Este capítulo ofrece una primera definición de las principales variables macroeconómicas, tomada del Economic Outlook de la OCDE, edición de noviembre de 2016. España se toma como ejemplo. El capítulo mira primero el PIB, antes de considerar los otros indicadores importantes usados por los economistas de la OCDE: consumo privado, formación bruta de capital fijo, deflactor del PIB, tasa de ahorro de los hogares y el saldo financiero del gobierno general.
En este primer capítulo, el objetivo es dar una definición inicial de las principales variables macroeconómicas, enumeradas en el cuadro que aparece a continuación, tomado de Economic Outlook de la OCDE de noviembre de 2016 (OCDE, 2016a)1. Se ha elegido ilustrar este capítulo usando el ejemplo de España, pero bien se hubiera podido tomar cualquier otro país de la OCDE, puesto que la estructura de los capítulos de país en el Economic Outlook de la OCDE es la misma para todos.
Cada capítulo de este libro utiliza como ejemplo un país diferente
España1: Euros del año 2010, cambios anuales en porcentaje
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2013 |
2014 |
2015 |
2016 |
2017 |
2018 |
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Precios corrientes |
Cambios porcentuales, volumen |
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Miles de millones de euros |
(Precios de 2010) |
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PIB a precios de mercado |
1 025.6 |
1.4 |
3.2 |
3.2 |
2.3 |
2.2 |
Consumo privado |
598.5 |
1.6 |
2.9 |
3.4 |
2.1 |
1.6 |
Formación bruta de capital fijo |
192.4 |
3.8 |
6.0 |
4.3 |
4.7 |
4.7 |
Demanda interna total |
992.2 |
1.9 |
3.4 |
3.2 |
2.4 |
2.2 |
Exportaciones de bienes y servicios |
330.5 |
4.2 |
4.9 |
5.8 |
4.5 |
4.6 |
Importaciones de bienes y servicios |
297.1 |
6.5 |
5.6 |
5.9 |
5.0 |
4.7 |
Rubros pro memoria |
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Deflactor del PIB |
– |
-0.3 |
0.5 |
0.6 |
1.2 |
1.1 |
Indice armonizado de precios al consumidor |
– |
-0.2 |
-0.6 |
-0.3 |
1.5 |
1.3 |
Tasa de desempleo |
– |
24.4 |
22.1 |
19.6 |
17.7 |
16.4 |
Tasa de ahorro de los hogares (neta)2 |
– |
3.2 |
2.3 |
1.9 |
2.4 |
2.5 |
Saldo financiero del gobierno general3 |
– |
-6.0 |
5.1 |
-4.6 |
-3.6 |
-2.9 |
1. El Economic Outlook de la OCDE de noviembre de 2016. Para entonces los economistas de la OCDE habían proyectado los datos de 2016, 2017 y 2018. Los datos de 2013, 2014 y 2015 son observaciones hechas por el INE, la Oficina Estadística de España. |
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Fuente: OCDE (2016), “Economic Outlook” No. 100 (Edición 2016/2); OECD Economic Outlook: Statistics and Projections (database), http://dx.doi.org/10.1787/7fa317bf-en. |
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Los comentarios hechos por los economistas de la OCDE en noviembre de 2016 incluían lo siguiente:
“La economía española ha crecido con fuerza en 2016, inducida por la demanda interna, incluida la inversión, estimulada por una política monetaria suave en la zona euro y por estímulos fiscales. Se espera que la fase de expansión continúe en 2017 y 2018, con una demanda interna que lidere la recuperación, aunque con ritmo lento, pues algunos factores que habían contribuido a propulsar el consumo, tales como los bajos precios del petróleo y los bajos impuestos experimentarán un retroceso. La inflación crecerá gradualmente en la medida en que disminuyan los efectos de los bajos precios del petróleo, pero seguirán las presiones moderadas debido al desempleo que continua siendo alto.”
Los economistas de la OCDE, al comentar sobre el desarrollo de la economía española en noviembre de 2016, esperaban un crecimiento continuo pero más lento del producto interno bruto (conocido comúnmente como PIB) para 2017 y 2018.
Las definiciones de los términos que aparecen en negrita se presentan en el glosario de este libro.
Para España, aún más que para la mayoría de los países de la OCDE, el período 2009-14 fue de años terribles. El Cuadro 1.1 muestra al 2014 como el primer año después de la crisis en el cual el PIB efectivamente creció (1.4%) pues había experimentado cinco años de recesión. El crecimiento fue relativamente fuerte en 2015 (3.2%) y se espera que permanezca en estos niveles en 2016. Se espera un crecimiento del PIB para 2017 y 2018 de 2.3% y 2.2% respectivamente. Sin embargo esta perspectiva positiva depende en gran parte de los desarrollos futuros de la crisis en la zona euro. Los porcentajes mostrados podrán ser considerados bajos, pero no se debe olvidar que las variables de contabilidad nacional se miden en miles de millones.
En la práctica, la mayoría de los países de la OCDE técnicamente compilan su contabilidad nacional en millones, y muchas tablas publicadas aparecen en millones. Pero esto no quiere decir que los datos sean exactos en términos de millones. Redondearlos en miles de millones es lo aconsejable.
En el caso de España, el 2% del PIB equivale a 21 mil millones de euros que corresponden, en términos aproximados, a los ingresos anuales totales de 780 000 empleados.
En este capítulo se comienza definiendo el PIB, antes de referirse a los otros indicadores que principalmente usan los economistas de la OCDE: consumo privado, formación bruta de capital fijo, deflactor del PIB, tasa de ahorro de los hogares, y el saldo financiero del gobierno general. Para todos los datos de la contabilidad nacional discutidos en este capítulo, el lector se puede referir al sitio web de la OCDE para este libro, o al sitio web general de la OCDE en las áreas dedicadas a “cuentas nacionales trimestrales” o a “cuentas nacionales anuales”. Las cuentas nacionales trimestrales son más pertinentes para los que deseen tener los datos más recientes.
El PIB, producto interno bruto, es el indicador de la contabilidad nacional más frecuentemente utilizado. Se encuentra en el corazón de todo el sistema de contabilidad nacional, y su definición ha sido ahora acordada internacionalmente (véase el Recuadro 1.1). El PIB combina en una sola cifra, sin duplicaciones, toda la producción (o el producto) obtenida por todas las empresas, las instituciones sin ánimo de lucro, las entidades gubernamentales y los hogares de un país determinado, en un período definido, independientemente del tipo de bienes y servicios producidos, siempre y cuando la producción tenga lugar dentro del territorio económico del país. En la mayoría de los casos, el PIB se calcula trimestralmente o anualmente, pero puede también calcularse mensualmente.
Los estándares que gobiernan la contabilidad nacional se consagran en dos manuales de referencia internacional: el “Sistema de Cuentas Nacionales 2008”, que se reconoce globalmente como (SCN 2008), y su versión europea, el “Sistema Europeo de Cuentas 2010” (SEC 2010). El manual global (SCN 2008) ha sido elaborado conjuntamente por las cinco principales organizaciones económicas internacionales: las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, la OCDE, el Banco Mundial y la Comisión Europea. El manual europeo es totalmente compatible con el manual global e incluye algunos detalles útiles adicionales. También tiene un carácter jurídicamente más vinculante que el primero, porque según regulaciones europeas, los países miembros de la Unión Europea están obligados a ponerlo en práctica. Estos manuales han contribuido substancialmente a mejorar la comparabilidad internacional de los datos, pero quedan mejoras por hacer para lograr este propósito (véase el Capítulo 3). Las versiones completas actuales de SCN 2008 y de ESA 2010 son accesibles en línea.
Advertencia: Aunque los manuales datan de 2008 y 2010, su puesta en práctica toma tiempo porque el proceso de la producción de estadísticas de cuentas nacionales es muy pesado. El original de esta edición se publicó en 2014 poco tiempo antes de que la mayoría de países de la OCDE los hubiera aplicado. Los Estados Unidos de América, Australia, Israel, México y Canadá los aplicaron en 2013, Corea en marzo de 2014. Pero los países europeos aplicaron el ESA 2010 solamente en octubre de 2014, justo en el momento de la publicación del original de este libro. Por ello los datos que ilustran los capítulos de este trabajo se extraen a veces del sistema anterior. Sin embargo, no se debe dar demasiada importancia a esta limitación. Comparado con el sistema anterior, el cambio principal es que el gasto en Investigación y Desarrollo ahora se contabiliza como inversión y no como consumo intermedio (véase el Capítulo 14). En la práctica, esto lleva a un aumento del nivel del PIB de alrededor +2.5% en los Estados Unidos de América, y de +1.9% en promedio en la Unión Europea. Es importante observar que este impacto es “estructural” en el sentido que el aumento afecta a más o menos todos los años. Esto quiere decir que la serie cronológica del PIB se incrementa más o menos en la misma proporción en todos los años, de manera que la tasa de crecimiento del PIB, que es el indicador principal, solo se ve afectada de manera marginal. Para ilustrar el impacto del cambio para Francia, que publicó sus nuevas cuentas en mayo 2014, véase el Capítulo 14.Para el lector interesado, el StatLink http://dx.doi.org/10.1787 presenta una tabla que ilustra los cambios debido a la puesta en práctica del ESA 2010 para los principales indicadores macroeconómicos de España para el período 2010-14.
Sin embargo, la medición de la producción total de un país no es un asunto simple, por lo que los contables nacionales tienen que apelar a todo su ingenio para crear métodos de cálculo adecuados. (Véanse las secciones “La exactitud de las Cuentas Nacionales” y “Limitaciones y Riesgos que deben evitarse” en las Precisiones adicionales al final de este capítulo).
La producción de una empresa concreta puede medirse fácilmente. Por ejemplo, la de una empresa que produce pasta puede medirse por las toneladas de pasta fabricada durante el año, o, si se multiplica el número de toneladas de pasta por su precio, la producción quedara valorada en dólares (o en euros en el caso de España, puesto que ésta es la moneda nacional). Pero veremos que no tiene sentido agregar el valor de la producción, expresada en dólares, de todas las empresas para llegar a un agregado macroeconómico. Eso se debe a que el resultado del cálculo depende en gran medida de la manera en que se organizan las empresas.
