Los cambios en los usos finales del PIB, o de la demanda, determinan el crecimiento del PIB real a corto plazo. Los gobiernos por lo general tratan de influir en tres variables para conservar el crecimiento a una tasa que mantenga la inflación y el empleo en los niveles deseados: la demanda de los hogares, el consumo público y la inversión. Juntas, estas variables se conocen como demanda interna. Los economistas analizan esta demanda, como también la demanda externa y las exportaciones netas, cuando tratan de predecir desarrollos económicos futuros. Este capítulo trata de la medición y conformación de la demanda y de lo que contiene cada uno de los componentes de los usos finales.
Los cambios en los usos finales del PIB o demanda, para utilizar el término de los economistas, determina el crecimiento del PIB real a corto plazo. Este capítulo tiene por objeto recoger las definiciones de los componentes de esta demanda.
Los autores del informe OECD Economic Outlook para 2013, al comentar los últimos desarrollos económicos del Reino Unido, país que se ha tomado como referencia para este capítulo, escribían:
“La debilidad persistente de los socios comerciales de la zona euro, el lento crecimiento del ingreso real y el necesario desapalancamiento de los sectores público y privado generan vientos adversos para la economía. El crecimiento debería recuperarse gradualmente durante 2013 y 2014 a medida que la inversión bruta fija y las exportaciones ganen fuerza. Las expectativas de inflación están por encima del objetivo, pero esta debería ceder ante la persistencia de la disponibilidad de recursos económicos no utilizados. La discreta recuperación mundial, en particular en Europa, y el ajuste necesario de los balances públicos y privados, aún deficientes, continúan siendo un peso para el crecimiento. A pesar de la resistencia del mercado laboral, el consumo privado está frenado por la debilidad del ingreso promedio real, la fragilidad de la confianza y el desapalancamiento de los hogares. La inversión privada se ve obstaculizada por una demanda agregada débil y por fuertes incertidumbres. La depreciación de la tasa de cambio en estos últimos años no ha tenido un efecto positivo sobre las exportaciones, que se han visto frenadas por la falta de vigor de la demanda. Las exportaciones también son inferiores al crecimiento de los mercados externos del Reino Unido lo cual indica que existen obstáculos del lado de la oferta, notablemente en la exportación de servicios financieros y en el sector petrolero”. (OECD, 2013)
Son tres las variables objetivo que las autoridades tratan de controlar con el fin de situar el crecimiento a una tasa que mantenga la inflación y el empleo a los niveles deseados: 1) la demanda de los hogares (o, en términos de las cuentas nacionales, los “gastos de consumo de los hogares”); 2) el consumo público (o los “gastos de consumo del gobierno general”), y 3) la inversión (o la “formación bruta de capital fijo”). Para influir sobre estas variables, las autoridades se sirven de instrumentos de política económica y de política fiscal (véase en el Anexo 5.B, la sección: “¿Cómo funcionan la política monetaria y la política fiscal?”).
El total de estas tres variables se conoce como demanda interna. Las exportaciones son también un componente principal de la demanda final, pero en este caso de la demanda externa. Convencionalmente se muestra a la demanda externa como igual a las exportaciones menos las importaciones, diferencia que se denomina exportaciones netas.
Estas son las variables que siguen los economistas cuando tratan de predecir la evolución económica futura. Las previsiones macroeconómicas se realizan estimando en un primer momento los usos finales basándose en su evolución reciente, teniendo en cuenta las últimas medidas de políticas monetaria y fiscal y las que se espera se adopten. Una vez se dispone de estas previsiones para cada Estado miembro, los economistas de la OCDE utilizan su conocimiento de las relaciones financieras y comerciales entre los países de la OCDE para comprobar si las previsiones obtenidas para cada país son coherentes para el área de la OCDE en su conjunto. Esto lleva a un proceso iterativo en el que las previsiones de cada uno de los países se ajustan para producir una serie de previsiones coherentes para el conjunto, teniendo en cuenta el probable impacto de las políticas monetaria y fiscal de cada país sobre todos los restantes.
Este capítulo profundizará en el contenido de cada uno de los componentes de los usos finales. Aunque no siempre se insista sobre ello, es muy importante tener en cuenta a lo largo de todo el capítulo que lo que más interesa a los economistas-analistas son las variaciones de estas variables en volumen y no sus movimientos a precios corrientes. Algunos cuadros de este capítulo utilizan datos a precios corrientes, pero, en el contexto de las previsiones macroeconómicas, la verdadera definición de la variable es la que se expresa en términos de volumen (es decir, después de deflactar la variable a precios corrientes por un índice de precios apropiado). El Ejercicio 1, que figura al final del capítulo, muestra cómo los usos finales de un cuadro a precios corrientes se convierten en usos finales en volumen.
El Cuadro 5.1, referido al Reino Unido, muestra los principales componentes de los usos finales y su importancia en relación con el PIB. Una característica obvia es la importancia del rubro “Gastos de consumo final de los hogares”, que representa más del 60% del PIB del Reino Unido, porcentaje similar al que este rubro tiene en otros países de la OCDE.
Precios corrientes, porcentaje del PIB
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Codigo SCN |
1980 |
1990 |
2000 |
2005 |
2012 |
|
P31S14 |
Gastos de consumo final de los hogares |
57.7 |
60.0 |
63.2 |
62.2 |
63.3 |
P31S15 |
Gastos de consumo final de las instituciones sin fines de lucro que sirven a los hogares (ISFLSH) |
1.4 |
2.0 |
2.4 |
2.4 |
2.5 |
P3S13 |
Gastos de consumo final del gobierno general |
21.9 |
19.6 |
18.3 |
21.0 |
21.8 |
P51 |
Formación bruta de capital fijo |
19.2 |
20.4 |
17.4 |
16.8 |
14.3 |
P52 |
Variación de existencias |
-1.1 |
-0.3 |
0.5 |
0.4 |
0.3 |
P53 |
Adquisiciones menos disposiciones de objetos valiosos |
0.0 |
0.0 |
0.0 |
0.0 |
0.1 |
P6 |
Exportaciones de bienes y servicios |
27.1 |
24.2 |
27.3 |
26.6 |
31.6 |
P7 |
Importaciones de bienes y servicios |
-24.7 |
-25.9 |
-29.2 |
-29.4 |
-33.8 |
DB1_GE |
Discrepancia estadística |
0.0 |
0.0 |
0.0 |
0.0 |
-0.2 |
B1_GE |
Producto interno bruto (enfoque del gasto) |
100.0 |
100.0 |
100.0 |
100.0 |
100.0 |
Fuente: OECD (2013), “Aggregate National Accounts: Gross Domestic Product”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00001-en. |
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En primer lugar, ¿por qué “usos”? Simplemente porque se está haciendo referencia a cómo se utilizan los recursos que llegan al mercado procedentes de la producción, las importaciones y las existencias previamente almacenadas. En gran parte, estos usos consisten en adquisiciones por los agentes económicos, razón por la que se habla de gastos finales – además de usos finales – dos términos que significan lo mismo.
¿Por qué “finales”? En cuentas nacionales los usos de los recursos se califican como intermedios o como finales. Los usos intermedios se componen de bienes y servicios consumidos por completo (se podría decir también destruidos o transformados) en un proceso de producción dentro del territorio económico y durante el período contable (normalmente, un año); los usos finales comprenden los demás bienes y servicios. Obsérvese que no es la naturaleza de los bienes o servicios lo que determina si su uso es intermedio o final. Un bistec adquirido por un hogar tiene un “uso final”, pero si lo compra un restaurante tiene un “uso intermedio”. De igual forma, una lámina de acero tendrá, en la mayoría de los casos, un uso “intermedio”, pero puede tener un uso final si se almacena durante el período corriente para ser utilizado en otro posterior, o si se exporta. Por tanto, uso “final”, simplemente, hace referencia a todos los bienes y servicios que se utilizan pero que no se consumen por completo (es decir, los que no se destruyen o transforman) en un proceso de producción que se lleva a cabo durante el período contable. Se verá más adelante que se han tenido que adoptar diversas convenciones para poder distinguir en la práctica entre bienes y servicios de uso “final” y bienes y servicios de uso “intermedio”.
En el caso de los hogares, excluyendo sus actividades como empresarios individuales y el caso especial de las viviendas, se puede considerarse que todos los bienes y servicios que adquieren tienen “uso final”, no porque en su mayor parte se consuman durante el período contable, sino porque no se utilizan en un proceso de producción. Es necesario recordar algunos elementos de la definición de producción que figuran en el Capítulo 4: en cuentas nacionales no se considera producción la elaboración de comidas y el lavado de ropa dentro del hogar. En consecuencia, un bistec crudo no se considera consumo intermedio en el proceso de elaboración de una comida por un miembro del hogar. Se puede objetar que algunos bienes adquiridos por los hogares no se consumen en su totalidad durante el período contable; por ejemplo, el vino y las conservas enlatadas pueden almacenarse durante varios años, mientras que los bienes duraderos, como automóviles, computadores y electrodomésticos prestan servicios a sus propietarios a lo largo de varios años. La respuesta a estas objeciones es que, por convención, se considera que todos los bienes y servicios, excepto la vivienda, se han consumido en su totalidad cuando han sido adquiridos por los hogares.
Otro punto importante es que el uso de la producción del gobierno general y de las instituciones sin fines de lucro se clasifica, por convención, como final, tanto si se trata de consumo final como de Formación Bruta de Capital (FBC). Podría discutirse si algunos de estos servicios se deberían tratar como de uso intermedio. Mientras es fácil aceptar que la educación y la salud son de naturaleza “final”, muchos servicios públicos – que van desde defensa, seguridad ciudadana, alumbrado público, hasta mantenimiento de carreteras – tienen algunas de las características de los bienes y servicios “intermedios”. Tales servicios claramente contribuyen a la producción, en tanto que esta sería menor si las autoridades fracasaran en defender el país de una invasión extranjera, o en mantener el orden público o en conservar la red de carreteras en buenas condiciones. Realmente la ausencia de tales servicios puede tener efectos catastróficos sobre la producción, como pone en evidencia la experiencia de muchos países en vías de desarrollo.
Es un problema no poder afirmar con certeza en qué medida estos servicios prestados por el gobierno general contribuyen a la producción de las empresas y en qué medida contribuyen al bienestar general de la población. Tanto los hogares como las empresas se benefician del orden público, de la red de carreteras y de las muchas otras contribuciones a la vida civilizada prestada por el gobierno general. Aun en el caso de que se pudiera separar la parte de los servicios del gobierno general que contribuyen a la producción, se estaría obligado a asignar los costos de producción entre los productores de una manera arbitraria. Estas son las razones que han conducido a los contables nacionales a tratar todos los servicios prestados por el gobierno general como “de uso final”.
En cambio, todos los gastos de las empresas en bienes y servicios son “de uso intermedio”, excepto la inversión, es decir, la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF), y la variación de existencias. Las adquisiciones de bienes de inversión se registran como uso final y no como intermedio porque el consumo de estos bienes (llamado consumo de capital fijo por los contables nacionales y depreciación por los economistas) tiene lugar a lo largo de un período superior a un año. La variación de existencias también forma parte de los usos finales porque se trata de productos que se mantienen varios períodos contables, durante toda la vida de la empresa.
Las exportaciones – bienes y servicios vendidos al exterior – se consideran “finales” (a pesar de que pueden ser utilizadas en el proceso de producción por el país importador) porque son finales desde el punto de vista del país exportador. Desde el punto de vista del país importador, el valor de estos bienes y servicios importados se incluye en bienes y servicios finales o en bienes y servicios intermedios y tienen que restarse del total de bienes y servicios para obtener su Producto Interno Bruto. Por esta razón las importaciones van precedidas de un signo negativo en el Cuadro 5.1.
