El segundo tipo de relación que la fonología tiene que describir y explicar es la que existe entre los fonemas (o archifonemas) y sus alófonos. El fonema en sí, siendo un concepto mental, no es un sonido producido. El fonema sí se representa en el habla mediante sonidos que se llaman alófonos. Un alófono es un sonido físico producido que representa a un fonema. La especificación de la relación entre un fonema y sus alófonos se llama la distribución.
La distribución de alófonos depende de varios factores ya presentados. Para entender dónde y cómo se distribuyen los alófonos de los fonemas del español, es valioso repasar tres conceptos fundamentales.
Primero, es vital recordar la distinción entre consonantes y vocales. En el contexto de la distribución, los contrastes más importantes son de la abertura bucal y de la abertura de las cuerdas vocales. En cuanto a la abertura bucal, las vocales se producen con una abertura bucal mayor de la que ocurre en las consonantes. En cuanto a la abertura de las cuerdas vocales, las vocales se producen con una abertura menor de la que ocurre en las consonantes.
Segundo, es imprescindible considerar la estructura de la sílaba. Conforme lo que ya se ha presentado, la estructura de la sílaba se representa en la Fig. 9.1.
En este modelo, la sílaba (representada por el símbolo σ) se divide entre el ataque y la rima. La rima, por su parte, se divide entre el núcleo y la coda. El núcleo silábico del español es sistemáticamente una vocal. El ataque y la coda, cuando ocurren, suelen ser consonantes. También suele decirse que los fonemas del ataque ocurren en posición silábica explosiva, mientras que los fonemas de la coda ocurren en posición implosiva.
Tercero, es necesario reconocer el papel del grupo fónico en la distribución porque los alófonos pueden aparecer en varias posiciones dentro del grupo fónico. A veces el alófono que se escoge depende de si el fonema aparece en posición inicial o posición final del grupo fónico, es decir, si ocurre después de una pausa o ante una pausa.
Existen varias convenciones de notación lingüística que se emplean en la representación de la distribución. En el Cuadro 9.2 se presentan las notaciones, junto con una descripción de su significado. Es importante emplear esas convenciones por el mismo motivo por el que se emplea el AFI: el de usar símbolos uniformes reconocidos por la comunidad de lingüistas. El empleo de esas convenciones también sirve para representar las distribuciones de una manera gráfica y sucinta, sin tener que recurrir a una larga descripción en prosa. Los ejemplos de cómo se usan se encuentran más adelante en el contexto de las reglas específicas.
9.1
El modelo de la sílaba.
La siguiente regla demuestra cómo se pueden emplear estos símbolos para representar la distribución de los alófonos de un fonema. La regla presenta de manera formal la distribución del fonema /s/, que ya se ha descrito antes.
9.2 Convenciones de notación lingüística que se emplean en la representación de las reglas de distribución.
La regla de arriba indica que el fonema /s/ se realiza como fricativa alveolar sonora [s̬] cuando el fonema ocurre ante una consonante sonora y que se realiza como fricativa alveolar sorda [s] en los demás lugares.
Una distribución indica la relación entre un fonema y sus alófonos. Siendo así, la representación de esa relación siempre comienza con el fonema seguido de una flecha que conduce al alófono o a los alófonos que se emplean para realizar el fonema en el habla. Si hay más de un alófono, explica cuáles son y dónde ocurren. Hay cuatro tipos de distribuciones en español: 1) la distribución única, 2) la distribución complementaria, 3) la distribución libre y 4) la distribución mixta. En las siguientes secciones, se darán definiciones de cada uno de esos tipos de distribución, junto con los fonemas que tienen los diferentes tipos. Se darán también las reglas correspondientes, pero se reservará la presentación de los pormenores fonéticos y fonológicos de cada sonido y fonema para los capítulos de la tercera y cuarta secciones. Los Capítulos 11 y 12 (de la Sección III) tratan las vocales; los Capítulos 13 a 17 (de la Sección IV) tratan las consonantes.
