1 Las traducciones de los tres poemas de Yeats que aparecen en este libro no pueden por menos de ser notablemente más infieles que las de sus textos en prosa. Por ello—y considerando que el autor fue un gran poeta—me parece justo y conveniente incluir los originales de cada uno de estos poemas.

1 La palabra faery, tanto como sustantivo cuanto como adjetivo, es más genérica que cualquiera de sus posibles equivalentes en castellano. Por ese motivo la he ido traduciendo de diferentes maneras, según el contexto: ‘duende’ o ‘hada’ cuando aparece como sustantivo (si esFaery, con mayúscula, entonces ‘el País de las Hadas’); ‘encantado’, ‘de hadas’ o ‘feérico’ cuando aparece como adjetivo.

1 El verso procede de «In Time of Pestilence», de Thomas Nashe (1567-1601): «Brightness falls from the air; | Queens have died young and fair; | Dust hath closed Helen’s eye. | I am sick, I must die».

1 Dirty Lane sería algo así como ‘la calle Guarra’.

1 En el original, marten cats, como se llama a veces en inglés a las ‘martas’.

1 El famoso y larguísimo poema que William Morris (1834-1896) publicó entre 1868 y 1870.

1 Pronunciación incorrecta de Castle Nore.

1 La palabra fool quiere decir en inglés tanto ‘bufón’ como ‘loco’. Debe tenerse en cuenta, por tanto, que, si bien en este capítulo se alternan ambos términos según el contexto, en el original es siempre el mismo.

1 Para que el lector interesado pueda cotejar la versión inglesa de los poemas y canciones que aparecen en este volumen, me ha parecido conveniente incluir no sólo el poema-portada, original de Yeats, que da nombre a la colección, sino también los poemas y baladas del acervo folklórico irlandés que el autor recoge e inserta, un tanto reelaborados en algún caso, en distintos pasajes de estos cuentos.

1 Continuación del poema recogido en las páginas 242-243 y que aparece por primera vez en «El trenzado de la cuerda».

1 Rath en el original.

a Es curioso que llevara ribetes blancos en la cofia. La vieja de Mayo, que me ha relatado tantas historias, me ha contado que su cuñado vio a «una mujer con ribetes blancos en la cofia dando vueltas por los almiares de un campo, y poco después se hizo un daño, y a los seis meses se murió».

a El castillo de Ballylee, o Thoor Ballylee, como lo he bautizado para huir de la palabra castillo, demasiado grandiosa, es ahora de mi propiedad, y allí paso mis veranos o alguna parte de ellos (1924).

a Un «patrón», o «patrono», son las fiestas en honor de un santo.

a Ahora estoy mejor enterado. Contamos con las fuerzas tenebrosas mucho más de lo que yo pensaba, pero no tanto como los escoceses, y aún sigo creyendo que la imaginación de las gentes se recrea eminentemente en lo fantástico y lo caprichoso.

a La orden religiosa a que había pertenecido.

a Estas palabras las empleaba el astrólogo Lilly* en el Bosque de Windsor a modo de evocación (1924).

a La gente y los duendes, en Irlanda, son a veces del mismo tamaño que nosotros, a veces mayores y, a veces, según se me ha dicho, de unos tres pies de altura. La vieja de Mayo, a la que cito tan a menudo, cree que lo que los hace parecer pequeños o grandes es algo que está en nuestros propios ojos.

b La palabra trance produce una impresión falsa. Yo había aprendido, de MacGregor Mathers y sus discípulos, a suspender la voluntad de tal manera que la imaginación volara sola. La chica, sin embargo, sí estaba totalmente en trance, y el hombre tan afectado por ella que oía las voces infantiles como si las oyera con sus oídos de verdad. En dos ocasiones, más tarde, el trance de la chica me afectó de tal modo que también yo oí o vi parte de lo que ella oía o veía como si lo hiciera con ojos y oídos de verdad (1924).

a La reina Victoria.

a En mi Wind among the Reeds hay una balada sobre este tema (1924).

b Con posterioridad he oído decir que no eran los Kirwan, sino los anteriores ocupantes del Castillo de Hackett, los propios Hackett, creo, quienes descendían de un hombre y un espíritu y eran notables por su belleza. Me imagino que la madre de Lord Cloncurry descendía de los Hackett. Bien puede ser que en todas estas historias el nombre de Kirwan haya sustituido al más antiguo (1902). El Castillo de Hackett fue quemado durante nuestra guerra civil por unos incendiarios (1924).

a No cabe duda de que Clooth-na-Bare debía ser Cailleac Beare, que significaría ‘la Vieja Beare’. Beare o Bere o Verah o Dera o Dhera fue una persona muy famosa, tal vez la mismísima Madre de los Dioses. Standish O’Grady* la descubrió,según cree,frecuentando el Lough Leath,o lago Gris que hay en una montaña de las Few. El Lough Ia tal vez sea que yo oí mal, o la manera incorrecta en que el que contaba la historia pronunció Lough Leath, porque Loughs Leaths hay muchos.

a Cerca de Coole un campesino me habló de un espíritu que ascendió así. Swedenborg, en su Diario espiritual, habla de rotaciones de espíritus, y Blake pintó la Escala de Jacob como un vórtice ascendente (1924).

a En aquel entonces yo no alcanzaba a distinguir entre el Daimon permanente y el impermanente, que puede ser un «muerto ilustre», aunque sabía que existía esa diferencia. Trataré del asunto en Una visión. (Febrero de 1924).

a Este pasaje, en mi opinión, representa correctamente el pensamiento de Henry More, aunque ahora creo que se habría correspondido mejor con los hechos si hubiese descrito dicha «sustancia clara y luminosa» como una envoltura material y de los sentidos, moldeada a partir del «cuerpo de aire», o el auténtico «vehículo», y si hubiese limitado a él las palabras espíritus animales. Por tanto, debe considerarse que sobrevive por un tiempo a la muerte del cuerpo físico. Los espíritus no obtienen de él la forma material con que se crean sus formas, pero sus formas toman su luz de él igual que una vela toma la luz de otra (1924).

a Cuando escribí este ensayo no comprendí lo completa que debía ser la antítesis entre hombre y Daimon. El reposo del hombre lo elige el Daimon, y el reposo del Daimon lo elige el hombre, y lo que he llamado el estado terrestre del hombre y el estado ígneo del Daimon. Puedo haber visto esto, tal como se deduce de las palabras escritas por el mendigo en The Hour Glass en los muros de Babilonia (1924).

a No se me ocurre mejor autoridad para el caso de Cesarión que la obra de teatro de Landor.