En resumen, la definición de bienes y servicios de uso final se basa en diversas convenciones. Los puristas pueden encontrar esta práctica insatisfactoria porque un conjunto diferente de convenciones daría lugar a un conjunto diferente de cuentas nacionales. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, a lo largo de muchos años, las convenciones vigentes han dado lugar a una serie de estadísticas que han probado su utilidad para describir y gestionar las economías de los países.
El gasto de consumo final de los hogares es el componente más importante de los usos finales e incluye:
Las compras de bienes y servicios que utilizan los hogares para satisfacer sus necesidades cotidianas: alimentación, vestido y calzado, bienes duraderos, alquileres, transportes, servicios personales, etc. Estas compras son el componente principal de los gastos de consumo de los hogares. Hay que hacer tres precisiones:
Algunas de estas adquisiciones se financian mediante crédito. En este caso los contables nacionales tienen que dividir la operación en tres partes: el precio del bien en sentido estricto (por ejemplo, un automóvil); los gastos administrativos de la institución financiera que concede el préstamo y el pago de intereses. La primera se asigna al gasto de los hogares en la categoría “automóviles”; la segunda, al gasto de los hogares en la categoría “servicios financieros”, mientras que la tercera se excluye de los gastos de consumo de los hogares y se contabiliza como un pago de intereses1 en la cuenta de distribución primaria del ingreso (véase el Capítulo 6, que trata de las cuentas de los hogares). Obsérvese que el gasto en automóviles se registra en el momento que el comprador toma posesión del vehículo y no en los períodos de amortización del préstamo, incluso cuando la adquisición se hace mediante un leasing, llamado también arrendamiento financiero, o alquiler con opción de compra.
Las adquisiciones de viviendas son usos finales, pero se incluyen en formación bruta de capital fijo y no en gastos de consumo. Los contables nacionales consideran a los propietarios de viviendas como productores de servicios de alojamiento tanto para ellos como para sus arrendatarios o inquilinos. Estos hogares invierten (al comprar la vivienda) y llevan a cabo gastos intermedios, por ejemplo, compra de material de construcción o servicios de fontaneros y electricistas, que se necesitan para mantener la vivienda en buenas condiciones2. Tanto la compra de la vivienda (formación de capital), como los gastos de reparación y mantenimiento se excluyen de los gastos de consumo final de los hogares. El importe de la compra de la vivienda sigue siendo un uso final, mientras que los gastos de reparación y mantenimiento son un uso intermedio.
En cuentas nacionales el sector hogares comprende a los empresarios individuales, es decir, a las empresas no constituidas en sociedades (véase el Capítulo 6). Sin embargo, el gasto de los hogares en bienes y servicios destinados a ser consumidos en el proceso de producción que llevan a cabo los empresarios individuales, no forma parte del consumo final de los hogares; se considera consumo intermedio de las empresas individuales.
Los pagos parciales por los bienes y servicios prestados por el gobierno general. Están en este ámbito los pagos parciales que realizan los hogares para acceder a determinados servicios públicos, por ejemplo, la entrada a un museo público, cuyo precio cubre solo una pequeña parte del servicio prestado. Si la prescripción de medicamentos y los servicios médicos se reembolsan parcialmente, la parte realmente pagada por los hogares debe incluirse aquí como pagos parciales3. Como se verá más adelante, la cantidad reembolsada forma parte de los gastos del gobierno general y del consumo efectivo de los hogares.
Los pagos al gobierno general por varios tipos de licencias y permisos, cuando se realizan a cambio de un verdadero servicio. Los pagos obligatorios destinados exclusivamente a producir un ingreso para el gobierno general se tratan como impuestos y, por tanto, quedan excluidos de los gastos de consumo de los hogares. La frontera entre las dos categorías es un tanto arbitraria: las licencias para la posesión de vehículos, barcos o aviones se consideran impuestos, mientras que las tasas por la emisión del pasaporte y de la licencia de conducir se consideran normalmente como pagos por servicios. En algunos países, los pagos obligatorios de los usuarios bajo forma de licencia por el acceso al servicio público de televisión se tratan como gastos de consumo final de los hogares, pero en el Reino Unido la licencia por televisión se registra como un impuesto (véase la sección: “Las limitaciones de las cuentas nacionales: el consumo de servicios de televisión o de Internet financiados por la publicidad”, que figura en el Anexo 5.B).
Los gastos de consumo de los hogares también incluyen un cierto número de gastos imputados. Se denominan así las rubros de gastos que realmente no se han llevado a cabo, pero a los que se asigna – o “imputa”– un valor con el fin de mejorar la comparabilidad a lo largo del tiempo y entre países. Los principales tipos de gastos imputados son:
Los alquileres imputados a los propietarios que ocupan sus propias viviendas. Se considera que la gente que ocupa viviendas de su propiedad se “vende” a sí misma servicios de alojamiento. Por tanto, los alquileres que se registran en las cuentas nacionales incluyen tanto los alquileres efectivamente pagados por los arrendatarios a sus arrendadores como los alquileres imputados, en el caso de los propietarios que habitan su propia vivienda. En la mayoría de los países los alquileres imputados constituyen el rubro imputado más grande de los que se incluyen en el consumo individual de los hogares. El importe de los alquileres imputados se estima tomando como referencia los alquileres pagados por viviendas comparables en la misma zona geográfica del país.
El consumo por cuenta propia. Comprende el valor (estimado a partir de los precios de mercado correspondientes) de los gastos en bienes y servicios que la gente produce con el fin de consumirlos. Los ejemplos más importantes son los productos agrícolas producidos por los agricultores para ellos mismos y sus familiares. Obsérvese que las imputaciones se limitan a los bienes. Con la excepción de los servicios de alojamiento de los propietarios que habitan su propia vivienda, no se realiza ninguna imputación de otros servicios, tales como cocinar, cuidado de los niños y limpieza del hogar, cuando se producen y consumen dentro de los mismos hogares que los producen.
Los ingresos en especie. Los empleados pueden recibir gratuitamente, o a un precio muy bajo, bienes y servicios como parte de su salario. Por ejemplo, los empleados de los ferrocarriles suelen tener derecho a viajar en tren más o menos gratuitamente, los miembros de las fuerzas armadas reciben a veces comidas gratuitas, etc. En cuentas nacionales estas prestaciones en especie se valoran según su costo para el empleador. Posteriormente se añaden a la remuneración de los asalariados y se registran también entre los gastos de consumo de los hogares.
Los Servicios de Intermediación Financiera Medidos Indirectamente (SIFMI). Los bancos prestan habitualmente a su clientela ciertos servicios de manera gratuita o a precios que están por debajo de los costos de producción. En algunos países la tramitación de los cheques es aun gratuita. Los bancos cubren sus costos de producción cargando a los créditos que conceden un tipo de interés superior de él que aplican a los depósitos que reciben. En términos generales, los SIFMI (véase el Capítulo 4) en préstamos de los bancos se miden por la diferencia entre los intereses recibidos y los intereses pagados (generalmente entre la tasa de interés activa y la tasa de interés pasiva). Algunos de estos SIFMI son consumidos por los hogares y, por lo tanto, deben incluirse entre los gastos de consumo de los hogares, o en el caso de créditos hipotecarios, por ejemplo, como un consumo intermedio relacionado con la producción de los servicios de alojamiento.
Los gastos de consumo final de los hogares deben incluir todos los gastos de consumo realizados por los hogares residentes en el Reino Unido (por seguir con el país que se toma como referencia en este capítulo), tanto si se producen en el Reino Unido como en otra parte.
Para la definición de “residencia” y de “territorio económico”, véase la sección 5.9 de este capítulo.
Esto implica que hay que sumar al consumo que se realiza en el territorio económico, el consumo realizado por los turistas del Reino Unido en otros países. Dado que los contables nacionales del Reino Unido no saben qué productos han consumido sus turistas en el extranjero, registran un valor estimado en el rubro “Viajes”, que se contabiliza como una importación y se añade al consumo en el territorio económico (el cual está disponible con gran detalle). A la inversa, el consumo registrado en el territorio económico del Reino Unido debe reducirse en el valor de las compras de los turistas extranjeros (hogares no-residentes) y contabilizarse como exportaciones.
La norma general que se aplica en cuentas nacionales es que los usos finales se valoran a los precios acordados entre las partes al realizar las transacciones. Estos precios se denominan precios de mercado, precios de adquisición o precios de comprador. En el caso de pagos realizados por los hogares estos precios corresponden a los pagados al adquirirlos. Sobre este tema se debe tener en cuenta los siguientes puntos:
Los precios de los usos finales incluyen el IVA no deducible y otros impuestos sobre los productos, tales como impuestos a las ventas, los impuestos sobre el consumo de tabaco, bebidas alcohólicas o combustibles. El Recuadro 5.1. Clases de impuestos, recoge la distinción entre impuestos sobre los productos, tales como impuestos a las ventas e IVA, los cuales se incluyen en los gastos de consumo de los hogares y los impuestos corrientes sobre el ingreso y la riqueza, que no se tienen en cuenta al valorar tales gastos.
Los precios de los usos finales incluyen los costos de transporte y comercialización.
Los precios de los usos finales son netos de descuentos, lo que implica que pueden ser menores que los precios oficiales (o de catálogo), tanto si la reducción se obtiene mediante regateo como si es el resultado de una oferta del vendedor para incrementar sus ventas.
Los precios de los usos finales incluyen las propinas por encima de los precios oficiales. El ejemplo más común son las propinas entregadas en restaurantes, taxis y peluquerías.
Los contables nacionales clasifican los impuestos pagados por los hogares y otros agentes en cuatro grupos: impuestos sobre los productos (D21); otros impuestos sobre la producción (D29), impuestos corrientes sobre el ingreso y el patrimonio (D5); e impuestos sobre el capital (D91). Los impuestos del primer grupo se suelen llamar “impuestos indirectos” y los del segundo “impuestos directos”. Aquí solo se tratará de los impuestos sobre los productos (D21) y sobre el ingreso y el patrimonio (D5), que son los más importantes.
En los países de la OCDE, los impuestos sobre los productos consisten, fundamentalmente, en el IVA, el impuesto a las ventas y en otros impuestos específicos, tales como los que recaen sobre los derivados del petróleo, tabaco o bebidas alcohólicas. A estos pueden agregarse algunos otros impuestos menores y los derechos de aduana. Estos impuestos se recaudan en el momento de la venta de los bienes y servicios correspondientes y, por tanto, son una parte integral de los precios que tiene que pagar el comprador para adquirirlos. Los precios, “que incluyen los impuestos sobre los productos”, son los más apropiados desde el punto de vista del análisis económico del consumo y son, por tanto, los utilizados en cuentas nacionales. Las ventas a turistas extranjeros, que no están gravadas por el IVA ni por los impuestos sobre las ventas, se contabilizan sin incluir estos impuestos, incluso cuando el comprador los paga inicialmente para ser reembolsados posteriormente. Estos impuestos se denominan “deducibles”. Solo los impuestos no deducibles se incluyen en los precios que se utilizan en cuentas nacionales.
Los impuestos corrientes sobre el ingreso y el patrimonio de los hogares incluyen principalmente los impuestos sobre el ingreso de trabajo y similares, y los impuestos sobre las utilidades de los empresarios individuales, pero incluyen también impuestos locales, impuestos sobre la propiedad, otros impuestos sobre el patrimonio y algunos menos importantes. Estos impuestos “directos” no se incluyen en los gastos de consumo, sino que son tratados como transferencias, es decir, como pagos por los que no se recibe nada a cambio. Estos impuestos se registran en la cuenta de distribución secundaria del ingreso, según se explica en el Capítulo 6, dedicado a la cuenta de los hogares.
La clasificación principal del gasto de los hogares describe el gasto según su finalidad y se conoce por su acrónimo inglés COICOP – Clasificación del Consumo Individual por Finalidades –. En ella los productos se clasifican en grupos que responden mejor a las necesidades de los análisis del consumo que la clasificación normalizada de productos, más adecuada para analizar la producción. El Cuadro 5.2 ilustra los cambios en los gastos de consumo en el Reino Unido basándose en esta clasificación por finalidades.