La distribución única describe la relación entre un fonema y su único alófono. Esta relación es la más simple de las distribuciones, en que existe una correspondencia exacta entre el fonema y su alófono. En términos precisos, como ya se vio en el Capítulo 6 sobre la fonética acústica, existe casi un sinfín de variantes de sonidos que se realizan en el habla. Es decir, si diez hablantes hispánicos articulan el sonido [f] en diez contextos diferentes, habrá cien articulaciones ligeramente diferentes. Es prácticamente imposible producir dos veces el mismo sonido exacto con el aparato fonador humano. Sin embargo, en la práctica, como ya se examinó en el Capítulo 7 sobre la fonética auditiva, el cerebro humano tiene la habilidad de agrupar las articulaciones ligeramente diferentes bajo una sola categoría, es decir, un alófono, a través del proceso de identificación.
Existen además variantes dialectales que son también ligeramente diferentes. Algunas de estas variantes que tienen cierta extensión geográfica y frecuencia de uso se presentan en las notas dialectales de los capítulos que se hallan en la Sección IV y la Sección V. Las variantes que se presentan como sistemáticas son las que suelen ocurrir en la norma culta general de la lengua española.
Como ejemplo de un fonema con distribución única, se presenta el fonema /f/, que en la norma culta general tiene un solo alófono: la fricativa labiodental sorda [f]. La regla de distribución se escribe formalmente de la siguiente manera:
/f/ → [f]
De los fonemas obstruyentes, los que tienen distribución única se hallan entre los fonemas sordos. Entre los oclusivos, los tres fonemas sordos tienen distribución única, a saber: /p/, /t/ y /k/. Entre los fricativos, dos fonemas sordos tienen distribución única, a saber: /f/ y /x/. El africado sordo, /cʃ/, también tiene una distribución única. Entre los fonemas sonorantes hay cinco fonemas que tienen distribución única. Los tres fonemas nasales /m/, /n/ y /ɲ/ tienen distribución única, a diferencia del archifonema /N/, que tiene otro tipo de distribución. El fonema /ʎ/, que solo ocurre en algunos dialectos, también tiene una distribución única. De los vibrantes, el vibrante simple /ɾ/ tiene distribución única. Hay dos fonemas vocálicos con distribución única: /a/ y /o/. El Cuadro 9.3 resume los fonemas que tienen distribución única.
La distribución complementaria describe la relación entre un fonema y dos alófonos, o más de dos alófonos, donde los alófonos ocurren en contextos fonológicos concretos que se excluyen mutuamente. Esto quiere decir que un primer alófono ocurre siempre en determinado contexto y no en otro. Un segundo alófono ocurre exclusivamente en otro contexto, y así los demás alófonos sucesivamente, si es que los hay. Un ejemplo de ese tipo de distribución es la del fonema /s/, cuya regla ya se ha presentado. Se observa que en la regla para el fonema /s/, el alófono sonoro [s̬] ocurre siempre y exclusivamente ante consonante sonora. Por otro lado, el alófono sordo [s] ocurre siempre en todos los demás contornos posibles (e.l.d.l.), pero nunca ante consonante sonora. Este tipo de distribución se llama complementaria porque la suma de la distribución de cada alófono completa la totalidad de los posibles contextos en que aparece el fonema.
Hay seis fonemas obstruyentes que tienen distribución complementaria. Los tres fonemas oclusivos sonoros, a saber /b/,/d/y/g/, tienen distribución complementaria. Entre los fricativos hay tres fonemas que tienen distribución complementaria, a saber: /s/, /ʝ/ y /Ɵ/ (este último solo en los dialectos que lo tienen). Entre los fonemas sonorantes, tienen distribución complementaria el fonema lateral alveolar /l/ y el archifonema nasal /N/. Hay tres fonemas vocálicos con distribución complementaria: /e/, /i/ y /u/. (Los detalles de la distribución del fonema /e/ se presentarán en el Capítulo 11.) El Cuadro 9.4 resume los fonemas que tienen distribución complementaria.
Hay nueve reglas de distribución complementaria que se presentan en este capítulo, junto con una descripción en prosa de cada una de las reglas.