Retomando el ejemplo del fabricante de pastas, se pueden comparar dos escenarios diferentes de producción en una región dada. Supóngase que en el primer año hay solamente una empresa A, que produce tanto las pastas como la harina usada para obtenerlas. Su producción asciende a 100 000 dólares, correspondiente a 100 toneladas de pastas, con cada tonelada valorada en 1 000 dólares. Suponga ahora que, al año siguiente, la empresa A se parte en dos, A1 se especializa en la fabricación de harina y la vende por 30 000 dólares a A2, que realiza la producción final de las pastas. A2 hace la misma cantidad de pastas que en el primer año, es decir 100 toneladas, y al mismo precio, es decir 1 000 dólares por tonelada.
Año 1 |
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Empresa A |
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Producción |
100 000 USD |
|
Año 2 |
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Empresa A1 |
Empresa A2 |
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Producción |
30 000 USD |
100 000 USD |
En el primer año, la producción en esta región valdrá 100 000 dólares; en el segundo año, el valor de la producción total será el valor producido por la empresa A1, es decir 30 000 dólares, y el valor producido por la empresa A2, es decir 100 000 dólares, dando por resultado un total de 130 000 dólares. Pero sería claramente absurdo utilizar este total como nuestro indicador macroeconómico de la actividad en la región. Mostraría un aumento del 30% (130 000/100 000 = 1.30, escrito a menudo como +30%, o simplemente 30%), cuando de hecho no ha ocurrido ningún cambio en absoluto desde el punto de vista estrictamente macroeconómico. La misma cantidad de pastas se produjo al mismo precio. Lo único que cambió fue la organización legal y comercial de las empresas.
La discrepancia anterior generó la innovadora idea de los contables nacionales de calcular la contribución de cada empresa no mediante el valor de su producción, sino mediante su valor agregado. Esta expresión tiene sentido puesto que consiste en medir el valor que la empresa agrega al de las empresas que suministran sus insumos. En el ejemplo de las pastas, nuevamente, al comparar con la situación en el primer año, cuando había solamente la empresa A, el valor agregado por la empresa A2 no es igual a 100 000 dólares puesto que esta empresa compra harina por un valor de 30 000 dólares, mientras que en el primer año había elaborado esta harina por cuenta propia y no la había contabilizado como producción. Por lo tanto, el sistema de la contabilidad nacional propone calcular el valor agregado por la empresa A2 como (100 000-30 000) dólares. Es decir, el valor de la producción de la empresa menos el valor de los productos utilizados (insumos) en la producción durante el período.
Los productos consumidos en el proceso de producción durante el período se conocen como consumo intermedio. Al deducir su valor del de la producción, se elimina la doble contabilización que se presentó previamente al sumar la producción de las empresas A1 y A2. En el segundo año, la harina de hecho fue contada dos veces: una vez en el valor de la producción de A1 (30 000 dólares) y una segunda vez en el valor de la producción de A2 (pues los 100 000 dólares en producción de hecho incluyen el valor de la harina comprada y utilizada en el proceso de producción).
Si se aplica este razonamiento a todas las empresas, calculando para cada una su valor agregado, es entonces posible sumar los de cada empresa, sin incurrir en doble contabilización. El resultado será un indicador independiente de la manera en que se organizan las empresas. Esto se ilustra en el cuadro siguiente, que incluye la explotación agrícola que produjo el trigo, a partir del cual se elaboró la harina. Para simplificar, se supone que el agricultor no tiene consumo intermedio; él obtiene su trigo solamente de su trabajo y de la maquinaria, sin comprar semillas ni fertilizantes. Como se puede ver en el diagrama que sigue, la suma de los egresos de cada unidad cambia, pero la suma del valor agregado de las empresas sigue siendo igual a 100 000 dólares, sin importar el modelo de organización.
Año 1 |
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Agricultor |
Empresa A |
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Factores e insumos |
Trabajo + maquinaria |
Trabajo + maquinaria + trigo |
Producción |
10 000 USD |
100 000 USD |
Consumo Intermedio |
0 |
10 000 USD |
Valor agregado |
10 000 USD |
90 000 USD |
Año 2 |
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Agricultor |
Empresa A1 |
Empresa A2 |
|
Factores e insumos |
Trabajo + maquinaria |
Trabajo + maquinaria + trigo |
Trabajo + maquinaria + harina |
Producción |
10 000 USD |
30 000 USD |
100 000 USD |
Consumo intermedio |
0 |
10 000 USD |
30 000 USD |
Valor agregado |
10 000 USD |
20 000 USD |
70 000 USD |
Esta es la razón por la cual el PIB se define como la suma de los valores agregados por las empresas, las instituciones del gobierno y los hogares productores de un país dado: PIB = Σvalores agregados.
Para ser más exacto, se debe decir “PIB = Σvalores agregados brutos, más impuestos, menos subsidios a los productos”. Véase el Cuadro 1.5.
Como el valor agregado es a su vez igual a la producción menos el consumo intermedio, el resultado final es: PIB = Σproducciones – Σconsumos intermedios.
La fórmula compuesta para el PIB (conocido como un “agregado”) constituye un indicador macroeconómico de la producción que es independiente del modelo de organización y evita la doble contabilización. Proporciona un buen ejemplo de las tres reglas esenciales seguidas por los contables nacionales cuando pasan del nivel microeconómico al macroeconómico:
evitar la doble contabilización;
definir agregados significativos económicamente (es decir, que su valor es independiente de factores no-económicos); y
crear indicadores que sean mensurables en la práctica.
¿Por qué el extraño nombre de “producto interno bruto”, o PIB? Debe estar claro ahora que el “producto” describe lo que se está intentando medir, es decir el resultado de la producción. “lnterno” indica que la producción se ha realizado dentro del territorio económico de un país o de un grupo de países. (Es evidentemente posible calcular el PIB para un grupo de países, tal como el de la zona euro.) “Bruto” indica que no se ha deducido el consumo de capital fijo (ver más adelante).
“Interno” es una categoría diferente de “Nacional”. Tal es el caso del PNB o producto nacional bruto, agregado que fue utilizado en los sistemas anteriores de contabilidad nacional (aun actualmente, el “PNB” es ampliamente utilizado por fuerza de la costumbre).
El PIB mide la producción total que se obtiene dentro del territorio, mientras que INB, ingreso nacional bruto, mide el ingreso total obtenido (excepto las ganancias y pérdidas por tenencia) por todos los agentes económicos que residen dentro del territorio (hogares, empresas e instituciones del gobierno).
Para convertir el PIB en INB, es necesario sumar al PIB los ingresos recibidos del extranjero por las unidades residentes y deducir el ingreso primario creado por la producción en el país, pero transferida a las unidades que residen en el extranjero. Por ejemplo, los ingresos de los trabajadores que viven en Alemania pero que trabajan en zonas próximas de Suiza o de Luxemburgo tienen que ser agregados al PIB alemán para obtener su INB. Inversamente, los ingresos de los trabajadores estacionales o regulares que viven en Francia o Polonia y que trabajan atravesando la frontera con Alemania tienen que ser deducidos del PIB alemán para obtener el INB alemán.
Para los grandes países de Europa, como España o Alemania, la diferencia entre el PIB y el INB es pequeña (-0.3% y 2.2% como se ve en el cuadro siguiente). Pero es más grande para un país pequeño como Irlanda, que paga un porcentaje sustancial de su PIB como ingresos de los trabajadores y otros ingresos primarios al “resto del mundo” (término usado por la contabilidad nacional para designar, en este caso, “todos los países distintos de Irlanda”), más exactamente a las firmas multinacionales estadounidenses que se han establecido allí, en parte, por razones tributarias. El resultado es que el INB de Irlanda es 13.3% más bajo que su PIB. En el caso de Alemania su INB es 2.2% superior a su PIB.
Millones de euros
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Año 2014 |
España |
Alemania |
Irlanda |
B1_GS1: Producto interno bruto |
1 037 025 |
2 923 930 |
189 046 |
(+) D1_D4FRS2: Ingresos primarios por recibir del resto del mundo |
52 704 |
191 281 |
62 850 |
(-) D1_D4TOS2: Ingresos primarios por pagar al resto del mundo |
56 039 |
126 268 |
87 980 |
B5_GS1: Ingreso nacional bruto a precios de mercado |
1 033 680 |
2 988 943 |
163 913 |
Diferencia entre PIB e INB (%) |
-0.3% |
2.2% |
-13.3% |
Fuente: OECD (2016), Aggregate National Accounts: Disposable income and net lending/borrowing, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00002-en. |
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También se hace la distinción entre el PIB y el PIN o Producto Interno Neto. Para producir bienes y servicios (es decir, obtener “la producción”) se requieren por lo menos tres factores: trabajo (la “mano de obra”), bienes y servicios (consumo intermedio o insumos intermedios) y capital (maquinaria). Estos diversos factores “entran” en el proceso de producción y se denominan globalmente como insumos.
Para llegar a una medida auténtica de la nueva riqueza creada durante un período, se debe deducir el costo de uso del capital (como el “desgaste” de la maquinaria, por ejemplo). Esto se conoce como consumo de capital fijo. Cuando se deduce este consumo, el resultado es el valor agregado neto, y el PIN es la suma de estos valores agregados netos: PIN = å valores agregados netos.
Aunque sea menos utilizado que el PIB, el PIN es, en teoría, una mejor medida de la riqueza producida puesto que deduce el costo de usar la maquinaria y otros activos fijos empleados en la producción. Por razones similares, en teoría, el ingreso nacional neto (INN) es una mejor medida del ingreso generado que el INB porque el ingreso nacional neto deduce el costo de usar los activos fijos. Sin embargo, los economistas de la OCDE tienden a preferir el PIB o el INB (sobre PIN o el INN) por dos razones. Primero, los métodos para calcular el consumo de capital fijo son complejos y tienden a ser diferentes entre países, y se crean así dudas sobre la comparabilidad de los resultados. En segundo lugar, cuando se clasifican los países o se analiza su crecimiento, las diferencias entre el PIB y el PIN son pequeñas y no cambian las conclusiones.
