G. Bois, The crisis of feudalism, Cambridge, 1984, aunque ninguna de estas obras centra sus análisis empíricos en el período anterior al 1350.

6. El análisis más exhaustivo, aunque incompleto, sobre la situación en que se encontraba la ciudad de París hasta el año 1223 es el de A. Lombard-Jourdan, Paris: genèse de la «ville», París, 1976, pp. 35-154. Véase también J. W. Baldwin, The government of Philip Augustus, Berkeley, 1986, pp. 342-351. El trabajo más reciente sobre los recursos de Juan y Felipe es el de N. Barratt, «The revenues of John and Philip Augustus revisited», en S. D. Church (comp.), King John: new interpretations, Woodbridge, 1999, pp. 75-99. En el siglo XIII, los problemas disminuyen, dado que la documentación parisina crece de manera tan desmesurada como la propia ciudad, que pasa de algo más de cincuenta mil habitantes en 1200 a más de doscientos mil en 1328, lo que la convierte en la mayor ciudad de Europa —a la par con Milán (a la que quizá llegara incluso a superar)—: véase É. Carpentier y M. Le Mené, La France du XIe au XVe siècle, París, 1996, pp. 296-306; junto con R. Cazelles, Nouvelle histoire de Paris de la fin du règne de Philippe Auguste à la mort de Charles V (1223-1380), París, 1972, pp. 131-349.

7. Para la gran diversidad de los cálculos, incluso dentro de la propia Inglaterra (las cifras que yo mismo ofrezco son una solución de compromiso, y si las presento aquí es simplemente con la intención de que el lector perciba en cierto modo la importancia de las tasas de crecimiento), véase J. Hatcher, Plague, population and the English economy, 1348-1530, Londres, 1977, pp. 68-71; junto con J. Langdon y J. Masschaele, «Commercial activity and population growth in medieval England», op. cit., pp. 54-68; y S. Broadberry et al., British economic growth, 1270-1870, Cambridge, 2015, pp. 10-13. Para la Francia del siglo IX, véase J.-P. Devroey, Économie rurale et société dans l’Europe franque (VIe-IXe siècles), op. cit., pp. 65-75.

8. Para los regadíos, véase T. F. Glick, From Muslim fortress to Christian castle, Manchester, 1995, pp. 64-91; así como F. Menant, Campagnes lombardes au moyen âge, op. cit., pp. 182-203.

9. R. Fossier ofrece un estudio sobre todos los tipos de desbroces en Enfance de l’Europe, Xe-XIIe siècles, op. cit., pp. 126-247.

10. En este aspecto, la síntesis más convincente es la de R. Bartlett, The making of Europe, op. cit., pp. 111-166.

11. Véase por ejemplo, M. Montanari, L’alimentazione contadina nell’alto medioevo, Nápoles, 1979, especialmente pp. 211-218 y 469-476.

12. J. Chapelot y R. Fossier, The village and house in the middle ages, traducción inglesa de H. Cleere, Berkeley, 1985, pp. 251-282; C. Dyer, Standards of living in the later middle ages, op. cit., pp. 160-166; A. Molinari (comp.), «Mondi rurali d’Italia», Archeologia medievale, n.º 37, 2010, pp. 11-281.

13. Véanse las dos obras ya citadas de A. Verhulst, The Carolingian economy; y J.-P. Devroey, Puissants et misérables.

14. Véase en general, G. Duby, Rural economy and country life in the medieval west, op. cit., pp. 186-278. Para el incremento del sistema basado en la utilización de campesinos carentes de libertad en la Inglaterra posterior al año 1180 aproximadamente, véase R. H. Hilton, «Freedom and villeinage in England», Past and present, n.º 31, 1965, pp. 3-19; así como la nota 19 del capítulo 1.

15. G. Duby, Rural economy and country life in the medieval west, op. cit., pp., 186-193, 224-231, 239-252. Actualmente conviene consultar asimismo los análisis regionales que figuran en P. Freedman y M. Bourin (comps.), Forms of servitude in northern and central Europe, op. cit.

16. B. M. S. Campbell, «The agrarian problem in the early fourteenth century», Past and present, n.º 188, 2005, pp. 3-70.

17. Para la cita véase O. Redon, «Seigneurs et communautés rurales dans le contado de Sienne au XIIIe siècle», Mélanges de l’École française de Rome: moyen âge, n.º 91, 1979, p. 158. Para el conjunto de las franquicias, véanse los estudios generales de C. Wickham, Community and clientele in twelfth-century Tuscany, Oxford, 1998, pp. 192-219; así como M. Bourin y P. Martínez Sopena (comps.), Pour une anthropologie du prélèvement seigneurial dans les campagnes médiévales (XIe-XIVe siècles), vol. 2, op. cit., pp. 115-267.