La Regla 1 describe la distribución complementaria de los fonemas oclusivos sonoros. Se podrían escribir tres reglas diferentes, una para cada uno de los fonemas, pero hacerlo con una sola regla capta mejor la integridad del sistema. La regla dice que los fonemas oclusivos sonoros se realizan fonéticamente como alófonos oclusivos sonoros tras una pausa o tras una consonante nasal. Además, el fonema /d/ se realiza como el alófono oclusivo dental sonoro tras una consonante lateral. Por otro lado, los fonemas oclusivos sonoros se realizan como alófonos fricativos sonoros en todos los demás contextos fonológicos.
La aplicación de la regla en cuanto al fonema /b/ se ve en el ejemplo de la palabra {viento}, que comienza con el fonema /b/. El sonido inicial de la palabra cambia según el contexto fonológico en que ocurre el fonema /b/. Cuando se dice la palabra sola, el fonema /b/ ocurre después de pausa (indicado por /__ en la regla) y se realiza mediante el alófono oclusivo [b] [bjến̪to]. En la frase {un viento}, el fonema /b/ ocurre después de una consonante nasal (indicado por N__ en la regla) y se realiza mediante el alófono oclusivo [b] [ũmbjến̪to]. En la frase {otro viento}, el fonema /b/ no ocurre ni después de pausa ni después de una consonante nasal (es decir, ocurre en uno de los demás lugares) y se realiza mediante el alófono fricativo [β] [όtɾoβjẽ́n̪to].1
La aplicación de la regla en cuanto al fonema /d/ se ve en el ejemplo de la palabra {don}, que comienza con el fonema /d/. El sonido inicial de la palabra también cambia según el contexto fonológico en que ocurre el fonema /d/. Cuando se dice la palabra sola, el fonema /d/ ocurre después de pausa y se realiza mediante el alófono oclusivo [d] [dṍn]. En la frase {un don}, el fonema /d/ ocurre después de una consonante nasal y se realiza mediante el alófono oclusivo [d] [el̪dṍn]. En la frase {el don}, el fonema /d/ ocurre después de una consonante lateral (indicado por /L__ en la regla) y se realiza mediante el alófono oclusivo [d] [el̪dṍn]. En la frase {otro don}, el fonema /d/ no ocurre ni después de pausa, ni después de una consonante nasal, ni después de una consonante lateral (es decir, ocurre en uno de los demás lugares) y se realiza mediante el alófono fricativo [ð] [Ótſoðṍn].2
La aplicación de la regla en cuanto al fonema /g/ se ve en el ejemplo de la palabra {gato}, que comienza con el fonema /g/. El sonido inicial de la palabra también cambia según el contexto fonológico en que ocurre el fonema /g/. Cuando se dice la palabra sola, el fonema /g/ ocurre después de pausa y se realiza mediante el alófono oclusivo [g]
[gáto]. En la frase {un gato}, el fonema /g/ ocurre después de una consonante nasal y se realiza mediante el alófono oclusivo [g] [ũŋgáto]. En la frase {otro gato}, el fonema /g/ no ocurre ni después de pausa ni después de una consonante nasal (es decir, ocurre en uno de los demás lugares) y se realiza mediante el alófono fricativo [β] [ótſoβáto].3
La Regla 2 describe la distribución complementaria del fonema /s/. La regla dice que el fonema /s/ se realiza como alófono fricativo alveolar sonoro [s̬] cuando ocurre ante una consonante sonora y que se realiza como alófono fricativo alveolar sordo [s] en los demás lugares.
La aplicación de la Regla 2 se ve en el ejemplo de la palabra {es}, que termina en el fonema /s/. El sonido final de la palabra cambia según el contexto fonológico en que ocurre el fonema /s/. Cuando se dice la palabra ante la palabra {mío}, el fonema /s/ ocurre ante una consonante sonora y se realiza mediante el alófono sonoro [s̬] [és̬mío]. En la frase {es tuyo}, el fonema /s/ ocurre ante una consonante sorda (es decir, ocurre en uno de los demás lugares) y se realiza mediante el alófono sordo [s] [estúʝo].4
La Regla 3 describe la distribución complementaria del fonema /ʝ/. La regla dice que el fonema /ʝ/ se realiza fonéticamente como alófono africado sonoro [ʝ] tras pausa, tras consonante nasal o tras consonante lateral. Por otro lado, el fonema /ʝ/ se realiza como alófono fricativo sonoro [ʝ] en los demás lugares.