Véase nuevamente el Cuadro 1.1. Principales variables macroeconómicas, que aparece al principio del capítulo. Los comentarios de los economistas de la OCDE (mostrados en la parte inferior del cuadro) indican que no están interesados en el crecimiento del PIB como tal sino en el crecimiento del PIB “real”. ¿Qué significa esta expresión?
Economistas y periodistas han adquirido el hábito desafortunado de usar el término general de “crecimiento” en lugar de especificar “crecimiento del PIB real”. Una frase típica es: “el crecimiento del PIB es 2%” en vez de “el crecimiento del PIB real es el 2%”. Esta falta de precisión da lugar a veces a una terminología extraña, tal como “crecimiento negativo”, que es un oxímoron (contradicción de términos); sería mejor decir “una disminución del PIB en volumen”. A propósito, los contables nacionales prefieren el término “PIB en volumen” a “PIB real” porque la inflación es tan real como el crecimiento.
El ABC de la macroeconomía consiste en distinguir qué parte del cambio en los agregados de las cuentas nacionales a precios corrientes proviene de un cambio en las cantidades producidas y qué parte proviene de un cambio en precios. Supongamos, en el ejemplo ya citado, que la producción de pastas vale 100 000 dólares en el primer año y 110 000 dólares en el segundo. El macroeconomista querrá saber inmediatamente si este crecimiento del 10% (que puede ser descrito como “nominal” o “en valor” o, todavía mejor, “a precios corrientes”) se debe a un aumento en la cantidad de pastas o a un aumento en su precio. Un aumento en cantidad es una buena noticia, mientras que un aumento en los precios (“inflación”) tiende a ser mala noticia. Teniendo presente el objetivo de separar el buen crecimiento (cantidades) del mal crecimiento (inflación), los contables nacionales han desarrollado métodos sofisticados para separar los movimientos en el PIB “a precios corrientes” en dos componentes: (1) un indicador del cambio en cantidad (el “PIB real” o, preferiblemente, “PIB en volumen”); y (2) un indicador del cambio en precios, llamado “deflactor del PIB”. Estos métodos se describen detalladamente en el Capítulo 2.
Recuerde que los 100 000 dólares de valor de la producción de pastas corresponden a 100 toneladas de pastas (la cantidad) por 1 000 dólares (el precio por tonelada). Casi de la misma manera, el índice de la tasa de crecimiento del PIB a precios corrientes es igual al índice de la tasa de crecimiento del PIB en volumen multiplicado por el índice de la tasa de crecimiento del deflactor del PIB:
Ecuación fundamental (1)
[1 + Tasa de crecimiento del PIB a precios corrientes (dividida por 100)] =
[1 + Tasa de crecimiento del PIB en volumen (dividida por 100)] ×
[1 + Tasa de crecimiento del deflactor del PIB (dividida por 100)]
Esta es una ecuación fundamental en las cuentas nacionales, y el término “deflactor” proviene directamente de ella. De la ecuación fundamental se deriva la siguiente ecuación:
[1 + (Tasa de crecimiento del PIB en volumen/100)] =
[1 + (Tasa de crecimiento del PIB a precios corrientes/100)]/
[1 + (Tasa de crecimiento del deflactor del PIB/100)]
En esta forma, el crecimiento del PIB a precios corrientes, se deflacta (se corrige o mejor se divide) por un índice de precio (el deflactor del PIB) para obtener el indicador de volumen (PIB en volumen). Inversamente, en la versión previa de la ecuación, el índice de crecimiento del PIB en volumen “fue inflado” por el índice de precio para obtener el índice de crecimiento del PIB a precios corrientes. Observe que estas ecuaciones que muestran la descomposición en cambios en volumen y en precios se aplican no sólo al PIB sino también a algunas otras variables fundamentales de las cuentas nacionales, en particular la inversión y el consumo. Observe también que esta ecuación también se aplica a los niveles absolutos. Así, el PIB en volumen en niveles absolutos (es decir en millones de dólares del año “base”) es igual al PIB en niveles absolutos a precios corrientes (es decir en millones de dólares) dividido por el deflactor implícito, expresado como un índice de precios dividido por 100. Cuando se hace esta operación, el año base para el PIB en volumen corresponde al año en el cual el índice de precios es convencionalmente igual a 100.
Los macroeconomistas prestan muy poca atención a la evolución del PIB a precios corrientes. Ni siquiera aparece en el cuadro principal de la OCDE para España (véase el Cuadro 1.1). En cambio, sus dos componentes principales – el PIB real y el deflactor del PIB – aparecen en forma destacada, el primero para medir el crecimiento y el otro para medir la inflación. El PIB a precios corrientes es, sin embargo, utilizado como el denominador común para normalizar muchos agregados importantes, como por ejemplo el déficit público, el saldo de exportaciones e importaciones, el ahorro nacional, etc. Las relaciones calculadas como porcentajes del PIB, en las cuales tanto el numerador como el denominador se expresan generalmente a precios corrientes, se usan para hacer comparaciones internacionales de variables que de otra manera dependerían del tamaño del país.
El Gráfico 1.1 ilustra la relación entre el PIB a precios corrientes, el PIB en volumen y el deflactor del PIB para España. A diferencia del cuadro anterior de la OCDE, que mostraba tasas de crecimiento, las cifras aparecen en el gráfico en “cantidades absolutas”. Es decir, los dos agregados – PIB a precios corrientes y PIB en volumen – se expresan en millones de euros.
Fuente: OECD (2016), “Aggregate National Accounts, SNA 2008 (or SNA 1993): Gross domestic product”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00001-en.
Se puede ver que el PIB de España a precios corrientes era, grosso modo, 1 075 miles de millones de euros en 2015, mientras que el PIB español en volumen (es decir a precios constantes, expresado en el gráfico como “PIB a precios de 2010”) era alrededor de 1 068 miles de millones de euros para el mismo año. El deflactor del PIB (inflación) no se puede expresar en miles de millones de euros y por lo tanto no aparece como una línea separada en el gráfico2. Sin embargo, el deflactor del PIB se puede inferir por la distancia entre el PIB en volumen y el PIB a precios corrientes. La distancia entre 2000 y 2007, período anterior al año base, indica, en principio, la existencia de inflación3. Esto se puede deducir del hecho que después de 2000, el PIB a precios corrientes (la línea continua) aumenta mucho más rápidamente que el PIB en volumen (la línea de puntos). Después del año base (2010) los dos indicadores evolucionan sobre una misma trayectoria, indicando estabilidad de precios (es decir, baja inflación) mientras que el país emerge de la recesión en 2014 (cuando el PIB en volumen comienza a crecer).
Obsérvese que las dos líneas coinciden en el año 2010. Eso es porque en este gráfico, el PIB en volumen para todos los años se ha calculado usando los precios corrientes del año 2010. Por esta razón la leyenda para la línea de puntos se refiere al PIB “a precios de 2010”. Por definición, los dos agregados – PIB a precios corrientes y PIB en volumen – tienen que ser iguales para este año particular (conocido como el “año base” o el “año de referencia”). Estos aspectos se tratarán de nuevo en el Capítulo 2, pero lo que debe retenerse de este ejemplo es la importancia de saber si el agregado está en volumen o no. La selección del año base es menos importante, especialmente cuando se trata de las tasas de crecimiento, que es el aspecto sobre el cual se enfocan los economistas.
El Cuadro 1.3 muestra las variaciones en el deflactor del PIB de España. Se puede ver que el año 2014 se caracteriza por la deflación (el deflactor del PIB se reduce 0.3%) mientras que el año 2015 muestra una inflación baja (0.5%). El pronóstico para la inflación indica que esta permanecerá en nivel bastante bajos, alrededor del 1% para 2017 y 2018. Para efectos de comparación, el cuadro también muestra la variación anual en el índice de precios al consumidor, (IPC)4. Es otro indicador más conocido de la inflación y utilizado con mayor frecuencia que el deflactor del PIB, principalmente por estar disponible mensualmente y por estar relacionado con el consumo, un agregado del mayor interés para la gente. El deflactor del PIB, también llamado “índice de precios implícito del PIB” o, simplemente “deflactor implícito del PIB”, tiene un alcance más amplio que el IPC, pues también cubre bienes de capital; pero por otra parte, es menos general porque mide solamente la inflación nacional, ya que los aumentos en los precios de importación solamente se tienen en cuenta de manera indirecta. Por otra parte, y con excepción de los pocos países que compilan sus cuentas nacionales cada mes, el deflactor del PIB está disponible solamente con periodicidad trimestral.
España, tasas de crecimiento anual en porcentaje
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2014 |
2015 |
2016 |
2017 |
2018 |
|
Deflactor del PIB |
-0.3 |
0.5 |
0.6 |
1.2 |
1.1 |
Índice de precios al consumidor |
-0.2 |
-0.6 |
-0.3 |
1.5 |
1.3 |
Fuente: OECD (2016), “OECD Economic Outlook No. 100 (Edition 2016/2)”, OECD Economic Outlook: Statistics and Projections (database), http://dx.doi.org/10.1787/7fa317bf-en. |
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Es interesante regresar al Cuadro 1.1 al principio de este capítulo. Los economistas de la OCDE habían observado que una política monetaria flexible y continuada en la zona euro debería mantener el impulso a la inversión, pero con un ritmo moderado, como se puede apreciar con la variable “formación bruta de capital fijo”, la cual ha crecido substancialmente en 2014 y 2015 (3.8% y 6.0% respectivamente) y se espera que continúe creciendo en 2027 y 2018 con una tasa del 4.7%. De la misma forma que el PIB real, esta variable se muestra en el Cuadro 1.1 “a precios de 2010”, es decir “en volumen”. Para un agregado macroeconómico, un crecimiento de más de 3% en volumen revela un comportamiento favorable, aunque China o India presentan un desempeño aún mejor. Sin embargo, cuando se escribían estas líneas, esto era solamente un pronóstico que esperaba ser confirmado.
