Índice
GUERRA AUTODIRIGIDA
1. Declara la guerra a tus enemigos:
la estrategia de la polaridad
La vida es una batalla y conflicto interminable, y no podrás librarla con efectividad si no identificas a tus enemigos. Aprende a descubrir a tus enemigos, a detectarlos mediante los signos y patrones que indican hostilidad. Entonces, una vez que los tengas a la vista, declárales la guerra dentro de ti. Tus enemigos pueden colmarte de propósito y dirección.
la estrategia de la guerra de guerrillas mental
Lo que con mayor frecuencia te oprime y acarrea desgracias es el pasado. Debes librar conscientemente una guerra contra el pasado y obligarte a reaccionar al momento presente. Sé implacable contigo mism@; no repitas los métodos trillados. Libra una guerra de guerrillas en tu mente, sin permitir líneas estáticas de defensa; vuelve todo fluido y móvil.
3. En la confusión de los hechos, no pierdas
tu presencia de ánimo: la estrategia del contrapeso
Al calor de la batalla, la mente tiende a perder su equilibrio. Es vital que conserves tu presencia de ánimo, manteniendo tus facultades mentales en toda circunstancia. Fortalece tu mente exponiéndola a la adversidad. Aprende a distanciarte del caos del campo de batalla.
La táctica del buda despreocupado
4. Genera una sensación de urgencia y desesperación:
la estrategia del campo de la muerte
Tú eres tu peor enemig@. Pierdes tiempo precioso soñando en el futuro en lugar de ocuparte del presente. Corta tus lazos con el pasado; entra a territorio desconocido. Ponte en el campo de la muerte, con la espalda contra la pared y donde tengas que pelear como un demonio para salir viv@.
La táctica de la muerte pisándote los talones
GUERRA ORGANIZACIONAL
(EN EQUIPO)
5. Evita las trampas del pensamiento grupal:
la estrategia de mando y control
El problema al dirigir un grupo es que la gente tiene ineludiblemente su propia agenda. Crea una cadena de mando en la que la gente no se sienta restringida por tu influencia pero siga tu guía. Produce una sensación de participación, pero sin caer en el pensamiento grupal: la irracionalidad de la toma colectiva de decisiones.
la estrategia del caos controlado
Los elementos críticos de la guerra son la rapidez y la adaptabilidad: la capacidad para actuar y tomar decisiones más pronto que el enemigo. Divide tus fuerzas en grupos independientes que puedan operar por sí solos. Vuelve elusivas e imparables a tus fuerzas infundiéndoles el espíritu de la campaña, dándoles una misión que cumplir y dejándolas rodar.
7. Transforma tu guerra en una cruzada:
estrategias para la moral
El secreto para motivar a la gente y mantener alta su moral es lograr que piense menos en sí misma y más en el grupo. Involúcrala en una causa, una cruzada contra un enemigo detestable. Haz que relacione su sobrevivencia con el éxito del ejército en su conjunto.
El arte del manejo del soldado
GUERRA DEFENSIVA
8. Elige cuidadosamente tus batallas:
la estrategia de la economía perfecta
Tod@s tenemos limitaciones: nuestra energía y habilidades nos llevarán sólo tan lejos como aquéllas lo permitan. Tú debes conocer tus límites y elegir cuidadosamente tus batallas. Considera los costos ocultos de una guerra: tiempo perdido, capital político desperdiciado, un enemigo encarnizado resuelto a vengarse. A veces es mejor esperar, minar disimuladamente a tus enemigos en vez de atacarlos de frente.
la estrategia del contrataque
Actuar primero —iniciar el ataque— te pondrá a menudo en desventaja: expones tu estrategia y limitas tus opciones. Descubre en cambio el poder de la contención y permite que la otra parte actúe primero, lo que te dará la flexibilidad de contratacar desde cualquier ángulo. Si tus adversarios son agresivos, indúcelos a un ataque apresurado que los deje en una posición débil.
10. Crea una presencia amenazante:
estrategias de disuasión
La mejor manera de repeler agresores es impedir que te ataquen en primer término. Hazte fama de estar un poco loc@. No es prudente combatirte. A veces la incertidumbre es mejor que la amenaza abierta; si tus adversarios nunca están seguros de cuánto les costará meterse contigo, no querrán averiguarlo.
Disuasión e intimidación inversa en la práctica
11. Cambia espacio por tiempo:
la estrategia de la inacción
El repliegue de cara a un enemigo fuerte no es signo de debilidad, sino de fortaleza. Al resistirte a la tentación de responder a un agresor, ganas tiempo valioso: tiempo para recuperarte, pensar, adquirir perspectiva. A veces puedes lograr más no haciendo nada.