La aplicación de la Regla 3 se ve en el ejemplo de la palabra {yerno}, que comienza con el fonema /ʝ/. El sonido inicial de la palabra cambia según el contexto fonológico en que ocurre el fonema /ʝ/. Cuando se dice la palabra sola, el fonema /ʝ/ ocurre después de pausa y se realiza mediante el alófono africado [ɟʝ] [ɟʝéſno]. En la frase {un yerno}, el fonema /ʝ/ ocurre después de una consonante nasal y se realiza mediante el alófono africado [ɟʝ] [ũṉɟʝéſno]. En la frase {el yerno}, el fonema /ʝ/ ocurre después de una consonante lateral y también se realiza mediante el alófono africado [ɟʝ] [el̠ɟʝéſno]. En la frase {otro yerno}, el fonema /ɟʝ/ no ocurre ni después de pausa, ni después de consonante nasal ni después de consonante lateral (es decir, ocurre en uno de los demás lugares) y se realiza mediante el alófono fricativo [ʝ] [óotſoéʝno].5
La Regla 4 describe la distribución complementaria del fonema /θ/ para los dialectos que lo tienen. La regla dice que el fonema /θ/ se realiza como alófono fricativo interdental sonoro [ð] cuando ocurre ante una consonante sonora y que se realiza como alófono fricativo interdental sordo [θ] en los demás lugares.
La Regla 4 se aplica solamente en los dialectos donde existe una distinción entre /s/ ~ /θ/, es decir, en los dialectos no seseístas. La aplicación de esa regla se ve en el ejemplo de la palabra {luz}, que en los dialectos no seseístas termina en el fonema /θ/. El sonido final de la palabra cambia según el contexto fonológico en que ocurre el fonema /θ/. Cuando se dice la palabra {luz} ante la palabra {verde}, por ejemplo, el fonema /θ/ ocurre ante una consonante sonora y se realiza mediante el alófono sonoro [ð] [lúðβéſðe]. En la frase {luz azul}, el fonema /θ/ ocurre ante una vocal (es decir, ocurre en uno de los demás lugares) y se realiza mediante el alófono sordo [θ] [lúθaθúl].6
La Regla 5 describe la distribución complementaria del archifonema /N/. Fonotácticamente el archifonema nasal ocurre en posición final de sílaba o final de palabra. El archifonema nasal tiene más alófonos que cualquier otro fonema o archifonema del español, puesto que se asimila fonéticamente a todos los posibles lugares de articulación de las consonantes que lo siguen.
La aplicación de la Regla 5 se ve en el ejemplo del artículo indeterminado {un}, que termina en el archifonema /N/. El sonido final de la palabra cambia según el contexto fonológico en que ocurre el archifonema /N/. Cuando el artículo ocurre ante la palabra {beso}, el archifonema /N/ ocurre ante una consonante bilabial y se realiza mediante el alófono bilabial [m] [ũmbéso]. Cuando el artículo ocurre ante la palabra {farol}, el archifonema /N/ ocurre ante una consonante labiodental y se realiza mediante el alófono labiodental [M] [ũɱfaɾόl]. En los dialectos no seseístas cuando el artículo ocurre ante la palabra {zorro}, el archifonema /N/ ocurre ante una consonante interdental y se realiza mediante el alófono interdental [n] [ũnθõro]. Cuando el artículo ocurre ante la palabra {diente}, el archifonema /N/ ocurre ante una consonante dental y se realiza mediante el alófono dental [n] [ũndjẽ́nte]. Cuando el artículo ocurre ante la palabra {lado}, el archifonema /N/ ocurre ante una consonante alveolar y se realiza mediante el alófono alveolar [n] [ũnláðo]. Cuando el artículo ocurre ante la palabra {acto}, el archifonema /N/ ocurre en posición final de palabra ante una vocal y se realiza mediante el alófono alveolar [n] [unákto]. Cuando el archifonema /N/ ocurre en posición final de grupo fónico, es decir, ante pausa (indicado en la regla por __ /), se realiza mediante el alófono alveolar [n] [kapitæn]. Cuando el artículo ocurre ante la palabra {yerno}, el archifonema /N/ ocurre ante una consonante palatal y se realiza mediante el alófono palatalizado [n̠] [ũɟʝáſno]. Cuando el artículo ocurre ante la palabra {gato}, el archifonema /N/ ocurre ante una consonante velar y se realiza mediante el alófono velar [ŋ] [ũŋgáto].7
La Regla 6 describe la distribución complementaria del fonema /l/. El fonema /l/, en teoría, se asimila fonéticamente al lugar de articulación de la consonante que sigue. Esa asimilación no ocurre, sin embargo, ante consonantes bilabiales, labiodentales ni velares, donde sería imposible o difícil producir un sonido lateral.