En las cuentas nacionales, la inversión, es decir la adquisición de maquinaria (incluyendo el software) y de edificios (oficinas, infraestructura, viviendas) y la formación de existencias (inventarios), se conoce como formación bruta de capital (FBC). Cuando la formación de existencias (o la “variación de inventarios”) se excluye de ese total, quedan solamente las adquisiciones de edificios y de la maquinaria, y el resultado se conoce como formación bruta de capital fijo (FBCF). Esta variable mide gastos totales en bienes previstos para ser utilizados en la producción futura. Este tipo de productos se conocen conjuntamente como capital “fijo”5. ¿Por qué no simplemente llamarla inversión, como los economistas a menudo lo hacen? Porque la palabra “inversión” en su uso corriente se aplica tanto a la inversión financiera (“se invierte en títulos del mercado accionario”) como a la inversión en maquinaria y edificios. Para hacer una distinción clara entre los dos usos, los contables usan esta terminología algo peculiar. Finalmente, la palabra “bruta” indica que el gasto se mide sin deducir el consumo de capital fijo (el deterioro gradual por uso y envejecimiento).
Los economistas de la OCDE confiaban en que la demanda interna continuara liderando la recuperación en España. El “consumo final privado” es la parte principal de la demanda interna y los economistas de la OCDE esperan un aumento del consumo privado de 2.1% en 2017 y de 1.6% en 2018. El “consumo privado” es esencialmente lo que los contables nacionales denominan gasto de consumo final de los hogares.
El consumo privado incluye el gasto de consumo de los hogares y también el gasto por las “instituciones sin fines de lucro que sirven los hogares” (ISFLSH). Para la definición de “hogares” y de “ISFLSH”, véanse los Capítulos 5 y 6.
Esta variable cubre todas las compras hechas por los consumidores: comida, vestuario, servicios de vivienda (alquileres), energía, bienes durables (entre ellos los automóviles), gastos en salud, en esparcimiento y en servicios diversos. El gasto de consumo, sin embargo, no incluye compras de vivienda por los hogares, pues estas se contabilizan como FBCF de los hogares. La variable “consumo” contrasta con la “FBCF”, pues el consumo corresponde a las compras de bienes que se consumen (en el sentido de ser “usados” o “destruidos”) durante el período, mientras que la FBCF refiere a las compras previstas para ser usadas en la producción futura de bienes y servicios. Sin embargo, esta distinción es algo arbitraria, puesto que las compras de automóviles por los hogares (bienes que sin duda se supone que duren) se clasifican como consumo (véase la sección sobre Limitaciones y riesgos que deben evitarse en las Precisiones adicionales al final del capítulo). El consumo se denomina final en contraste con el consumo intermedio al que se hizo referencia previamente.
Después del PIB, el consumo final de los hogares es indudablemente la variable la más importante de las cuentas nacionales, puesto que representa en general más del 60% del PIB. De hecho, el modelo económico que proporciona el marco fundamental de las cuentas nacionales está orientado a la maximización de este consumo, aunque hoy existe una preocupación creciente para que este consumo sea sostenible a largo plazo (“desarrollo sostenible”).
El consumo final y la inversión son dos de los componentes principales de la demanda macroeconómica “final”. El mayor interés de las Cuentas Nacionales es que constituyen un modelo “conciliado” de la economía, al equilibrar la oferta y la demanda. De hecho, la segunda ecuación fundamental de las cuentas nacionales puede escribirse así:
Ecuación fundamental (2)
PIB = Σagregados de la demanda final
Para lograr una mayor comprensión del origen de esta ecuación contable esencial, es útil volver sobre el ejemplo de la industria de las pastas.
Año 2 |
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Agricultor |
Empresa A1 |
Empresa A2 |
|
Factores e insumos |
Trabajo + maquinaria |
Trabajo + maquinaria + trigo |
Trabajo + maquinaria + harina |
Producción |
10 000 USD |
30 000 USD |
100 000 USD |
Consumo intermedio |
0 |
10 000 USD |
30 000 USD |
Valor agregado |
10 000 USD |
20 000 USD |
70 000 USD |
Recuérdese que el PIB es igual al valor agregado o, lo que es equivalente, a la producción total menos el consumo intermedio total. Si se agrega la producción, esto significa sumar los 10 000 dólares del valor del trigo, los 30 000 dólares del valor de la harina y de los 100 000 dólares de valor de las pastas, dando por resultado un total de 140 000 dólares. Si ahora se deduce el consumo intermedio, esto significa la eliminación de 10 000 dólares de valor del trigo y de 30 000 dólares de valor de la harina, se obtiene 100 000 dólares de valor de las pastas. Si, para simplificar, no se tiene en cuenta la posible acumulación de inventarios en la fábrica y en el circuito de distribución, los 100 000 dólares corresponden exactamente a las compras por los hogares, es decir al gasto de consumo final de los hogares. Este ejemplo muestra que el PIB, suma de todos los valores agregados, es igual, por definición, a la demanda final, la cual, en este caso, consiste solamente en la demanda de pastas por los hogares.
Se requiere solamente algo de elaboración para acercar más este ejemplo a la realidad. Si se introduce una empresa que produce la maquinaria usada para fabricar las pastas, se puede verificar que el PIB es igual exactamente al consumo de pastas más la adquisición de la maquinaria usada para hacerla, es decir al consumo de los hogares más la FBC. Esto abre más el sistema hacia la inclusión de la FBC. Además, si se supone que la economía está abierta a las importaciones y que hay demanda externa reflejada en exportaciones, la ecuación ahora se complementa con estos flujos adicionales:
PIB + Importaciones = Consumo de los hogares + FBC + Exportaciones
El lado izquierdo constituye la oferta a nivel macroeconómico, compuesta por la producción interna (PIB) y la oferta externa (importaciones). El lado derecho constituye la demanda final, conformada por la demanda interna (consumo de los hogares y FBC) y la demanda externa (exportaciones). Los macroeconomistas utilizan a menudo esta ecuación en otra forma matemáticamente equivalente:
PIB = Consumo de los hogares + FBC + Exportaciones netas
El lado izquierdo presenta ahora solamente el PIB, el indicador principal de la actividad económica. El lado derecho incluye los “usos finales”, que son los componentes principales de la demanda interna y las “exportaciones netas”, que son simplemente la diferencia entre las exportaciones y las importaciones. Esta ecuación contable es fundamental para analizar la situación económica. Proporciona un ejemplo perfecto del impacto de la demanda sobre la oferta, según el razonamiento keynesiano. De hecho, no es casual que las cuentas nacionales se hayan desarrollado durante los años 1940, justo después de los más importantes descubrimientos de Keynes.
Para ser exactos, la ecuación antedicha debe ser algo más compleja, tal como se muestra en el Cuadro 1.4. La segunda ecuación fundamental de las cuentas nacionales puede verificarse fácilmente mirando este cuadro. La adición de las filas en negrita (consumo final total, formación bruta de capital, saldo externo de bienes y servicios) es igual al PIB, aproximando a millones de euros. Este cuadro introduce el concepto de consumo final de las ISFLSH (“Instituciones sin fines de lucro que sirven los hogares”), que corresponde a una pequeña proporción del PIB (el 1.0%)6, y por ello los economistas lo suman a menudo al consumo de los hogares y crean así el agregado que designan como “consumo privado”.
Este cuadro introduce un concepto más importante: el de consumo de gobierno general (19.4% del PIB), que es del mismo orden que la FBCF (19.7%) pero es substancialmente menor que el consumo de los hogares (57.1%). Se volverá a tratar más adelante, en el Capítulo 5, el significado de la variable “consumo de gobierno general”. El cuadro también muestra la acumulación de existencias (“cambio en inventarios”). Aunque generalmente pequeña en términos absolutos, la acumulación de existencias desempeña un papel importante en el corto plazo. De hecho, los inventarios entran en juego como un “amortiguador de choque” entre la producción y la demanda final de los hogares y las empresas. Obsérvese que a diferencia de otras variables, los cambios en inventarios no figuran en los cuadros de agregados macroeconómicos como porcentaje del PIB, o como tasa de crecimiento, sino como contribuciones al crecimiento del PIB (véase el Recuadro 1.2. Contribuciones al crecimiento).
España, 2015
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Códigos* |
Millones de euros |
Porcentaje del PIB |
|
B1_GE |
Producto interno bruto (enfoque del gasto) |
1 075 039 |
|
P3 |
Gasto de consumo final |
833 524 |
|
del cual: |
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P31S14 |
Gasto de consumo final de los hogares |
613 760 |
57.1 |
P31S15 |
Gasto de consumo final de las ISFLSH |
11 275 |
1.0 |
P3S13 |
Gasto de consumo del gobierno general |
208 489 |
19.4 |
P5 |
Formación bruta de capital |
215 769 |
|
de la cual: |
|||
P51 |
Formación bruta de capital fijo |
212 069 |
19.7 |
P52 |
Cambios en inventarios |
3 700 |
|
B11 |
Balance externo de bienes y servicios |
26 346 |
|
del cual: |
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P6 |
Exportaciones de bienes y servicios |
356 873 |
33.2 |
P7 |
Importaciones de bienes y servicios |
330 527 |
30.7 |
* Este cuadro muestra los códigos oficiales del SCN, que el lector podrá encontrar en el sitio web que acompaña este libro. Los códigos facilitan la comprensión y el manejo de los datos. |
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Fuente: OECD (2016), “Aggregate National Accounts, SNA 2008 (or SNA 1993): Gross domestic product”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00001-en. |
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El análisis macroeconómico de corto plazo reposa en gran medida sobre la ecuación establecida en la página anterior, pero expresada en volumen. La ecuación proporciona una explicación matemática al crecimiento del PIB en términos de sus diversos componentes. El valor de las Cuentas Nacionales es que el concepto macroeconómico general de la influencia de la demanda sobre la oferta toma la forma concreta de una ecuación contable7. Esta era la misma ecuación que servía de base para la observación de los economistas de la OCDE: “La economía española ha crecido con fuerza en 2016, inducida por la demanda interna, incluida la inversión, estimulada por una política monetaria suave en la zona euro y por estímulos fiscales.”
En este recuadro, el signo Δ se utiliza para designar la diferencia entre dos años (o trimestres), de modo que ΔPIBt significa PIBt – PIBt-1, es decir la diferencia entre el PIB en el año (trimestre) t y el PIB en el año (trimestre) t-1. Usando esta notación, ΔPIBt/PIBt-1, será igual a la tasa de crecimiento del PIB del período t comparado con el período t-1.