A precios corrientes, porcentaje del gasto total de consumo final
|
||||
---|---|---|---|---|
1980 |
1995 |
2012 |
||
P31CP010 |
Alimentos y bebidas no alcohólicas |
17.8 |
10.7 |
9.1 |
P31CP020 |
Bebidas alcohólicas, tabaco y narcóticos |
5.7 |
4.1 |
3.6 |
P31CP030 |
Prendas de vestir y calzado |
7.7 |
6.1 |
5.8 |
P31CP040 |
Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles |
16.0 |
18.8 |
25.8 |
P31CP050 |
Mobiliario, equipamiento del hogar |
6.9 |
5.9 |
4.9 |
P31CP060 |
Salud |
0.9 |
1.5 |
1.6 |
P31CP070 |
Transporte |
15.0 |
13.8 |
14.3 |
P31CP080 |
Comunicaciones |
1.7 |
2.1 |
2.1 |
P31CP090 |
Ocio, espectáculos y cultura |
9.9 |
11.2 |
10.5 |
P31CP100 |
Educación |
0.9 |
1.3 |
1.5 |
P31CP110 |
Restaurantes y hoteles |
10.7 |
11.0 |
9.8 |
P31CP120 |
Otros bienes y servicios |
7.4 |
13.3 |
10.4 |
P33 |
Gastos de consumo final en el exterior, de los hogares residentes |
2.0 |
3.0 |
2.9 |
P34 |
Gastos de consumo final, en el territorio económico, de hogares no residentes |
-2.6 |
-2.9 |
-2.4 |
P31NC |
Total gasto de consumo final de los hogares |
100.0 |
100.0 |
100.0 |
Fuente: OECD (2014), “Detailed National Accounts: Non-financial accounts by sectors, annual”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00001-en. |
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El Cuadro refleja que en 25 años se ha producido una caída espectacular en el peso que tienen dentro de los gastos totales los gastos dedicados a fines cotidianos (alimentación, bebidas alcohólicas y tabaco, vestido y calzado) a favor de los gastos en esparcimiento y en servicios en general. Este fenómeno se extiende a todos los países en los que el ingreso real ha estado creciendo. Los economistas dicen que “la elasticidad de la demanda de productos básicos respecto al ingreso tiende a ser menor que la elasticidad de la demanda de servicios respecto al ingreso”. La elasticidad de una variable en relación con otra se mide por la relación entre la tasa de crecimiento de la primera y la tasa de crecimiento de la segunda. Por ejemplo, la elasticidad de la demanda de servicios en relación con el ingreso es igual a: (100 + tasa de crecimiento de la demanda de servicios) ÷ (100 + tasa de crecimiento del ingreso).
Este cuadro también pone en evidencia que se incurre en un error si solo se analizan los gastos realizados directamente por los hogares. En efecto, las participaciones de la salud (fila P31CP060 del Cuadro 5.2) y de la educación (fila P31CP100) son muy pequeñas porque lo que figura en el cuadro es solo la parte de estos servicios directamente pagada por los hogares. De hecho, la mayor parte de estos servicios se reciben gratuitamente, aunque financiados, indirectamente, por impuestos y cotizaciones sociales. El verdadero consumo de los hogares de servicios de salud y educación es, por tanto, mucho mayor, aunque la parte prestada por el gobierno general se contabiliza como consumo individual del gobierno general y no como gastos de consumo de los hogares. Se volverá sobre este punto en la Sección 5.5.
Por último, se debe observar que la segunda y la tercera fila, empezando por el final del Cuadro 5.2, se refieren al gasto de los viajeros. Según se ha explicado más arriba, para obtener los gastos de consumo final de los hogares residentes es necesario sumar al consumo en el territorio económico del país, el consumo de los hogares del Reino Unido en el exterior y deducir el consumo de los hogares no residentes en el Reino Unido (por eso aparece un signo negativo en esta línea).
Este es el segundo uso final en importancia, después del consumo de los hogares. Por convención, se considera que los gastos del gobierno general forman parte de los usos finales (como consumo o FBCF) del propio gobierno general. Por ejemplo, los gastos corrientes en policía y educación se consideran consumo del gobierno general. Cabe preguntarse: ¿Qué subyace detrás de esta extraña convención, puesto que estos servicios benefician a los hogares y a las empresas? La única explicación es que no se sabe cómo asignar estos gastos a los beneficiarios, debido a que estos no los adquieren, aunque paguen los impuestos que los financian. Por esta razón se ha acordado no asignar estos gastos a sus beneficiarios y, por convención, atribuirlos en su totalidad al gobierno general. Al no imputarlos, por ejemplo, a los hogares, esta convención tiene, entre otras, la ventaja de que permite que los gastos de las cuentas nacionales no se alejen en exceso de los flujos monetarios.
En términos contables, los gastos de consumo final del gobierno general son iguales a los costos en que se incurre al realizarlos, definidos como sigue:
Remuneración de los asalariados del gobierno general;
Más adquisición por el gobierno general de materiales y otros consumos intermedios;
Más consumo de capital fijo del gobierno general;
Más adquisición de bienes y servicios por el gobierno general en beneficio de los hogares (por ejemplo, reembolsos de servicios sanitarios, asignaciones por vivienda, etc.);
Más otros impuestos sobre la producción (de poca importancia, en el caso del gobierno general);
Menos pagos parciales por los hogares, o por las empresas, por servicios prestados por el gobierno general (entradas a museos, ventas de publicaciones etc.).
Menos producción por cuenta propia de formación bruta de capital fijo.
Aunque este gasto se registra en su integralidad como consumo final por el gobierno general, en las cuentas y cuadros normalizados del sistema de cuentas nacionales, los contables nacionales vienen distinguiendo, desde hace unos años, dentro de los gastos de consumo del gobierno general, la parte que es consumo “colectivo” de la parte que es consumo “individual”. Los gastos de consumo individual son gastos que claramente se llevan a cabo en beneficio de los hogares. El Cuadro 5.3 muestra que los gastos de consumo individual representan ahora más del 60% del total de los gastos en el Reino Unido, después de experimentar una importante subida en los últimos 25 años. Estos gastos comprenden, fundamentalmente, la educación pública y la salud pública. Estos gastos no aparecen incluidos en el Cuadro 5.2, pero deben tenerse en cuenta si se quiere mostrar la verdadera situación de los bienes y servicios consumidos por los hogares. Los gastos de consumo individual del gobierno general también incluyen los de ayuda a viviendas sociales, los de funcionamiento de los museos y los de otros servicios de las administraciones a los hogares.
Los Gastos de consumo colectivo comprenden los gastos relacionados con las actividades del gobierno general que no son atribuibles únicamente a los hogares, sino que también benefician a las empresas. Esto incluye gastos de los congresos, asambleas nacionales, parlamentos, etc., de los ministerios de asuntos exteriores, seguridad y orden público, defensa, interior, asuntos económicos, de protección del medio ambiente, etc., y también las actividades de I&D del gobierno general.
Estas dos categorías de gasto se distinguen por su relación entre costo del servicio y número de beneficiarios. En el caso de los gastos de consumo individual, el costo de los servicios que presta el gobierno general depende más o menos directamente del número de hogares que hacen uso de los servicios. Así, costará casi el doble enseñar a 10 000 niños que enseñar a 5 000. Por otra parte, el costo de los servicios colectivos depende menos del número de “clientes”. Los servicios de defensa se establecen para todos los que viven en el país. Los países grandes pueden necesitar tener ejércitos más grandes que los países pequeños, pero no hay una relación directa entre el número de personas que se benefician del servicio y el costo de suministrarlo.
1980 |
2000 |
2012 |
||
---|---|---|---|---|
P31S13 |
Gastos de consumo individual del gobierno general |
47.5 |
57.5 |
62.6 |
P32S13 |
Gastos de consumo colectivo del gobierno general |
52.5 |
42.5 |
37.4 |
P3S13 |
Gastos de consumo final del gobierno general |
100.0 |
100.0 |
100.0 |
Fuente: OECD (2013), “Aggregate National Accounts: Gross Domestic Product”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00001-en. |
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Las Instituciones Sin Fines de Lucro que sirven a los Hogares (ISFLSH) son unidades que se constituyen por grupos de hogares con el fin de suministrarse servicios, o de suministrarlos a otros hogares, sobre una base no comercial. Son ISFLSH los partidos políticos, los sindicatos, las organizaciones religiosas, los clubes deportivos, las asociaciones culturales, las organizaciones de caridad, las asociaciones filantrópicas (Cruz Roja, etc.) y ciertas fundaciones de beneficencia. En algunos países algunas universidades se clasifican también en este sector. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que las ISFLSH están muy lejos de incluir a todas las instituciones con fines no comerciales. Esto es así porque para que una institución sea definida como ISFLSHs tiene que estar financiada principalmente por donaciones de los hogares o por suscripciones regulares. Las instituciones no lucrativas que no están directamente financiadas por hogares pero que, por ejemplo, están controladas o financiadas por empresas (cámaras de comercio, asociaciones profesionales, mutuales de seguros, etc.) se clasifican dentro del sector empresas. Las controladas o financiadas por el gobierno general se clasifican en el sector gobierno general. Como resultado, las ISFLSH constituyen solo un pequeño sector de las cuentas nacionales.
Al igual que el gobierno general, las ISFLSHs prestan servicios “de no mercado”. Por esta razón, su tratamiento en cuentas nacionales es similar al del gobierno general. La producción de servicios por las ISFLSHs se valora según los costos incurridos para llevarla a cabo y, por convención, se hace “consumir” a las ISFLSHs los servicios que producen. El gasto de consumo final de las ISFLSHs es, por tanto, igual a sus gastos de funcionamiento. Obsérvese que las donaciones a organizaciones de caridad no son pagos por servicios, sino que se consideran transferencias y se contabilizan en la cuenta de distribución secundaria del ingreso del sector hogares (véase el Capítulo 6).
Se ha visto más arriba cómo el gasto de consumo del gobierno general se divide en gasto individual y gasto colectivo. Esta distinción es innecesaria en el caso de las ISFLSH porque estas organizaciones están al servicio de los hogares y, por tanto, todo su gasto se considera individual.
Para mejorar el análisis del gasto de consumo de los hogares mediante la incorporación del consumo individual financiado por el gobierno general o las ISFLSH, los contables nacionales han acuñado el concepto de consumo efectivo. El consumo efectivo de los hogares es igual al gasto de consumo de los hogares más el gasto de consumo individual del gobierno general y las ISFLSH. Estos gastos de consumo individual se denominan también “transferencias en especie”. El Cuadro 5.4 muestra este paso de la noción de “quién gasta” a la de “quién consume”.
Miles de millones 2012, moneda nacional
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(P3) Gasto de consumo final (¿Quién gasta?) |
(P4) Consumo efectivo final (¿Quién consume?) |
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Hogares (S14) |
Gasto de consumo final de los hogares (P31S14) |
991.0 |
(P4S14) |
1 245.8 |
Gasto de consumo final de los hogares (P31S14) |
991.0 |
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Gasto de consumo final de las ISFLSH (P31S15) |
38.8 |
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Gastos de consumo individual gobierno general (P31S13) |
216.0 |
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ISFLSH (S15) |
Gasto de consumo final de las ISFLSH (P31S15) |
38.8 |
Ninguno (0) |
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Gobierno General (S13) |
Gasto de consumo final del gobierno general (P3S13) |
341.2 |
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Gasto de consumo individual del gobierno general (P31S13) |
216.0 |
Gasto de consumo colectivo del gobierno general (P32S13) |
125.2 |
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Gasto de consumo colectivo del gobierno general (P32S13) |
125.2 |
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Fuente: OECD (2013), “Aggregate National Accounts: Gross Domestic Product”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00001-en. |
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Las estadísticas sobre consumo efectivo tienen dos ventajas analíticas. La primera, que es un concepto más próximo al bienestar de los hogares (véase el Capítulo 15). Para analizar el consumo en salud y en educación no es suficiente tener en cuenta solamente el gasto directo de los hogares en salud o en educación y omitir el gasto con estos propósitos realizados por el gobierno general en beneficio de los hogares. Utilizar el consumo efectivo de los hogares permite salvar esta omisión. La segunda ventaja es que las comparaciones internacionales del consumo de los hogares tienen sentido solo cuando se basan en el consumo efectivo y no en el gasto de consumo, como se puso de manifiesto en el Capítulo 3.