La aplicación de la Regla 6 se ve en el ejemplo del artículo determinado {el}, que termina en el fonema /l/. En los dialectos no seseístas cuando el artículo ocurre ante la palabra {zorro}, el fonema /l/ ocurre ante una consonante interdental y se realiza mediante el alófono interdental [l̠] [el̠θóro]. Cuando el artículo ocurre ante la palabra {diente}, el fonema /l/ ocurre ante una consonante dental y se realiza mediante el alófono dental [l̪] [el̪djẽ́nte]. Cuando el artículo ocurre ante la palabra {yerno}, el fonema /l/ ocurre ante una consonante palatal y se realiza mediante el alófono palatalizado [l̠] [el̠ɟʝſno]. Cuando el artículo ocurre ante la palabra {río}, por ejemplo, el fonema /l/ ocurre ante una consonante alveolar (es decir, ocurre en uno de los demás lugares) y se realiza mediante el alófono alveolar [l] [elrío]. Es de notarse que el fonema /l/, cuando aparece en posición final absoluta o delante de una vocal, se presenta en uno de “los demás lugares”; es decir, se realiza como el alófono [l] como en la palabra {final} [finál].8
La Regla 7 describe la distribución complementaria de los fonemas vocálicos cerrados o altos y tiene que ver con la producción de los diptongos. Se podría escribir dos reglas diferentes, una para cada uno de los fonemas, pero hacerlo con una sola regla capta mejor la integridad del sistema. La regla dice que los fonemas vocálicos cerrados se realizan fonéticamente como semiconsonantes en posición prenuclear, es decir, cuando precede al núcleo silábico. Dice también que los fonemas vocálicos cerrados se realizan fonéticamente como semivocales en posición posnuclear, es decir, cuando sigue al núcleo silábico. En los demás lugares, es decir, cuando ocurre como el núcleo silábico, se realiza como la vocal misma.
La aplicación de la Regla 7 en cuanto al fonema /i/ se ve en el ejemplo de la palabra {viento}, en que el fonema /i/ ocurre en posición prenuclear ante el fonema /e/ y se realiza como la semiconsonante [j] [bjẽ́ṉto]. En la palabra {veinte}, el fonema /i/ ocurre en posición posnuclear después del fonema /e/ y se realiza como la semivocal [i̯] [bÓi̯n̠te]. En la palabra {vino}, el fonema /i/ ocurre en posición nuclear y se realiza como la vocal [i] [bíno].9
La aplicación de la regla en cuanto al fonema /u/ se ve en el ejemplo de la palabra {puerta}, en que el fonema /u/ ocurre en posición prenuclear ante el fonema /e/ y se realiza como la semiconsonante [w] [pwÓſta]. En la palabra {auto}, el fonema /u/ ocurre en posición posnuclear después del fonema /a/ y se realiza como la semivocal
[ṷ] [áṷto]. En la palabra {fusil}, el fonema /u/ ocurre en posición nuclear y se realiza como la vocal [u] [fusíl].10
La distribución libre describe la relación entre un fonema y dos alófonos, o más de dos alófonos, donde los alófonos pueden ocurrir en el mismo contexto fonológico. A diferencia de la distribución complementaria, donde los alófonos aparecen en contextos fonológicos que se excluyen mutuamente, en la distribución libre no hay regla que determine cuál de los alófonos hay que usar en un determinado contexto. Esto quiere decir que en un determinado contexto fonológico, se puede escoger libremente entre los posibles alófonos. La especificación de una distribución libre, entonces, simplemente presenta una lista de los alófonos que pueden emplearse para representar al fonema.