El punto de partida es una ecuación simplificada del volumen: PIBt = Ct + It + Xt (donde PIB = Consumo Final + FBCF + Exportaciones Netas). En esta ecuación simplificada, se supone que no hay importaciones ni inventarios. Matemáticamente, esto da lugar a la ecuación de la “diferencia”: ΔPIBt = ΔCt + ΔIt + ΔXt. La división de los dos lados de la ecuación por PIBt-1 conduce a la ecuación (a):
Dividiendo y multiplicando cada término en el lado derecho por su valor en t-1 y reorganizando, se obtiene la ecuación (b):
En palabras esto quiere decir: Es posible expresar el crecimiento del PIB como una contribución del crecimiento del consumo más la contribución del crecimiento de la inversión más la contribución del crecimiento de las exportaciones netas. Cada contribución es igual al peso relativo de la variable multiplicado por la tasa de crecimiento de la misma variable en el período actual. El peso relativo de la variable es igual a su valor en el período anterior dividido por el PIB del período anterior.
Esta descomposición del crecimiento es ampliamente utilizada por los macroeconomistas. Como puede verse, se basa en la segunda ecuación fundamental. El Ejercicio 4, al final de este capítulo, le permitirá hacer un ejercicio práctico. El ejercicio conlleva el cálculo de la contribución de los cambios en inventarios y de las exportaciones netas. Puesto que estas variables pueden ser positivas o negativas, es necesario utilizar la versión (a) de la ecuación antedicha para calcular sus contribuciones al crecimiento, y no la versión (b). En las tablas macroeconómicas expresadas en tasas de crecimiento, los cambios en inventarios y las exportaciones netas nunca se muestran en términos de tasas de crecimiento porcentual sino, exclusivamente, como contribuciones al crecimiento.
Se debe tener en cuenta que el cálculo de contribuciones al crecimiento depende básicamente de la identidad contable entre el PIB y la demanda final. Desafortunadamente, este vínculo matemático ya no es completamente válido al usar índices encadenados de la evolución en volumen, porque los resultados no son aditivos. El Capítulo 2 explica las ventajas y desventajas de elaborar cuentas a partir de índices de volumen encadenados y muestra cómo compilar contribuciones al crecimiento en este nuevo contexto.
La sección anterior trata de la primera conciliación macroeconómica, entre la producción global (medida por la suma de los valores agregados) y la demanda final. Hay una segunda conciliación, esta vez entre la producción global y el ingreso de los agentes económicos. Cualquier actividad de producción genera un ingreso que se comparte entre los tres “factores de producción”: trabajo, capital y consumo intermedio. Puesto que el valor agregado es igual a la producción menos el consumo intermedio, esta segunda conciliación macroeconómica se puede escribir de manera más simple eliminando el consumo intermedio y usar el valor agregado como el indicador global de producción. Esto significa que ahora hay solamente dos factores que crean el valor agregado, a saber: el trabajo y el capital, que son remunerados respectivamente por salarios y por las utilidades generadas en la producción. Son estos tipos de ingreso los que permiten a los agentes económicos – los hogares y las empresas – consumir e invertir ulteriormente. Por ejemplo, los 100 000 dólares del PIB de la empresa de pastas, se dividen entre las utilidades del granjero y de las dos empresas A1 y A2, y los salarios del personal en las empresas A1 y A2.
Por último, las dos conciliaciones macroeconómicas se pueden resumir en la doble ecuación fundamental siguiente:
Ecuación fundamental (3)
Producción (suma de los valores agregados) =
Ingreso (salarios de los empleados + utilidades de las empresas) =
Demanda final (consumo + FBC + exportaciones netas)
En los capítulos que se ocupan de las cuentas de los hogares, de las empresas y de los sectores del gobierno, se evaluará la forma en que el ingreso se registra en las cuentas nacionales. Por el momento basta entender que el PIB es también igual al ingreso total. Ésta es la tercera ecuación fundamental. Observe también que en las cuentas nacionales se habla de la “remuneración de los asalariados” en lugar de salarios, porque el costo del trabajo incluye las contribuciones sociales pagadas por los empleadores, y que las utilidades se designan como excedente de explotación o, en algunos casos, como ingreso mixto8. El excedente de explotación se denomina “bruto” cuando no se ha hecho ninguna deducción para el costo de la depreciación del capital, conocido en las cuentas nacionales como “consumo de capital fijo”. Es preferible analizar el excedente en términos “netos”, es decir después de deducir el consumo de capital fijo, como se verá en el Capítulo 7.
Para resumir, hay tres “enfoques” para llegar al PIB: 1) el de la producción (suma de valores agregados brutos); 2) el de la demanda final (consumo + inversión + exportaciones netas); y 3) el enfoque del ingreso (remuneración de los asalariados + excedente bruto de explotación + ingreso mixto bruto)9.
El Cuadro 1.5 ilustra la igualdad de los tres enfoques para 1994 y 2015. La presentación es un poco más complicada que la doble ecuación establecida anteriormente, debido principalmente a la introducción de los impuestos netos de subsidios. Por el momento sin embargo, se dejará de lado esta dificultad. Abajo, el lector puede verificar que los “tres” PIB son exactamente iguales, 426 miles millones de euros en 1994 y 1 076 miles de millones de euros en 201510. La comparación de estos dos años muestra ciertos cambios fundamentales que han ocurrido en España incluyendo el impacto de la crisis económica de 2008-09. Como lo muestra el Gráfico 1.2, la participación de la remuneración de los asalariados en el PIB creció desde el 49% en 1994 hasta el 51% en 2009. Desde entonces ha disminuido al 47% del PIB, puesto que fue la remuneración de los asalariados la que recibió la peor parte del impacto de la crisis.
España, miles de millones de euros
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1994 |
2015 |
PIB |
Producto interno bruto (enfoque de producción) |
426 |
1 076 |
B1B |
Valor a gregado bruto ( a precios basicos) |
395 |
976 |
D21_D31 |
+ Impuestos-Subsidios a los productos |
32 |
100 |
PIB |
Producto interno bruto (enfoque del gasto) |
426 |
1 076 |
P3 |
Gasto de consumo final |
338 |
834 |
P5 |
+ Formación bruta de capital |
92 |
216 |
P6 |
+ Exportaciones de bienes y servicios |
87 |
367 |
P7 |
- Importaciones de bienes y servicios |
91 |
331 |
PIB |
Producto interno bruto (enfoque del ingreso) |
426 |
1 076 |
D1 |
Remuneración de los asalariados |
207 |
510 |
B2+B3 |
+ Excedente bruto de explotación+Ingreso mixto bruto |
183 |
453 |
D2-D3 |
+ Impuestos menos subsidios sobre producción e importaciones |
36 |
112 |
Fuente: OECD (2016), “Aggregate National Accounts, SNA 2008 (or SNA 1993): Gross domestic product”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00001-en. |
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Fuente: OECD (2016), “Aggregate National Accounts, SNA 2008 (or SNA 1993): Gross domestic product”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00001-en.
Los principales indicadores macroeconómicos utilizados por la OCDE que aparecen en el Cuadro 1.1 incluyen dos agregados a los cuales aún no se ha hecho referencia: la tasa de ahorro de los hogares y el saldo financiero del gobierno general. Enseguida se presentan nuevamente.
2014 |
2015 |
2016 |
2017 |
2018 |
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Tasa de ahorro de los hogares (neta)1 |
3.2 |
2.3 |
1.9 |
2.4 |
2.5 |
Saldo financiero del gobierno general2 |
-6.0 |
5.1 |
-4.6 |
-3.6 |
-2.9 |
Fuente: OECD (2016), “OECD Economic Outlook No. 100 (Edition 2016/2)”, OECD Economic Outlook: Statistics and Projections (database), http://dx.doi.org/10.1787/7fa317bf-en. |
La tasa de ahorro de los hogares es igual al ahorro de los hogares expresado como porcentaje de su ingreso disponible11, donde las dos variables se toman a precios corrientes. La tasa representa la porción de los ingresos de los hogares que no se consume. En 2015, la tasa de ahorro de los hogares españoles era de 2.3. Es decir, de cada mil euros de ingresos de los hogares (después de impuestos), se ahorraron 23 euros para inversión en la vivienda, mantenidos como efectivo o utilizados para comprar productos financieros tales como acciones, bonos o seguros de vida. Esta variable es de gran importancia en macroeconomía, pues su evolución determina la relación entre el ingreso y el consumo.
El saldo financiero del gobierno general corresponde a lo que comúnmente se denomina superávit o déficit público.
El “gobierno general” incluye el gobierno central, las autoridades locales, la seguridad social y las diversas organizaciones que dependen de ellos. No cubre, sin embargo, las empresas tales como los ferrocarriles, las telefónicas o las empresas de electricidad, que en algunos países son propiedad del gobierno. Se volverá a discutir sobre estas clasificaciones en los Capítulos 7 y 9.
En las cuentas nacionales, tiene una designación más complicada pero muy elocuente de “préstamo neto/endeudamiento neto del gobierno general”. Esta variable es igual a la diferencia entre la suma de todos los ingresos del gobierno general y la suma de todos los gastos de gobierno general, sean “corrientes” (salarios de los funcionarios públicos, interés de la deuda pública) o “de capital” (inversión). Una diferencia negativa muestra que el gobierno tiene necesidad de financiación. Esto es porque cuando los ingresos son inferiores a los gastos, será necesario encontrar el financiamiento para la diferencia, principalmente mediante préstamos y por consiguiente con un aumento de la deuda pública. Una diferencia positiva muestra la existencia de una capacidad de financiación. La última vez que España mostró capacidad de financiación fue en 2007 y desde entonces esta variable siempre ha sido negativa.
Se ha vuelto costumbre, especialmente en los países europeos desde la firma del tratado de Maastricht, expresar el “préstamo neto/endeudamiento neto del gobierno general” como un porcentaje del PIB a precios corrientes. Éste es uno de los casos en los cuales el PIB a precios corrientes se utiliza en términos absolutos como el denominador de una magnitud. Este procedimiento permite comparar déficits entre los países al hacer automáticamente el ajuste por diferencia en el tamaño de sus economías; representa el “criterio de Maastricht” que estipula que el déficit público no debe exceder el 3% del PIB. Después de la crisis financiera y económica reciente, la mayoría de los gobiernos de la Unión Europea se encontraron en situación de “déficit excesivo” porque tuvieron que aumentar sus gastos sociales, particularmente los subsidios de desempleo, mientras que, al mismo tiempo, los ingresos de impuestos y de las contribuciones sociales eran más bajos debido a la recesión o al crecimiento muy lento. La Comisión Europea ha aumentado perceptiblemente las restricciones del Pacto de Estabilidad y Crecimiento durante el período 2010-11 para hacer frente a la amenaza cada vez mayor de alto nivel de la deuda como consecuencia de la acumulación de estos déficits.