La inversión o, para ser más preciso, la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF), es una variable fundamental para el análisis económico de la demanda. La FBCF de los hogares, en sentido estricto (es decir, excluyendo a las empresas individuales), consiste en la adquisición de viviendas. Este es un buen indicador de la confianza de los hogares en el futuro y puede utilizarse para predecir movimientos de los gastos de consumo. La FBCF del gobierno general se compone principalmente de la infraestructura de transporte, de inversiones en sistemas de defensa (incluyendo los sistemas de armamento), edificios de oficinas, escuelas, hospitales, etc.
Sin embargo, en lo que los economistas están más interesados es en la formación bruta de capital del sector de los negocios (sociedades no financieras, instituciones financieras y empresas individuales). Esta gran agrupación institucional es la que realiza la mayor parte de la inversión. Son los movimientos de esta variable los que desencadenan el comienzo y el final de los ciclos económicos y los que determinan el crecimiento de la productividad aparente del trabajo.
Las cuentas nacionales definen a la formación bruta de capital fijo como la adquisición neta de activos fijos producidos, esto es, activos cuyo destino es ser utilizados, durante un período superior a un año, en el proceso de producción de otros bienes y servicios: maquinaria, vehículos, oficinas, edificios industriales, software, etc. Esta definición necesita de algunas aclaraciones:
El término “fijo” se escogió por contraste con capital “variable”, que está conformado por las existencias. Estas expresiones probablemente datan de la época de Karl Marx, una de las fuentes distantes de inspiración para varias ideas de las cuentas nacionales.
La palabra fijo se utiliza para indicar que los incrementos de existencias no están incluidos en la FBCF, y no significa que el equipo en cuestión no se pueda mover. Por ejemplo, los equipos de transporte (automóviles, camiones, barcos, aviones) no son “fijos”, según el estricto significado de la palabra, pero, no obstante, están incluidos en la FBCF. Lo mismo sucede con el ganado (principalmente las vacas lecheras), que está también incluido en la FBCF.
Adquisiciones netas significa que la FBCF registra las compras de activos fijos después de la deducción de las ventas de activos fijos en el mercado de segunda mano. Por tanto, es teóricamente posible que la FBCF sea negativa. Por ejemplo, las empresas de alquiler de vehículos renuevan su flota muy rápidamente. Compran un gran número de automóviles haciendo una contribución positiva a la FBCF, pero, al mismo tiempo, venden con la misma rapidez estos vehículos, lo que implica una contribución negativa. Por tanto, es perfectamente posible que, en un período concreto, sus compras sean menores que sus ventas. Sin embargo, es poco probable que se produzca esa situación en una escala macroeconómica porque los bienes de equipo de segunda mano vendidos por una empresa suelen ser adquiridos por otras empresas.
Este ejemplo ilustra que la FBCF incluye bienes de capital usados. Para algunos países en vías de desarrollo, la mayor parte de la FBCF en maquinaria y equipo puede estar constituida por equipo de segunda mano importado de países desarrollados.
El término “activos producidos” quiere decir que solamente se incluyen en la FBCF los activos que son el resultado de un proceso de producción reconocido por los contables nacionales. Las cuentas nacionales también registran transacciones de “activos no producidos” tales como tierra, bosques primarios, petróleo y reservas minerales. Estos activos “no producidos” también se incluyen en las cuentas del balance, pero no se incluyen en la FBCF pues han sido producidos por la naturaleza y no por la actividad humana. Para los contables nacionales la naturaleza no es un productor.
En lugar de adquirir directamente un bien de capital, algunas empresas prefieren disponer del bien mediante una operación de arriendo financiero (leasing), que consiste en realizar pagos regulares por concepto de alquiler mientras se utiliza el bien, seguidos por la adquisición del bien al final del período de arrendamiento. Por ejemplo, muchas líneas aéreas adquieren sus aviones mediante operaciones de leasing financiero. Hay compañías financieras especializadas en este tipo de acuerdos. Estas compañías son las propietarias legales de muchos bienes de capital que no utilizan. Los ponen a disposición de quienes operan con ellos. Económicamente hablando tiene más sentido hacer figurar a las aerolíneas como propietarias de estos activos, a pesar de que, legalmente, esto no es cierto. Los contables nacionales, que otorgan prioridad a los aspectos económicos sobre los legales, registran estos activos como si estuvieran anotados en la contabilidad de las sociedades no financieras que efectivamente los utilizan, es decir, de las compañías aéreas en el caso de este ejemplo.
Los economistas, los contables nacionales y los contables de empresa han dedicado mucho tiempo a discutir la definición de activos fijos, porque la FBCF determina la medición del stock de capital (véase el Capítulo 8), que, por su parte, determina el crecimiento. En principio, a mayor capital, mayor puede ser el crecimiento.
Hay un acuerdo general en lo que respecta a la mayoría de las clases de bienes de capital. Son claramente activos fijos el equipo de transporte, la maquinaria, las oficinas, las bodegas, las fábricas y las grandes obras de ingeniería civil. Subsisten desacuerdos en lo que respecta a ciertos tipos de gasto (software, marcas comerciales) que están en la “zona gris” entre la FBCF y el consumo intermedio. En principio, la diferencia entre estos dos factores de producción es que, a diferencia del consumo intermedio, la FBCF no se consume en su totalidad en el proceso anual de producción. Pero, ¿dónde se encuentra la frontera entre uno y otra?
Tradicionalmente solo se consideraban activos fijos los bienes materiales (también llamados bienes “físicos” o “tangibles”), es decir, los bienes relacionados al principio del párrafo anterior. Sin embargo, un número creciente de contables y economistas reconocen que varios gastos que no toman forma material no se consumen totalmente en el proceso de producción que se lleva a cabo durante el año. En consecuencia, estos gastos deberían ser capitalizados; se les conoce como “activos intangibles” o “productos de propiedad intelectual”.
Los gastos en la exploración de minerales son un ejemplo característico. A pesar de que los contables que trabajan en empresas mineras han venido considerando tradicionalmente que los gastos en la exploración de minerales son gastos de capital (FBCF) y no usos corrientes (consumo intermedio), los contables nacionales solo han adoptado recientemente esta clasificación. Su renuencia a dar ese paso radica en que la exploración de minerales es, en su totalidad, una adquisición de conocimiento (a priori no se sabe si hay oro en una zona determinada). Este cambio de criterio fue adoptado por el SCN 1993 y ahora todos los gastos de exploración de minerales se consideran FBCF, incluso cuando la búsqueda es infructuosa. Este último punto no es tan extraño como pudiera parecer, porque la tecnología moderna de exploración garantiza, hasta cierto punto, una tasa de éxito constante: para un desembolso concreto en la prospección de minerales, las compañías saben por experiencia cuál es el porcentaje de descubrimientos susceptibles de ser explotados.
Otros tipos de activos inmateriales se incluyen ahora como FBCF en las cuentas nacionales. Estos son el software, las bases de datos y los originales de obras de esparcimiento y de carácter artístico como literario4. La adquisición o creación de software es un gasto que no se consume en el período en el que tiene lugar, ya que un programa se utiliza a lo largo de varios años. Todos estos gastos, sea en programas internos (como un sistema de reservas de una compañía aérea) o en software original diseñado para ser reproducido (como Windows, propiedad de Microsoft), o en reproducciones (los derechos de uso de Windows que las empresas compran a Microsoft), forman parte de la FBCF.
Un nuevo avance se ha logrado con la introducción del SCN 2008, que también reconoce el gasto en I&D como constitutivo de la FBCF. Claramente se pueden ver inversiones apreciables en I&D para desarrollar productos nuevos o mejorados, sin las cuales los flujos de ingresos futuros pueden estancarse. La industria farmacéutica y las empresas involucradas en las tecnologías TIC y sus productos son ejemplos obvios. Hubo alguna discusión sobre la inclusión del conocimiento disponible libremente, producido por los gastos en I&D del gobierno, pero al final se decidió capitalizar estos gastos, puesto que pueden proporcionar beneficios para la sociedad como un todo (de manera análoga a la infraestructura de transporte).
La dificultad, desde el punto de vista de las cuentas nacionales, no es tanto una cuestión de principios sino un tema puramente práctico, puesto que la contabilidad nacional se basa en convenciones diferentes a las de la contabilidad empresarial. En su contabilidad interna, que es una de las fuentes estadísticas de las cuentas nacionales, las empresas consideran que solo una parte de la adquisición o creación de software o I&D es gasto de capital. ¿Por qué? Por dos razones. Primera, porque los contables de las empresas aplican el principio de prudencia y, cuando no están seguros de que un programa de computador vaya a tener un valor real en el mercado, sus normas de contabilidad les recomiendan considerar ese gasto como consumo intermedio y no como inversión en capital fijo. Por esta razón, las empresas productoras de software, como Microsoft, no incluyen el software entre los activos de su balance. Segunda porque, a veces, las empresas tienen interés en tratar el software como un gasto corriente para reducir la utilidad, porque de ello se deriva una ventaja fiscal. En síntesis, los contables nacionales no disponen de fuentes estadísticas totalmente satisfactorias para evaluar la inversión en software y están obligados a adoptar las fuentes alternativas más próximas.
Los datos de la FBCF se presentan de diversas formas en la contabilidad nacional. En primer lugar, la FBCF puede descomponerse según la naturaleza del producto, utilizando la clasificación normalizada de productos. Pero esta clasificación es más útil para analizar la producción que para detallar la inversión. En segundo lugar, la FBCF se puede descomponer según la rama de actividad o el sector que realiza la inversión. Por ejemplo, en el Cuadro 5.5 se recoge la FBCF (más la variación de existencias), del Reino Unido clasificada según las ramas de actividad que realizan la inversión.
Millones de libras esterlinas, precios corrientes, 2012
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---|---|
Agricultura, silvicultura y pesca |
3 262 |
Explotación de minas y canteras |
17 556 |
Industria manufacturera |
18 707 |
Electricidad, gas, vapor y aire acondicionado |
16 988 |
Suministro de agua, alcantarillado, manejo de residuos y saneamiento |
12 144 |
Construcción |
8 547 |
Comercio por mayor y al detal, reparación de automotores y motocicletas |
15 150 |
Transporte y almacenamiento |
30 646 |
Hotelería y restaurantes |
8 019 |
Información y comunicaciones |
18 732 |
Actividad financieras y seguros |
11 934 |
Actividades de finca raíz |
72 223 |
Actividades profesionales, científicas y técnicas |
6 271 |
Actividades administrativas y servicios auxiliares |
1 736 |
Administración pública y defensa, seguridad social obligatoria |
-31 953 |
Educación |
2 543 |
Salud humana y actividades de trabajo social |
2 476 |
Artes, ocio y recreación |
7 397 |
Otras actividades de servicio |
1 874 |
Total por ramas de actividad |
224 252 |
Fuente: OECD (2014), “Detailed National Accounts: Capital formation by activity”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-0008-en. |
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Como puede observarse, la manufactura está lejos de ser la principal actividad inversionista; la inversión realizada por las actividades de servicios, empresas de transportes y almacenamiento, y actividades en finca raíz fue sustancialmente más alta en el año 2012. Debe también observarse la “des‐inversión” de 31 953 millones en la actividad “Administración Pública”. En realidad, esta cifra no corresponde a una “des-inversión” efectiva del gobierno del Reino Unido sino a costos de transferencia globales que fueron clasificados por convención en este rubro por los contables nacionales del Reino Unido.