No hay muchos fonemas que manifiestan una distribución libre. De hecho el único caso que se trata en este capítulo es el del fonema vibrante múltiple /r/. Como se verá, los casos de distribución libre pueden ser sistemáticos o dialectales.
La Regla 8 describe la distribución libre del fonema vibrante múltiple. Indica que el fonema /r/ puede realizarse como vibrante múltiple [r] como también otros dos alófonos. Los alófonos [ɹ] (un aproximante alveolar sonoro) y [X] (un fricativo uvular sordo) son variantes dialectales que se comentarán con más detalle en el capítulo dedicado a los vibrantes. Por ser solamente variantes dialectales de carácter no generalizado, estos alófonos, [ɹ] y [X] no aparecen en el cuadro de los sonidos consonánticos presentado en el Capítulo 5.11
La distribución mixta describe la relación entre un fonema y dos alófonos, o más de dos alófonos, donde se requiere un alófono específico en un contexto o contextos determinados, pero hay distribución libre en otros contextos. Es entonces la combinación de una distribución complementaria y una distribución libre, y por eso se llama “mixta”. El único ejemplo del español de una distribución mixta ocurre con el archifonema vibrante /R/.
La Regla 9 describe la distribución mixta del archifonema vibrante /R/. Indica que el archifonema /R/ tiene que realizarse como vibrante simple [ſ] en posición final de palabra ante vocal inicial de palabra, por ejemplo [poRÓso]. En los demás lugares, sin embargo, ocurre una distribución libre sistemática de las principales variantes de los dos fonemas vibrantes neutralizados. Ocurre en los demás lugares el vibrante simple [ſ], o el vibrante múltiple [r] o el aproximante alveolar sonoro [ɹ]. Un ejemplo es la palabra {parte}, que puede pronunciarse [párte], [páſte], o [páɹte].12
El hispanohablante que no haya estudiado la fonética, no sabría explicar los procesos que esas reglas describen. Tampoco sabría dar esa lista de reglas. Sin embargo, el hispanohablante sí las aplica cuando habla. El hispanohablante aprende a aplicar esas reglas por el proceso de socialización en la adquisición del idioma.
Se puede hacer la pregunta si todo hablante nativo aplica esas reglas de distribución en todos los casos. La respuesta generalmente es que “sí”, aunque habrá variaciones dialectales y hasta lapsos personales. Sin embargo, esas reglas representan la realización de la “norma culta” del español. La norma culta no es una variedad del español de ningún lugar específico, sino que es una variedad que se acepta en todo lugar como la de un hablante instruido; en fin, es una forma que tiene prestigio universal. Si el estudiante aprende a aplicar esas reglas en su habla, su español sonará como el de un hablante nativo de un alto nivel de instrucción.
La enseñanza de la pronunciación a nivel avanzada suele ocurrir desde dos plataformas: una que se basa en la imitación y otra que se basa en los principios de la fonética y la fonología. La instrucción que se basa solo en la imitación se limita al modelo de la pronunciación del profesor, sea el dialecto de un profesor hispánico o la variedad de segunda lengua de un profesor no hispánico. La enseñanza de la pronunciación a través de los principios de la fonética y de la fonología requiere un entendimiento del sistema de los sonidos del español en sí y no depende de un solo modelo.