Se termina así la presentación de todas las variables que aparecen en el Cuadro 1.1. Principales variables macroeconómicas.
EC, IMF, OECD, UN and WB (2009), System of National Accounts 2008, New York, https://unstats.un.org/unsd/nationalaccount/docs/sna2008.pdf.
European System of Accounts 2010 (ESA 2010), ISBN 978-92-79-31242-7, http://dx.doi.org/10.2785/16644.
OECD (2016a), OECD Economic Outlook, Volume 2016 Issue 2, OECD Publishing, Paris, http://dx.doi.org/10.1787/eco_outlook-v2016-2-en.
OECD (2016b), “OECD Economic Outlook No. 100 (Edition 2016/2)”, OECD Economic Outlook: Statistics and Projections (database), http://dx.doi.org/10.1787/7fa317bf-en.
OECD (2016c), “Aggregate National Accounts, SNA 2008 (or SNA 1993): Disposable income and net lending/borrowing”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00002-en.
OECD (2016d), “Aggregate National Accounts, SNA 2008 (or SNA 1993): Gross domestic product”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00001-en.
El PIB es la suma de la producción obtenida en el territorio del país menos la suma del consumo intermedio (adicionada de impuestos netos de subsidios a los productos).
El PIB es igual a la suma del valor agregado bruto de cada empresa, institución sin ánimo de lucro, entidad gubernamental y hogar productor en el territorio (adicionada de los impuestos netos de subsidios a los productos).
El cambio en el PIB expresado en volumen es el principal indicador del cambio en la actividad macroeconómica.
La primera ecuación fundamental es: el índice de crecimiento del PIB (o de cualquier otra variable), a precios corrientes, se expresa de manera exacta como el producto del índice de crecimiento en volumen y del índice de variación de los precios, este último conocido como el “deflactor” o el “índice de precios implícito”. El deflactor se puede utilizar como medida de la inflación, pero es diferente del índice de precios al consumidor IPC.
La segunda ecuación fundamental es: El PIB es igual a la suma de los agregados de la demanda final.
La tercera ecuación fundamental es: El PIB es igual a la suma de los ingresos (remuneración de los asalariados, el excedente bruto de explotación y el ingreso mixto bruto de las empresas) incrementada con los impuestos netos de subsidios a la producción y las importaciones.
Por consiguiente, existen tres enfoques equivalentes al PIB: el enfoque de la producción (suma de los valores agregados brutos); el enfoque de la demanda final (la suma del consumo final, la FBCF, los cambios en inventarios y de las exportaciones netas); y el enfoque del ingreso (suma de la remuneración a los asalariados, del excedente bruto de explotación y del ingreso mixto).
Ésta es probablemente la pregunta más difícil de responder en un corto libro de texto sobre cuentas nacionales, pero se hará un intento. Los ejemplos se toman del caso francés, el que los autores conocen mejor. Sin embargo, no será posible dar al lector respuestas exactas, puesto que, como es de esperar, se utilizan muchos métodos diferentes en la elaboración de las cuentas que cubren todos los agentes económicos, incluyendo en el caso francés unos 25 millones de hogares.
A pesar de su nombre, la contabilidad nacional tiene solamente una semejanza parcial con las cuentas de una empresa. Los marcos generales son similares pero las fuentes de datos son totalmente diferentes. El contador de una empresa tiene a su disposición un libro mayor que muestra, al centavo, todas las transacciones realizadas por la empresa durante un período determinado. El contador nacional no tiene obviamente nada similar para todos los agentes, especialmente para los hogares. Por este motivo, es adecuado hablar de “estadísticas de cuentas nacionales”. La adición de la palabra “estadísticas” implica la aceptación de las nociones de aproximación, estimación y revisión, aspectos en los cuales los contables nacionales sobresalen, pero que se convierten en anatema para los contadores de empresas.
En Francia, los principales métodos para calcular las estadísticas de las cuentas nacionales se basan en la explotación de fuentes administrativas disponibles que son muy completas. Están conformadas, de una parte, por la base de datos construida por el INSEE (la administración pública francesa responsable de las estadísticas) con base de las declaraciones de impuestos de sociedades y, por otra, por la información centralizada recopilada mediante el plan contable público de las instituciones del gobierno. La fuente fiscal provee al INSEE regularmente con información virtualmente exhaustiva sobre más de 2 millones de empresas francesas. Como estas empresas están obligadas a presentar cuentas bastante completas elaboradas según reglas contables precisas (el plan contable general), es posible utilizar estas cuentas para calcular el valor agregado de cada empresa individual (en el caso de las empresas grandes) o de grupos de empresas (en el caso las pequeñas) y después agregar los resultados de estos dos conjuntos. Esto cubre al sector privado (referido como el sector “de mercado” en la contabilidad nacional). Por lo que se refiere al sector de “no mercado” (gobierno central, autoridades locales y decenas de miles de instituciones del gobierno) es la Dirección Nacional de la Contabilidad Pública del Ministerio de Hacienda, quien se ocupa de la centralización de las cuentas y permite así calcular en forma bastante exacto el valor agregado para el sector de “no mercado”.
No existe una fuente directa similar en el caso de los hogares, cuyo consumo representa el 60% del PIB. Las cuentas nacionales de los hogares se calculan a menudo usando indirectamente estadísticas de otras fuentes. Por ejemplo, la remuneración de los asalariados recibida por los hogares se calcula agregando la remuneración de los asalariados pagada por las empresas, las instituciones sin ánimo de lucro y las entidades públicas. Es también un método corriente obtener estimaciones de los agregados de los hogares “por diferencia”. Por ejemplo, en el caso de los dividendos, se conoce el valor de los dividendos pagados por las empresas y también el valor de los dividendos recibidos tanto por las empresas como por las entidades públicas. La balanza de pagos proporciona estimativos de los dividendos pagados, y recibidos, del resto del mundo; de allí se pueden estimar los dividendos netos recibidos del extranjero (los dividendos recibidos del extranjero menos dividendos pagados a otros países). Hay una “identidad contable” macroeconómica que dice: “Dividendos pagados por las empresas = dividendos recibidos por el gobierno general y por las empresas + dividendos netos recibidos del resto del mundo + dividendos recibidos por los hogares”. La transformación de esta ecuación da: “Dividendos recibidos por los hogares = dividendos pagados por las empresas – dividendos recibidos por las empresas – dividendos recibidos por el gobierno general – dividendos netos recibidos del resto del mundo”. Los dividendos recibidos por los hogares se pueden por lo tanto calcular de esta manera como “saldo”, es decir por diferencia. Los contadores nacionales admiten fácilmente quesería mejor tener fuentes directas referentes a los hogares, puesto que el cálculo como saldo tiene la desventaja de concentrar todos los errores de medición en un solo elemento del sector de los hogares. Sin embargo, no tiene sentido pedir que los hogares elaboren cuentas para este fin, y es por lo tanto necesario hacer lo mejor con la información disponible.
En lo que se refiere a la medición de los cambios que se han presentado en un período, las fuentes son diferentes si se trata de cuentas trimestrales (que son las que primero se publican) o de cuentas anuales. Las cuentas trimestrales utilizan indicadores mensuales para extrapolar el valor de las variables de las cuentas nacionales. Estos indicadores pueden no corresponder completamente con la definición utilizada en las cuentas nacionales, pero tienen la ventaja de estar disponibles rápidamente. Por ejemplo, para extrapolar la variable “producción a precios corrientes”, como indicador de la tasa de crecimiento, se usan las estadísticas de volumen de ventas mensuales que el INSEE obtiene a partir de las declaraciones del impuesto al valor agregado (IVA). La cifra del volumen de ventas no es exactamente igual a la producción, puesto que se pueden presentar cambios en inventarios entre los dos períodos referidos, pero es la única variable relativamente similar que está fácilmente disponible. Estas cifras “provisionales” se revisan posteriormente cuando el INSEE dispone (un año más tarde) de información de primera mano sobre las cuentas de las empresas con las que se elaboran cuentas semi-definitivas y, (dos años más tarde) de las cuentas definitivas basadas en cuentas casi exhaustivas de las empresas. Este término es de hecho una exageración, porque estas cuentas “definitivas” se pueden revisar más adelante cuando se introduce un nuevo año base. Estos problemas se tratan de nuevo en el Capítulo 10.
Las cuentas nacionales se deberían llamar “estadísticas de cuentas nacionales” porque sin este calificativo los usuarios podrían pensar que son tan confiables como la contabilidad de las empresas. Esto no es verdad. En particular, mientras que el PIB por razones técnicas se expresa a menudo en millones de unidades de la moneda nacional, los usuarios deben ser conscientes que este agregado está muy lejos de ser exacto a nivel de millones. La calidad de las cuentas nacionales es altamente dependiente de la calidad del sistema estadístico que existe en un país dado. Y en todos los países, en mayor o menor grado, existen problemas de cobertura, haciendo necesario que se recurra a un número significativo de ajustes. Los datos de las cuentas nacionales son por lo tanto aproximaciones. No es ni siquiera posible dar una cifra aproximada de la exactitud del PIB. De hecho, las cifras de las cuentas nacionales, y particularmente el PIB, no son el resultado de una gran encuesta para la cual se podría calcular un intervalo de confianza. Ellas son el resultado de combinar una mezcla compleja de datos de muchas fuentes, muchos de los cuales requieren un ajuste para ponerlos en una base de datos general y que se ajustan aun posteriormente para mejorar la coherencia, a veces usando métodos no-científicos.