También es posible mostrar una matriz que combine las categorías: naturaleza del producto y del sector que realiza la inversión. El Cuadro 5.6 muestra la FBCF del Reino Unido detallada por sectores institucionales y por tipos de activos, utilizando una clasificación adaptada a los activos y distinguiendo entre:
Activos fijos materiales:
Viviendas (sin incluir los terrenos).
Otras construcciones y estructuras.
Equipo de transporte
Otra maquinaria y equipo
Activos fijos inmateriales5:
Exploraciones mineras – gastos en la búsqueda de yacimientos petrolíferos o minerales.
Software – estándar o desarrollados por cuenta propia, originales o copias de originales –.
Originales literarios y artísticos tales como películas, novelas o música. Estos activos generan derechos de autor.
Es importante observar que la FBCF en viviendas y otras construcciones no comprende el valor de los terrenos sobre los que están edificadas. La razón es que los terrenos no son un activo producido. Mientras que los activos no producidos se excluyen de la FBCF, los costos asociados a las transferencias de propiedad de los activos no producidos (costos de transporte e instalación) y también los gastos administrativos (minutas pagadas a los abogados e impuestos ligados a la compra de estos productos) se incluyen en la FBCF como una categoría separada en las cuentas del Reino Unido. En el caso de los activos producidos estos gastos forman parte del precio de los propios activos.
Millones de libras esterlinas, precios corrientes, 2012
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Empresas no-financieras |
Instituciones Financieras |
Gobierno Central |
Gobierno Local |
Hogares e ISFLSH |
Total |
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Públicas |
Privadas |
||||||
Viviendas, excluidos los terrenos |
3 017 |
1 011 |
0 |
94 |
0 |
47 012 |
51 135 |
Otras construcciones y estructuras |
335 |
42 795 |
1 065 |
9 606 |
13 984 |
2 156 |
69 942 |
Equipo de transporte |
223 |
5 054 |
41 |
36 |
420 |
270 |
6 043 |
Otra maquinaria y equipo |
999 |
33 114 |
3 238 |
3 862 |
1 209 |
2 174 |
44 595 |
Activos fijos intangibles |
1 987 |
28 188 |
3 539 |
575 |
288 |
1 843 |
36 421 |
Costos asociados con la transferencia de la propiedad de activos no producidos |
-378 |
4 365 |
-884 |
1 393 |
8 769 |
8 769 |
16 116 |
Formación bruta de capital fijo |
6 185 |
114 526 |
6 999 |
15 568 |
18 753 |
62 221 |
224 252 |
Fuente: Office for National Statistics (2013): United Kingdom National Accounts, The Blue Book, United Kingdom National Accounts – The Blue Book, 2013 Edition. |
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Como todos los usos finales, la Formación Bruta de Capital Fijo se valora a precios de adquisición. En la mayoría de los casos esto equivale a registrarlos excluyendo el IVA, pues este impuesto es generalmente deducible en el caso de la inversión de las empresas. Sin embargo, los precios de adquisición de los bienes de capital incluyen gastos de transporte e instalación y también todos los impuestos específicos asociados a la compra de estos bienes. Por ejemplo, los honorarios pagados a los abogados se incluyen en el valor de compra de las viviendas (pero no el valor de los terrenos sobre los que se construyen).
El siguiente elemento que aparece en el cuadro de usos finales, es la variación de existencias, que es la diferencia entre las entradas y las salidas de existencias. En el lenguaje económico común también se utilizan las expresiones “acumulación de stocks” o “variación de inventarios” para designar esta variable, pero la expresión más comúnmente utilizada es variación de existencias. En principio solo las adiciones a los inventarios deben ser parte de los usos finales, mientras que los retiros de existencias deberían clasificarse como recursos. Sin embargo, para disponer de cuentas más compactas se decidió contabilizar los retiros de inventarios como una contribución negativa a las existencias y combinar ambos flujos en un solo rubro.
Sobre la variación de existencias cabe precisar: primero, que incluye los inventarios de insumos que se pretende utilizar posteriormente en el proceso de producción como consumos intermedios (en la contabilidad interna de las empresas se les conoce como “existencias de materiales”). Segundo, que incluye los inventarios de bienes terminados que todavía no se han vendido. Tercero, que incluye los inventarios de mercancías adquiridas para ser revendidas, especialmente en el caso del comercio al por mayor y al por menor. Cuarto, que también comprende los inventarios de bienes estratégicos (alimentos, combustibles e inventarios para intervenir en mercados agrícolas) administrados por el Gobierno. Por último, la variación de existencias puede incluir también “trabajos en curso”, que son los bienes que están en proceso de elaboración, por lo que no pueden todavía distribuirse a los usuarios al final del período contable. El valor de estos bienes está, por tanto, incluido en las existencias. Un componente importante de los trabajos en curso son bienes tales como barcos, plataformas de perforación para la extracción de petróleo y edificios, que se suelen terminar en un período de meses e incluso de años6.
Se podría pensar que es fácil calcular la variación de existencias deduciendo del valor de las existencias al final del período contable su valor al principio de dicho período, que es una información que está disponible en la contabilidad de las empresas. Sin embargo, en la práctica, utilizar estos datos para estimar la variación de existencias es complicado porque las existencias generan pérdidas y ganancias en tenencia cuando suben, o bajan, los precios de mercado de los bienes mantenidos en stock. Estas pérdidas y ganancias no son resultado del proceso de producción y, por tanto, no pueden contribuir al PIB, que, fundamentalmente, es un indicador de producción.
El hecho de que estas ganancias y pérdidas en tenencia se eliminen del PIB no quiere decir que se les ignore en cuentas nacionales. Pueden tener un impacto importante sobre los ingresos cuando los precios de los bienes suben o bajan. Las expectativas de pérdidas o ganancias en tenencia y su liquidación pueden tener un impacto sustancial sobre el comportamiento de productores y consumidores. Sin embargo, los contables nacionales las registran no como elementos del PIB sino en una cuenta de “revalorización” (véase el Capítulo 8).
Supóngase que los precios están subiendo y que la variación de existencias se calcula tomando el valor de las existencias al final del período menos el valor al principio del período. El valor obtenido de esta forma incluirá una ganancia de capital (“apreciación de inventario”) que tiene que ser eliminada para obtener la valoración correcta de la variación de existencias para los fines de las cuentas nacionales.
Este párrafo ilustra el caso de un aumento en el precio de los inventarios, pero hay también casos muy comunes de disminución del precio de los inventarios, que deben tratarse de manera simétrica. En este caso sería más preciso referirse a “pérdidas por tenencia de inventarios” y “depreciación del inventario”.
Si las existencias al final del período fueran solamente de productos que ya estaban en existencia al principio del período, en otras palabras, si no se han añadido nuevos artículos a las existencias durante el período y no se ha retirado ningún artículo, sería fácil eliminar las ganancias en tenencia, dado que serían iguales a la tasa de inflación aplicada al valor de las existencias al principio del período. Pero, en realidad, los bienes entran y salen de existencias en diferentes momentos del período contable, y es muy posible que al final del período ninguno de los artículos que estaban al principio permanezca almacenado.
Hay tres vías para estimar la variación de existencias en las cuentas nacionales cuando los precios cambian y los productos continuamente entran y salen del almacén. La primera es teóricamente correcta, pero imposible de aplicar en la práctica. La segunda es ampliamente utilizada a pesar de que es una aproximación muy imperfecta. La tercera es fácil de llevar a cabo, pero muy indirecta y, por consiguiente, debe utilizarse con cautela.
El método teóricamente correcto consiste en estimar los bienes que entran en las existencias a los precios que prevalecen en el mercado en el momento de entrar y estimar la salida de existencias a los precios de mercado vigentes en el momento del retiro. La suma algebraica de estos valores de entrada y de salida es la medida correcta de la variación de existencias para los propósitos de las cuentas nacionales. Desgraciadamente, esta información no está disponible en la práctica.
Ante la imposibilidad de aplicar el primer método, se ha sustituido por otro aproximado, que consiste en estimar el valor de la variación de existencias aplicando a las cantidades en existencias, al principio y al final del período, sea el precio promedio del período, sea los precios a la mitad del período (véase el Ejercicio 3 en el Anexo 5.C).
El tercer método es muy indirecto. Consiste en calcular todos los rubros restantes en la cuenta Oferta-Utilización (véase el Capítulo 10), y obtener la variación de existencias como residuo en esta ecuación contable. Este método es teóricamente exacto, pero implica llevar a “variación de existencias” todos los errores de estimación en que se ha incurrido al estimar los restantes ítems.
La variación de existencias constituye un indicador muy valioso del cambio que puede experimentar la tasa de crecimiento. No obstante, la variación total de las existencias continúa siendo difícil de interpretar porque incluye dos tipos de bienes: insumos y productos terminados. Una variación positiva de los insumos incluidos en las existencias es una buena señal porque significa que los productores están esperando un incremento de la producción. Por el contrario, un incremento de los productos terminados incluidos en las existencias puede indicar que los productores están experimentando dificultades para vender su producción y, en consecuencia, pueden estar próximos a disminuir, o incluso interrumpir, la producción y despedir personal. La interpretación de estas cifras puede complementarse con otra información útil, como son las encuestas de opinión empresarial.
Este ítem es muy pequeño (véase el Cuadro 5.1) y constituye, más que nada, una curiosidad para los macroeconomistas. Los objetos valiosos son bienes que no se adquieren para ser consumidos o utilizados en el proceso de producción, sino con la expectativa de que incrementen su valor a lo largo del tiempo (o, al menos, que lo mantengan). Son ejemplos de estos objetos las piedras y los metales preciosos y las pinturas de los grandes maestros. En general, las operaciones con estos objetos tienen lugar entre hogares y, por tanto, en cuentas nacionales se consolidan (en otras palabras, se compensan o anulan), excepto cuando los bienes cruzan fronteras. En algunos países –principalmente en el Reino Unido y Hong Kong – los bancos comerciales invierten en metales preciosos clasificados como objetos valiosos. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que las tenencias de oro mantenidas por los bancos centrales se clasifican como “oro monetario” y se registran como activos financieros y no como objetos valiosos.
Las exportaciones y las importaciones son agregados clave para el análisis de la situación económica de un país. En el mundo extremamente globalizado de hoy, cuando Estados Unidos (la primera potencia económica mundial, cuyo PIB representa más del 20% del PIB total) se desacelera, o acelera, todas las demás economías se afectan (véase el Capítulo 16). La misma relación aplica a los demás países porque todos intercambian cantidades crecientes de bienes y servicios. En esto desempeñan un papel importante las tasas de cambio. Si la libra esterlina, o el euro, se aprecian respecto al dólar, las exportaciones del Reino Unido, o de la zona euro, hacia los países de la zona dólar sufrirán las consecuencias. (Obsérvese, en cambio, que el precio de las importaciones de petróleo al Reino Unido y a la zona euro se reducirá, dado que el petróleo se factura en dólares). Como se puede apreciar en el Gráfico 5.1, el “grado de apertura” del Reino Unido alcanza el 65%, pero es todavía muy bajo comparado con el de un pequeño país europeo como Bélgica, que es más abierto a exportaciones y a importaciones. El “grado de apertura” se suele calcular según la relación: [(Exportaciones + Importaciones) ÷ PIB] × 100. Esta relación mide hasta qué punto un país depende de sus intercambios comerciales con sus clientes y proveedores en el exterior. La evolucióndel grado de apertura en el caso de Bélgica es el claro reflejo de la creciente apertura del país al comercio exterior, especialmente después de 1993, cuando se estableció el Mercado Único Europeo.
Fuente: OECD (2013), “Aggregate National Accounts: Gross Domestic Product”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00001-en.
En las cuentas nacionales, “comercio exterior” significa comercio exterior de bienes y servicios. Sin embargo, como las cifras de comercio exterior en bienes han estado disponibles mucho antes de las del comercio exterior de servicios, la tradición – claramente discutible – se ha establecido de aplicar el término comercio exterior solamente al comercio de bienes. Se requiere prudencia en este manejo. Las estadísticas aduaneras generalmente no incluyen servicios y el comercio exterior basado en registros aduaneros puede que cubra bienes únicamente; las cifras de comercio exterior en la balanza de pagos de las cuentas nacionales incluyen los dos: bienes y servicios.