La imitación como técnica de adquisición de la pronunciación tiene ventajas y desventajas y el éxito del estudiante en adquirir una buena pronunciación solo por imitación varía mucho según el individuo. Hay personas que imitan muy bien debido a sus habilidades naturales y hay personas que simplemente carecen de la habilidad de imitar los sonidos. Una ventaja es que si el estudiante tiene la capacidad de imitar bien un buen modelo de pronunciación, la imitación resulta ser una técnica más rápida de adquisición. El enseñar por imitación, sin embargo, requiere que el profesor tenga una buena pronunciación y no requiere necesariamente que entienda los principios lingüísticos de la pronunciación. Como desventaja se puede citar que la enseñanza por imitación se limita al modelo o variedad de pronunciación del profesor, como ya se comentó. Una de las grandes desventajas de la dependencia solo en la imitación es que no queda remedio para el estudiante que no consigue imitar el sonido. Otra desventaja es la dificultad del mantenimiento del acento a largo plazo después de no tener un buen modelo más a mano. El mantenimiento de una buena pronunciación adquirida solamente por imitación puede ser problemático debido a que la pronunciación puede deteriorarse por la influencia o transferencia negativa del sistema dominante de la lengua materna.
El aprendizaje del sistema fonético y fonológico como técnica de adquisición de la pronunciación también tiene ventajas y desventajas. Una de las desventajas es que requiere más conocimiento lingüístico por parte del profesor y requiere que los estudiantes aprendan conceptos académicos en vez de simplemente tratar de repetir lo que escuchan. Una gran ventaja, sin embargo, es que al estudiante que no consigue imitar los sonidos, le da las herramientas necesarias para saber qué hacer con su aparato fonador para producir los sonidos deseados. Además le da los medios para poder enseñar a los demás a hacer lo mismo. Porque se basa en el aprendizaje de principios y la aplicación de ellos, hay la posibilidad de que se retenga una buena pronunciación durante más tiempo, en parte porque le da los recursos para la auto-corrección. El aprender el sistema ayuda tanto a los que aprenden por imitación como a los que no aprenden así.
Se recomienda, entonces que el estudiante memorice las reglas fonéticas y que aprenda los principios y procesos fonéticos y fonológicos concernientes a la producción de los sonidos del español y que luego los aplique en su habla. Un buen entendimiento de los principios le ayuda al estudiante a deshacer las influencias dominantes de su lengua materna. La mejor adquisición de una buena pronunciación es la que resulta de ambas técnicas: el aprendizaje del sistema acompañado de la imitación de un buen modelo.
En este libro se dan ejemplos y ejercicios de transcripción fonética, que es simplemente el representar por escrito el habla como debe de ser según las reglas fonéticas presentadas usando los debidos símbolos del AFI (Alfabeto Fonético Internacional). La transcripción hace que el estudiante vea claramente cuáles son los sonidos que deben producirse en cada contexto fonético. Así el estudiante no tiene que adivinar cuál es el sonido que se debe producir en determinado contexto, simplemente puede verlo. El aprender a aplicar las reglas y el ver el resultado por escrito hace que el estudiante tenga que pensar en las reglas fonéticas y en su aplicación.
Claro está que se puede usar el AFI para representar distinciones dialectales del español y hasta los errores del interlenguaje del estudiante durante su período de aprendizaje, pero el enfoque aquí es más prescriptivista: ¿cuáles son los sonidos que corresponden a una norma culta, aceptables como tal en toda la extensión del mundo hispánico? Al ver cuáles son los sonidos que se deben producir, el estudiante puede entonces practicar la producción de los sonidos transcritos. La práctica de la transcripción fonética junto con la práctica de su aplicación en el habla ayudan a mejorar la pronunciación del estudiante. Por eso, se encuentran ejercicios de transcripción fonética al final de este capítulo.
La distribución de alófonos describe la relación que existe entre el fonema o archifonema y los alófonos o sonidos físicos que se emplean para representar los fonemas o archifonemas. Hay cuatro tipos de relaciones que existen entre el fonema o archifonema y sus alófonos: 1) la distribución única, 2) la distribución complementaria, 3) la distribución libre y 4) la distribución mixta. El Cuadro 9.5 resume estos cuatro tipos de relaciones, indicando la definición de cada uno junto con un ejemplo del tipo de regla y una lista de los fonemas gobernados por cada tipo de regla. En la especificación de las reglas fonéticas, es importante saber y entender los símbolos y abreviaturas del Cuadro 9.6.