Es útil saber que los niveles del PIB se pueden revisar en 1 a 3 puntos porcentuales cuando se introducen los datos de un nuevo año de referencia (excepto cambios conceptuales). Puede incluso suceder, aunque raramente, que algunos países modifiquen su estimación del PIB por más del 15% (Italia en 1987, China en 2005). En las comparaciones internacionales, es importante observar que la calidad de las cuentas nacionales no es la misma en todos los países (véase el Capítulo 3 sobre comparaciones internacionales). Globalmente, la Dirección de estadísticas de la OCDE cree que puede ser engañoso establecer un ordenamiento estricto de países basados en el PIB per cápita en términos de paridad de poder adquisitivo, cuando los países se agrupan dentro de un rango de resultados, con menos de 5 puntos porcentuales de ancho.
Los resultados proporcionados por las cuentas nacionales han llegado a ser una parte tan familiar de la información económica diaria que hay una tendencia a olvidar lo extremadamente ambicioso que era y sigue siendo el proyecto de obtener estos estimativos. No es accidental que los dos creadores principales de la contabilidad nacional moderna (Simon Kuznets de Estados Unidos y Richard Stone del Reino Unido) eran ambos Premios Nobel de Economía (Kuznets en 1971 y Stone en 1984). Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, para alcanzar el objetivo de resumir la actividad económica entera de un país en un sistema de tablas internamente consistentes, las cuentas nacionales tienen que aceptar aproximaciones significativas y adoptar convenciones en ocasiones arbitrarias. Es necesario estar consciente de estas convenciones para evitar ciertos riesgos. Los siguientes son algunos de ellos:
La producción interna de los hogares (cocinar, limpiar, hacer compras y diligencias) no está cubierta por la contabilidad nacional. La razón principal es que su inclusión implicaría hacer estimativos burdos sobre su valor de mercado. Esto lleva a una de las críticas populares del PIB: si un hombre se casa con su cocinera el resultado es una reducción en el PIB – completamente cierto, pero es solamente un problema marginal.
Por otra parte, la contabilidad nacional incluye una estimación de la producción de servicios que los propietarios se prestan a ellos mismos bajo la forma de alojamientos. Esto se llama “alquileres imputados” y es bastante difícil de estimar, puesto que no involucra una transacción observable. Sin embargo, si no se hace esta estimación, el cambio en el PIB se podría afectar por un cambio en la proporción de hogares que poseen vivienda propia.
El PIB incluye el valor agregado del gobierno general. Sin embargo, parte de la producción del gobierno general se debería contabilizar como consumo intermedio de otras ramas. Las cuentas nacionales suponen que solamente los hogares son usuarios de los servicios del gobierno general. Pero en realidad, las empresas también utilizan los servicios de la policía y otros servicios colectivos proporcionados por el gobierno. Sin embargo, puesto que no hay manera de medir este consumo intermedio, se ignora, y se puede decir que el PIB esta sobreestimado en el valor de estos servicios.
La economía subterránea está mal medida en las cuentas nacionales. Mientras que, en principio, las actividades ilícitas se deben incluir en el PIB, esto es difícil en la práctica. Sin embargo, las oficinas de estadística hacen ajustes para tener en cuenta el empleo subterráneo o el fraude fiscal. En el caso de Francia, por ejemplo, estos ajustes aumentan el PIB en aproximadamente un 4%.
La versión actual del sistema internacional de cuentas nacionales (SNA 2008) contiene una recomendación: que la Investigación y Desarrollo (I&D) (incluido el software) se contabilice como FBCF (inversión) y no como consumo intermedio (gastos corrientes). El resultado es que el PIB de muchos países se ha revisado al alza, entre el 1% y el 4% dependiendo del país. Esto es porque la FBCF forma parte de la demanda final y por lo tanto del PIB (ecuación fundamental 2), mientras que ese no es el caso del consumo intermedio.
El gasto de los hogares en la compra de vivienda se registra como FBCF, pero el gasto en bienes duraderos, los automóviles en particular, se clasifica como consumo, a pesar de que los servicios que proporciona un automóvil se extienden por un período generalmente bastante largo, aunque obviamente no tanto como una vivienda. Sin embargo, hay necesidad de trazar en alguna parte la línea divisoria entre consumo e inversión.
Puede parecer extraño que suba el PIB si hay más accidentes de carretera. Esto se debe en parte a la mayor actividad de servicios de emergencia, cuando intuitivamente se quisiera ver disminuir al PIB en tales circunstancias. Pero esto sería confundir una medida de la producción (PIB) con una medida de bienestar, que el PIB no es (véase el Capítulo 15). A lo sumo, el PIB es una medida de la contribución de la producción al bienestar. Hay una gran cantidad de dimensiones del bienestar que el PIB no pretende medir.
Se volverá a tratar este tema de las convenciones en este libro. Pueden estar sujetas a la crítica, pero no se debe pasar por alto que han sido el tema de discusiones muy largas por los contadores nacionales y se han seleccionado a menudo por sanas razones prácticas. Por ejemplo, en el Capítulo 10 se verá que se puede decir que los impuestos indirectos se están contabilizando dos veces en el PIB, pero ésta era la única solución que cumple otros criterios.
Mientras que el sistema de cuentas nacionales tiene limitaciones importantes como las mencionadas, no debe criticarse basándose en malentendidos sobre sus objetivos y definiciones. Por ejemplo, mucha gente no puede entender por qué no disminuye el PIB cuando ocurren catástrofes naturales (o atentados terroristas). Esto se debe a una mala interpretación de la definición del PIB, que, como se ha visto, es una medición de la producción durante un período dado. La gente tiende a confundir el PIB con la riqueza económica del país. Indudablemente, las calamidades importantes destruyen la parte de la riqueza económica (edificios, casas, caminos e infraestructura), pero, en sentido estricto, no constituyen una producción negativa y por ello no contribuyen directamente a una disminución en el PIB. La destrucción puede afectar indirectamente a la producción de una manera negativa o positiva. Cuando una fábrica se destruye cesa la producción, pero también tiene que ser reconstruida y esto constituye producción. Por este motivo, paradójico, es posible que una catástrofe natural tenga un impacto positivo (en el sentido puramente matemático de la palabra “positivo”) en el PIB.
Las observaciones mencionadas deben dejar en claro que el PIB no representa “la riqueza nacional”, como se dice a veces. La riqueza nacional representa los activos de la nación, mientras que el PIB es un flujo de producción. A lo sumo, el PIB puede considerarse como una medida del cambio en riqueza nacional. Pero incluso esto es incorrecto, puesto que el PIB excluye las pérdidas y ganancias de capital. Es por lo tanto preferible hablar del PIB simplemente como la producción total durante un período específico.
Las cuentas nacionales conforman un conjunto complejo y tienen implicaciones importantes. Por ejemplo, la mayor parte de las contribuciones de los países miembros al presupuesto común de la UE depende directamente de sus niveles relativos de PIB (INB para ser más exacto). Cuando se modifican los métodos o se revisan las cifras, es útil que los contadores nacionales sepan rápidamente si estas modificaciones tienen lo que en su jerga se denomina “un impacto en el PIB”. Para encontrar una respuesta rápida a esta pregunta, los expertos en cuentas nacionales utilizan ciertos “atajos”. Por ejemplo, utilizan esta regla basada en la demanda final: El PIB se modifica solamente si se modifica un elemento de la demanda final.
Considere el ejemplo siguiente. En 2012, las cuentas para el año 2010 se recalculan usando la base de datos incluyendo las cuentas completas de las empresas. Resulta entonces, con base en estas estadísticas más confiables, que la producción de los servicios de empleo temporales (es decir, la contratación de mano de obra) fue subvalorada substancialmente en las estimaciones iniciales. Esto lleva a un aumento apreciable en la producción total. ¿Tiene esto un impacto en el PIB? La respuesta inmediata es: ¡no! La contratación de mano de obra no es parte de consumo de los hogares; no es inversión; no incorpora comercio exterior (o solamente a un grado muy pequeño). Por tanto, no entra en la demanda final y es un cambio en el consumo intermedio. Por consiguiente, el PIB no se afecta. Esto no significa, sin embargo, que no se haya presentado modificación alguna. La distribución del valor agregado entre las diferentes ramas se ha cambiado, el de los servicios aumenta y el de la industria manufacturera disminuye debido al aumento de su consumo intermedio. La modificación en la producción total es neutralizada por un aumento en el consumo intermedio. Véase el Ejercicio 7 para una aplicación práctica de este punto.
En numerosos casos, la regla de la demanda final funciona bien. Tome otros dos ejemplos: I&D (gasto en investigación y desarrollo) e IVA (impuesto sobre el valor agregado, un tipo de impuesto sobre las ventas). El nuevo sistema de cuentas nacionales (el SCN 2008) introdujo nuevas reglas para el tratamiento de I&D. En lugar de registrarlo como consumo intermedio, las compras de I&D debían considerarse como FBCF. ¿Esta modificación tiene un impacto en el PIB? La respuesta es: sí. Como la FBCF forma parte de la demanda final, esta se modifica. Suponga que el gobierno decide financiar su gasto reduciendo el impuesto sobre la renta (que es impopular) en 5 mil millones de euros y aumentando correspondientemente el IVA (un impuesto menos doloroso). Esta modificación parece ser neutral a nivel macroeconómico, puesto que el déficit permanece sin cambios. Pero ése no es realmente el caso. La demanda final incluye el consumo de los hogares, que se mide a precios de mercado e incluye el IVA; el PIB se aumenta en 5 mil millones de euros (todo lo demás permanece igual). Puede por tanto demostrarse que el origen exacto del financiamiento del gobierno (impuestos directos o indirectos) puede afectar el criterio de déficit público de Maastricht sin que haya cambio en el déficit mismo. Esto se debe a que el denominador del coeficiente en el cual se basa el criterio es el PIB. El coeficiente puede por lo tanto cambiar incluso si el numerador, en este caso el déficit, permanece sin cambios. ¡La contabilidad nacional está llena de sorpresas!
Por otra parte, el PIB no cambia si dos elementos de la demanda final se ajustan en direcciones opuestas. Por ejemplo, si el estimativo para las exportaciones se reduce, y si esta reducción es compensada por un aumento en el consumo final, el PIB no se modifica.