18. S. Reynolds, Kingdoms and communities in western Europe, 900-1300, Oxford, 1984, pp. 122-154.

19. Véase en general, M. Bourin y R. Durand, Vivre au village au moyen âge, París, 1984. Para saber más acerca de las prácticas consuetudinarias inglesas, véase J. Birrell, «Manorial custumals reconsidered», Past and present, n.º 224, 2014, pp. 3-37.

20. P. Spufford, Money and its use in medieval Europe, Cambridge, 1988, pp. 74-131, 339-362 [hay publicación castellana: Dinero y moneda en la Europa medieval, traducción de Enrique Gavilán, Crítica, Barcelona, 1991. (N. de los t.)].

21. Para Inglaterra, véase C. Briggs, Credit and village society in fourteenthcentury England, Oxford, 2009. Para el precio de las ovejas, véase D. L. Farmer, «Prices and wages», en The agrarian history of England and Wales, vol. 2, edición de H. E. Hallam, Cambridge, 1988, p. 754.

22. Los manuales y artículos básicos para el estudio de pueblos urbanos son los de D. M. Palliser (comp.), The Cambridge urban history of Britain, vol. 1, Cambridge, 2008; C. Dyer, «How urbanized was medieval England?», en J.-M. Duvosquel y E. Thoen (comps.), Peasants and townsmen in medieval Europe, Gante, 1995, pp. 169-183; R. H. Hilton, English and French towns in feudal society, Cambridge, 1995; F. Menant, L’Italie des communes (1100-1350), París, 2005; D. Nicholas, The growth of the medieval city, Abingdon, 1997; y D. Keene, «Towns and the growth of trade», NCMH, vol. 4.1, 2004, pp. 47-85. Para Constantinopla, véase la nota 1 del capítulo 9. Para las dimensiones de las ciudades italianas, véase M. Ginatempo y L. Sandri, L’Italia delle città, Florencia, 1990. Las cifras que ofrezco son extrapolaciones basadas en los datos de estos autores.

23. M. Postan, The medieval economy and society, Londres, 1972, p. 212.

24. Véase en general, C. Wickham, Sleepwalking into a new world, op. cit., pp. 67-117. Para los datos arqueológicos, véase F. Cantini, «Ritmi e forme della grande espansione economica dei secoli XI-XIII nei contesti ceramici della Toscana settentrionale», Archeologia medievale, n.º 37, 2010, pp. 113-127. Para los tratados, véase G. Müller (comp.), Documenti sulle relazioni delle città toscane coll’Oriente cristiano e coi Turchi, Florencia, 1879, pp. 40-58; junto con M. Amari (comp.), I diplomi arabi del R. Archivio fiorentino, Florencia, 1863, nn. 2-6. D. Abulafia aborda el examen de las empresas comerciales genovesas y pisanas del siglo XII en The two Italies, Cambridge, 1977.

25. Para saber más acerca de las murallas y los edificios, véase G. Garzella, Pisa com’era, Nápoles, 1990. Para el documento de 1228, véase E. Salvatori, La popolazione pisana nel Duecento, Pisa, 1994. Para la situación de Pisa después del año 1200, véase A. Poloni, Trasformazioni della società e mutamenti delle forme politiche in un Comune italiano, Pisa, 2004.

26. Para la evolución de Gante hasta el año 1200, véase A. Verhulst, The rise of cities in north-west Europe, Cambridge, 1999, pp. 12-13, 38-39, 54-56, 61-65, 75-79, 123-140; junto con M. C. Laleman y P. Raveschot, «Maisons patriciennes médiévales à Gand (Gent), Belgique», en P. Demolon et al. (comps.), Archéologie des villes dans le Nord-Ouest de l’Europe (VIIe-XIIIe siècle), Douai, 1994, pp. 201-205. Para la situación posterior al 1200, véase D. Nicholas, Medieval Flanders, Harlow, 1992, pp. 110-123, 130-138, 164-179, 217-230, obra en la que se ofrece un adecuado resumen, tanto de la obra del propio autor como de los escritos de otros académicos.