Las reglas de distribución para los fonemas consonánticos se resumen en el Cuadro 9.7. Los fonemas que no aparecen en todos los dialectos del español se presentan con las células sombreadas.
Las reglas de distribución para los fonemas vocálicos se resumen en el Cuadro 9.8. El fonema /e/, de hecho, tiene una distribución complementaria que se comentará luego en el Capítulo 11.
Los archifonemas también tienen una distribución de alófonos. Es interesante notar que los dos archifonemas presentados tienen diferentes tipos de distribución. La neutralización de los fonemas nasales resulta en el archifonema nasal, /N/, que tiene una distribución complementaria. La neutralización de los fonemas vibrantes resulta en el archifonema vibrante/R/, que tiene una distribución mixta. Las reglas de distribución para los archifonemas se resumen en el Cuadro 9.9.
9.5 Los cuatro tipos de relaciones que existen entre el fonema o archifonema y sus alófonos.
9.6
Los símbolos y abreviaturas de la especificación de las reglas fonéticas.
La transcripción fonética, que ya se ha presentado, resulta de la aplicación de estas reglas a la representación gráfica del habla. Su utilidad radica en reconocer cuáles son los
9.7 Reglas de distribución para los fonemas consonánticos. Los fonemos dialectales se presentan sombreados.
sonidos que deben emplearse en los distintos contornos fonéticos. El mejorar la pronunciación comienza con el reconocimiento de los sonidos que se deben producir.
9.8 Reglas de distribución para los fonemas vocálicos.
* En el Capítulo 11 se presentará una regla de distribución complementaria para el fonema /e/.
9.9
Las reglas de distribución para los archifonemas.
En la Fig. 9.10 se presenta, con fines ilustrativos, un trecho ortográfico con su correspondiente transcripción fonética. Debido a que hay tantos signos diacríticos, es siempre mejor presentar las transcripciones fonéticas a doble renglón. Se nota también que en la transcripción fonética no se indica con un espacio la división entre palabras. Esto se debe a que en el habla tampoco se indica esa división.
9.10 Un trecho ortográfico con su correspondiente transcripción fonética.
Claro está que en esta transcripción, hay algunos conceptos importantes y símbolos empleados que todavía no se han tratado a fondo. Esto se hará en los capítulos que siguen. Sin embargo, se puede ver que la selección de los alófonos que ocurren en esta transcripción siguen las reglas presentadas en este capítulo. Por ejemplo, el sonido inicial del segundo grupo fónico es el africado palatal sonoro [Ɉʝ], que según la Regla 3 es el alófono que se debe emplear para representar el fonema /ʝ/ después de pausa. Según la Regla 1, el fonema /d/ del verbo /saludÕ/ del primer grupo fónico se realiza como fricativo interdental sonoro [ð] porque no sigue ni pausa, ni consonante nasal ni consonante lateral (i.e., ocurre en uno de los demás lugares).
Examinadas, entonces, las relaciones que existen entre los fonemas o archifonemas y sus alófonos, falta solamente una investigación de las posiciones fonológicas en que aparecen los fonemas y archifonemas para completar el estudio de la fonología.
Transcriba los siguientes trozos literarios fonéticamente (la clave se encuentra en el apéndice).
1. Ejemplos de la distribución complementaria del fonema /b/.
2. Ejemplos de la distribución complementaria del fonema /d/.
3. Ejemplos de la distribución complementaria del fonema /g/.
4. Ejemplos de la distribución complementaria del fonema /s/.
5. Ejemplos de la distribución complementaria del fonema /ʝ/.
6. Ejemplos de la distribución complementaria del fonema /θ/.
7. Ejemplos de la distribución complementaria del archifonema /N/.
8. Ejemplos de la distribución complementaria del fonema /l/.
9. Ejemplos de la distribución complementaria del fonema /i/.
10. Ejemplos de la distribución complementaria del fonema /u/.
11. Ejemplos de la distribución libre del fonema /r/.
12. Ejemplos de la distribución mixta del archifonema /R/.