GUERRA OFENSIVA
12. Pierde batallas pero gana la guerra:
la gran estrategia
La gran estrategia es el arte de ver más allá de la batalla y calcular por adelantado. Requiere que te concentres en tu meta última y planees cómo alcanzarla. Deja que los demás caigan atrapados en los altibajos de la batalla y se deleiten en sus pequeñas victorias. La gran estrategia te dará la mayor de las recompensas: la de reír al último.
la estrategia de la inteligencia
El blanco de tus estrategias debe ser menos el ejército frente a ti que la mente de quien lo dirige. Si comprendes cómo funciona esa mente, tendrás la clave para engañarla y controlarla. Aprende a interpretar a la gente captando las señales que emite inconscientemente sobre sus ideas e intenciones más profundas.
14. Aplasta la resistencia con celeridad y de improviso:
la estrategia del blitzkrieg
En un mundo en el que muchas personas son indecisas y sumamente cautelosas, el uso de la celeridad te dará incalculable poder. Pegar primero, antes de que tus adversarios tengan tiempo de pensar o prepararse, los colocará en el terreno emocional, los desequilibrará y los inducirá a cometer errores.
15. Controla la dinámica:
estrategias de forzamiento
La gente pugna constantemente por controlarte. El único medio para aventajarla es volver más inteligente e insidioso tu juego por el control. En vez de pretender dominar cada movimiento de la otra parte, intenta definir la naturaleza de la relación. Maniobra para controlar la mente de tus adversarios, apretando sus botones emocionales y obligándolos a cometer errores.
El arte del control fundamental
16. Dales donde más les duele:
la estrategia del centro de gravedad
Tod@s tenemos una fuente de poder de la que dependemos. Cuando analices a tus rivales, busca bajo la superficie esa fuente, el centro de gravedad que mantiene unida a la estructura entera. Darles ahí les infligirá dolor desproporcionado. Descubre qué es lo que más aprecia y protege la otra parte; es ahí donde debes atacar.
17. Derrótalos minuciosamente:
la estrategia de divide y vencerás
Nunca te dejes intimidar por la apariencia de tu enemigo. Examina en cambio las partes que componen al todo. Separando las partes, sembrando disensión y división, podrás derribar hasta al contrincante más formidable. Frente a contratiempos o enemigos, divide un gran problema en pequeñas partes eminentemente derrotables.
18. Descubre y ataca el flanco débil de tu adversario:
la estrategia de rotación
Cuando atacas directamente a la gente, refuerzas su resistencia y te dificultas la tarea. Hay un modo mejor: llama al frente la atención de tus adversarios y luego atácalos de lado, donde menos se lo esperan. Induce a la gente a salir al limbo, exponiendo su debilidad, y bárrela después con fuego lateral.
la estrategia de aniquilación
La gente usará cualquier grieta en tus defensas para atacarte. Así que no ofrezcas grietas. El secreto es envolver a tus adversarios: presionarlos sin piedad por todas partes y bloquear su acceso al mundo exterior. Cuando sientas que su resolución se debilita, ahoga su fuerza de voluntad apretando el nudo.
20. Maniobra para debilitarlos:
la estrategia de dejar madurar para segar
Por fuerte que seas, librar interminables batallas con la gente es agotador, costoso y poco imaginativo. Los estrategas sabios prefieren el arte de maniobrar: antes siquiera de empezada la batalla, buscan la forma de poner a sus adversarios en una posición débil para que la victoria sea fácil y rápida. Produce dilemas: idea maniobras que sólo les ofrezcan opciones negativas.
la estrategia de la guerra diplomática
Antes y durante las negociaciones, debes seguir avanzando, presionando sin clemencia y obligando a la otra parte a aceptar tus condiciones. Cuanto más tomes, más podrás ceder en concesiones insignificantes. Hazte fama de dur@ e intransigente, para que la gente te tenga miedo aun antes de conocerte.
22. Aprende a terminar las cosas:
la estrategia de salida
En este mundo te juzgan por lo bien que pones fin a las cosas. Una conclusión desordenada o incompleta puede reverberar años enteros. El arte de terminar bien las cosas radica en saber cuándo detenerse. El culmen de la sabiduría estratégica es evitar todo conflicto y enredo sin salida realista.