27. W. H. TeBrake, A plague of insurrection, Filadelfia, 1993; J. Dumolyn y J. Haemers, «Patterns of urban rebellion in medieval Flanders», Journal of medieval history, n.º 31, 2005, 369-393. Véase en general, S. K. Cohn, Lust for liberty, Cambridge, Massachusetts, 2006, pp. 32-33, 54-57, y más adelante, el capítulo 12.

28. R. Britnell, Britain and Ireland, 1050-1530: Economy and society, op. cit., pp. 140 y 153; J. Blair, «Small towns 600-1270», en Palliser, The Cambridge urban history of Britain, 2008, pp. 258-270.

29. Véase E. M. Carus-Wilson, «The first half-century of the borough of Stratford-upon-Avon», Economic history review, n.º 18, 1965, pp. 46-63. Y para lo que sigue, véase C. Dyer, «Medieval Stratford», en R. Bearman (comp.), The history of an English borough, Stratford, 1997, pp. 43-61, 181-185.

30. C. Dyer, Making a living in the middle ages, op. cit., pp. 163-174; R. Britnell, The commercialisation of English society, 1100-1500, op. cit. Para la cofradía, véase G. Rosser, The art of solidarity in the middle ages, Oxford, 2015, pp. 80-81, 114-115, 204-205.

31. B. M. S. Campbell et al., A medieval capital and its grain supply, s. l., 1993, especialmente el mapa que figura en la página 61. Para un análisis crítico del caso de Sicilia, véase S. R. Epstein, An island for itself, Cambridge, 1992, pp. 163 y sigs., 270 y sigs.

32. C. Wickham, Framing the early middle ages, pp. 712-718, 794-819.

33. El texto de P. Spufford, Power and profit, Nueva York, 2002, es un estudio de carácter general tan reciente como adecuado. Para Italia, véase P. J. Jones, The Italian city-state, Oxford, 1997, pp. 152-332.

34. E. B. Fryde y M. M. Fryde, «Public credit, with special reference to northwestern Europe», The Cambridge economic history, vol. 3, pp. 455-461. Con todo, ha de tenerse en cuenta que la caída de los Bardi y los Peruzzi se debió también a las dificultades internas por las que atravesaba la propia Florencia: véase A. Sapori, La crisi delle compagnie mercantili dei Bardi e dei Peruzzi, Florencia, 1926, pp. 50-86, 140-182, 204-206, junto con los comentarios críticos que expone E. S. Hunt en «A new look at the dealings of the Bardi and Peruzzi with Edward III», The journal of economic history, n.º 50, 1990, pp. 149-162.

35. El texto de J. L. Abu Lughod, Before European hegemony, Oxford, 1989, es un buen manual de conjunto para el estudio de la economía global del período comprendido entre los años 1250 y 1350 —para Egipto, véanse pp. 212-247—.

36. Para la gueniza y la historia económica de la zona y la época, véase S. D. Goitein, A Mediterranean society, Berkeley, 1967-1993, especialmente el vol. 1; junto con J. Goldberg, Trade and institutions in the medieval Mediterranean, op. cit. Para los judíos europeos, véase el capítulo 10.

37. L. A. Kotel’nikova, Mondo contadino e città dal XI al XIV secolo, Bolonia, 1975, pp. 26-141.

38. El texto de G. Duby, Rural economy and country life in the medieval west, op. cit., pp. 126-152, sigue siendo una buena guía general. Hace tiempo que no se estudia en profundidad este conjunto de acontecimientos. Para el pescado seco, véase B. Sawyer y P. Sawyer, Medieval Scandinavia, Mineápolis, 1993, pp. 157-159.

39. W. C. Jordan, The great famine, Princeton, 1996.

40. B. M. S. Campbell (comp.), Before the Black Death, Manchester, 1991, ofrece una imagen ponderada de lo sucedido en Inglaterra. Véase también S. R. Epstein, Freedom and growth, Londres, 2000, pp. 38-55; así como M. Bourin et al., «Les campagnes européennes avant la peste», en idem (comps.), Dynamiques du monde rural dans la conjoncture de 1300, Roma, 2014, pp. 9-101.

41. Para el desplazamiento de los albañiles por Europa, véase P. du Colombier, Les chantiers des cathédrales, segunda edición, París, 1973, pp. 47-48. R. Recht (comp.), ofrece en Les batisseurs des cathédrales gothiques, Estrasburgo, 1989, pp. 113-177, unos cuantos casos prácticos muy interesantes para conocer los detalles de la construcción de las catedrales. Para saber más acerca de la movilidad social, véanse los estudios multirregionales que presenta S. Carocci (comp.), La mobilità sociale nel medioevo, Roma, 2010.