Estos comentarios ponen de manifiesto la importancia analítica de las exportaciones y las importaciones para los usuarios de las cuentas nacionales (véase el Capítulo 16). Tradicionalmente estos flujos se descomponen en cuatro partes: comercio exterior de bienes; comercio exterior de servicios; compras directas de los no residentes en el territorio económico del país (consideradas como exportaciones de servicios); y compras directas por residentes en el resto del mundo (consideradas como importaciones de servicios). Continuando con el caso del Reino Unido como país de referencia, los dos últimos rubros comprenden, de hecho, los gastos de los turistas extranjeros en el Reino Unido y también los de los turistas del Reino Unido en otros países, según se discutió en la sección 2 de este capítulo. No se volverá a tratar del cálculo de estas exportaciones/importaciones, pero la mención de estos rubros pone de manifiesto que se necesita definir tres conceptos importantes: territorio económico, residencia y resto del mundo. Estos conceptos son necesarios para una definición precisa de exportaciones e importaciones.
El territorio económico es el área geográfica que corresponde al Estado-nación. Comprende el espacio aéreo, las aguas territoriales, los enclaves territoriales en el resto del mundo (en el ejemplo que se viene desarrollando, las embajadas del Reino Unido en países extranjeros) y las zonas francas. A la inversa, el territorio económico no comprende a las embajadas extranjeras radicadas en el Reino Unido. La definición de territorio económico es importante porque en las cuentas nacionales solo se registra la producción que tiene lugar dentro de sus límites. La producción de una filial en el extranjero de una multinacional del Reino Unido no figura en sus cuentas nacionales sino en las del país en el que está radicada.
Se han introducido cambios en la delimitación del territorio económico que sirve de referencia a las cuentas nacionales. Por ejemplo, hace poco (1999) se incluyeron en las cuentas nacionales de Francia los departamentos de ultramar como parte del territorio económico. Con anterioridad, el territorio económico que figuraba en las cuentas nacionales de Francia estaba limitado a Francia metropolitana. Debido a que estos departamentos no estaban entonces incluidos en el territorio económico, las cuentas nacionales francesas no incluían la producción de las empresas localizadas allí y, por tanto, en la medida que esta se destinaba al territorio metropolitano se contabilizaba en las cuentas nacionales francesas como importaciones (y como exportaciones los insumos de estas empresas que procedían del territorio metropolitano). Una vez que estos departamentos se han incluido en las cuentas nacionales de Francia, la producción de las empresas de los departamentos de ultramar figura junto a la producción de la Francia metropolitana y han dejado de registrarse como exportaciones e importaciones los flujos entre la metrópoli y los departamentos. Este tipo de desajuste entre la definición oficial de un país y su definición económica para los efectos de las cuentas nacionales es bastante frecuente; por ejemplo, las cuentas nacionales de EE.UU. no incluyen a Puerto Rico. Sin embargo, en términos generales, el impacto cuantitativo sobre las cuentas del país es despreciable.
En cuentas nacionales el concepto de residencia se asocia al de territorio económico. Se dice que una unidad es residente en un país cuando su “centro de interés económico” está situado en el territorio económico de ese país. Normalmente se sobrentiende que la unidad ha desarrollado su actividad económica en el país durante más de un año. En las cuentas nacionales los sectores institucionales solo incluyen unidades residentes. La mayoría de las empresas, incluidas las no constituidas en sociedad (empresas individuales), que tienen una actividad en el territorio económico, se consideran residentes. Para los hogares es clave determinar dónde gastan sus ingresos. Solo se consideran residentes aquellos hogares que viven por más de un año y realizan la mayor parte de sus gastos de consumo en el territorio económico. Los hogares cuyos miembros trabajan en el país, pero realizan la mayor parte de sus gastos de consumo en el extranjero, no se consideran residentes. Esto implica que, por ejemplo, los trabajadores estacionales que dejan sus países para trabajar durante algunos meses en el Reino Unido no se consideran residentes del Reino Unido y su ingreso disponible no se incluye en el ingreso disponible en las cuentas nacionales del Reino Unido. Al contrario, trabajadores británicos que viven y consumen en el Reino Unido mientras trabajan en Irlanda, o en otros países, se incluyen como hogares residentes en el Reino Unido. No se consideran residentes los turistas extranjeros que consumen en el Reino Unido durante un corto período (generalmente, pocas semanas).
El resto del mundo se compone de todas las unidades no residentes que realizan operaciones con el país en cuestión, en este caso, el Reino Unido. Por tanto, el resto del mundo comprende todas las unidades no residentes que venden sus productos a unidades residentes en el Reino Unido (desde el punto de vista del Reino Unido estas ventas son importaciones) y las unidades no residentes que compran productos elaborados en el Reino Unido (para el Reino Unido estas compras son exportaciones). Las exportaciones y las importaciones de bienes y servicios constituyen las principales operaciones con el resto del mundo, pero hay muchas otras categorías de operaciones: pago de sueldos y salarios a hogares no residentes; transferencias de los trabajadores inmigrantes residentes en el Reino Unido a sus familias residentes en el extranjero; subsidios pagados al Reino Unido por la Unión Europea; IVA pagado por el Reino Unido a la Unión Europea, etc. Todas estas operaciones figuran en la cuenta del resto del mundo, que es una de las que se relacionan en las “cuentas económicas integradas (véase el Capítulo 10). Las estadísticas de balanza de pagos son la principal fuente estadística de la cuenta del resto del mundo.
Debe tenerse en cuenta que según las normas recientemente adoptadas para el sistema de cuentas nacionales (SCN 2008), las exportaciones e importaciones se registran estrictamente sobre la base del cambio de propiedad (económica) entre residentes y no-residentes. En este aspecto se separan de las llamadas “estadísticas del comercio de mercancías” que de manera característica registran las exportaciones e importaciones basadas en el tránsito de los bienes a través de las fronteras nacionales. La diferencia entre estas dos formas de registro puede ser muy importante, en particular en un mundo donde los acuerdos de producción global están creciendo. Para dar dos ejemplos: El primero se refiere a “la compra-venta internacional”; un comerciante mayorista en un país A, por ejemplo, que compra bienes en un país B, y que revende luego en un país C. En cuentas nacionales estos bienes deben tratarse como importaciones (exportaciones negativas) y exportaciones del país A, aunque los bienes no han cruzado las fronteras del país A. El segundo ejemplo se refiere a los “bienes para procesamiento”: una empresa en un país A decide enviar bienes semi-elaborados a una empresa en el país B para para procesamiento adicional (ensamblado, por ejemplo). Posteriormente los productos terminados se regresan a la firma propietaria en A. En este caso se pueden observar bienes que cruzan fronteras, sin cambio alguno de propiedad. En cuentas nacionales, el pago hecho por la empresa principal a la procesadora debe registrarse como una importación de servicios, sin que haya registros de exportación o importación de bienes.
A pesar de que los flujos internacionales de servicios son crecientes, las exportaciones y las importaciones de bienes, el “comercio de mercancías” aún constituye el núcleo de las relaciones comerciales de cada país con el resto del mundo. Durante mucho tiempo las estadísticas de exportaciones e importaciones fueron las mejores estadísticas disponibles para estimar las cuentas nacionales, debido a que los servicios de aduanas las necesitaban como base para calcular los derechos de aduanas y para el seguimiento del comercio de bienes. En Europa esta calidad se ha deteriorado recientemente como resultado de la introducción del mercado único, porque ya no hay controles legales por los servicios aduaneros sobre las mercancías que se mueven dentro de la Unión Europea. Sin embargo, los servicios estadísticos, o los servicios aduaneros, de cada uno de los países europeos han introducido encuestas a los mayores exportadores e importadores, con el fin de poder continuar con el seguimiento de estos movimientos. Sin estas encuestas no sería posible elaborar las cuentas nacionales.
Las estadísticas aduaneras no solo recogen los valores de las importaciones y de las exportaciones, sino que también proporcionan información sobre las cantidades intercambiadas – toneladas, número de unidades, etc. – para una lista de productos muy detallada (una nomenclatura aduanera tipo contiene varios miles de ítems). Esta información se utiliza por los contables nacionales para calcular los precios de exportación e importación mediante la división de valores entre cantidades. Estos índices de precios se denominan “índices de valor unitario”. Este procedimiento se suele criticar porque, a pesar de estar basado en estadísticas muy detalladas, mezcla precios de productos de diferentes calidades. En la práctica, el resultado es que los índices de valor unitario pueden variar considerablemente entre un período y otro, por lo que los contables nacionales se ven obligados a aplicar un proceso de suavización de las series para hacerlos comprensibles. Algunos países han desarrollado encuestas a los importadores y exportadores para obtener unos precios que les permitan reemplazar los “índices de valor unitario”, con el fin de obviar las limitaciones reseñadas.
En las cuentas nacionales, los datos detallados de las importaciones de bienes se valoran a precios “CIF” (cost, insurance, freight), lo que significa que cuando pasan la frontera del Reino Unido el precio de los bienes importados incluye el costo de la mercancía, el del seguro y el de transporte o flete hasta el punto acordado de llegada. Por su parte, las exportaciones se valoran a precios “FOB” (free on board), que es un término de transporte mercante que significa que, cuando llegan a la frontera del país exportador, en este caso el Reino Unido, los precios de los bienes incluyen los costos de transporte y de seguro hasta esa frontera, pero no los costos de transporte y de seguro más allá de ese punto. Por esta razón, en los cuadros de las cuentas nacionales se indica “importaciones cif” o “exportaciones fob”. Para complicar las cosas un poco más, el total de las importaciones de las cuentas nacionales (cuentas del resto del mundo) se calcula a precios fob, es decir, excluyendo el costo de transportes y seguros desde la frontera del exportador hasta la frontera del importador. La conversión a precios fob facilita la comparación de las cuentas nacionales con la balanza de pagos que se concreta en un rubro llamado “ajuste cif-fob”, como se explica en el Capítulo 10.
La comparación de la evolución de los precios de las importaciones con la de los precios de las exportaciones permite calcular los denominados índices de la relación de intercambio. Esta se define como la relación entre el índice de precios de las exportaciones y el índice de precios de las importaciones. En el Ejercicio 4 se da un ejemplo de cómo se calculan estos indicadores.
Los montos involucrados en el comercio exterior de servicios son mucho menores que los del comercio de bienes. Sin embargo, estos flujos se están elevando de forma considerable como resultado de la creciente subcontratación (outsourcing) de las actividades de servicios. Hasta hace poco las exportaciones e importaciones de servicios incluían fundamentalmente servicios de transporte (por mar y aire) y de seguro (el reaseguro se suele contratar con empresas situadas en el exterior). Hay que recordar que, convencionalmente, los gastos de los turistas se clasifican como comercio en “viajes”. Sin embargo, debido en gran parte al desarrollo de las comunicaciones a través de Internet, existe ahora un notable incremento de la externalización, es decir, de contratar en el extranjero determinados servicios a empresas y a particulares (procesamiento de bienes, centros de llamadas (call centers), comercio en software, procesamiento de datos). El “Turismo médico” también se expande, las personas viajan al exterior para recibir tratamientos que son ilegales o muy costosos en sus países de residencia.
Las fuentes estadísticas del comercio de servicios son de una calidad inferior porque este comercio es difícil de identificar. Hace mucho tiempo la fuente principal se basada en las declaraciones de operaciones de los residentes con el resto del mundo, que los bancos presentaban a sus bancos centrales, en el marco del seguimiento puntual del nivel de las reservas de moneda extranjera. Sin embargo, estas declaraciones han sido suprimidas en muchos países (fundamentalmente en aquellos que han abolido el control de cambios), por lo que es ahora necesario llevar a cabo encuestas a los principales operadores que se relacionan con el resto del mundo. El seguimiento del comercio exterior de servicios en un mundo crecientemente globalizado es un desafío al que los contables nacionales tendrán que hacer frente en las próximas décadas, aspecto que se retoma con más detalle en el Capítulo 16.