Vaya al sitio de la OCDE en la red (www.oecd.org/), busque la edición más reciente de “Economic Outlook” y actualice el Cuadro 1.1 al principio de este capítulo usando las cifras más recientes. Comente respecto a las diferencias entre las nuevas cifras y las anteriores. ¿Qué puede justificar el cambio de las estimaciones? ¿En qué dirección se equivocaron las previsiones de la OCDE?
Considere cuatro empresas: La empresa A, una empresa minera, que extrae mineral de hierro; la empresa B, una industria siderúrgica, que utiliza hierro para hacer láminas de acero y lingotes; la firma C, un fabricante de automóviles, que hace los automóviles y utiliza acero; y la firma D, un fabricante de maquinaria y robots, que también utiliza el acero. Calcule la producción, el consumo intermedio y los valores agregados en millones de euros basado en las suposiciones siguientes.
La empresa A extrae 50 000 toneladas de mineral, a 200 euros por tonelada, sus compras durante el período se han limitado a una máquina hecha por la empresa D con un valor de 10 millones de euros. La firma B produce 15 000 toneladas de láminas de acero a 3 000 euros por tonelada, compra y utiliza todo el mineral producido por A. La empresa C ha fabricado 5 000 vehículos y los ha vendido todos a los hogares a 15 000 euros cada uno, compra un valor de 20 millones de euros de láminas de acero de la empresa B, usa solamente un valor de 18 millones de euros en la fabricación de sus vehículos. Además, la empresa C importó 5 000 motores de una filial extranjera, cada uno de ellos valorado en 4 000 euros, y compró en el mercado nacional 2 robots hechos por D. La empresa D vendió una máquina por 10 millones de euros y dos robots, cada uno por 5 millones de euros, utilizando un valor de 10 millones de euros de láminas de acero de la empresa B.
Calcule el PIB de esta economía. Calcule también la demanda final de esta economía, si se supone que no ha habido exportaciones. Verifique que el PIB sea igual a la demanda final. (Recuerde que las compras de maquinaria no son consumo intermedio, sino FBCF).
El cuadro siguiente muestra una serie de crecimiento del PIB a precios corrientes y la tasa de crecimiento del deflactor del PIB en el caso de Francia. El PIB a precios corrientes en 2005 era igual a 1 718 047 millones de euros. Calcule la serie para el PIB en volumen en millones de “euros 2005”. Muestre cómo calcular la serie del PIB en volumen directamente de las tasas de crecimiento, sin usar cantidades absolutas y sin usar la división. Comentario.
2005 |
2006 |
2007 |
2008 |
2009 |
|
---|---|---|---|---|---|
Tasa de crecimiento del PIB |
1.83 |
2.47 |
2.29 |
-0.08 |
-3.15 |
Tasa de crecimiento del deflactor |
1.91 |
2.14 |
2.59 |
2.54 |
0.72 |
El cuadro siguiente muestra las cuentas nacionales trimestrales de Francia (dos primeros trimestre 2013) en volumen, encadenadas a los precios del año anterior, base 2005. Usando el recuadro presentado en el texto del capítulo, calcule con dos cifras decimales la contribución al crecimiento en el 2o trimestre 2013 de la demanda interna excepto inventarios, de los cambios en inventarios y de las exportaciones netas. Comentario.
Advertencia: para simplificar el ejercicio, los cambios en inventarios se han calculado para este ejercicio como el saldo contable de la ecuación. Esto evita la dificultad planteada por el proceso de encadenamiento (véase el Capítulo 2 para las cuentas nacionales encadenadas).
Volúmenes encadenados a precios del año anterior, base 2005
|
||
---|---|---|
2013 1er trimestre |
2013 2º trimestre |
|
Variación de existencias |
-958 |
-274 |
Importaciones |
131 850 |
134 137 |
Exportaciones |
125 297 |
127 769 |
Exportaciones netas |
-6 553 |
-6 368 |
Demanda interna total excluyendo existencias |
458 369 |
459 389 |
Total producto interno bruto |
450 858 |
453 197 |
Con base en el cuadro siguiente, determine si Francia ha cumplido el criterio del déficit público (no más el que 3% del PIB) durante el período de referencia.
2007 |
2008 |
2009 |
2010 |
2011 |
2012 |
|
---|---|---|---|---|---|---|
Gasto total |
992.6 |
1 030.0 |
1 070.6 |
1 095.6 |
1 118.5 |
1 151.2 |
Ingreso total |
940.7 |
965.4 |
928.0 |
958.3 |
1 012.7 |
1 052.4 |
Producto interno bruto |
1 886.8 |
1 933.2 |
1 885.8 |
1 936.7 |
2 001.4 |
2 023.3 |
Hay varios términos que se utilizan en las cuentas nacionales, pero los economistas utilizan una amplia gama de sinónimos para ellos. Elija de la lista en itálica todos los sinónimos correctos para los siguientes conceptos: (A) PIB a precios corrientes; (B) PIB en volumen; (C) Deflactor del PIB; (D) déficit público. Tenga cuidado pues no todos los términos de la lista son sinónimos de los conceptos mencionados.
1. PIB; 2. PIN a precios corrientes; 3. PIB nominal; 4. Suma de la producción en euros; 5. PIB en cantidad; 6. PIB en valor; 7. PIB a precios corrientes; 8. Suma de valores agregados brutos en volumen; 9. Producto interno neto deflactado; 10. PIB real; 11. Índice de precios del PIB; 12. Índice de precios al consumidor; 13. PIB a precios de 1995; 14. Suma de ingresos deflactados; 15. “Crecimiento”; 16. Capacidad de financiación del gobierno 17. Préstamo neto del gobierno.
(Continuación del Ejercicio 2 y uso del texto sobre los métodos abreviados o “atajos”). En el Ejercicio 2, se calculaba el PIB de una economía. Suponga ahora que omitimos mencionar que la empresa C, fabricante de automóviles, alquiló mano de obra de la empresa E, agencia de trabajo temporal, por una suma de 15 millones de euros. ¿Se modifica el PIB de la economía como consecuencia de esta nueva información? Confirme su respuesta reconstruyendo el cuadro para las diferentes empresas, con los comentarios pertinentes.
Recientemente ha habido, en la primera década de este siglo, una controversia con respecto a la comparabilidad del crecimiento según se mide en Europa y en los Estados Unidos. La discusión se centra en el deflactor que se utiliza para la inversión de las empresas en computadores, la cual constituye un valor muy considerable. Los métodos estadísticos utilizados en Estados Unidos ponen en evidencia que el deflactor en cuestión baja más rápidamente que en Europa (véase el Recuadro 2.1. del Capítulo 2). Primero, muestre por qué, para el mismo crecimiento en compras de computadores a precios corrientes, la diferencia en el método estadístico lleva a una diferencia en el crecimiento del PIB en volumen. Continúe explicando por qué esta diferencia en el PIB disminuye (hasta prácticamente desaparecer) si los países europeos produjeran solo unos pocos computadores (o sencillamente no produjeran ninguno).
Las soluciones a estos ejercicios están disponibles en el sitio web de la OCDE.
← 1. El “Economic Outlook” de la OCDE presenta los pronósticos macroeconómicos semestrales para cada país de la OCDE y para el área de la OCDE en su conjunto. Cada edición se numera; así la edición para noviembre de 2016 es la 100/2 de la serie.
← 2. Cuando no se indica como una tasa de crecimiento, el deflactor del PIB se muestra, como todos los índices de precios, como una serie de números adimensionales cuyo cambio representa los cambios en precios, cuyo valor en un año base dado es igual a 100.
← 3. Estrictamente, se debería utilizar una escala logarítmica para el eje vertical.
← 4. De hecho, lo que se presenta aquí es la versión europea de este índice, conocida como “Índice armonizado de precios al consumidor” (IPCA), para España.
← 5. Para distinguirlo del capital “variable”, cuyos cambios son en gran medida cambios en inventarios. Estas expresiones remontan a Karl Marx, quien dio una remota inspiración para algunas de las ideas detrás de la contabilidad nacional.
← 6. Las entidades sin ánimo de lucro pueden explicar una parte apreciable del PIB, pero la mayor parte de ellas se registran en un sector diferente en las cuentas nacionales. Por ejemplo, las instituciones mutualistas de seguros hacen parte del sector de los seguros. El sector de las ISFLSH cubre solamente una pequeña porción de todas las entidades sin ánimo de lucro, específicamente aquellas que son financiadas y controladaspor los hogares.
← 7. Desafortunadamente, los métodos modernos de cálculo hacen que la Ecuación fundamental 2 ya no se cumple exactamente en volumen. Este problema de no aditividad se verá en el Capítulo 2. Por ahora se puede ignorar esta dificultad.
← 8. “Ingreso mixto” es el término aplicado al excedente bruto de explotación de “empresas no constituidas en sociedades”. Este concepto se aclara en el Capítulo 6.
← 9. Se puede también calcular los tres enfoques en términos del producto interno neto PIN: el enfoque de la producción (la suma de valores agregados netos); el enfoque de la demanda final (consumo + inversión neta + exportaciones netas); y el enfoque del ingreso (remuneración de los asalariados + excedente neto de explotación + ingreso mixto neto).
← 10. Esta ecuación no se cumple estrictamente en todos los países, debido a discrepancias estadísticas – en particular en el caso de los Estados Unidos. Véanse los Capítulos 10 y 12. Por otra parte, y ésta es una observación válida para el resto del libro (incluyendo los ejercicios), los números mostrados en los cuadros son frecuentemente redondeados, de modo que los totales no son exactamente la suma de sus componentes. Puede haber un error, pero lo más frecuente es que la suma de números redondeados no es exactamenteigual al redondeo de la suma. Éste es el caso en el Cuadro 1.5 con el valor de 1 076 para el PIB (enfoque del ingreso) para 2015. Si se calcula D1 + (B2 + B3) + (D2 − D3), se obtiene 1 075, y no 1 076. No hay error aquí. Es simplemente que la igualdad se mantiene exactamente cuando los números se expresan en millones de euros, pero no cuando se redondean a miles de millones.
← 11. En este caso, el ahorro y el ingreso disponible son ambos netos, lo cual quiere decir que el consumo de capital fijo en las viviendas de propiedad de los hogares se deduce de ambos agregados. Es también posible calcular la tasa de ahorro sobre una base bruta.