GUERRA NO CONVENCIONAL
(SUCIA)
23. Teje una mezcla inconsútil de realidad y ficción:
estrategias de percepción errónea
Dado que ninguna criatura puede sobrevivir sin la capacidad de ver o sentir qué pasa a su alrededor, dificúltales a tus enemigos saber qué pasa a su alrededor, incluido lo que tú haces. Alimenta sus expectativas, fabrica una realidad acorde con sus deseos y se confundirán. Controla la forma en que los demás perciben la realidad y los controlarás a ellos.
24. Adopta la línea menos esperada:
la estrategia de lo ordinario-extraordinario
La gente espera que tu conducta se ajuste a los patrones y convenciones establecidos. Tu tarea como estratega es arruinar sus expectativas. Haz primero algo ordinario y convencional para fijar su imagen de ti, y sorpréndela después con lo extraordinario. El terror es mayor por repentino. A veces lo ordinario es extraordinario por inesperado.
la estrategia virtuosa
En un mundo político, la causa que defiendes debe parecer más justa que la del enemigo. Cuestionando los motivos de tus adversarios y haciéndolos parecer malos, puedes reducir su base de apoyo y margen de maniobra. Cuando caigas bajo el ataque moral de un enemigo astuto, no te quejes ni enojes: pelea fuego contra fuego.
26. Niégales blancos de ataque:
la estrategia del vacío
La sensación de vacío —silencio, aislamiento, inacción con los demás— es intolerable para la mayoría de la gente. No le des a tus enemigos blanco de ataque, sé peligros@ pero elusiv@ y míralos después perseguirte en el vacío. En vez de batallas frontales, realiza irritantes pero dañinos ataques laterales y correrías.
27. Simula defender los intereses ajenos
mientras promueves los tuyos:
la estrategia de la alianza
La mejor forma de favorecer tu causa con el mínimo esfuerzo y derramamiento de sangre es forjar una red de alianzas siempre variable, para que los demás compensen tus deficiencias, hagan tu trabajo sucio y libren tus guerras. Al mismo tiempo, debes sembrar disensión en las alianzas de los demás, para debilitar a tus enemigos aislándolos.
28. Dales suficiente cuerda a tus rivales para que se ahorquen:
la estrategia de aventajar a los demás
Los mayores peligros de la vida no suelen proceder de enemigos externos, sino de nuestros supuestos colegas y amigos, que fingen trabajar por la causa común mientras intrigan para sabotearnos. Infunde dudas e inseguridades en esos rivales, para obligarlos a pensar demasiado y actuar a la defensiva. Haz que se ahorquen solos con sus tendencias autodestructivas, sin tener que mancharte las manos.
El arte de aventajar a los demás
la estrategia del fait accompli
Los aumentos explícitos de poder y bruscos ascensos a la cima son peligrosos, porque despiertan envidia, desconfianza y sospechas. A menudo la mejor solución es morder poco a poco, tragar pequeños territorios y jugar con los márgenes de atención, relativamente cortos, de la gente. Antes de que ésta se dé cuenta, habrás acumulado un imperio.
estrategias de comunicación
La comunicación es una especie de guerra, y su campo de batalla, la reacia y defensiva mente de la gente en la que quieres influir. La meta es penetrar sus defensas y ocupar su mente. Aprende a infiltrar tus ideas tras las líneas enemigas enviando mensajes por medio de pequeños detalles e induciendo a la gente a llegar a las conclusiones que tú deseas y a pensar que llegó a ellas por sí sola.
la estrategia del frente interno
Al infiltrar las filas de tus adversarios y operar desde dentro para abatirlos, no les ofreces nada que ver o contra lo cual reaccionar: la ventaja suprema. Para tomar lo que deseas, no riñas con quienes lo tienen; úneteles, y apodérate después lentamente de eso, o espera el momento de lanzar un coup d’état.
32. Domina mientras simulas sumisión:
la estrategia de la agresividad pasiva
En un mundo en el que las consideraciones políticas son primordiales, la forma de agresión más eficaz es la más oculta: la agresividad detrás de un exterior dócil, y hasta amable. Para seguir la estrategia agresiva-pasiva debes simular congeniar con la gente, sin ofrecer resistencia. Pero en realidad tú dominas la situación. Sólo cerciórate de disfrazar lo suficiente tu agresividad para que puedas negar que existe.
33. Siembra incertidumbre y pánico con
actos de terror:
la estrategia de la reacción en cadena
El terror es el medio supremo para paralizar el deseo de resistencia de la gente y destruir su capacidad de planear una respuesta estratégica. La meta de una campaña de terror no es ganar en el campo de batalla, sino causar el máximo caos y provocar que la otra parte caiga en una desesperación extrema. Para poder trazar una contraestrategia eficaz, las víctimas del terror deben mantener el equilibrio. La racionalidad individual es la última línea de defensa.