EC, IMF, OECD, UN and WB (2009), System of National Accounts 2008, New York, https://unstats.un.org/unsd/nationalaccount/docs/sna2008.pdf.
INSEE Databases (2013), Statistical indices and series: Macroeconomic Database: National Accounts, www.insee.fr/en/information/2512785.
OECD (2014a), “Detailed National Accounts: Capital formation by activity”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00008-en.
OECD (2014b), “Detailed National Accounts: Non-financial accounts by sectors, annual”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00034-en.
OECD (2013a), OECD Economic Outlook, Volume 2013, Issue 1, OECD Publishing, Paris, http://dx.doi.org/10.1787/eco_outlook-v2013-1-en.
OECD (2013b), “Aggregate National Accounts: Gross domestic product”, OECD National Accounts Statistics (database), http://dx.doi.org/10.1787/data-00001-en.
Office for National Statistics (2013), United Kingdom National Accounts – The Blue Book, 2013 Edition.
Vanoli, A. (2005), A History of National Accounts, IOS Press.
En el caso de las unidades productivas, los usos pueden ser “finales” o “intermedios”. El término final se aplica a los bienes y servicios que no se consumen en su totalidad en el proceso de producción durante el período – caso de la FBCF y de la variación de existencias –. El término intermedio se aplica a los bienes y servicios que se consumen en su totalidad en el proceso de producción durante el período.
Por convención, todos los bienes y servicios adquiridos por los hogares, excepto aquellos directamente relacionados con las viviendas, se consideran como consumo final, incluso cuando se trata de bienes duraderos que no se consumen enteramente durante el período. Las adquisiciones de viviendas por los hogares son FBCF.
Por convención, se considera que el gobierno general consume los servicios que produce. El consumo final del gobierno general es igual a la remuneración de los asalariados, más el consumo intermedio, más el consumo de capital fijo, más gastos del gobierno general en bienes y servicios de mercado para beneficio de los hogares, menos pagos parciales, menos la producción por cuenta propia de formación bruta de capital fijo.
Los usos finales se valoran a precios de mercado (o de adquisición), incluyendo los márgenes de transporte y de comercio así como el IVA no deducible y los otros impuestos a los productos.
El consumo individual efectivo es igual a los gastos de consumo de los hogares, más la parte correspondiente de los gastos de consumo individual de las ISFLSHS y del gobierno general.
La formación bruta de capital fijo, que con frecuencia se designa simplemente como inversión, se define como las adquisiciones netas de activos fijos producidos.
La variación de existencias es igual a las entradas de existencias en el almacén, menos las salidas de existencias del almacén. El valorar estas variaciones sobre la base del valor de las existencias al principio y al final del período contable de las empresas es problemático, porque las existencias experimentan pérdidas y ganancias en tenencia, que deben excluirse de la variación de existencias.
A veces se distingue entre exportaciones e importaciones de bienes y exportaciones e importaciones de servicios. El detalle de las importaciones se valora “cif” y el detalle de las exportaciones se valora “fob”. Al igual que el detalle de las exportaciones, el total de las importaciones se valora “fob”.
La política monetaria es la que llevan a cabo los bancos centrales cuando tratan de influenciar la evolución de las tasas de interés, directamente o actuando sobre la oferta monetaria. La política fiscal es la que llevan a cabo los gobiernos cuando modifican las tasas impositivas y cuando actúan incrementando o reduciendo el gasto público.
En lo que respecta a la política monetaria, un incremento en las tasas de interés tenderá a reducir los gastos de consumo de los hogares, porque incrementa el costo del endeudamiento de los consumidores y hace más atractivo el ahorro. También tenderá a reducir la formación bruta de capital fijo; primero, porque la caída del gasto de los hogares reduce el incentivo de las empresas a invertir en nuevas instalaciones y equipos, y segundo, porque incrementa sus costos de financiación. Por las mismas razones, una caída de los tipos de interés estimulará el gasto de los hogares y la inversión de las empresas.
En el pasado muchos gobiernos trataron de impulsar las exportaciones y reducir las importaciones mediante la manipulación de las tasas de cambio, que es otro instrumento de política monetaria. Más recientemente la mayoría de las autoridades de los países de la OCDE han tratado de mantener sus tipos de cambio estables frente a sus clientes y proveedores, política en la que se han destacado los países del área del euro, que han llegado tan lejos como a fijar de una vez por todas los tipos de cambio dentro del área.
La política fiscal opera por medio de dos canales: el aumento o reducción del ingreso o el aumento o reducción del gasto. Las reducciones de las tasas del impuesto sobre el ingreso tienen un impacto inmediato sobre el gasto de los hogares y un impacto secundario sobre la formación de capital (las empresas invierten más para satisfacer una demanda más elevada). Las reducciones de los impuestos sobre las utilidades estimulan a los productores a incrementar la producción, bien mediante una mayor inversión, o bien vía una mayor utilización de la capacidad instalada.
El gobierno general hace gastos corrientes (principalmente los salarios de los funcionarios) y gastos en formación bruta de capital (carreteras, autopistas, desarrollos urbanos, etc.). Estos dos tipos de gastos aumentan automáticamente el PIB y producen también efectos secundarios, puesto que los mayores salarios de los funcionarios incrementan el consumo de los hogares y la demanda de materiales de construcción estimula la actividad en las industrias que los producen.
Los países de la zona euro tienen ahora mucha menos libertad en lo relativo a la política monetaria y a la política fiscal. No tienen ninguna posibilidad de modificar sus tasas de cambio y tienen un control muy limitado sobre la tasa de cambio del euro. Las tasas de interés las fija exclusivamente el Banco Central Europeo. A pesar de que la política fiscal es menos restrictiva, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento limita las posibilidades a este respecto mediante la fijación de un límite del 3% del PIB a los gastos menos los ingresos (es decir, al déficit) del gobierno general. Las autoridades pueden reducir los impuestos, pero están obligadas a realizar los recortes correspondientes en los gastos para compensar el impacto global sobre la economía.
En la mayoría de los países, el consumo de servicios de televisión, en términos de horas de sintonía por los telespectadores, es grande y creciente – especialmente en hogares con niños pequeños –. Sin embargo, esto se refleja muy pobremente en las estadísticas nacionales sobre consumo de los hogares. Estas estadísticas solo recogen los pagos realizados por los hogares para acceder a las redes de TV por cable y, en algunos países, los gravámenes impuestos por las administraciones para financiar la televisión pública. El “consumo” de televisión por los hogares en las cuentas nacionales no refleja los servicios de televisión que están financiados por publicidad. Es cierto que el costo de la publicidad se incluye en el precio de los bienes y servicios que se anuncian y, por tanto, “aparecerá” como parte del consumo final de estos bienes y servicios, pero no como consumo de televisión y, especialmente, no en términos de volumen. En las cuentas nacionales las estaciones de televisión comercial se consideran únicamente como vendedores de soportes publicitarios (algunos cínicos sostienen que esto es muy cercano a la realidad).
El cuadro se complica en lo que respecta a las tasas recaudadas por algunas administraciones para financiar los servicios de televisión. Francia considera estas tasas un pago por servicios y como tales se incluyen en los gastos de consumo de los hogares. Por su parte, el Reino Unido las considera un impuesto directo y, en consecuencia, las excluye de los gastos de consumo de los hogares. En países tales como Francia, donde la administración impone gravámenes por la televisión pública, podría ocurrir una interesante paradoja si la administración decidiera abolir la tasa y reemplazarla por una financiación a cargo de su presupuesto o privatizar los canales públicos. Efectivamente, si se adoptaran esas decisiones, el consumo de televisión por los hogares, y por tanto el PIB, se reduciría, a pesar de que lo único que ha cambiado es la fuente de financiación. Para resolver el problema de carencia de registro de los servicios de televisión gratuita sería necesario imputar un valor a los servicios “gratuitos” e incluirlo en los gastos de consumo final de los hogares. No obstante, los contables nacionales no han ido tan lejos, a pesar de que se han propuesto soluciones prácticas (véase el Recuadro 28 del libro monumental de Vanoli (2005). El hecho cada vez más importante para las cuentas nacionales es que este tipo de servicio gratuito para los hogares, pero financiado esencialmente mediante publicidad, se está expandiendo, particularmente en los servicios de Internet. Se debe considerar que este tipo de servicios gratuitos, financiados por publicidad, se expanden enormemente, principalmente en forma de servicios de Internet (Google, Facebook, Wikipedia, etc.). Algunos economistas han estimado que hay miles de millones excluidos de la medicióndel consumo de los hogares y por lo tanto del PIB.
Como en otros capítulos, las cuentas anuales de Francia se utilizan como ejemplo de las distintas clases de fuentes y métodos empleados para estimar los usos finales del PIB. Se empezará con el caso más fácil para posteriormente pasar a los más complejos.
Las estadísticas de comercio exterior (procedentes del servicio de aduanas) y las de balanza de pagos (elaboradas en Francia por el Banco de Francia (Banco Central)), proporcionan información no solo de las exportaciones e importaciones de bienes sino también de las exportaciones e importaciones de servicios. El Servicio Francés de Aduanas, en desarrollo de su función tradicional de controlar todos los movimientos de bienes en la frontera, tenía un excelente sistema de información muy adecuado para las necesidades de las cuentas nacionales. Sin embargo, como ya se ha indicado, la implantación del mercado único europeo en 1993 abolió la obligación de declarar los flujos de comercio dentro de Europa.
Para subsanar esta carencia, los servicios de aduanas europeos han llevado a cabo una encuesta, casi exhaustiva, en los países exportadores e importadores. Para Europa, en su conjunto, se ha abierto una importante “asimetría” en el comercio que se realiza entre los países que componen la región, de forma que las exportaciones totales registradas son, aproximadamente, un 2.5% más elevadas que las importaciones totales registradas. Se ha deducido de ello que algunos países deben estar sobrestimando sus exportaciones o subestimando sus importaciones. Algunos han evocado la posibilidad de que las asimetrías reflejan de hecho un fraude en las exportaciones (las declaraciones de las exportaciones pueden estar infladas por no estar sujetas al IVA). Aunque el resultado arroja algunas dudas sobre la fuente de la que se obtienen estos datos, los contables nacionales continúan dependiendo de ella, la única disponible, y a pesar de sus limitaciones, sigue siendo una de las mejores fuentes de las cuentas nacionales.
Hasta la primera década del siglo XXI, los datos de balanza de pagos publicados por el Banco de Francia incluyen todas las operaciones con el resto del mundo realizadas por los bancos comerciales y las más importantes empresas industriales. El suministro obligatorio de estos datos hace posible disponer de una cobertura casi exhaustiva de todas las operaciones financieras con el resto del mundo, y, al clasificarlas por tipo, es posible elaborar estadísticas sobre las compras y ventas de servicios internacionales, especialmente de transportes y seguros. Actualmente, en muchos países de la UE, este sistema, que se apoya sobre los pagos en efectivo, ha sido remplazado por una encuesta directa a los residentes que efectúan transacciones con el resto del mundo.
El Banco de Francia calcula también la balanza turística, es decir, los gastos realizados por los turistas franceses en el exterior y por los turistas extranjeros en Francia. Sin embargo, como en el caso de los bienes, este sistema de información se ha visto negativamente afectado por haber puesto fin a las declaraciones obligatorias de los bancos sobre los flujos intraeuropeos y por la introducción del euro, lo cual ha eliminado una de las fuentes que se venían utilizando para la estimación de la balanza turística –concretamente las estadísticas sobre las compras de moneda extranjera a cambio de francos (la antigua moneda nacional francesa) y viceversa –. Como el Servicio de Aduanas, el Banco de Francia ha introducido una serie de encuestas que aseguran la disponibilidad de los datos, de los cuales continúan dependiendo los contables nacionales, a pesar de que también utilizan otras fuentes cuando están disponibles.
Esto ilustra cómo la compilación de cuentas nacionales se verá cada vez más dificultada en una Europa crecientemente unificada y multinacional. Es posible que un día las cuentas nacionales de cada uno de los países europeos no sean sino las cuentas regionales que se elaboren con referencia a las cuentas nacionales de una Europa unida. Pero ese día está aún lejano. Mientras tanto, las actuales cuentas nacionales de cada uno de los países que componen la Unión Europea se continuarán publicando a costa de un deterioro gradual de su calidad, especialmente en lo que respecta a las operaciones con el resto del mundo.
Los gastos de consumo del gobierno general se estiman a partir de los datos de la contabilidad pública, que suele ser muy completa y de buena calidad (véase el Capítulo 9). La contabilidad pública (que recoge los datos de la ejecución del Presupuesto en sus distintas fases), suministra una buena fotografía de los sueldos y salarios, el consumo intermedio y las transferencias en especie, pagados por estas administraciones. La determinación del consumo de capital fijo del gobierno general, que es un componente del gasto de consumo final de estas administraciones, se realiza a partir de estimaciones de su stock de capital, al que se aplican determinadas reglas de depreciación, teniendo en cuenta la vida media esperada de estos activos. Este cálculo es, obviamente, solo una aproximación.
La fuente principal para estimar la formación bruta de capital fijo son los incrementos, menos los retiros del capital fijo, según se deduce de los datos que facilitan las empresas en sus declaraciones fiscales. Como se ha visto más arriba, el INSEE (Oficina Nacional de Estadística de Francia) tiene acceso a casi todas las declaraciones fiscales de las empresas, en las que se encuentran las variables que se necesitan. Por tanto, la fuente es de buena calidad, aunque no está exenta de limitaciones, especialmente en el caso de los productos de propiedad intelectual, tales como software e I&D, respecto de los cuales las empresas no siguen los requerimientos de las cuentas nacionales.
La misma fuente se utiliza para la variación de existencias. Sin embargo, el problema de la “apreciación de stocks” hace que esta utilización sea algo problemática.
En el caso de los gastos de consumo de los hogares la fuente es bastante indirecta. El punto de partida para estimar la mayoría de los bienes son las ventas al por menor, de las que se deducen, a veces con hipótesis algo atrevidas, la porción de las ventas que va a las empresas, como consumo intermedio, o como FBCF. Para otros productos se parte de varias fuentes de las empresas y del gobierno general, tales como la inmatriculación de vehículos, datos fiscales sobre ventas de tabaco y bebidas alcohólicas, ventas de las empresas de gas y electricidad EDF y GDF, que son en parte propiedad del estado, y ventas de las compañías de transporte. Se hace un uso muy reducido de la encuesta de presupuestos familiares (relativa a los ingresos y gastos de los hogares) que elabora el INSEE, debido a que este se ha visto obligado a reducir su frecuencia y el tamaño de la muestra. Esta encuesta es muy costosa y no está bien acogida por los hogares de la muestra.
Estas diversas fuentes de información se confrontan entre sí al elaborar los cuadros de oferta-utilización de bienes y servicios con sus usos finales e intermedios. El mecanismo de esta estimación se describe en el Capítulo 10.
El cuadro siguiente es la versión francesa en miles de millones de euros y a precios corrientes del Cuadro 5.1. El segundo cuadro muestra los índices de precios correspondientes. ¿Por qué es preferible analizar el crecimiento a partir de cuentas en volumen en lugar de hacerlo a partir de cuentas a precios corrientes?
Con base en estos dos cuadros calcular el cuadro de los usos finales en volumen a precios de 2005. La suma de los usos finales en volumen en 2005 y en 2006 es igual al PIB en volumen de 2005 y de 2006, pero, ¿por qué no es este el caso de 2007?
En la parte que queda del ejercicio se considera que los volúmenes son aditivos. A partir de este supuesto, calcular la demanda interna y la demanda externa. Calcular la contribución al crecimiento del PIB de la demanda interna y de la demanda externa en 2006 y en 2007.
Miles de millones de euros a precios corrientes
|
||||
---|---|---|---|---|
2005 |
2006 |
2007 |
||
P31S14 |
Gasto de consumo final de los hogares |
946.12 |
986.59 |
1 030.45 |
P31S15 |
Gasto de consumo final de las ISFLSH |
31.57 |
33.44 |
35.48 |
P3S13 |
Gasto de consumo final del gobierno general |
408.15 |
421.74 |
435.65 |
P51 |
Formación bruta de capital fijo |
332.32 |
360.38 |
394.62 |
P52 |
Variación de existencias |
9.81 |
13.73 |
18.74 |
P53 |
Adquisiciones menos disposiciones de objetos valiosos |
0.97 |
1.03 |
1.05 |
P6 |
Exportaciones de bienes y servicios |
452.87 |
485.91 |
506.72 |
P7 |
Importaciones de bienes y servicios |
463.75 |
504.71 |
535.94 |
B1-GE |
Producto interno bruto (enfoque del gasto) |
1 718.05 |
1 798.12 |
1 886.79 |
2005 |
2006 |
2007 |
||
---|---|---|---|---|
P31S14 |
Gasto de consumo final de los hogares |
100.00 |
102.02 |
104.13 |
P31S15 |
Gasto de consumo final de las ISFLSH |
100.00 |
103.69 |
105.63 |
P3S13 |
Gasto de consumo final del gobierno general |
100.00 |
101.92 |
103.72 |
P51 |
Formación bruta de capital fijo |
100.00 |
104.32 |
107.43 |
P52 |
Variación de existencias |
100.00 |
116.56 |
119.47 |
P53 |
Adquisiciones menos disposiciones de objetos valiosos |
100.00 |
114.83 |
116.54 |
P6 |
Exportaciones de bienes y servicios |
100.00 |
102.01 |
103.95 |
P7 |
Importaciones de bienes y servicios |
100.00 |
103.60 |
104.27 |
B1-GE |
Producto interno bruto (enfoque del gasto) |
100.00 |
102.14 |
104.78 |
Cuáles de los siguientes rubros están incluidos en los gastos de consumo de los hogares: tasas recaudadas por el gobierno por la prestación del servicio público de televisión; compras de apartamentos; intereses pagados por los préstamos recibidos; multas de estacionamiento; tasas para obtener el permiso de conducir.
Un agricultor produce 300 litros de vino cada año, de los que vende 160 a sus vecinos y deja 140 para su propio consumo. ¿Qué cifra debería incluirse en el consumo de los hogares: 160 litros o 300 litros?
El gasto de consumo de los hogares incluye el gasto de los turistas extranjeros en Francia. ¿Cierto o falso?
El consumo efectivo de los hogares es igual a los gastos de consumo de los hogares más los del gobierno general. ¿Cierto o falso?
El consumo efectivo del gobierno general es igual a sus gastos en consumo colectivo. ¿Cierto o falso?
Cuáles de los siguientes elementos de gasto son “colectivos” y cuáles son “individuales”: educación primaria, investigación médica, reembolso de medicinas, policía y bomberos, costos de funcionamiento de los fondos de pensiones, costo de conciertos gratuitos en parques municipales, gastos de tropas al servicio de las fuerzas de Naciones Unidas.
La formación de capital fijo no incluye el equipo de transporte ni el ganado vivo. ¿Cierto o falso?
La primera fila del Cuadro siguiente muestra el precio de un artículo mantenido en existencias en cada uno de los seis sub-períodos y las filas siguientes las cantidades. Complete las celdas/filas sombreadas recordando que el método correcto consiste en estimar cada entrada y cada salida de existencias al precio del sub-período de que se trate. El método aproximado consiste en utilizar el precio medio para la totalidad de los sub-períodos y aplicarlo a la variación de existencias expresadas en cantidades. El método erróneo consiste en calcular la diferencia entre los valores al principio y al final del período completo. Comente las diferencias. Calcular la “valorización de existencias”.
Sub-período |
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
---|---|---|---|---|---|---|
Precio |
4 |
5 |
5 |
7 |
6 |
9 |
Cantidades |
||||||
Inventario al principio del sub-período |
10 |
|||||
Adiciones al inventario durante el sub-período(+) |
3 |
1 |
6 |
3 |
||
Retiros del inventario durante el sub-período (-) |
2 |
7 |
4 |
|||
Inventario al final del sub-período |
||||||
Valor de las adiciones (precios x cantidades) |
||||||
Valor de los retiros(precios por cantidades) |
||||||
Precio promedio de todos los sub-períodos |
||||||
Método erróneo |
||||||
a) Valor del inventario al principio del período a precios corrientes |
||||||
b) Valor del inventario al final del período a precios corrientes |
||||||
c) Diferencia (b)-(a) incluyendo la revaloración de existencias |
||||||
Método correcto |
||||||
a) Valor total de las adiciones |
||||||
b) Valor total de los retiros |
||||||
c) Medida correcta de los cambios en inventarios (sin incluir la revalorización de existencias) |
||||||
Método aproximado |
||||||
a) Cantidad al principio del período |
||||||
b) Cantidad al final del período |
||||||
c) Medida aproximada del cambio en existencias (incluyendo la revaloración de existencias) |
Utilizando los dos Cuadros siguientes (que muestran las importaciones y exportaciones de Francia de bienes y servicios a precios corrientes y en volumen), se le pide:
Deducir el índice de precios de las exportaciones para el período 2005-12.
Deducir el índice de precios de las importaciones para el período 2005-12.
A partir de los resultados obtenidos en a) y b), calcular la relación de intercambio para el período.
Miles de millones de euros
|
||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
2005 |
2006 |
2007 |
2008 |
2009 |
2010 |
2011 |
2012 |
|
Importaciones |
463.8 |
504.7 |
535.9 |
561.7 |
475.1 |
538.3 |
597.6 |
602.6 |
Exportaciones |
452.9 |
485.9 |
506.7 |
521.0 |
440.7 |
494.5 |
538.3 |
557.6 |
Fuente: INSEE Databases (2013), Statistical indices and series: Macroeconomic Database: National Accounts, www.insee.fr/en/information/2512785. |
Miles de millones de euros
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2005 |
2006 |
2007 |
2008 |
2009 |
2010 |
2011 |
2012 |
|
Importaciones |
463.8 |
487.2 |
514 |
518.7 |
468.7 |
510.5 |
536.7 |
531.0 |
Exportaciones |
452.9 |
476.3 |
487.5 |
485.9 |
427.1 |
467.6 |
492.8 |
504.6 |
Fuente: INSEE Databases (2013), Statistical indices and series: Macroeconomic Database: National Accounts, www.insee.fr/en/information/2512785. |
Las soluciones a estos ejercicios están disponibles en el sitio web de la OCDE.
← 1. Aquí se hace caso omiso de la parte del interés que se registra como servicios de intermediación financiera medidos indirectamente (SIFMI, Capítulo 4), que se trata como consumo intermedio o como gasto de consumo final.
← 2. Debe notarse que las renovaciones mayores a las viviendas también se deben considerar como FBCF.
← 3. La porción reembolsada por las compañías de seguros también se incluye en los gastos de consumo de los hogares.
← 4. Los denominados originales de entretenimiento cobran forma material como novelas impresas, películas, discos compactos o cintas. Estas formas adquieren valor comercial solamente cuando están protegidas por un derecho de autor. Es esta protección la que les proporciona valor y la que explica su clasificación como bienes intangibles. La valoración de estos activos es, en la práctica, un problema bastante problemático para los contables nacionales.
← 5. Debe tenerse en cuenta que estos datos corresponden al SCN 93, y por tanto no incluyen aún inversiones en I&D.
← 6. La única excepción al registro de trabajos no concluidos como trabajos en curso corresponde a proyectos parcialmente desarrollados, en los cuales el propietario final esta supuesto asumir la responsabilidad, sea porque la producción es para su propio uso final o porque existe un contrato de compra o de venta.